

El Teatro Tomás Terry de Cienfuegos se inauguró con una brillante función en la noche del miércoles 12 de febrero 1890, concurriendo a este acto las personas más distinguidas de la sociedad. El estreno artístico ocurrió el 11 de marzo del mismo año, con la bellísima zarzuela española “El anillo de hierro” que llevó a escena la compañía de don Eusebio Ascué.
El 11 de marzo la orquesta, compuesta de veinte profesores, fue dirigida por el conocido compositor José Marín Varona quien luego fué director de la banda del Estado Mayor del Ejército Nacional.
Desde esa fecha, el teatro fué visitado por compañías de fama; y, durante las campañas políticas anteriores a la guerra del 1895, sirvió de tribuna, mayormente, a los autonomistas con sus máximos oradores.
La primera ópera que se cantó allí fué Lucía, presentada por la compañía del señor Lianí, en febrero 7 de 1891; en marzo 12, se dejaron oír Albertini y Cervantes y trabajó por primera vez, Luisa Martínez Casado, en diciembre 5 de ese mismo año.
Historia del Teatro Tomás Terry en Cienfuegos


Fué un suceso que produjo satisfacción general el hecho de saberse, a principios de este año (1887), que los herederos de D. Tomás Terry (que había fallecido hacía poco tiempo), con motivo de encontrarse en esta ciudad acordando las bases para la división de sus cuantiosos bienes.
Habían resuelto separar la suma de $100,000 para construir en Cienfuegos, en memoria del finado y con el nombre de Tomás Terry, un teatro adecuado al progreso y estado de cultura de la población, cuyos productos serían destinados a obras caritativas o beneficiosas a la instrucción pública.
Determinado este asunto, procedieron a solicitar los terrenos más convenientes para este propósito, fijándose primero en los tres solares que poseía el Ayuntamiento en la calle de San Fernando frente a la Plaza de Armas, haciendo esquina a la de San Luis, lo que se indicó al Ayuntamiento, acordando éste cederlos para tan útil finalidad, en la sesión celebrada el 20 de enero por esa corporación.
Pero cuando estaba en principio la concesión de esos solares, los señores Terry manifestaron que no llevaban a término lo convenido por no ser esos terrenos bastante apropiados, dada su poca solidez, y porque los donantes deseaban adquirir otros por compra, con el objeto de tener más libertad de acción en el uso y destino que hubieran de dar a los productos del teatro.
Compraron entonces por el precio de $15,000 próximamente, tres solares, dos cuyo frente daba a la Plaza de Armas, situados en la esquina de las calles de San Carlos y San Luis, y otro en esta última calle, contiguo a aquellos.
El 25 de mayo fué publicado en los periódicos de la Isla un aviso sacando a concurso el proyecto de construcción del nuevo teatro en los solares mencionados, cuya extensión superficial era de 41’75 metros de frente por 53’35 de fondo, del que habían de destinarse, por lo menos, 4’75 metros para un jardín que separase al edificio de los contiguos.
El teatro había de componerse de una sala rodeada de cuatro pisos de galería, destinado: el 1o. a palcos, el 2do. a palcos y butacas, el 3o. a tertulia y el 4o. a cazuela; capaces para contener 1,200 espectadores acomodados; un espacio con destino a escenario y dependencias, un local destinado a café y otro para restaurante en los bajos, y salones en lo alto para ser ocupados por alguna sociedad.
Los muros construidos de ladrillos y las cornisas, molduras y adornos, de cantería, siendo el presupuesto de esas obras de $95,000, y estableciéndose un premio de $2,000 para el autor del mejor proyecto presentado, a juicio de un jurado compuesto de tres arquitectos, que había de actuar en París, Madrid o la Habana, reservándose los donantes la dirección de las obras.
Fueron presentados tres planos, habiendo acordado el jurado de París que era el mejor el presentado por el ingeniero militar Sr. D. Luis Sánchez Mármol, siendo aceptado por los señores Terry y obteniendo aquellos, no sin dificultad, que el autor del proyecto escogido dirigiese la edificación.
El día 19 de diciembre 18871 se colocó la primera piedra del hermoso y magnífico edificio del Teatro Tomás Terry. Este acto dió principio a las 8 y media de la mañana, efectuándose una gran solemnidad religiosa , con regocijo por parte del público numeroso que asistió a la ceremonia.


Al terminar el acto la juventud del Liceo se hizo eco de los sentimientos de los presentes en aquella brillante fiesta, enviando un cablegrama al Sr. Emilio Terry, que se hallaba en Madrid , expresando a éste y a los demás donantes el testimonio profundo de la gratitud pública.
El día 22 de octubre 1888 llegó a la ciudad de Cienfuegos la estatua de D. Tomás Terry y Adán, que había de ser colocada en el vestíbulo del teatro de su nombre.


Llegan los invitados para la fiesta inaugural del Teatro Tomás Terry
En un tren especial del ferrocarril de Cienfuegos a Santa Clara, salieron de Cienfuegos, a las tres de la tarde del día 3 de enero de 1890, con dirección a Cruces, numerosas personas de las más distinguidas de esta ciudad y el Administrador de esa Empresa, comisiones del Liceo, Casino Español, El Artesano, Ayuntamiento, Logia Fernandina de Jagua y de la prensa local, representada por sus respectivos Directores, con el propósito de saludar y recibir en aquella localidad a los señores D. Emilio y Don Francisco Terry, cuya visita a Cienfuegos tenía por objeto asistir a la inauguración del teatro “Tomás Terry”, cuya construcción estaba próxima a terminar.
A las cuatro de la tarde llegaron a Cruces la señora Da. Antonia Sánchez y su esposo Don Francisco Terry, en unión de su hermano Don Emilio, Diputado a Cortes por la Habana, siendo recibidos a los acordes de la música.
Después de los saludos de cortesía, el señor D. José Pertierra, Presidente del Casino Español, hizo uso de la palabra en nombre de las comisiones que habían ido allí a felicitarlos, dándoles la más cordial bienvenida y tributándoles merecidos elogios por las obras filantrópicas que se habían propuesto realizar y que tantos beneficios habían de hacer al pueblo de Cienfuegos, el cual les demostraba a su llegada la profunda gratitud que sentía y que él, en su nombre y en el de los presentes, les significaba en aquel acto.
El Sr. D. Emilio Terry, expuso en su nombre y en el de sus familiares más allegados, que “agradecía profundamente las demostraciones de que eran objeto y que no merecían, puesto que no hacían más que cumplir con un deber al emplear una parte de la cuantiosa fortuna que su señor padre les había legado, en bien del adelanto y engrandecimiento del país, al que todo se lo debían”.
Terminada la recepción tomaron de nuevo el tren, llegando a esta ciudad a las cinco y media de la tarde. Desde la entrada de la población y en todo el trayecto que recorrió el tren, hasta llegar a la estación de viajeros, grupos numerosos de personas se veían en las esquinas de las calles atravesadas por el ferrocarril. En la estación y sus alrededores miles de personas recibieron con vítores, a los acordes de una orquesta, a los ilustres viajeros, aclamándoles como los bienhechores de Cienfuegos.
A la salida del paradero se había construido un arco, formado de rosas, en cuya parte superior se leía: El Progreso, a la Familia Terry, y en los laterales los nombres de los gremios que habían tenido participación en la obra: el de Toneleros, el de Tabaqueros, el de Albañiles, el de Jornaleros, el “Club Progreso” y la sociedad de socorros mutuos “San Cayetano”. Todas las comisiones de las sociedades locales dieron la bienvenida a los señores Terry.
Después de estos actos el pueblo acompañó a la familia Terry a su morada, acudiendo a ese lugar comisiones de las sociedades “El Progreso”, “La Igualdad” y “La Amistad”, con el objeto de dar la bienvenida a los señores Terry.
A las siete y media de la noche se dieron cita, en los salones del “Liceo”, las comisiones que habían ido a Cruces para felicitar una por una, en su morada, a la familia Terry; y a las ocho y cuarto, con hachones y seguidas por la banda de “San Quintín”, que se brindó voluntariamente a tocar en la fiesta, se encaminaron a la morada de los festejados.
En este lugar hizo uso de la palabra, por segunda vez, Ilustrísimo Sr. Don José Pertierra, en nombre del “Casino Español”, del “Liceo” y de “El Artesano”, dando la bienvenida a la familia Terry y reconociendo que era acreedora a la veneración y gratitud de este pueblo.
El Sr. D. Emilio H. de Mármol se expresó en términos análogos a los del Sr. Pertierra , felicitándoles en nombre del Cuerpo de bomberos del comercio de esta ciudad. El Sr. Lcdo. Don Antonio Porrúa , dió la bienvenida y felicitó a la ilustre familia en nombre de la prensa local, enalteciendo los generosos sentimientos de los benefactores de Cienfuegos el Licenciado D. Antonio León habló en nombre del “Liceo”, reiterando a los señores Terry el saludo y la bienvenida de esa institución.
Contestando a los discursos pronunciados , hizo uso de la palabra D. Emilio Terry, dando las gracias en su nombre y en el de su familia por las frases que les habían sido dedicadas y manifestando que:
“La construcción del teatro era una obra secundaria si se atendía al objeto que esta obra había de realizar, o sea, la creación y sostenimiento de una Escuela de Artes y Oficios, donde la teoría y la práctica, esclavas de la ciencia, marcharían unidas, a fin de que no dependamos del extranjero en materia de artes e industrias, como por desgracia sucede entre nosotros.”
El orfeón “Glorias de Galicia” invadió espontáneamente el edificio cantando himnos en loor de la familia Terry. El poeta cubano Don Diego Vicente Tejera, recitó una inspirada composición poética, alusiva al recibimiento y después, por indicación de la señora Sánchez de Terry, otras dos poesías suyas, intituladas “A mi Madre” y “Visitas a mi Madre”.
La banda de “San Quintín” amenizó la fiesta hasta las 11 de la noche, hora en que terminó ésta. La numerosa concurrencia que asistió a la morada de la familia Terry fué atendida con galantería y obsequiada con champagne, dulces y licores.
Fiesta inaugural del Teatro Tomás Terry


La fiesta inaugural del Teatro Tomás Terry tuvo efecto la noche del día 12 de febrero 1890, concurriendo a este acto las personas más distinguidas de esta sociedad.
A las nueve de la noche de ese día dió comienzo la inauguración, siendo exhibido el magnífico telón de boca, de peluche rojo, bordado de oro y seda en colores, cuyo costo era de $7,000, ejecutando la orquesta, dirigida por el profesor Sr. D, Rafael Palau, la sinfonía de la ópera “Martha”. En seguida se exhibió también el telón de intermedio, obra del artista Sr, D. Camilo Salava.
Corrido el telón aparecieron en el escenario, formando un semicírculo, las personas que componían la Mesa y que eran Don José Pertierra, Presidente del “Casino Español”, que ocupaba el centro, los señores Don Francisco y D. José Emilio Terry, Don Rafael Montoro y D. Julio Apezteguía, Diputados a Cortes; D. Alfredo Vila, Presidente del “Liceo”, D. Aníbal Arriete, Presidente del “Casino de Artesanos”.
Lino Sánchez Mármol, ingeniero Director del “Teatro Tomás Terry”; Camilo Salaya, pintor del edificio; Diego Vicente Tejera, Nicolás Gamboa, Director del Diario de Cienfuegos; Ricardo E. García, Director de El Siglo; José C. Andreu, Director del Diario Nuevo, y Félix García, Director de la Época.
Después de estas exhibiciones ocupó la tribuna, que se había levantado al efecto, el Sr. D. José Emilio Terry, pronunciando un discurso que fué interrumpido repetidas veces por los aplausos del público.
Al Sr. Terry siguió en el uso de la palabra el Sr. D. Rafael Montoro, pronunciando éste una oración que fué acogida con aplausos por la concurrencia que ocupaba todas las localidades del teatro.
Después el Sr. D. José Pertierra pronunció conmovido algunas frases, haciendo entrega al Sr. José Emilio Terry de un precioso álbum en el que miles de personas expresaban el testimonio de la gratitud que sentían los habitantes de Cienfuegos hacia la familia benefactora que había dedicado una parte de su fortuna a la realización de obras filantrópicas.
A continuación del acta transcrita había cuarenta y seis hojas ocupadas con las firmas de concejales, hacendados, periodistas, propietarios, abogados, médicos, artistas, profesores, industriales, artesanos y representaciones de todas las clases de esta sociedad.
Después de la entrega de esta acta la orquesta ejecutó una oda sinfónica del maestro Laureano Fuentes, dirigida por su autor.
Terminado este número , el literato habanero Sr. D. Aniceto Valdivia , recitó unas décimas dedicadas a Cienfuegos, siguiéndole el Sr. D. Diego Vicente Tejera, que recitó su composición poética que tiene por título “La Hamaca”, recibiendo, además, una hamaca de superior calidad que le enviaron como obsequio los vecinos de Lajas, admiradores del bardo y que le fué entregada en el proscenio por el Dr. Enrique Barnet.


El maestro laureado D. Manuel Jiménez, ejecutó después al piano una rapsodia de Litz y otra suya, de gran mérito artístico, viéndose obligado a ejecutar otra pieza más, a instancias del público.
Escrita expresamente para el acto que se celebraba, por el maestro D. Rafael Palau, y dirigida por éste, fué ejecutada por la orquesta una “Marcha Triunfal”, en mi bemol, y de estilo de Saint-Saenz, de muy compleja instrumentación.
La niña Ana María del Mármol y García recitó después el monólogo “Pobre María” de D. Miguel Echegaray. Fué ejecutada después una “Marcha Triunfal”, escrita en do mayor, y de corte clásico, cuyo autor era el maestro D. Manuel Jiménez. Este número fué magistralmente tocado.
Terminada esta parte, fué puesto en escena un proverbio dramático, original de D. Isaac Carrillo, que fué desempeñado por la señorita Da . Dolores Domínguez de García , la señorita Da. Adolfina Nethol y los señores Carlos Sanz y Agustín García.
Dió principio la quinta parte del programa con el himno titulado “La Gratitud”, letra de Enrique Edo y música de Rafael Palau, cantado en do menor, por el “Orfeón Nacional de Cienfuegos”.
El “Orfeón Glorias de Galicia”, cantó después el coro “En el Mar”, letra de Carlos Suances y música de Francisco Piñeiro, cuyo número fué ejecutado bajo la dirección del maestro D. Felipe Pereira.
Terminó la fiesta inaugural con la presentación al público de los señores Lino Sánchez Mármol y Camilo Salaya, hecha por los señores Terry. Salvas de aplausos acogieron la presencia de los que habían sido objeto de esa distinción, retirándose el público plenamente satisfecho de la suntuosidad y la armonía con qué fueron celebradas estas fiestas tan memorables para el pueblo de Cienfuegos.
Esta fiesta produjo cerca de $2,600, que fueron destinados a la Escuela de Artes y Oficios proyectada, como resultado de la venta de las localidades, según se había anunciado.
Con motivo de la inauguración del Teatro Tomás Terry llegaron a Cienfuegos, durante los días 11 y 12 de febrero, varios trenes excursionistas desde la Habana, Sagua, Remedios y Santa Clara.
Así reseñaba un periódico de época: Excursión a Cienfuegos.2 —En la noche del martes 11 de febrero, cerca de las nueve, partió de la estación de Regla el tren extraordinario de los excursionistas á Cienfuegos, con motivo de las fiestas de la inauguración del teatro Terry. La animación era grande entre los alegres viajeros, cuyo número se calcula que ascendía á setecientos. El tren se componía de doce carros en su mayor parte de primera clase y el resto de segunda. ¡Buen viaje y que se diviertan mucho!
Con la zarzuela “El Anillo de Hierro” estrenó artísticamente el “Teatro Tomás Terry” en la noche del 11 de marzo 1890. La compañía de ese género fue traída por el señor Eusebio Azcue.
Figuraban en esta las primeras tiples Paulina Selimendi, Carolina Campini y Amelia Méndez; el tenor Antonio Monjardín; el primer barítono, Lucio Delgado; los primeros bajos Santiago Losa, y José M. Vila. Como maestro director y concertador figuraba en el elenco el Sr. José Marín Varona. Esta Compañía de zarzuelas traía 24 coristas de ambos sexos y 20 profesores de orquesta.
Bibliografía y notas
- Rodríguez Altunaga, Rafael. Las Villas (Biografía de una provincia). Habana: Imprenta El Siglo XX, 1955, p. 287
- “Teatro Terry”. Diario de La Marina. Año LI, núm. 37, 12 de febrero 1890, p. 3.
- Cienfuegos la Perla del Sur de la Isla de Cuba
- Rousseau, Pablo L., y Pablo Díaz de Villegas. Memoria descriptiva, histórica y biográfica de Cienfuegos y las fiestas del primer centenario de la fundación de esta ciudad. 1819-1919. Habana: Establecimiento Tipográfico El Siglo XX, 1920, p. 220. ↩︎
- “Excursión a Cienfuegos”. Diario de La Marina. Año LI, núm. 38, 13 de febrero 1890, p. 2. ↩︎
Deja una respuesta