El Palo Gordo fundado en enero de 1878 y su gerente Vicente Villar y el comanditario Galo Díaz. Desde las risueñas márgenes del Damují hasta las del ruidoso Bélico y, más allá aún, llegando por el Norte á la costa que esmaltan Caibarién y Sagua y por Oriente á Sancti-Spíritus y Trinidad, en todo el territorio de las Villas es tradicional la fama del establecimiento más popular de Cienfuegos y por donde han pasado cuantas personas de buen gusto han vivido en la sociedad villareña.
El Palo Gordo de Cienfuegos, ha sido y es, uno de los más temibles rivales del giro con quien tienen que luchar sus similares de la capital. Las importaciones de El Palo Gordo han obedecido siempre á un criterio propio, exento de toda imposición sugerida por la conveniencia.
El Palo Gordo desde su establecimiento ha logrado atraerse tales simpatías que, siempre que se trata de simbolizar en un objeto de arte, en una prenda costosa ó en un capricho de la fantasía, el afecto que una ó varias personalidades profesan á otra, el impulso inmediato es dirigirse al Palo Gordo, de Cienfuegos, seguros de encontrar allí amplia satisfacción al deseo de los obsequiantes.
La casa se abrió en el mismo lugar en que hoy existe —San Fernando 88— y fué su primer gerente D. Vicente Villar y comanditario D. Galo Díaz, dos personas muy conocidas y apreciadas en la ciudad de Cienfuegos y que han dejado su nombre entre los más connotados de aquella plaza mercantil. La primitiva razón social Villar y Compañía, que aún se conserva, ha pasado por algunas transformaciones, como se verá más adelante.
En junio de 1893 entró á formar parte de la sociedad como gerente D. Francisco Villar; en diciembre de 1898 se separó de la comandita D. Galo Díaz; en 1903 el Sr. Villar, gerente, pasó á ser comanditario y su hermano D. Francisco se encargó de la gerencia.
El Palo Gordo importa en grande escala, pues provee á las necesidades del comercio en una inmensa zona, joyería, sedería, quincalla, perfumería, papelería, etc., etc. Su importancia en Cuba es indiscutible y más de una vez los agotados almacenes de otros conocidos importadores, logran, dirigiéndose al Palo Gordo, de Cienfuegos, dar satisfacción á pedidos urgentes é ineludibles.
Justo es declarar y hacer constar un factor que es de sumo interés para explicarse el favor de que goza esta casa: es el trato ameno, franco, sincero y correctísimo que preside en cuantas operaciones toma parte el personal de la casa en sus relaciones, ya con el público ,ya con los colegas del interior y de la localidad.
Es una casa digna de su popular nombradía y El Fígaro se complace en consignarlo así.
Su actual gerente, Paco Villar, es una personalidad estimadísima en Cienfuegos, en donde ha creado hogar y familia. Su corrección y caballerosidad son bien notorias en la Perla del Sur, distinguiéndose, en los negocios, por su intachable honradez, y en la vida privada, por su trato afable y cortés.
El Fígaro saluda en el señor Villar no sólo al batallador é inteligente comerciante, alma de El Palo Gordo, sino también al hombre franco y sencillo, á quien basta tratar una vez sola para seguirlo estimando toda la vida.
Bibliografía y Notas
- “El Palo Gordo.” El Fígaro, Periódico Artístico y Literario. (Agosto 21, 1904).
- Las Villas: Personalidades y Negocios.
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