El Club de Automóviles de la Habana y la primera carrera oficial ganada por Honoré Lainé. Más que el yatismo y más que la esgrima y el tenis, entre los deportes elegantes, el favorito es hoy el automóvil. Es caro y eso evitará que por vulgarizarse muera tan pronto como la bicicleta.
No se tiene un automóvil, como no se puede tener un yate, si no se disponen de algunos medios de fortuna. En la Habana no llegaba á una docena, hasta hace poco, el número de automovilistas. Hoy ya es otra cosa.
El sport ha tomado incremento y no falta quienes tengan en su garaje dos ó más máquinas. ¡Quién había de pensarlo la primera tarde que paró por el Prado el joven Sarrá en su automóvil!
Me acuerdo que alguien, dándome pié para una nota final, lanzó esta exclamación:
—Parece un coche que corre á buscar los caballos.
Uno de los propagandistas del automóvil entre nosotros es el señor Honoré Lainé. Su entusiasmo sólo es comparable al de Luis Rabel que se ha ido para New York, embarcando su automóvil por delante.
Gracias al señor Lainé se han realizado dos cosas: la primera carrera oficial y la formación de un club. Las carreras se celebraron el domingo en la calzada de Marianao á Guanajay. Cinco automóviles tomaron parte.
En uno iba el Ministro de los Estados Unidos, Mr. Squiers con su señora. Es el que dió la salida. Y en los demás y en el mismo orden que aquí están los siguientes: El señor Enrique Conill con su señora, Miss Squiers con uno de sus hermanos. Y Mr. Greenwood, administrador de los tranvías eléctricos, con su esposa y el doctor Dámaso Lainé.
El interés capital de las carreras estaba, en virtud de una apuesta particular, entre el White del señor Conill y el Darracq del señor Lainé, el primero de diez caballos de fuerza y de dieciséis el segundo.
Venció el Darracq, recorriendo en treinta y siete minutos la distancia que media entre el puente de la Lisa y la entrada del pueblo de Guanajay. El automóvil del señor Conill empleó, no obstante haber salido diez minutos antes, cerca de una hora, ó con toda precisión, cuarenta y ocho minutos.
El récord del señor Honoré Lainé es el mejor que hasta el presente se registra en Cuba.
René Berndes actuaba de time keeper en Guanajay.
Ahí verán ustedes en esta página el automóvil victorioso con su dueño y su chauffeur.
Enhorabuena!
La formación del Club de Automóviles de la Habana es un hecho. Ha sido constituido en la siguiente forma:
- Presidente: Mr. Squiers;
- Vice Presidente, Enrique Conill;
- Secretario, René Berndes;
- Tesorero, Honoré Lainé.
El Club de Automóviles de la Habana celebrará su inauguración con un almuerzo en el Mariel que ofrece, con su carácter de presidenta de honor, la señora del Ministro de los Estados Unidos.
Há poco leía yo en un artículo dedicado al nuevo deporte estas gráficas palabras:
“El automóvil, con su empuje frenético, con su taf, taf, nervioso, con su estela de olores desagradables y punzantes, producidos por el arder de la gasolina, con su inconsciencia del atropello y su irresponsabilidad de la desgracia, parece el engendro del nuevo espíritu amigo de las obras violentas. Diríase que han colaborado en su creación Nobel, el inventor de la dinamita que hace volar los montes, y Nietzsche, el inventor de una filosofía que hace volar los cráneos.”
Así y todo, el automóvil ha hecho fortuna y el desastre de las carreras Paris Madrid, por una de esas anomalías tan frecuentes en la vida, lejos de disminuir ha contribuido á fomentar y extender la afición.
Díganlo sinó las carreras internacionales de Irlanda.
Bibliografía y notas
- “Crónica”. Revista El Fígaro. Año XIX, núm. 28, 12 de julio 1903, pp. 352-353.
- Otras publicaciones sobre el tema Transportes en Cuba.
- Personalidades y negocios de la Habana.
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