Hotel El Globo de Pinar del Río desde la Revista El Fígaro en 1918. Con razón sobrada puede ufanarse la bella y culta capital de Occidente de poseer uno de los mejores hoteles de la república. Poco valdría quizás esta aseveración nuestra, si no la confirmara la hermosa información gráfica que ilustra esta página.
El bello comedor decorado estilo árabe es una maravilla y exponente del delicado gusto del propietario y director de las obras del edificio que acaba de inaugurarse. Hállase situado el Hotel Globo en el punto más céntrico de la ciudad, en la calle de Martí número ciento doce y catorce.
Cuenta en la actualidad con cuarenta habitaciones higiénicas y amplias con su servicio de alumbrado eléctrico, timbres y agua corriente, y de ellas diez de lujo con servicio sanitario privado.
Tan pronto regrese el propietario del edificio de su paseo por el extranjero acometerá la obra de un nuevo piso de cincuenta habitaciones, todas con servicio sanitario privado. La sala de recibo del hotel, —el salón rojo— de amplias dimensiones y severa elegancia, es uno de los más agradables lugares para pasar ratos de charla o escuchar bellas piezas de música ejecutadas al magnífico piano que adorna el salón.
Cuenta el hotel también con garaje muy capaz donde guardar sus máquinas los pasajeros que viajan en automóvil.
Es propietario del hotel un laborioso joven cubano: el señor Antonio S. Santana, quien parece nació para dirigir grandes establecimientos de esta índole. Con su constante dedicación al negocio, tiene complacidos y satisfechos a los numerosos clientes del Hotel Globo, que aumentan cada día más, hasta el punto que el señor Santana ha recomendado al propietario del edificio la urgencia de las obras del nuevo piso.
Pareja.
Cuba Libre by Harold Flender
I arrive at Pinar del Rio City in time for lunch. I check into the El Globo Hotel, $2 a night for their best room. I have lunch in the hotel restaurant, which is on the top floor. The restaurant is fairly crowded with what appear to be Cuban businessmen. At a long table at one end of the restaurant sit the members of the Pinar del Rio Rotary Club.
Suddenly there is a loud explosion which rocks the building. Everyone stops eating. Some of the members of the Pinar del Rio Rotary Club start for the windows, but other men get there before them and draw the shutters. They refuse to let them look out. I ask the waiter what happened. He smiles and says there must have been another autotire blowout.
After lunch, while standing in front of the hotel, I notice the way garbage is collected in the city. The garbage truck slowly approaches, its driver sounding a musical horn. In back of the truck walks the garbage collector, a tall, barrel-chested man with a huge handlebar mustache. He is followed by a small gang of admiring children. The last member of the entourage is the largest pig I have ever seen. It is on a leash and the man who leads it keeps it in place with a whip. It eats the garbage that has spilled out of the cans into the gutter.
The man I am waiting for finally shows up. He owns a small truck and we drive outside the city to a sparkling new 1958 American automobile. In it are two well-dressed Cubans. Both appear to be in their early forties. He is a businessman and she is a housewife. They tell me the blowout took place two blocks from the hotel and demolished a clothing store owned by a Batista supporter… [En línea]
Bibliografía y notas
- “Vida Confortable El Hotel El Globo”. El Fígaro Periódico Artístico y Literario. Año 35, núm. 6 y 7, 10 y 17 de febrero 1918, p. 204.
- Provincia de Pinar del Río.
- Pinar del Río, ciudad y municipio por Santovenia.
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