

El Palacio de la Leche de J. Ortega y Hermano fue fundado en el año de 1900 con un capital de cien mil pesos en la Habana. El edificio en que estaba instalado era propiedad de la sociedad y ocupaba una superficie de mil doscientos metros cuadrados.
Poseía el inmueble dos plantas, de las cuales la planta baja, se destinaba al desarrollo del negocio y estaba dividida en departamentos para el trasiego de leche, fabricación de helados, planta de refrigeración, café, venta de leche y helados al detalle, adicionado de garaje y taller de mecánica para el arreglo de sus camiones y oficinas.
Su venta diaria era de unos 14 000 litros, que recibía, parte de sus propias fincas y el resto de vaquerías enclavadas en las zonas de Campo Florido, Bacuranao, Arango, Minas, San José de las Lajas y otras.
Además de la casa central, que vendía al por mayor a establecimientos y en detalle a particulares, tenía establecidas en los distintos barrios de la capital veinticuatro sucursales, en las cuales la venta se hacía con una utilidad insignificante por ser al contado y por los menores gastos que le originaba no hacer en ellas reparto a domicilio.
La planta de refrigeración, de dieciséis toneladas, era movida eléctricamente, refrigerando y conservando la leche y helados en neveras que tenían capacidad para veinte mil litros.
Para recoger la leche de las fincas, además de la que recibía por los trenes, y para el reparto en la Habana, contaban con ocho camiones grandes y cuatro más para el reparto de helados.


En 12 de marzo de 1924 J. Ortega y Hermano estando domiciliados en San Miguel 212 solicitaron un certificado de propiedad para su marca bajo el nombre de “El Palacio de la Leche”.
La marca de comercio les fue otorgada en 24 de noviembre de ese mismo año y amparaba la leche natural esterilizada y pasteurizada, cremas de leche, quesos, mantequilla y demás productos similares derivados de la leche natural.
Datos de interés
El problema de la leche (1918)1
En nueva entrevista celebrada ayer ante el jefe de los Inspectores de la Dirección General de Subsistencias, señor Guigou, por los representantes de los abastecedores de leche y los vaqueros de Arango, Minas y Campo Florido, quedó resuelto el problema de la leche mediante el acta que a continuación reproducimos:
En la Habana, a los ocho días del mes de junio de 1918, reunidos en la Dirección de Subsistencias ante el jefe de la Sección de Inspección los señores J. Ortega y Hermano, Pedro Interián (en representación de la Compañía Abastecedora de Leche de la Habana) y Juan Bautista Rodríguez, así como el señor Juan Ortega, ausente en estos momentos, todos en representación de los labradores vaqueros de Arango y Minas, y de los vaqueros de Campo Florido (Unión de Vaqueros) han acordado lo siguiente:
Que el precio del litro de leche sea el de doce centavos y medio desde el día de la fecha hasta el treinta y uno de octubre que comprende la época llamada de las aguas.
Y para Constancia se firma la presente.
Raúl Orozco, Juan Santana, J. Ortega y Hermano, J. Interián, representante de la Compañía Abastecedora, Juan Bautista Rodríguez.
(El precio de 12 centavos y medio litro es para los abastecedores, a fin de que éstos sigan vendiendo al público a 15 centavos el litro de leche.)
Apenas un mes después2 fue convenido de manera definitiva y solemne en fijarle a la leche desde el día 1 de julio hasta el 31 de Octubre 1918 el precio de un peso cinco centavos en moneda oficial por cada botija de diez litros.
Los Abastecedores de Leche y los retrasos en el transporte
En 10 de agosto 1920 J. Ortega y Hermano junto a otros abastecedores de leche dirigía una queja y ultimátum al Secretario de Agricultura, Comercio y Trabajo. Por el tren número veinte y desde Cárdenas llegaban aproximadamente unos veinte mil litros diariamente a la Habana. Perdiéndose en un período de unos setenta días unos 40.000 pesos en mercancía malograda por concepto de cambio de horarios y retrasos.3
Una falsa confidencia contra J. Ortega y Hermano en la finca La Guanaja4
El mestizo Gabriel Rodríguez López, natural de la Habana, mayor de edad y vecino de Zapata y Dos, en el Vedado se personó en el Negociado de Abasto de Leche de la Secretaría de Sanidad, sosteniendo una larga conferencia con el jefe del mismo doctor Ruperto Hernández.
Entre las cosas que le manifestó, una de ellas fué la de que en la finca “La Guanaja”, sita en el kilómetro 32 de la carretera de Güines, los propietarios del trasiego de leche y vaquería, de J. Ortega y Hermano, tenían oculto gran cantidad de grasa, polvos de leche y crema, con el fin de fabricar leche artificial.
En vista de esta confidencia, el señor Hernández se dirigió al Jefe de la Policía Secreta, solicitando le facilitase dos agentes para personarse en el lugar Indicado y llevar a cabo la ocupación de todo aquello que se le había expuesto.
El señor Acosta, Jefe de la Secreta, ordenó a sus agentes Hernández y Gutiérrez que acompañasen al doctor Hernández, al Inspector Dr. Pascual Perdomo, y otros, para que en dos máquinas se trasladasen al lugar Indicado por Gabriel Rodríguez.
Hallándose a un kilómetro de distancia del sitio señalado por el confidente, abandonaron las máquinas dirigiéndose a pie hasta la finca “La Guanaja”, recorriendo ésta en todas direcciones, sin encontrar nada. En vista de esto, el doctor Hernández requirió a Rodríguez para que señalase el lugar exacto, contestándole el confidente que hacía tres años no transitaba por aquel sitio, y que era muy probable que los propietarios de tales artículos, se hubiesen llevado éstos de allí.
El doctor Hernández, los Inspectores y los agentes secretos regresaron a la Habana y tan pronto llegó a su oficina de la Secretaría de Sanidad, el primero levantó un acta que suscribieron todos, remitiéndola al Juez de Guardia Diurna.
El señor Hernández estima que Rodríguez se ha burlado del Negociado de Abasto de Leche.
No sabemos cómo terminó el tal Rodríguez, pero con seguridad muy mal al querer hacer pasar por “Guanajos” al director del Negociado de Abasto de Leche de la Secretaría de Sanidad señor Ruperto Hernández, a Acosta director de la Secreta, al Inspector Dr. Pascual Perdomo y los agentes Hernández y Gutiérrez. Gabriel Rodríguez López después de aquel mal chiste debe de haber desarrollado una alergia a la leche en polvo.
Referencias bibliográficas y notas
- Palacio de la Leche de J. Ortega y Hermano en El Libro de Cuba. Habana: Talleres del Sindicato de Artes Gráficas, 1925. p.800
- Personalidades y Negocios de la Habana
- “El problema de la leche”. Diario de La Marina. Año LXXXVI, núm. 160, 9 de junio 1918. pp. 1, 16 ↩︎
- “De la dirección de subsistencias”. Diario de La Marina. Año LXXXVI, núm. 192, 11 de julio 1918. p. 11 ↩︎
- “Los Abastecedores de Leche”. Diario de La Marina. Año LXXXVIII, núm. 188, 12 de agosto 1920. p. 5 ↩︎
- “Falsa Confidencia”. Diario de La Marina. Año XCIII, núm. 333, 30 de noviembre 1925. p. 5 ↩︎
Regina ortega dice
El hermano se llama Antonio