La Fábrica de Hielo de Iglesias Ribas y Comp. Si algún ejemplo vivo pudiera presentarse de los milagros que la perseverancia realiza, es la sociedad mercantil que dirige la casa más fuerte de su giro en la industriosa Cárdenas.
En 1890, los Sres. Pascual Iglesias Iglesias y Martin Díaz Reyes, establecieron en aquella ciudad un modestísimo taller de maderas bajo la razón social de Iglesias y Díaz. No han transcurrido más que diez años y aquel taller se ha convertido en una casa de comercio importante con una gran fábrica de hielo que abastece las necesidades de la población y de muchos pueblos de aquella zona.
Tales son los milagros que realiza la inteligencia secundada por la honradez, la constancia y la economía.
Los señores Iglesias Ribas y Ca. importan hoy directamente de los Estados Unidos maderas de todas clases y realizan obras de construcción que como la casa ingenio del Central Aguada, de los señores Carol y Comp., dicen sobradamente de que modo los constructores saben corresponder á la confianza que en ellos se deposita.
Otras muchas obras pudieran citarse realizadas por esa casa constructora, en la jurisdicción de Cárdenas.
Durante el año 1899 se instalaron los aparatos necesarios, movidos por el vapor, para labrar la madera, pudiendo señalarse entre ellos los procedentes de la afamada fábrica de maquinaria J. A. Tay y Egan & Co. de Cincinnati (Ohio).
En el presente año, que ha quedado disuelta la primitiva sociedad de Iglesias y Díaz, y constituida la que actualmente gira bajo la razón social de Iglesias, Ribas y Comp. (S. en C.) de la que son gerentes únicos el señor Pascual Iglesias Iglesias y el señor Antonio Ribas Verdaguer y comanditarios el Sr. Martín Díaz Reyes y el Sr. José Alzola Mendizábal, exponen al público su nueva industria de fabricación de hielo, contando al efecto con una magnífica instalación de modernos aparatos, únicos en su género en toda la isla, y construidos por la renombrada fábrica de “Mc Cray ice machine Co.” de New York.
La casa que nos ocupa, importa además de la industriosa Cataluña barros de todas clases, con la circunstancia apreciable de que dichos materiales los ofrecen al público de Cárdenas y su jurisdicción los Sres. Iglesias, Ribas y Comp. á iguales precios que los que cotizan los principales importadores de la Habana.
Tal es la casa que nacida de un origen muy modesto, ha extendido en menos de diez años tan extraordinariamente su radio de acción, siendo hoy por su seriedad, crédito e importancia una de las principales de la plaza.
Hace muy pocos años para cualquiera de las obras y construcciones que exigen nuestras grandes fincas azucareras, desde las columnas de hierro de fundición hasta el pavimento, era necesario recurrir ó bien á la Habana ó á los Estados Unidos.
El talento comercial, que es ante todo investigación y cálculo, sugirió á algunas casas de Cárdenas la necesidad de establecer en aquella ciudad, que es centro de producción azucarera ó mejor dicho, centro al que afluye una enorme producción de muchas leguas de radio, fábricas, sierras de vapor, tejares, en fin, cuanto las necesidades de la jurisdicción exigían sin tener necesidad de rendir tributo á otras provincias y países.
Como el capital vá allí donde sabe que hallará utilidad, Cárdenas contó en breves años con verdadera expansión en ese sentido; las presentes páginas de El Fígaro son el mejor testimonio. Por mucho que fuera el celo de este periódico y su afecto á Cárdenas, no sería posible realizar un número como el presente si la ciudad á la cual está dedicado no contara con hermosos y grandes exponentes de actividad y riqueza.
Lo que decimos de las construcciones y del material de fabricación es perfectamente aplicable al hielo, que hace muchos años se ha hecho artículo de primera necesidad en este país.
La fábrica de los Sres. Iglesias Ribas y Comp. montada á la altura de las más principales del extranjero y con aparatos modernos que ni aún tiene la Habana, ha emancipado á aquella ciudad de Matanzas, á la cual puede surtir del refrigerante artículo en pocas horas, lo mismo que á Colón y pueblos de la línea.
Los dueños de la casa de referencia tienen al frente de cada departamento hombres prácticos y conocedores del asunto, por lo cual todas las operaciones se efectúan con una uniformidad envidiable en los varios giros que abarca la casa.
Los Sres. Pascual Iglesias y Antonio Ribas, dotados de todas las virtudes que constituyen el hombre de negocios, están consagrados en cuerpo y alma á la casa cuya magnificencia no parece obra de diez años escasos, sino de muchísimos años de constancia y labor.
Cuantos visitan la fábrica y los grandes depósitos, no pueden por menos de admirar la fuerza de voluntad y el entusiasmo de los que han convertido el modesto depósito de maderas de 1890 en la hermosa y amplia fábrica que constituye hoy uno de los principales adornos de la industriosa ciudad de Cárdenas.
Fuera de la importancia que como establecimiento industrial tiene en la ciudad la casa de los señores Iglesias Ribas y Comp., bastaría para darle legítimo renombre la competencia que como constructores han demostrado en muchas hermosas obras cuya dirección se le ha confiado. Nos referimos á las casas de máquinas de algunos ingenios de la jurisdicción, construcciones cuya elegancia y perfección denuncian inteligencia excepcional y gusto exquisito.
Entre ellos citamos ya la del Central Aguada de los señores Casal y Comp., aunque pudiéramos citar otras muchas, que deben su dirección á la acreditada casa cardenense. Los materiales de fabricación han sido laborados en aquellos talleres que cuentan para el caso con todos los aparatos necesarios en serrazon y ajuste de maderas.
Completan su arsenal de materiales los barros, azulejos y mosaicos que hoy pueden adquirirse en Cárdenas á iguales precios que si se recibieran directamente y á precios más ventajosos que pidiéndolos á los almacenes de la Habana.
La esfera de acción de la casa Iglesias, Ribas y Comp. es, pues, bastante extensa y sus negocios muy activos con los pueblos y fincas de la jurisdicción á los cuales surte la casa referida con notada conveniencia.
Uno de los socios comanditarios es el Sr. Alzola, cuyo retrato publicarnos en la otra página, hijo de la industriosa Vizcaya y exponente de las virtudes de aquel honrado pueblo, muchos de cuyos hijos son activos colaboradores de la obra de progreso que Cárdenas representa.
Después de visitar la gran casa de los Sres. Iglesias Ribas y Comp. se siente uno más firme en su fe respecto del porvenir de este país que algunos se empeñan en anunciar sombrío. La prosperidad de Cuba estriba en la virtud y en el trabajo de sus hombres: con esa palanca todas las empresas son fáciles y la obra de la reconstrucción si luchar con las naturales dificultades de todo pueblo que acaba de pasar por una crisis tremenda será un hecho consumado, al fin, si todos á ella contribuimos en la medida de nuestras fuerzas.
Lo que hace falta es que el humo de las fábricas se eleve en todos los confines del país, que el ruido de las máquinas resuene por doquier, que el silbido de la locomotora repercuta en todos los ecos, que las actividades colectivas, por fin, se asocien á ese hermoso concierto que es himno elevado al trabajo, consagración del progreso, digno saludo al nuevo siglo que se nos entra por las puertas del tiempo, como nuncio de adelanto y de regeneración para este pueblo castigado rudamente por tantos años de guerra asoladora.
En esos centros de actividad general, es donde se conforta el alma más pusilánime, más temerosa ante las sorpresas del porvenir, y se afianza la esperanza en mejores días porque se ve palpablemente traducido en grandes veneros de riqueza, el esfuerzo individual que ha hecho en pocos meses de un páramo un vergel y de un desierto una ciudad populosa. Saludemos al genio industrial que tales milagros realiza.
Bibliografía y notas
- “La Fábrica de Hielo. Iglesias, Ribas y Compañía”. El Fígaro Periódico Artístico y Literario. Año 16, núm. 16, 17 y 18, 1900, pp. 186,187.
- Cárdenas segunda mitad del siglo XIX.
- Personalidades y negocios de Cárdenas.
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