Destilería Vizcaya de José Arechabala en Cárdenas. En el comercio y la industria cardenenses figuran en considerable mayoría los vizcaínos. Dáse este fenómeno con frecuencia en Cuba, habiendo localidades donde domina el elemento catalán, el canario ó el gallego. Difícil sería buscar una explicación exacta al caso, pero lo cierto es que se repite y Cárdenas es un testimonio de ello.
Las cinco octavas partes de su riqueza están representadas por vizcaínos, figurando éstos al frente de excelentes establecimientos de productivas industrias y de florecientes fábricas, suma de actividad que ha dado á aquella población la importancia mercantil de que justamente goza.
La destilería Vizcaya que en nuestra reciente y agradable excursión á Cárdenas hemos visitado, es propiedad de un inteligente y perseverante vizcaíno, viejo residente en este país y que tiene la dicha de contar ya con un buen sustituto en su negocio: su hijo el señor José Arechabala, heredero de las virtudes de su padre que le han proporcionado tan cuantioso patrimonio.
Al ausentarse el jefe de la casa, Sr. José Arechabala, para la Península, la destilería continua todas sus operaciones con su tradicional regularidad, dirigido por el Sr. Arechabala (hijo) que entiende y sabe apreciar la gran empresa encomendada á su atención.
Ocupa la gran fábrica un área equivalente á dos manzanas completas de terreno, estando en una mitad establecidos los depósitos de carbón y la destilería y en la otra mitad los depósitos de azúcar, de aguardiente, de alcohol y de ron.
El depósito de carbones es capaz para 6,000 toneladas; el de azúcares, para 300,000 sacos y los de aguardiente, alcohol y ron, para 500 pipas. Además, existe un depósito de mieles capaz para 5,000 bocoyes.
La casa de calderas de la destilería Vizcaya consta de cinco de aquéllas, una de Haine, otra de Nayer y las tres restantes de construcción cubana.
La producción diaria es de 100 pipas de aguardiente y 40 de alcohol, cuya excelencia queda preconizada con decir que es uno de los más solicitados por licoristas y farmacéuticos para la preparación de sus productos. En este particular, la destilería Vizcaya es la mejor de la Isla , juzgando por la gran demanda de sus alcoholes y el crédito creciente de que gozan en el mercado.
Sobrado sabemos lo raro que resulta hallar un alcohol de caña que no conserve el rastro del azúcar en su aroma. Los alcoholes de Vizcaya son absolutamente puros, diáfanos, de alta graduación y los más á propósito para las aplicaciones industriales.
De esto envanécese legítimamente la casa Arechavala, que nos ha mostrado algunos espécimen de su destilación, verdaderamente notables, como que habrán de figurar ahora en el gran certamen universal de París.
Para la producción del aguardiente y el alcohol tiene la casa cinco poderosos y modernos apara tos, tres de ellos destinados al aguardiente y dos al alcohol.
Es preciso girar una visita á la destilería Vizcaya para juzgar de su importancia. Un núcleo numeroso de obreros libra allí su subsistencia con seguridad y otro aun mayor en las operaciones de muelle, pues el señor José Arechavala posee, además, una empresa de goletas y otra de lanchas, en cuyas embarcaciones se hace el transporte de los productos á esta capital amén de un activo comercio de cabotaje.
Entre las buenas goletas de la casa figuran la María del Carmen y la Rosita, bien conocidas en este puerto. Las lanchas conducen los alcoholes y aguardientes de Vizcaya á la Habana y al regreso llevan también víveres y otros efectos para Cárdenas.
Como es de colegir, todo esto representa una gran suma de actividad comercial, á la vez que una dirección muy inteligente, puesto que el movimiento de la casa Arechabala no se reduce á la gran destilería sino que se desarrolla en el exterior, en el puerto, en los ferrocarriles, contribuyendo á la preponderancia comercial de aquella población en suma muy respetable.
Un personal inteligente, que mueve desde el escritorio y los diversos departamentos de la fábrica el propietario, constituye el engranaje sólido de ese complicado mecanismo cuya simple silueta traducen estas líneas.
Tanto como un gran capital es motor de las grandes industrias, el genio de quien las dirige, viniendo á servir de exponente al esfuerzo desplegado el desarrollo, la magnificencia y el crédito de empresas que como Vizcaya es torrente de sangre vivificante y generosa que acrecienta la riqueza cubana, tan necesitada de hombres como el Sr. Arechabala.
Bibliografía y notas
- “Vizcaya en Cárdenas. Destilería Vizcaya de José Arechabala”. El Fígaro, Periódico Artístico y Literario. Mayo 1900, pp. 218-219.
- José Arechabala Aldama en El Libro Azul de Cuba (The Blue Book of Cuba). Habana: Imp. Solana y Cía., 1917, 249-255.
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