Por doquier topa el viajero con un hermoso valle que semeja el circo tantas veces descrito por los poetas y novelistas.
Cirilo Villaverde
Pinar del Río es en la actualidad la provincia más occidental de las quince que conforman la Isla de Cuba. Sus once municipios representan el 8,09% de la superficie total del país con sus 8884,51Km². Bañan sus costas al norte las aguas del Golfo de México y al sur las del Mar Caribe. Limita con la provincia de Artemisa al este y al oeste con el Canal de Yucatán.
Su relieve se conforma de llanuras y montañas, exponente de estas últimas es la Cordillera de Guaniguanico que se extiende desde Guane hasta las Alturas de Mariel en la provincia de Artemisa.
Está dividida la cordillera en dos partes, en la occidental se levanta la Sierra de los Órganos con su famoso Valle de Viñales y en la oriental la Sierra del Rosario con el Pan de Guajaibón, cima más alta del occidente de Cuba con sus casi 700 metros de altura sobre el nivel del mar.
Además de varios lagos y embalses la provincia cuenta entre sus más importantes vías fluviales los ríos Cuyaguateje, San Diego, Bacunagua y Los Palacios.
Cacicazgos, primeros pobladores y descubrimiento en la zona de Pinar del Río.
Llega Cristóbal Colón en junio del año 1494 a los parajes de la costa sur de Pinar del Rio, de los habitantes autóctonos nos relata:1 gente desnuda que se vive de pescado y nunca van en la tierra adentro, ni saben que sea el mundo, ni dél cuatro leguas lejos de sus casas…
Los primeros pobladores fueron los llamados siboneyes, un pueblo más primitivo y con un menor grado de desarrollo que los taínos por lo que en su mayoría como grupo étnico quedaron relegados a la zona occidental de la Isla.
Sin registro escrito, de estos primeros pobladores poco se sabe, siendo las únicas fuentes de información sobre su vida, creencias y costumbres las excavaciones arqueológicas y los textos de los religiosos y colonizadores españoles de los primeros tiempos de la conquista.
Además del cacicazgo de Marien, Diego Velázquez en abril de 1514 envía una carta2 al Rey donde ofrece otros detalles y menciona la existencia de dos provincias de indios, que en el cabo desta isla, a la banda del Poniente están, que la una se llama Guaniguanico é la otra los Guanahatabibes, que son los postreros indios dellas; y que la vivienda destos guanatabibes es á manera de salvajes, porque no tienen casas, ni asientos ni pueblos, ni labranzas, no comen otra cosa sino las carnes que toman por los montes, y tortugas y pescado.
Fray Bartolomé de las Casas en su Historia de Indias3 relata como en este mismo año de 1514 Velázquez envía a Pánfilo de Narváez a pacificar, como ellos dicen, la provincia última, que está al cabo más occidental de aquella isla, que los indios llamaban de Haniguanica.
La conquista de la Isla terminada, en los años siguientes varias expediciones se suceden, por su mayor parte de tránsito hacia el nuevo continente. Fallecido Velázquez en 1524 se sabe por su testamento4 que posee en la zona una hacienda de conucos e puercos e aves e mahiz, en el Puerto de Guanycuanico, en que abrá quarenta e cinco e cincuenta mill montones de axes e yuca, e mill e trescientas cabezas de puercos e aves… Ciertamente un bien avisado hombre de negocios ya contaba Velázquez desde aquella época con puestos y avanzadas de reavituallamiento en aquellos parajes.
Las Mercedes, freno al poblamiento y desarrollo
La comarca comienza a ser explotada en sus inicios gracias a las mercedes de hatos y corrales, una de ellas aparece5 en las Actas Capitulares de la Villa de San Cristóbal en tres de abril de milequinientos é setenta é un año, en ella Diego de Soto pide le hagan merced de una Sabana para poner un sitio de vacas y puercos.
La merced pasa el mismo día a su sobrino Melchor de Rojas para que la pueble y goze de sus productos. Otra merced fue otorgada en 1577 al alcalde de la Habana Francisco Abalos para que en dos sabanas fomentara una cría de ganado vacuno. Aunque en esta época existía una escasa población en la Isla no contribuían a su incremento estas licencias, pues entregaban el dominio de inmensas extensiones de tierra a una sola persona.
- Hato: Se le llamó también Sabana. Para ganado mayor o vacuno. Medía dos leguas a la redonda desde su punto central llamado bramadero, centro, sitio o asiento. Sus 4 leguas de diámetro contenían 1684 caballerías de tierra.
- Corral: Se le llamó también Hacienda y Sitio. Para ganado menor o de cerda. Medía una legua a partir de su centro. El círculo con su circunferencia de dos leguas contenía 421 caballerías de tierra.
- Legua: Equivale a la distancia recorrida por un hombre durante una hora de marcha a pie. La legua tiene 5.000 varas cubanas equivalentes a unas 5078 varas de Burgos o castellanas. Cada legua medía aproximadamente unos 4,2 Km. Antonio Núñez Jiménez considera que las medidas que Cristóbal Colón utilizó equivalen en la legua marina a 5.920 metros y en la terrestre a 2.220 metros
En 1574 con las ordenanzas6 de Alonso de Cásares, oídor de la Real Audiencia, se trata de reglamentar la ocupación de hatos y corrales, se impide su traspaso sin haber sido poblados y se dispone que se puedan entregar tierras para labranza (haciendas) dentro de las mercedes ya otorgadas.
Con la comercialización del tabaco comienza una puja entre los poderosos ganaderos y los vegueros que comienzan a establecerse en la todavía remota y olvidada zona.
La corona española prohíbe desde 1606 hasta 1614 el cultivo del tabaco en Cuba y otras colonias, lo que adicionado al estricto control comercial de la metrópoli frena aún más el desarrollo de su cultivo.
En el año de 1600, diezmada la población nativa, se calculan en unos doscientos los habitantes de la zona occidental.7
En este clima de abandono se establecen ranchos de pescadores y los contrabandistas comercian con potencias extranjeras. Poco a poco la voluntad de los vegueros y agricultores va abriéndose paso a fuerza de trabajo y de subsistencia en un medio adverso al desarrollo, se planta en los realengos y en constante lucha con los propietarios mercedados van creándose pequeños núcleos de población, en general simples chozas.
Diego Evelino de Compostela y el impulso de la fe
A finales de 1687 llega a Cuba el obispo Diego Evelino de Compostela y da un nuevo impulso a la evangelización, es su propósito llevar y aplicar los preceptos religiosos a las olvidadas comarcas.
Unos nueve años antes el Obispo Juan García de Palacios había solicitado al Rey de España el envío de varios clérigos. Con el impulso del Obispo Evelino de Compostela se fundan las primeras parroquias y comienza a estructurarse la vida a su alrededor. Nacen Guane, Guanajay, Consolación y San Rosendo de Pinar del Río.
La Historia de Pinar del Río por Emeterio S. Santovenia.8
Fué en 1554 cuando, conforme afirma una autoridad del lustre y prestigio de Tranquilino Sandalio de Noda9, comenzó, aunque con extremada dificultad, a poblarse Guaniguanico por gente castellana, pues que, no habiendo llegado a sus confines la conquista propiamente dicha al tiempo de llevarla a cabo Narváez…
Y hallándose la colonia de San Cristóbal de la Habana diezmada con motivo de las expediciones de Hernán Cortés y Hernando de Soto a México y la Florida e imposibilitada, por tanto, de ensanchar su esfera de acción, no pudo iniciarse l a colonización del occidente sino a virtud de las mercedes, para poblar de ganados las haciendas de crianza, concedidas por el Ayuntamiento de la Habana.
Las facultades amplísimas otorgadas en 151 1 por los Reyes Católicos al Conquistar Diego de Velázquez, para el repartimiento de las tierras recién descubiertas, hiciéronse a poco extensivas a los Gobernadores y algo más tarde, en 1532, por real mandato, pasaron a ser atribución de los Cabildos.
El de la Habana, atento a las demandas de los ganosos de verse convertidos en dueños y señores del occidente de la Isla, no fué parco ni remiso en emprender la obra de las mercedes.
La primera, relativa al lugar ocupado por la ciudad de Pinar del Río y sus immediaciones, fué concedida por el Cabildo de la Habana a Francisco de Rojas, en 11 de Abril de 1578, con el nombre de sabana Río Feo. Meses después, en 29 de Agosto de 1578, el propio Ayuntamiento dió las mismas tierras, denominadas esta vez San Mateo, a Gaspar Hernández.
Serio conflicto tenia naturalmente que surgir como consecuencia inmediata de la dualidad de mercedes, y a fe que no era el mejor auspicio para el pobrísimo procedimiento de colonización así puesto en práctica la manifiesta violación, que entonces se consumó, de las Ordenanzas de 14 de Enero de 1574, según consta del informe emitido en 31 de Julio de 1843 por los agrimensores Tranquilino Sandalio de Noda, Cristóbal Gallego, José M. Oliva y Francisco C. Cuyás.10
Era todo ello, al fin y a la postre, el golpe de mano, el acto desmesurado que en las épocas de formación y en los períodos constituyentes de los pueblos opone la intención torcida de ciertos hombres al sereno y normal desarrollo de las instituciones.
Más de media centuria había había de transcurrir hasta quedar iniciada la población de la comarca. En 19 de julio de 1641 , en efecto, conocía el Cabildo de la Habana, celebrando sesión, el pedimento de Luis de Riso para que se le hiciese merced del sitio nombrado Pinar del Río.11
Resultó tal concesión, sin duda alguna, la piedra angular sobre la que descansaría una de las obras de las generaciones de lo porvenir, pues que la atención y las preferencias dedicadas a aquella porción de tierra constituyeron el principio real de Pinar del Río, llamado así por las condiciones de su asiento, junto a un gran pinar y a un río.12
El asiento de Pinar del Río, colocado al concederse el sitio en las márgenes mismas del Guamá, fué, según la tradición, trasladado más de una vez, pero sin pasar pasar por espacio de no pocos años de un reducido número de viviendas. Las que al cabo vinieron a formar el primitivo vecindario de Pinar del Río, en el periodo incierto y oscuro que se estudia, fueron construidas en las inmediaciones de los caminos de Abajo y del Sur, cabalmente donde convergen las calles de Vélez Caviedes e Isabel Rubio, alrededor de 1699.
A aquellos días pertenece también la constancia cierta más añeja de la existencia del aparente pueblo en organización. Si bien no ha faltado quien asegurase que el curato de Pinar del Río quedó fundado en 1600,13 es lo positivo que la primera fe bautismal del partido de San Rosendo, que de tal modo era a la sazón llamado, corresponde al domingo 2 de Agosto de 1699.14
“La iglesia parroquial, dice Pezuela, tuvo su principio en una ermita que se levantó en 1710 en el antiguo corral, casi desierto entonces, de Pinar del Río.”15
Hasta bien entrado en el siglo XVIII tuvo Pinar del Rio que luchar, movido sólo por la iniciativa y el esfuerzo particulares de sus escasos moradores, por el sostenimiento propio, de continuo en peligro. Eran sus vegas de tabaco ya conocidas y mucho más apreciada la excelencia de la hoja nicociana que su privilegiado suelo produce y, sin embargo y en realidad, la comarca se hallaba excluida de la comunión civil y social de la Isla, a merced en gran parte de los excesos de la piratearía y abatida en suma por la incultura, el abandono y la despoblación.
Echábase de menos la acción serena y reflexiva de un gobernante capaz de medir las consecuencias del mal que imperaba y los beneficios ofrecidos por el remedio aplicable, y en semejante momento histórico, harto prolongado, a la hora precisa en que se hubiera juzgado indefinida la vida modesta, humildísima de la dispersa y apenas apreciable colonia, el talento y sano deseo de Felipe Fonsdeviela, varón de mérito y administrador ejemplar, tocaron a las puertas del progreso para conducirlo a Pinar del Río.
La aguda penetración de Felipe Fonsdeviela, Marques de la Torre, descubrió, a poco de abarcar con una concepción clarísima los problemas que mayor interés entrañaban respecto del mejoramiento de Cuba en sus distintas manifestaciones, la necesidad y conveniencia de que el Gobierno de la colonia desplegara sus iniciativas y actividades en el occidente cubano.
La injusticia del olvido casi absoluto en que había permanecido por parte de las autoridades de la Isla, la noticia en extremo satisfactoria que se tenía acerca de su especialidad en la producción del mejor tabaco y el incremento que al cultivo y comercio de éste quiso darse, determinaron a Fondesviela, en las postrimerías del tercer cuarto del siglo XVIII, a deparar vida civil a la comarca extendida al Oeste de la Habana hasta el Cabo de San Antonio.
Su primera providencia fué comisionar a un practico en el país, al Lcdo. José Varea, para que reconociese y designase los límites de la proyectada jurisdicción, escogiendo a la vez el asiento más adecuado para la misma. Varea cumplió con la diligencia y rapidez compatibles con las circunstancias el encargo a él conferido.
Leyéronse sus informes ante el Ayuntamiento habanero, el Intendente y los funcionarios principales de la Factoría, cuyas opiniones quedaron emitidas en sentido favorable a la realización de la idea y, en consecuencia, dictó el Gobernador General su Decreto de 23 de Julio de 1774, creando la nueva jurisdicción de Filipina, nombre debido al patronímico del marqués, y mandando a erigir a orillas del Cuyaguateje la población que serviría de cabecera a la comarca, que a la sazón contaba con 2,617 habitantes, diseminados en todo el territorio comprendido entre el río de los Palacios y el cabo de San Antonio.
La jurisdicción nació con categoría de Tenencia de Gobierno, y fué nombrado su primer Teniente Gobernador Antonio Fernández, Capitán de Dragones del Regimiento de América.16
Términos Municipales Pinar del Río (1943) | Habitantes | Electores |
Artemisa | 31.574 | 16.686 |
Cabañas | 28.303 | 12.883 |
Candelaria | 15.885 | 7.775 |
Consolación del Norte | 20.655 | 8.893 |
Consolación del Sur | 47.068 | 22.462 |
Guanajay | 16.502 | 8.777 |
Guane | 30.954 | 13.824 |
Los Palacios | 18.519 | 8.766 |
Mantua | 13.780 | 5.957 |
Mariel | 12.631 | 6012 |
Pinar del Río | 77.051 | 37.328 |
San Cristóbal | 21.776 | 10.257 |
San Juan y Martínez | 28.941 | 14.096 |
San Luis | 19.236 | 9.311 |
Viñales | 15.919 | 7015 |
398.794 | 190.042 |
Producción azucarera de la provincia de Pinar del Río en Cuba para la zafra de 1910-1911.17
Molieron ocho ingenios, los que eran: El Pilar, de Fermín A. de Goicoechea; Gerado, de Vicente Cagigal; Bramales, de J. Alfredo Labarrere; Orozco, de la Compañía Azucarera de su nombre; Merceditas, del Merceditas Sugar Company; Asunción, de Juan Pedro Baró; San Ramón, de Antonio Balsinde Gurdos; Central América, de Francisco Ducassi y Compañía.
Molieron: 17,884,543 arrobas caña ó sean 178,845 toneladas de 100 arrobas, que resultan 223.557 toneladas de 2.000 libras.
Enlaces de interés:
- Mariel
- Pinar del Río (Municipio y Ciudad).
Referencias bibliográficas y notas
- Colección de los viajes y descubrimientos que hicieron por mar los españoles desde fines del siglo XV. Madrid, Imprenta Real, 1825. p. 144. ↩︎
- D. Luis Torres de Mendoza. Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y organización de las antiguas posesiones españolas. Madrid, Imprenta de J. M. Pérez, 1869. p. 424. ↩︎
- Fray Bartolomé de las Casas. Historia de las Indias. Tomo IV. Madrid, Imprenta de Miguel Ginesta, 1876. pág. 39. ↩︎
- Colección de documentos inéditos relativos al descubrimiento, conquista y organización de las antiguas posesiones españolas. Tomo XXXVI, Cuaderno I. Madrid, Imprenta de Manuel G. Hernández, 1881. pág. 528. ↩︎
- Padre Joaquín Gaiga. Pinar del Río: Tres siglos de compromiso evangelizador. Obispado de Pinar del Río, Ediciones Vitral, 2003. pág. 13. ↩︎
- Ordenanzas municipales de la Habana. Imprenta del Gobierno y Capitanía General, por S. M., 1827. pág. 25-26. ↩︎
- Santovenia y Echaide, Emeterio S. Pinar del Río. Fondo de Cultura Económica. Pánuco, 63 México. pág. 28. ↩︎
- Santovenia, Emeterio S. “La Historia de Pinar del Río”. El Fígaro Periódico Artístico y Literario. Año 35, núm. 6 y 7, 10 y 17 de febrero 1918, pp. 143-151. ↩︎
- Anales y Memorias de la Real Junta de Fomento y de la Real Sociedad Económica. Habana, 1858, Serie IV, t. I, p. 175. ↩︎
- Debo esta interesante referencia al Lcdo. Oscar Gobel y del Junco y al señor Pablo Llaguno y de Cárdenas. ↩︎
- Es de observarse que desde esa fecha hasta asaz entrado el siglo XIX escribió indistintamente Pinar del Río y Pinal del Río. El uso ha desechado Pinal, prefiriendo Pinar, pero de todas suertes, paréceme oportuno recordar aquí lo dicho por Esteban Pichardo, que escribía Pinal, media centuria ha:
“Muchos dicen Pinar, pero téngase presente que yo adopto la regla siguiente: todos los colectivos castellanos de esa terminación acaban en al, que es la expresión árabe, y no en ar, más para evitar la cacofonía cuando en la palabra hay l, entonces solamente se permite la terminación en ar. Así no diremos Palmal, Malval, Limonal, sino Palmar, Malvar, Limonar, etc. En todos los demás la silaba ar es corruptela, ni pueden sonar ya bien al oído Cafetar, Boniatar, Cañaverar, Bejucar, etc.” (Geografía de la Isla de Cuba, por don Esteban Pichardo. habana, 1854, tercera parte, p.78). ↩︎ - Diccionario geográfico, estadístico, histórico, de la Isla de Cuba, por don Jacobo de la Pezuela. Madrid, 1866, t. IV, p. 217. ↩︎
- Anales y Memorias de la Real Junta de Fomento y de la Real Sociedad Económica. Habana, 1859, Serie IV, t. II, p. 198. ↩︎
- Aparece que en este día el sacerdote católico beneficiado Simón de Torre puso los santos óleos al niño Joseph Tomás, hijo legítimo de Lázaro, moreno libre y natural de Jamaica, y Tomasa, india y natural de la Habana, padres cuyos apellidos resultan ilegibles, según consta el dato que me ha facilitado el Lcdo. Oscar Gobel y del Junco. ↩︎
- Historia de la Isla de Cuba, por don Jacobo de la Pezuela. Madrid, 1878, t. III, p. 107-108. ↩︎
- (De la Pezuela 107-108). ↩︎
- “Producción Azucarera De Cuba: Provincia De Pinar Del Río.” La Industria Azucarera Americana, XIV, no. 4, Abr. 1912, pp. 71–72. ↩︎
Maria Lazara dice
Poseen los nombres de los primeros avecindados en el llamado Pinar del Rio?
Almar dice
Hola María, Emeterio Santovenia en el libro (#7 en la bibliografía) dice que: “A mediados del siglo xvi el territorio situado al oeste de La Habana estaba despoblado de españoles. No fue sino en 1554 cuando empezaron a aparecer por allí hombres blancos con intenciones de asentarse”. En la pág. 27 aparece una lista de nombres y agrega igualmente: “Los Rojas lograron lo bastante para ser tenidos por latifundistas de las comarcas occidentales. Hasta Pedro Menendez de Aviles, gobernador de Cuba y adelantado de La Florida, se procuró la posesión de una dilatada dehesa”. Si no tiene acceso al libro me dice y agregaré los nombres en la página… Saludos!