“Ni una movida en todo este tiempo para ayudar a Cuba.” Wilson en el Pittsburg Post. (1902).
Gen. Wilson, ex-gobernador de Matanzas, abiertamente acusa a los estados Unidos de romper la fe. Los estragos de la guerra no han sido reparados. El delegado a la coronación del Rey Eduardo no se anda con rodeos en un discurso en Chicago. Reciprocidad es el remedio.
Desde nuestra ocupación en Cuba no hemos hecho nada para reparar los estragos de la guerra. No hemos restablecido familias en sus hogares ni hemos intentado repoblar granjas y plantaciones estériles. No hemos dado un solo paso para extender el comercio del país y permitir que la isla se recupere de la devastación de la reciente guerra.
Gen. James H. Wilson
Chicago, Feb. 13 — Con estas palabras el General James H. Wilson, antiguo gobernador de Matanzas y reciente candidato como delegado representante del ejército de los Estados Unidos a la coronación del rey Eduardo, acusó de negligencia con Cuba en un discurso dado esta noche en Liga del Club Unión.
El General Wilson hizo frecuentes referencias a lo que llamó el injusto tratamiento recibido por la Isla en manos de la administración.
Ruptura de fe aparente
El orador dejó claro que una interpretación de ruptura de fe podría ocurrir por parte de los cubanos ante nuestra conducta.
«Prometimos nosotros al comienzo de la guerra» —dijo, contra la intención de ejercer cualquier soberanía sobre la isla y prometimos retirar nuestro ejército tan pronto como se restableciera la paz. A pesar de este compromiso hemos experimentado cada atributo concebible de soberanía sobre Cuba. Hemos absolutamente controlado los asuntos domésticos del pueblo y aunque ha reinado perfecto orden por dos años nuestro ejército continúa poseyendo el país.
Reciprocidad es el remedio.
El remedio propuesto por el General Wilson es la inmediata reciprocidad con Cuba. Anexacion —mantiene, vendrá con seguridad, pero para cumplir con la emergencia propone eliminar aranceles en las importaciones cubanas y al mismo tiempo proteger la isla haciendo extensibles nuestras propias tarifas para importaciones extranjeras.
Esta política —afirmó, actuaría como un estímulo al comercio cubano y restauraría la prosperidad de pre-guerra en el país. Citando estadísticas intentó demostrar que este tipo de libre comercio no tendría prácticamente efecto injurioso en ninguna de nuestras propias industrias. El efecto contra la industria tabacalera —asintió, no será resentido y la industria azucarera tampoco sufrirá en gran medida.
General Wilson habla claro y dice que no hemos hecho nada para reparar los estragos de la guerra en Cuba.
«General Wilson Habla Claro.» Birmingham News.(1902):3
Chicago, Feb. 14 — Desde nuestra ocupación en Cuba no hemos hecho nada para reparar los estragos de la guerra. No hemos restablecido familias en sus hogares ni hemos intentado repoblar granjas y plantaciones estériles. No hemos dado un solo paso para extender el comercio del país y permitir que la isla se recupere de la devastación de las recientes guerras.
Con estas palabras el General James H. Wilson, antiguo Gobernador de Matanzas y designado recientemente como delegado representante del ejército de los Estados Unidos a la coronación del Rey Eduardo acusó de negligencia con Cuba en un discurso pronunciado anoche en la Liga del Club Unión.
El remedio propuesto por el general Wilson es la reciprocidad inmediata con Cuba. La anexión, dijo, seguramente llegará, pero para hacer frente a la emergencia propuso eliminar el arancel sobre los importes cubanos y al mismo tiempo hacer extensiva a la isla nuestra propia tarifa protegida para importaciones extranjeras.
Esta política, afirmó el general Wilson, actuaría como un estímulo al comercio cubano y restablecería la prosperidad que experimentaba el país antes de la guerra. Mediante una cita de estadísticas intentó demostrar que este libre comercio no tendría prácticamente efectos perjudiciales en nuestras propias industrias, afirmó que no se sentiría y que la industria azucarera no sufriría en gran medida.
Reciprocidad es el remedio.
«Reciprocity the Remedy.» Beatrice (Nebraska) Daily Express 32. (1902)
El general Wilson apremia esta política para Cuba y crítica la administración.
Dice el exgobernador de Matanzas que traicionamos ayuda a la isla. Hay que dar ayuda a Cuba de inmediato. Anexión, declara, es inevitable.
Chicago, Feb. 14 — “Desde que ocupamos Cuba nada hemos hecho para reparar los estragos de la guerra. No hemos restablecido familias en sus hogares, ni hemos intentado repoblar granjas y plantaciones estériles. No hemos dado un solo paso para extender el comercio del país y permitir que la isla se recupere de la devastación de la reciente guerra.”
Con estas palabras el general James H. Wilson, antiguo gobernador de Matanzas y recientemente designado como delegado representando al ejército de los Estados Unidos a la coronación del Rey Eduardo, acusó anoche de negligencia con Cuba en un discurso pronunciado en la Liga del Club Unión.
Hizo frecuentes referencias a lo que llamó el trato injusto que la isla recibió de manos de la administración. El orador dejó claro que una interpretación de fe quebrantada podría ser manifestada por los mismos cubanos sobre nuestra conducta.
Nos comprometimos al comienzo de la guerra —dijo el orador, contra la intención de ejercer cualquier soberanía sobre la isla y prometimos retirar nuestro ejército tan pronto como se restableciera la paz. A pesar de este compromiso hemos ejercido todos los atributos concebibles de soberanía sobre Cuba. Hemos absolutamente controlado los asuntos internos de la gente y aunque perfecto orden ha reinado durante dos años nuestro ejército todavía está en posesión del país.
El remedio propuesto por el general Wilson es la reciprocidad inmediata con Cuba. La anexión —mantiene, de seguro vendrá.
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