Alacranes: Personalidades

Del poblado de Alacranes no puede afirmarse con seguridad que hubiera un acto formal de fundación. Se asegura que se fundó alrededor del año 1818 situándose en terreno llano a la orilla del camino real del sur y a la derecha del río San Andrés.

Tuvo el pueblo de Alacranes como alcalde municipal en 1941 al doctor Abraham H. Morejón Delgado, el cual por ser un defensor de las necesidades de la población y por su ejemplar ejecutoria al frente de la municipalidad hizo que toda la población cifrara en el sus esperanzas en vistas de un mejoramiento económico y social que proporcionara a sus laboriosos habitantes un mayor bienestar.

El Dr. Mario Curbelo Hernández hizo sus primeros estudios en la Habana, lugar donde se graduó en 1931. A continuación llevó a cabo sus prácticas profesionales en el Hospital de Maternidad.

Tomás Padrón Castañeda fue uno de los más prestigiosos comerciantes de Alacranes. Nació el año de 1882 en San Andrés, Islas Canarias y se trasladó a Cuba en el año de 1903 radicándose en la municipalidad de Alacranes.

La más alta autoridad municipal del término de Alacranes fue el doctor en farmacia Abraham Morejón Delgado, propietario de la farmacia Morejón, establecida desde 1925 en San Francisco y General E. Garda.

El señor Bartolo Hernández González fue Presidente del Ayuntamiento de Alacranes, cargo para el que fue elegido por sus compañeros, quienes vieron en el al hombre de carácter disciplinado y de iniciativas, apropiado para colaborar desde tan importante posición en la obra administrativa de la municipalidad.

Antonio Díaz Mendoza fue un distinguido comerciante de Alacranes propietario de la “Casa Ñico”, establecida en San Francisco número 40. Fue elegido Concejal de la Municipalidad por el Partido Demócrata Republicano para el período 1940-1944.

Culto y competente, el señor José I. Valdés Sánchez fue Secretario de la Administración de Alacranes. Desempeñó cargos de importancia y responsabilidad en diversas entidades comerciales de Cuba y oficinas públicas, juzgados, etc., destacándose siempre por su laboriosidad y capacidad, las que le valieron una alta estimación.