El domingo primero de enero comenzando el año de gracia de 1882 se reúnen varios conocidos e invitados para celebrar un hecho que marcaría la ciudad de Matanzas hasta nuestros días. Los doctores Juan Fermín Figueroa y Ernesto Triolet Teliebre acababan de fundar la “Boutique Francesa” en pleno corazón de Matanzas, sita en los números cuarenta y nueve y cincuenta y uno de la calle Gelabert (Milanés).
Más de un siglo después es un museo farmacéutico conocido como la “Farmacia Francesa del Dr. Triolet”. La preservada casa sigue prestando valiosísimos servicios a la comunidad ateniense, como cuando allí se creaban, mezclaban y vendían toda suerte de remedios, jarabes y píldoras haciendo más llevadera la existencia a enfermos y dolientes. Ahora transporta en la historia siendo conocida mundialmente.
Los dos hombres de ciencia se habían conocido durante un congreso en Francia. Uno graduado en Madrid y el otro en París comparten sus ideas y fraguan planes los que culminan con la posterior creación del establecimiento en la ciudad de los dos ríos.
No se sabe con certeza si fueron los negocios o el amor en primer lugar la causa que retuvo al señor Triolet en Cuba. Lo que es cierto es que contrae matrimonio con María Justa de Figueroa hermana de Juan Fermín Figueroa y en su compañía se abren las puertas de la farmacia. El destino se interpone pues María enferma de tuberculosis y muere dejando con apenas treinta años a su esposo en el duelo.
Entre tanto María de los Dolores de la Caridad Cleofas Figueroa y Marty hija de su amigo y sobrina política terminaba sus estudios el treinta de mayo de 1886 en el Colegio de Farmacia de Nueva York. Pese a los obstáculos que la sociedad de esta época imponía a la mujer se convirtió en la primera cubana graduada de Doctora en Farmacia.
En 1891 contrae segundas nupcias Triolet con María de los Dolores y nacen de esta unión tres hijos, Ernesto quien ve la luz el treinta de marzo de 1893 para seguir los pasos de su padre, Celia destinada a ser pintora y Alfredo futuro médico forense. El doctor Triolet no habría de disfrutar largo tiempo de los placeres paternales.
El diecinueve de diciembre de 1900 durante su viaje a la exposición universal de París fallece el fundador Ernesto Triolet Teliebre de una fuerte pulmonía. Había ganado en esta ocasión la medalla de bronce con los productos que exponía, entre otros su elíxir tridigestivo.
El catorce de julio de 1902 el ayuntamiento de Matanzas otorga la licencia No. 62 a la señora viuda de Ernesto Triolet y Compañía, la autorización de operar un establecimiento de farmacia. Se hace cargo su viuda de la farmacia hasta 1909 cuando su sobrino, el doctor Ernesto Valdés Figueroa pasa a dirigir el establecimiento.
Hacia 1915 en compañía de su hijo Ernesto Luis Leopoldo Triolet Figueroa, recién graduado de Doctor en Farmacia retoma las operaciones del establecimiento bajo el nombre de “Viuda de Ernesto Triolet e Hijo”.
La muerte sorprende a María de los Dolores el seis de abril de 1944 a sus ochenta y un años. Dirigido por el Dr. Triolet Figueroa (hijo) seguirá el encaminado negocio farmacológico prestando sus servicios durante varios años, hasta que la dependencia es nacionalizada por el estado el veinte y tres de noviembre de 1963 y se convierte en Museo Farmacéutico el treinta de abril de 1964.
Ernesto Luis prefiere quedarse trabajando entre las vitrinas y pociones que lo vieron pasar de niño a adulto hasta su fallecimiento ocurrido en 1979. Sabía de las horas dedicadas a cada pedazo de su querida farmacia y en cierta ocasión deja constancia expresándose así:
Me consagré a mantenerla en el orden moral y profesional, con el nombre y prestigio de la familia Triolet. Cuando muera me iré confiado de que alguien la seguirá cuidando. Ernesto Luis Triolet
Ernesto Luis Triolet
En el presente La Botica Francesa Dr E. Triolet ha sido declarada monumento nacional y se encuentra abierta al público. En ella podemos ver los libros de asentamiento de recetas con apellidos tan ilustres como: Font, Valhuerdi, Carnot, Ortiz y Gallup entre muchos otros.
Además de los ungüentos y pociones se ha logrado conservar la atmósfera original y la impresión de un viaje al período neoclásico de finales del XIX.
El bello edificio joya de nuestra ciudad ha sido conservado por el amor de muchas personas lo que prueba que cuando existe la voluntad sí se puede. Actualmente se exponen y se venden trabajos de vitrales en la segunda planta además de las visitas guiadas por la instalación.
Los recorridos nos permiten ver las talladas estanterías de caoba, mostradores de mármol, bocales hechos de porcelana de Sèvres, alambiques de cobre y la instrumentación médica de la época.
No falta el misterio para completar la historia del lugar. En la planta alta donde residía la familia se escuchan aunque no funcione las campanadas de un antiguo reloj de péndulo. Alternando con las campanadas se oyen los tres golpes de bastón como acostumbraba dar el antiguo propietario. Hasta el piano se anima solo y se oyen sus notas, como si llamaran al fantasma de una pequeña niña que sube corriendo las escaleras desde la puerta principal hasta el segundo piso. Decía el Dr. Triolet que era su sobrina.
Ahora se vende cultura y belleza en la farmacia. Vigilados al salir por el atento ojo del boticario podemos estar seguros de que en Matanzas alguien velaba por los dolientes y, si por casualidad volteamos la cabeza quizás podamos ver alumbrarse el farol que como cada lunes informaba “Estamos de Guardia”.
Curiosidades:
- El 30 de octubre de 1913 Dolores y Triolet (hijo), adquirieron un reloj que colocaron en el dispensarial a las ocho menos diez minutos de la noche.
- El 3 de julio de 1916 se produce el traspaso de la Licencia de manos de Dolores Figueroa a la compañía formada por la viuda de Ernesto Triolet e hijo.
- El 16 de junio de 1918, el padre Romeo bendice a La Virgen de la Purísima Concepción, siendo padrinos Alfredo Triolet (hijo de Dolores) y Roberto Gilí escribano de la farmacia y amigo de la familia Triolet Figueroa, la talla esculpida en mármol blanco de Carrara sería colocada en la farmacia. Cuentan los trabajadores y testigos presenciales que en una ocasión la virgen después de ser restaurada y repuesta en su lugar emitió una fuerte luz azul, «en signo de agradecimiento».
- Los libros de asentamiento de recetas, fueron encuadernados en la imprenta «La Pluma de Oro», propiedad de Julián Carreño, algunos de los escribanos que tenían a su cargo, anotar cada día todas las fórmulas que se preparaban en esta farmacia, en la primera década del siglo XX fueron: Victoriano J. Pérez y José Serapio Leal y Gordillo, En los años siguientes aparecen los nombres de José Calzadilla y Ortiz, Roberto Gilí, Carlos Morales, José Fernández y José Luís Dubrocq.
- Museo farmacéutico de Matanzas (https://www.tripadvisor.ca/)
- Personalidades y negocios de Matanzas.
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