
Pocos establecimientos del ramo de ferretería y maquinaria hubo en la Habana, tan bien acondicionados como el que en la Avenida de Italia, número 101, esquina a San José, poseía la razón social de Enrique Saavedra y Compañía, sucesores de M. Vila y Compañía.
Esta casa fué fundada en el año de 1890, por los señores Vila, Gardner y Compañía, y en pocos años adquirió tal crédito, que pronto llegó a popularizarse, siendo generalmente conocida por la ferretería de Vila.
Más tarde giró la casa bajo la razón social de Manuel Vila; después con la firma de M. Vila y Compañía; luego Nadal y Saavedra; después Enrique Saavedra, y hacia 1918 se denominaba “Enrique Saavedra y Compañía, sucesores de M. Vila y Compañía”.
Cerca de 1910 en esta casa se declaró un violento incendio que la destruyó, en gran parte, por el fondo. Sin embargo, al poco tiempo se realizaron importantísimas obras para hacer un establecimiento moderno, en cuyas reformas se gastó la sociedad unos cuantos miles de pesos continuando su marcha siempre progresiva.
El edificio que ocupaban la tienda, muestrario y almacenes, tenía aproximadamente una superficie de 600 metros cuadrados. Estaba dividido en tres naves, perfectamente acondicionadas, rodeadas de escaleras corredizas por medio de raíles, que circundaban todo el establecimiento en su interior.
La parte de la tienda, estaba admirablemente presentada y acondicionada en tal forma, que el público encontraba con facilidad los objetos que buscaba y teniendo para encontrarlos gran facilidad el dependiente. El establecimiento era un muestrario cerrado, de cristalería, en el que se exhibían todas las herramientas, tornillos, llaves, etc.
La especialidad de esta casa eran los accesorios para maquinaria y artículos de ferretería.

Esta casa es la primera que trajo a Cuba las poleas de madera, que tan gran aceptación tuvieron en este mercado, poleas éstas que eran, entre las de esa clase, las mejores.
Los señores Enrique Saavedra y Co. representaban las poleas de madera “Gilbert”, las poleas de acero “Philips” y “American” además de la correa impermeable “Cocodrilo”. Eran también subagentes de la fábrica de armas “Colt”.
En el certamen de vidrieras, celebrado hace años, esta casa se llevó el primer premio en el giro.
Los gerentes de la casa fueron los señores Enrique Saavedra Rúa, Bernardo Blanco Cuervo y Benigno Saavedra Rúa, y su actividad y competencia quedó demostrada con el progreso creciente de la popular casa que trabaja con capital de $300.000. El promedio de ventas anualmente era de $400.000.
El escritorio estaba en la misma casa y entre empleados de éste, y de la casa en general, eran quince los dependientes.
Tuvo además un depósito para maquinaria y tubería, en la calle de San José, 26. Este depósito ocupaba una superficie de 600 metros.
A grandes rasgos trazada la silueta tal fue la importante casa Enrique Saavedra y Compañía, Sucesores de M. Vila y Compañía, casa que por la calidad y cantidad de sus operaciones se colocó en el envidiable lugar que ocupó entre las similares.
Bibliografía y notas
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