Úrsula Céspedes desde muy temprana edad comenzó a cultivar las letras, publicando sus primeras composiciones en periódicos de Bayamo, su ciudad natal y de Santa Clara.
Casó en 1857 con el poeta Ginés Escanaverino, dedicándose a la enseñanza en una academia de niñas que con el nombre de “Santa Ursula”, dirigió durante varios años.
Sus composiciones son sencillas, naturales y tiernas. El hogar, los cuidados de su familia, las bellezas del campo, son los lemas que la inspiran y hacen pulsar la lira.
En 1861 publicó un tomo de poesías, con el título de “Ecos de la Selva”, que aparece prologado por Carlos Manuel de Céspedes.
Dolora
¿Qué soy? ¿De dónde vengo?
¿A dónde voy?
¿Qué soy yo? -Gota de lluvia
que sacudió el huracán,
de sus alas tenebrosas
cayendo en medio del mar;
Girón de nube que rueda
perdido en la inmensidad;
pluma que llevan los vientos
y quien sabe dónde irá;
La voz de tímido insecto;
de una abeja el susurrar
confundido en el estruendo
de la voz universal;
Pequeña chispa de fuego
consumida en el hogar;
rayo de luz, eclipsado
por inmensa claridad.
*****
¿De dónde vengo? —Del caos,
de la nada quizás;
de otro mundo más hermoso
que me mandan olvidar;
De esas nubes tempestuosas
que amontona el vendabal;
de las nieblas de la noche,
o del humo del volcán;
De dos sombras que despiden
luces, chispas, al chocar;
del misterio, de la duda,
o de la fatalidad.
*****
¿A dónde voy? -¡Quién lo sabe!
A donde los otros van;
a la luz o a las tinieblas;
al error o a la verdad;
Al placer o al sufrimiento;
a la guerra o a la paz;
a las doradas quimeras
o a la triste realidad;
A la destrucción completa;
¡Tal vez a la eternidad! ...
Pero en cruel incertidumbre
sólo me es dado exclamar:
¿Quién soy yo ? -Girón de nube
que dejó la tempestad.
¿De dónde vengo? -Del caos.
¿A dónde voy? -¡Más allá!
*****
En el Cementerio de la Habana1
Aquí está el cementerio; más en vano
buscan mis ojos en redor siquiera
la sombra de un ciprés;
allí están los sepulcros, y mi mano
no halla una flor con que vestir pudiera
su estéril desnudez.
Ningún rumor se escucha; las abejas
de esta inmensa colmena se han dormido
en sus celdas sin miel;
¿ Qué importan de los céfiros las quejas
entre las ramas del laurel florido, ...
ni qué importa un laurel?
¡Muertos!.. la paz que disfrutáis, empero,
en este rico panteón, me aterra,
me hiela de pavor;
pues yo para mi tumba mejor quiero
que estas puertas de jaspe, una de tierra,
un árbol y una flor.
¡Oh! cuán solos estáis! . . . qué silenciosa
ven de las tumbas vuestros ojos fijos,
reinar la obscuridad!
¡Qué lejos el esposo de la esposa!
¡Qué apartada la madre de los hijos
que dejó en la orfandad!
¡Oh! cuán solos estáis... la santa ofrenda
que a vuestro umbral depositó una madre,
la llevó el aquilón;
No hay un sollozo que las piedras hienda,
ni un dolor que los mármoles taladre
de esta yerta mansión.
Si abren las flores su argentado broche,
y el euro blando y armonioso orea
las ramas de la vid;
si la lluvia de Mayo por la noche
en vuestra losa funeral golpea ...
¿Qué os importa, decid?
Qué os importa, decid, que suave y lenta
resbale por los aires una nota
del arpa universal;
si sólo el estridor de la tormenta,
y el granizo que en mármoles rebota,
pudiérais escuchar? ...
¡Muertos! la paz que disfrutáis, me aterra
esos sepulcros en el muro fijos
me hielan de pavor;
yo no quiero en mi cuerpo más que tierra,
empapada en el llanto de mis hijos,
un árbol y una flor.
Bibliografía y otras fuentes
- Se refiere la autora al antiguo Cementerio de Espada, compuesto de varios patios rodeados de gruesos muros, en los cuales se abrían hileras de nichos superpuestos. ↩︎
- Roig de Leuchsenring, E. (1919, agosto). Poetisas Cubanas, Úrsula Céspedes de Escanaverino. Revista Social, p. 84
- Escritores y poetas.
Deja una respuesta