Cartas de Heredia a su padre, México, mayo 3 de 1820
Querido papá:
la nueva para mí tan halagüeña de la restitución del sistema del año 12, no puede menos de inflamar mi entusiasmo: arrebatado al solo nombre de libertad, cuando perdía la esperanza de volver a ver a mi patria sacudiendo el ignominioso yugo de sus tiranos, acaso desfogué mi odio hacia la esclavitud con algunas composiciones que por falta de corrección, y más bien por mi poco empeño en concluirlas, ( viendo el ningún efecto que suelen producir las quejas dolorosas de los oprimidos ) no han llegado a noticia de Ud.
Sí padre mío: no es esta la primera vez que encendido en el amor de mi patria la dirijo mis ecos. Al verla gemir bajo el maldito azote de la tiranía, me sentí mil veces arrebatado de un extraño furor, y en lo más escondido de mis delirios la ví correr al campo de la gloria, sacudir el yugo de sus opresores, y fijar para siempre los cimientos de su libertad al eco sólo de mi voz que la reanimaba.
Quizás ha llegado el momento feliz en que pueda escuchar voces más sonoras que las mías: pero esto ni pone traba a mi imaginación y lengua, para dejar de mostrar mis sentimientos, ni tampoco anula la obligación que contraje al nacer de manifestar mi gratitud a los verdaderos libertadores de mi patria.
Escuche Ud. Pues los acentos que salen de mi corazón y no de mi lengua, en honor de una nación y unos conciudadanos que Ud. Tanto venera. Ojalá algún día, llevado de mis patrióticos sentimientos y de los sabios consejos de Ud., pueda tributarle como testimonio de mi sincera gratitud, en lugar de empalagosos y estériles himnos los honrosos y sagrados servicios de ciudadano.
Referencias bibliográficas y notas
- Heredia, José María. Prédicas de libertad, Cuadernos de cultura IV, Secretaría de Educación, La Habana, 1936, págs. 41-42
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