

En el año 1905 la señora Otilia Urrutia de Álvarez fundó el Colegio Esther instalándolo en la calle de Obispo 39 altos, ciudad de la Habana.
Los comienzos fueron modestos. Pero pronto, apenas el primer curso había llegado a la mitad, el número de alumnos aumentó considerablemente; y en el curso siguiente llegaron al Colegio, procedentes de las más apartadas regiones de la Isla, muchas alumnas cuyos padres habían recibido los mejores informes acerca de la instrucción que en el Colegio Esther recibían las pequeñuelas que al mismo concurrían.


Efectivamente; la señora Otilia Urrutia de Álvarez, que a sus títulos y sólidos conocimientos pedagógicos reunía verdadera vocación por la enseñanza, educaba perfectamente y al mismo tiempo formaba el carácter de las educandas inculcándolas sanos preceptos morales y sujetándolas a un régimen sencillo y familiar dentro del orden y de la aplicación.
El Colegio fué acrecentando su fama, y poco a poco el local en que estaba instalado resultó pequeño para contener las alumnas que cada año en mayor número acudían a matricularse.


Y entonces, hace poco tiempo de ello (1918), se trasladó a la magnífica casa que hoy ocupa, en la Calzada del Cerro, número 561, entre las calles de Consejero Arango y Carbajal, próximo a la esquina de Tejas y orientado E y N, o sea la orientación que en un país cálido como el nuestro es la más adecuada, y la que recomienda la higiene.
La situación, en el lugar más elevado de la Calzada, tiene otra ventaja cual es la de la facilidad en las comunicaciones con la Habana, Vedado, Jesús del Monte y Víbora, para cuyos sitios van tantos tranvías como pasan por frente al Colegio.
La enseñanza en éste es completa: comprende la Primaria, Elemental y Superior, preparación para ingreso en la Escuela Normal de Maestros, estudios completos de Bachillerato, estudios de Pedagogía con examen en la Universidad, idiomas, solfeo, música, dibujo y pintura, mecanografía, corte y costura sistema Acmé; bordados en blanco y sedas y toda clase de trabajos manuales como son encajes, malla, trabajos de rafia y otros.


Las clases empiezan a las 8 a. m. y al frente de las mismas se halla un distinguido cuerpo de profesoras.


La labor de la Directora la comparten con ella la señora Gloria Vilaseca de Lamar, profesora con muchos años de práctica y la señorita, Victoria Reigosa; y las señoritas Salomé González, profesora de labores; Carmen Montemar, de piano y francés; Irene Huguet, de mandolina Katte Guitton, de inglés, y el señor José García Alvarado, bachillerato.
Aparte de las asignaturas citadas, las labores completan la educación de las alumnas las que en los exámenes se han cuidado hasta la fecha de demostrar, alcanzando brillantes notas en los mismos, la eficacia de la instrucción que en el Colegio Esther se recibe.
El trato en el Colegio es afable y familiar: las alumnas tienen ratos de expansión y así, dedicadas al estudio y sin echar de menos los juegos, se educan física y moralmente a la perfección.
El éxito alcanzado por la distinguida dama y excelente educadora señora Otilia Urrutia de Álvarez, es bien merecido; y cada vez adquiere mayores proporciones.
De interés: Personalidades y negocios de la Habana
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