Las Fábricas unidas de velas S. A. de la Habana. Cuando la electricidad se popularizó debido al poco costo que presentaba el fluido repartido a domicilio; al ver que en todas, o en la mayor parte de las casas de la ciudad, se sucedían las instalaciones eléctricas completas creyóse que la muerte de las fábricas de velas, debido a la falta de consumo de éstas, era inevitable.
No dejaba de tener razón quien tal pensara porque, por ejemplo, la comodidad que representa una bujía eléctrica en el cuarto dormitorio, la que se enciende y apaga a voluntad, comparada con la que ofrece una vela para encender la cual hay que apelar primero al fósforo, y que una vez encendida su luz es poca comparada con la de la electricidad, era motivo sobrado para creer en la desaparición de la vela.
Y otro progreso, el del automóvil cuyos faroles no necesitan vela o “trabuco” como los necesitan los coches es otro argumento.
Y siendo poderosas las dos razones apuntadas; y siendo lógico que el descenso en el consumo de un artículo puede dar por resultado la supresión de las fábricas en que se elabore, ello no ha rezado para nada en la fabricación de velas.
Siguen en pie antiguas y acreditadas fábricas; sigue el consumo, mermado, pero sigue.
Y, dejando digresiones que no dejan de estar indicadas en el caso de la Compañía de que vamos a ocuparnos, veamos cuál es la importancia de la Sociedad Anónima “Fábricas Unidas de Velas” y anotemos algunos datos acerca de la misma.
En 1915 se fundó la sociedad bajo cuyo nombre social se agruparon las fábricas “El Vapor”, “La Luz” y “La Primavera”.
Fábricas Unidas de Velas. Sociedad anónima.1
En atenta circular se nos participa que con fecha 1o. de los corrientes (julio 1915), y ante el Notario público de esta ciudad, Ldo., Ramón María Ruiz y Rodríguez, se ha constituido la sociedad anónima “Fabricas Unidas de Velas”, cuyo principal objeto es la fabricación y venta de velas de cera y esteáricas de todas clases, y la preparación de blocks y compuestos de grasas luminantes; y en general, la explotación de todo negocio de licito comercio que guarde relación con la mencionada industria.
También se nos participa en la misma circular, que han adquirido, por compra, las fábricas de velas “La Luz” y “El Vapor”, con todas sus marcas y patentes, entre las cuales figuran las de las afamadas velitas “Mariposa”, para, dormitorio, y las de uso corriente “Ideal”, “Luz Ideal” y “Prodigiosa”, cuya producción se proponen ampliar, mediante la instalación de nuevas maquinarlas, para poder cubrir la gran demanda de estas velas existentes en esta plaza y en el interior de la Isla.
El capital social era de $150.000 en acciones. Toda la materia prima empleada en la fabricación de velas se importaba de los Estados Unidos. La producción anual podía calcularse que representaba 10 mil pesos en velas, y la venta alcanzaba la cifra de $100.000.
De cuatro máquinas se disponía para la fabricación; y al cuidado de ellas y para otros trabajos había empleados siete obreros y dos obreras.
La tienda, almacén, oficina y fábrica estaban situadas en Monte, 191; planeándose ocupar la planta baja del magnífico edificio que se construía en la calle de la Trinidad, entre Consejero Arango y Carbajal en el Cerro, en cuya planta alta residirían el administrador y altos empleados.
Los productos más populares y más solicitados eran las velas marca “Mapa de Cuba” que alumbran como un foco de 16 bujías y las velitas de ocho horas, marca “Ideal”, popularísimas.
Presidía el Consejo Directivo de la Compañía, P. Obregón Arenal; era Vicepresidente, gerente y administrador Francisco Álvarez y González; y Secretario José Quesada Sánchez. Los señores Oscar Álvarez de Urrutia, José Collía González y Manuel Escoto eran Vocales. El principal accionista era Don Francisco Álvarez.
Los productos de la Compañía obtuvieron premio en la Exposición de Milán.
En el Boletín oficial de la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo aparecen las Fábricas Unidas de Velas, S. A. con domicilio en la Calzada del Monte 191, Habana, solicitando en 24 de abril 1916 una marca de fábrica del mismo nombre que ampare velas, cirios, hachas, hachones, velitas, trabucos y figuras u objetos de cera.2
Incendio en una Fábrica de Velas en 1924.3
En la Fábrica de Velas de Armando Álvarez y Francisco Álvarez González, situada en Trinidad 24 y 24 y medio en el Cerro, se declaró en las últimas horas de la tarde de ayer (19 de noviembre 1924) un violento incendio que comenzó en las pailas en que se derriten las grasas, situada en el entresuelo de la casa.
Los bomberos del Cerro y de Corrales acudieron y tras de más de una hora de trabajo lograron extinguirlo no sin que ardieran todas las existencias de la fábrica.
Esta, antes pertenecía a la sociedad Fábricas Unidas de Velas y desde 15 del actual, se había constituido la nueva sociedad de la cual es gerente el señor Álvarez González.
Declaró éste que el fuego empezó en la paila y era puramente casual, que el edificio estaba asegurado, no así las existencias y maquinarias y que desconocía el importe de las pérdidas. En igual forma declararon los dependientes José Lastra Álvarez y Severiano García González.
Bibliografía y notas
- “Fábricas Unidas de Velas”. Diario de La Marina. Año LXXXIII, núm. 202, 21 de julio 1915, p. 2. ↩︎
- Boletín oficial de la Secretaría de Agricultura, Comercio y Trabajo. Año X, Vol. XX, núm. 10, 31 de mayo 1916, p. 655. ↩︎
- “Incendio en una Fábrica de Velas”. Diario de La Marina. Año XCII, núm. 323, 20 de noviembre 1924, p. 20 ↩︎
De interés: Personalidades y negocios de la Habana
Deja una respuesta