
Peletería La Escocesa de Guillermo Fernández en Cárdenas. No es tan solamente esta ciudad una plaza mercantil importante de la isla, centro industrial de primer orden y núcleo en que afluye la región azucarera de una de las más espléndidas zonas agrícolas de Cuba: es así mismo una ciudad refinada y culta, donde se encuentran satisfechas las exigencias todas de un vecindario progresivo y acostumbrado á las comodidades de la vida.
Por eso Cárdenas cuenta con establecimientos notables en todos los giros, sin que se vea obligada á apelar á la Habana como ocurre con otras poblaciones de igual importancia pero de menos desarrollo.

Entre esos establecimientos que pueden justamente llamarse modelo, se encuentra la peletería La Escocesa, primorosa tienda situada en la calle Real números 83 y 85, decorada con verdadero gusto y servida por un personal inteligente y amable como escogido por el dueño de la casa señor Guillermo Fernández, uno de los pocos hombres conocedores del gusto de aquel pueblo, pues de algo ha de valerle además de su competencia en el giro, los veinticuatro años que lleva en La Escocesa sirviendo los caprichos de las gentiles cardenenses.
En 1876 se fundó La Escocesa por un industrial emprendedor y laborioso, el Sr. Domingo Veti, y desde entonces sin interrupción viene mereciendo el apoyo decidido del público, que ha acordado al sucesor de Veti, el Sr. Guillermo Fernández, igual protección que al fundador de la casa había dispensado.
Fernández, fundador de la Escocesa, al ser propietario de ella la ha engrandecido, la ha rodeado de toda clase de alicientes, se ha desvivido por hacerse digno del apoyo de la ciudad de Cárdenas y lo cuenta por entero, siendo ese establecimiento el favorecido del mundo elegante que sabe encuentra allí lo mejor que se fabrica y lo más elegante que se recibe.
La Escocesa importa de Europa y los Estados Unidos lo más selecto en calzado inglés, mallorquín y americano que se fabrica, contando siempre con las últimas novedades adaptando á la horma cubana los modelos más caprichosos del extranjero.
Se hace, también, calzado por medida y se piden pares sueltos á las fábricas cuando el favorecedor de La Escocesa no se satisface con el inmenso surtido que cuenta el establecimiento. Además, posee un gran muestrario de pieles y un surtido de accesorios del giro que evitan al consumidor venir á la capital ó pedir al extranjero.
La Escocesa, repetimos, puede competir con el establecimiento más elegante y bien surtido de la Habana y su propietario puede jactarse de haber dotado á Cárdenas de una tienda que dá tono á su comercio y contribuye al embellecimiento de una de sus calles más principales y agradables.
En el comercio de Cárdenas, cuéntanse algunos establecimientos que bien pudiéramos calificar de precursores, puesto que llevaron antes que la ciudad contara el desarrollo actual, la semilla de las grandes tiendas de la Habana en todos los giros.
El Sr. Guillermo Fernández, después del fundador de La Escocesa, Sr. Veti, fué un verdadero precursor. Presagiando el porvenir á que estaba llamada la ciudad de Cárdenas, trasplantó á ella una tienda habanera en todos sus detalles, ofreciendo al público de aquella población todas las satisfacciones del capricho en materia de calzado, introduciendo los modelos extranjeros, confeccionando pares á la medida, lo mismo en horma americana que cubana, y mejorando las costumbres del bellísimo pié de aquellas mujeres, doblemente bellos cuando el el arte los viste y realza con sus primores.
La Escocesa fué entonces una revelación para la moda y el buen gusto, y la obra de Veti mejorada por su habilísimo operario Guillermo Fernández, pudo considerarse completa.
Rara vez el público deja de responder á un esfuerzo realizado para su conveniencia. El favor del pueblo de Cárdenas para la peletería de moda no se hizo esperar, y el propietario de La Escocesa pudo ver recompensados sus desvelos y esfuerzos.
Cuando veáis cruzar, con la inimitable gracia que les es peculiar, á una hija ele Cárdenas, en día de lluvia, alzando levemente el vestido para, como el cisne, atravesar las charcas sin manchar el borde de las alas, y bajo la falda, como dos niños que juguetean (según la frase del poeta) veáis asomar los breves pies calzando diminutos botines ó inverosímiles zapaticos de charol, podéis afirmar que aquella mujer elegante se calza en La Escocesa, única tienda que goza en Cárdenas el hermoso privilegio de hacer resaltar con los primores de su arte la natural gracia del pié de sus incomparables hijas.
Bibliografía y notas
- “Algo de Escocia que no es de Inglaterra. La Escocesa de G. Fernández”. El Fígaro Periódico Artístico y Literario. Año 16, núm. 16, 17 y 18, 1900, p. 190.
- Cárdenas segunda mitad del siglo XIX.
- Personalidades y negocios de Cárdenas.
Deja una respuesta