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Juan Bautista Cañizo historia del secuestro en 1923

05/08/2025 Por Almar Deja un comentario

Arroyo la Vieja punto donde ocurrió el secuestro de Juan Bautista Cañizo en la carretera de Cidra a Matanzas.
Arroyo la Vieja punto donde ocurrió el secuestro de Juan Bautista Cañizo en la carretera de Cidra a Matanzas.

El secuestro del señor Juan B. Cañizo.1 Matanzas, marzo 25. Por noticias llegadas a esta ciudad, supónese que a las siete y media de la noche, fué secuestrado el Sr. Juan Bautista Cañizo, rico comerciante y hacendado de esta plaza, el cual regresaba con su señora esposa Doña Tula España de Cañizo del ingenio Porvenir, cuando fué detenido el automóvil en que ambos viajaban por varios individuos los cuales hicieron señas al chofer para que detuviera la máquina.

El conductor negóse a ello y dió mayor velocidad a la máquina, visto lo cual por los asaltantes, hicieron varios disparos con objeto de intimidar a los que viajaban en el auto. Y entonces fué el propio Sr. Cañizo quien ordenó a su chofer que se detuviera.

Así las cosas se acercaron los bandoleros, quienes hicieron bajar del vehículo al Sr. Cañizo internándose con él en los matorrales. Antes de esto la esposa del Sr. Cañizo preguntóle a los asaltantes que cantidad pedían por su rescate, aduciendo ellos que la fijaría el propio Sr. Cañizo.

La esposa del Sr. Cañizo se ha negado en redondo a confirmar la noticia del secuestro de su esposo, manifestando que este se encuentra en la Habana, pero no parecen ser verídicas las manifestaciones de la señora España, toda vez que un sobrino del Sr. Cañizo es quien ha formulado la denuncia del secuestro.

Fuerzas del Ejército salen en persecución de los bandoleros, sin que al presente se conozcan detalles de las operaciones. Por rumores que corren supónose que el autor del secuestro es el célebre bandolero Ramón Arroyo.

El Corresponsal.

No ha pedido el rescate por Cañizo2

Matanzas, marzo 26. La 1 a.m. Diario. Habana.

Hasta los momentos en que telegrafío los familiares del señor Cañizo desconocen absolutamente los propósitos de los bandoleros que lo tienen en su poder pues contra la costumbre de exigir rescate no han mandado ni una carta, ni un emisario que sea exponente de sus deseos. La opinión generalizada es que los bandidos temen caer en una emboscada al presentarse para la concertación de la libertad del señor Cañizo.

La salud bastante quebrantada de éste, hace pensar a sus familiares en que los secuestradores actúen en las gestiones del rescate.

GOMEZ. —Corresponsal.

Detalles del Secuestro del comerciante de Matanzas Sr. Juan Bautista Cañizo.3

El chauffeur dice que es “Arroyito” el secuestrador. Varios disparos hicieron a la máquina para detenerla. Cañizo con gorra de driver. El secuestro se realizó a 6 kilómetros de Matanzas.

Como complemento de las noticias telegráficas que oportunamente transmití al Diario, recojo en estas notas todos los detalles conocidos hasta el momento en relación con el secuestro del acaudalado comerciante señor Juan Bautista Cañizo.

ANTECEDENTES

El señor Cañizo, establecido en el comercio de víveres y panadería, a más de otras diversas empresas industriales, desde hace muchos años, es poseedor de una inmensa fortuna. Parte de esta riqueza, está invertida en propiedades; tiene 57 casas en la ciudad de Matanzas, innumerables acciones y valores, fincas rústicas y una participación en el Ingenio “Porvenir”, ubicado en el vecino pueblo de Cidra, pero esto no obsta para que en sus arcas, guarde una buena suma en efectivo.

Esto es bien conocido de los ladrones, pues es notoria la popularidad de que como hombre rico, considerado como el más potentado de Matanzas, goza el señor Cañizo.

No hace mucho, una bien organizada banda de ladrones hizo una intentona de robo en su almacén, pero la mayoría de ellos fueron detenidos al descubrirse el hecho por la Policia, que ocupó además todos los aparatos autógenos que habían conducido allí para perpetrar sus propositos.

Algo después, y según dimos cuenta oportunamente, recibió una carta donde se le exigían diez mil pesos, so pena de la vida, pero el caso fué notificado al coronel Amiell, Jefe Militar de la Provincia, y este en el celo y la astucia que le son característicos, preparó, ayudado por el sargento Labandera, pariente de la esposa de Cañizo, una celada en la que cayó el incauto exigente, que aun está preso.

Desde entonces, el coronel Amiell, le ofreció facilitarle todas las garantías necesarias y repetidas veces fué escoltado en sus viajes a las afueras de la población.

EL VIAJE FATAL

No fué de negocios ni de necesidad, el viaje que dió la oportunidad acechada a los bandidos. El sábado al atardecer, al salir para su acostumbrado paseo vespertino, la señora Tula España de Cañizo, hizo partícipe a su esposo de que deseaba comer unas cañas y que ya previamente había adquirido un cuchillo para cortarlas.

El señor Cañizo no objetó nada a la insinuación y así quedó organizado el viaje al Ingenio Porvenir, que fué realizado sin dificultad. Ya en las plantaciones del dulce fruto, doña Tula escogió una veintena de las mejores cañas, y después de colocarlas en el auto, iniciaron el regreso a esta ciudad, ajenos al sombrío final que iba a tener aquella tarde deliciosa para ellos.

EL ASALTO

A unos seis o siete kilómetros de Matanzas, en la carretera que la une con Cidra, existe un lugar conocido por Arroyo la Vieja, cercano a las montañas de Veliz Melis, y las lomas de la Sierra.

Por allí cruzaba, a corta velocidad para permitir a los viajeros admirar las bellezas del paisaje, el automóvil de Cañizo, cuando el chauffeur vió a lo lejos, como a treinta pasos, dos hombres que le hacían señas para que parara.

Alguna luz debió iluminar el cerebro del conductor del auto, para hacerle comprender de lo que se trataba, ya que era difícil suponer que así en la tarde y en una carretera cruzada con frecuencia en todas direcciones, se intentara un golpe como el que nos ocupa.

Así pues, lejos de detener la marcha, le aplicó mayor impulso, y se la “tiró” encima al osado que se le interponía en el camino, que no era otro que el célebre y audaz Ramón Arroyo y Suárez (a) “Arroyito” o “Delirio”.

Ante la actitud del chauffeur, Arroyito esgrimió su revólver y le hizo un disparo a la cabeza, destrozando el parabrisas y no hiriéndole por milagro, al mismo tiempo que el otro, que ya había sacado de la cuneta, donde los ocultaban, su rifle y el de su compañero, hacía un disparo qué se incrustó en el asiento del driver a la altura de los riñones, y del que también escapó ileso milagrosamente.

Temiendo por su familia, el señor Cañizo ordenó entonces que se detuviera y una vez quieto el auto, subieron a él los asaltantes indicando que siguiera la marcha. Arroyito le preguntaba de trecho en trecho a su compañero, sí ya habían llegado y andando así caminaron unos cinco kilómetros, para, según los bandidos, despistar al que acudiera al ruido de los disparos.

Cerca, muy cerca de esta ciudad, y cuando ya se divisaba la cúpula de la Estación del Ferrocarril, se encaró Arroyito con el chauffeur y le dijo: “Pára, viejo, ¿me vas a meter en el pueblo?

Durante el camino, Arroyito se había dedo a conocer, y así solo se limitó, al llegar al término del viaje, a invitar cortésmente a Cañizo para que bajara y fuera con ellos.

La señora España, de rodillas ante dos forajidos, imploró que dejaran en libertad a su esposo, y que ella enviaría la suma qué le pidieran, pero estos le prometieron que pronto la libertarían, y que ya habría tiempo para pensar en el rescate.

Entonces se despidieron y poniéndole a Cañizo la gorra del chauffeur, se internaron en los maniguales cercanos. Esto ocurría en el lugar conocido por Encrucijada, a pocos pasos del barrio de La Jaiba, casi en la Calzada de San Luis de esta ciudad.

LA NOTICIA

Porque nada se quiere decir de lo sucedido a los periodistas, y todos allegados al secuestrado muestran una irrazonada reserva, ignoramos si los bandidos hablaron con la señora de Cañizo, sobre el rescate, y si esta lo vino a buscar, y al tratar de reunir el dinero la noticia salió de los parientes. El caso es que no se dió parte inmediatamente, sino que muy sigiloso y prudente, el sargento Labandera lo comunicó al Coronel Amiell.

LA PERSECUCION

Enseguida se dispuso que salieran varios escuadrones, y pronto quedó sembrado el campo de los alrededores, de guardadores del orden. La actividad del Coronel Amiell, no dejó moverse a los bandidos, y éstos no han podido hasta ahora, obtener comunicación con los familiares del secuestrado para tratar del rescate.

La familia está dispuesta a entregar la suma que se le exigía, pues desean evitarle horas de angustia al señor Cañizo, pero desde luego, sin desconfiar ni por asomo, de que las operaciones que personalmente dirige el Coronel Amiell, han de verse coronadas por el éxito.

Se dice, y con bastante insistencia que la suma asciende a cien mil pesos. El que se rumore esta cantidad, nos hace creer que los bandidos la expresaron a la señora de Cañizo.

CON EL GOBERNADOR

Como don Bautista, está enfermo y de cuidado, un pariente suyo, el estimado periodista señor Corpus H. Iraeta Lecuona, se entrevistó con el señor Gobernador Provincial para rogarle que interceda con el Honorable Presidente de la República y obtener que las tropas cesen en un momento sus tan atinadas maniobras, y dejen libre del cerco que han tendido a los bandidos, para que se pueda entregar la cantidad que ha de comprar la libertad del señor Cañizo.

EL CORONEL AMIELL INDISPUESTO

La mala noche, la agitación la actividad desplegada con todas sus fuerzas, por el Coronel, le han causado dolencias de carácter leve, pero lo suficiente molestas pera hacerle necesario recogerse en sus habitaciones. Tan lamentable motivo, ha sido causa de que se trasmitiese la dirección de las tropas, al Capitán Ayudante del Distrito, el bizarro militar señor Domingo Pérez Arocha.

En la mañana de hoy, el Capitán Pérez concedió una entrevista a los repórters, y les manifestó que desconocía en lo absoluto, la marcha de los acontecimientos en el campo.

LA HERMANA DE ARROYITO

Ayer, y cuando se tuvo la casi certeza, de que el autor del asalto fué Arroyito, la señora Marina Arroyo de Delgado, se trajeó completamente de negro. Recibió numerosas visitas, y expresó sinceramente, que no tenía conocimiento de nada de lo ocurrido, a no ser, el rumor popular.

ESPECTÁCION ANOCHE

Se esperaba, y con bastante lógica, que de un momento a otro, y durante la noche de ayer, entrara en Matanzas el señor Cañizo. Conocida la activa persecución que se le hacía a los bandidos, se hacían suposiciones de que aquellos, libertarían a su víctima bajo promesas de que éste les enviaría el dinero, y así podrían ellos ocultarse mejor, pero nada de eso sucedió.

Ahora, se teme seriamente por su vida, pues bien por represalia a la denuncia formulada, o bien porque de un minuto a otro, las fuerzas del ejercitó sostengan fuego con los fugitivos, y a consecuencia de los disparos resulte herido el secuestrado, no es un secreto que la vida de Cañizo, está pendiente de un hilo.

Cañizo fue rescatado hoy por cincuenta mil pesos.4

Se encuentra en deplorable estado de salud. (Por telégrafo). Matanzas, Marzo 27, 1923.

DIARIO DE LA MARINA — Habana. A las cuatro de la mañana de hoy, regresó a su domicilio de Milanés 77, en esta ciudad, el señor Juan Bautista Cañizo, quien según informes fué rescatado mediante cincuenta mil pesos, cantidad llevada a los bandidos por el Dr. Ángel Portilla, íntimo amigo de la familia del secuestrado.

El señor Cañizo viene sumamente demacrado, padeciendo una fuerte excitación nerviosa. Durante el tiempo que permaneció en el cautiverio lo tuvieron amarrado, habiéndolo despojado los bandidos de las prendas y hasta de los pantalones. No le dieron ni siquiera café.

El Dr. Valhuerdi se ha encargado de la asistencia del Sr. Cañizo, quien se encuentra en estado bastante delicado.

Según he oído referir, una vez que los bandidos percibieron el precio del rescate condujeron al secuestrado a una cueva situada en los alrededores de Gelpi, cerca del lugar de operaciones del ejército abandonándolo.

Dícese que la familia conoció este detalle por una carta, y que la propia familia salió en automóvil hacia aquella dirección, pidiendo previamente auxilio a dos soldados, que ocupaban las avanzadas, internándose en la cueva el cabo del pelotón, sacando al señor Cañizo.

Al llegar el señor Cañizo a esta ciudad, la policía intentó presentarlo en la Jefatura, desistiendo en vista de los ruegos insistentes de la familia por el estado débil en que se encontraba el señor Cañizo.

GOMEZ, Corresponsal.

Movimiento de viajeros y otras noticias.5

Llegó Fors. Ayer tarde regresó de Matanzas el segundo jefe de la Policía Judicial señor Alfonso Fors acompañado del subinspector señor Mariano Torrens. El viaje de estos policías estuvo relacionado con el secuestro del señor Juan B. Cañizo.

Se nombró Juez Especial en la causa por secuestro de Juan B. Cañizo6

MATANZAS, abril 3. DIARIO. —Habana.

En la tarde de hoy el Jefe de la Policía rindió ante el Juzgado de Instrucción un informe sobre los hechos relacionados en el secuestro del señor Juan Bautista Cañizo. Se nombró Juez Especial para dicha causa al doctor Eduardo Rodríguez Seigler.

GOMEZ.—Corresponsal.

El driver lo acusa como uno de los asaltantes7

Matanzas, abril 7. 11p. m. DIARIO. — Habana.

Hoy fué procesado por el Juzgado de Instrucción, aún a cargo del doctor Oswaldo Calbó, el detenido Teodoro Ramírez, presunto cómplice de Ramón Arroyo, en los hechos que se desarrollaron en la carretera de Cidra, donde fué secuestrado recientemente el señor Juan B. Cañizo.

Ramírez, para descargarse de las acusaciones hechas por Andrés Rivas, chauffeur que conducía el auto, quien lo señaló como compañero del bandido, manifestó que se encontraba en Aguacate el día de los hechos, y que fué visto en el cine “Gener”; pero las investigaciones practicadas han demostrado lo contrario. Basándose en ésto en el auto del procesamiento fué excluido de fianza.

Baturrillo por J. N. Aramburu8

Don Juan B. Cañizo ha vertido su Central Porvenir a una empresa americana: la J. G. White Management Corporation, en ochocientos mil duros.

La tierra se vá, repetirán los soñadores. Los españoles no deben ceder sus propiedades a los sajones, exclamarán los que no tienen ni esperanzas de poseer un pedazo de tierra cubana… para dejarla ir también.

Pero Cañizo, viejo y cansado de luchar por la riqueza suya que era parte de la riqueza nacional, se habrá dicho: si a los tantos años de laboriosidad y de identificación con la sociedad cubana, a las mismas puertas de Matanzas secuestran a un hombre honrado, ponen en peligro su vida…

Y todavía no hay seguridad de que los secuestradores sean encerrados por largo tiempo para que no puedan repetir la hazaña, lo prudente es ceder la propiedad a quienes no serán secuestrados, o si lo fueren recibirán la indemnización debida, de un gobierno que no garantiza la libertad y la vida de los hombres de bien.

La tierra se va… Sí; pero la justicia y la seguridad personal no llegan.

Vida Matancera. La causa por secuestro del acaudalado comerciante señor Cañizo.9

A la una de la tarde del próximo día 6 de Marzo, se celebrará el juicio oral de la causa 204 de 1923, instruida por secuestro del señor Juan B . Cañizo; contra Ramón Arroyo y su hermana Marina Arroyo; Cecilio Toral; Oscar Palmira; Bernardino Rodríguez; Cecilia Sánchez; Isidoro Ramírez y Antonio Díaz (a) “Sarampio”.

Este juicio es el último que tiene pendiente el citado bandolero, y se nota que Matanzas está ansiosa de conocer todos los detalles de aquel suceso que la mantuvo soliviantada durante muchos días. En él tomarán parte distinguidos letrados tanto de la capital como de ésta ciudad, entre otros los doctores Manuel Castellanos; Ovidio Giberga; Porfirio Andreu; Humberto de Cárdenas; Victoriano Barroso y Luis A. Betancourt.

Ponente de ésta causa, es él Magistrado doctor Alfonso Ramos Mantilla, y el Ministerio Fiscal estará representado por el doctor Gustavo Ramírez Olivella.

Se suspendió el juicio por el secuestro de Cañizo.10

MATANZAS. Marzo 6. DIARIO DE LA MARINA. — Habana.

El Juicio oral de la causa por secuestro del señor Juan B. Cañizo, contra Ramón Arroyo. Arroyito, y otros, señalado para esta tarde, no se celebró, por ausencia del doctor Manuel Castellanos defensor de Marina Arroyo, hermana del bandolero, procesada como cómplice.

El bandolero llegó esta mañana, custodiado por fuerzas del Orden público, siendo devuelto al presidio en el tren de las cuatro de la tarde.

Arroyito desfila por ultima vez ante sus jueces.11

Ya en prensa la edición anterior, recibimos por correo el final de la reseña de la primera sesión del juicio oral de la causa instruida con motivo del secuestro del hacendado don Juan B. Cañizo, ocurrido en Matanzas, contra Ramón Arroyo y Suárez, su hermana Marina; Antonio Díaz (a) “Sarampio”; Isidoro Ramírez Ojeda (hermano de Julio) y Cecilio Toral, cuya vista comenzó a efectuarse el miércoles, ante la Audiencia de aquella provincia.

“SARAMPIO” SE SORPRENDIO

Antonio Díaz, es un hombre a quien nadie le ha sacado una contestación rotunda. Cuando fué detenido lo entrevistamos en el vivac, y al dar cuentas de esa entrevista, si mal no recordamos hacíamos referencia a su marcado recelo. Si uno le pregunta una cosa, “Sarampio” no le contesta hasta estudiar por qué le preguntan.

De esta suerte ha procedido en el juicio. El no tuvo inconveniente en decir que cuando sucedieron los hechos estaba en Regla, donde tenía la contrata de la estiba en los muelles del litoral, y explicó todo el mecanismo de su trabajo.

Pero cuando le preguntaron sí conocía a “Arroyito” dijo que no, y a las sucesivas preguntas de si conocía a los demás procesados, y los antecedentes del suceso, se mostró sorprendido de que se le supusiera relación alguna con ellos, y con muestras de curiosidad miraba fijamente a su interlocutor, fuera quien fuera, y al decir: ¡No…! prolongadamente, parecía esperar que le explicaran el por qué de aquel interrogatorio.

A “Sarampio” se le supone encubridor de “Arroyito”, por ciertas confidencias, y además, porque el día de su detención (de la de “Arroyito”) viajaba en el mismo coche que el bandido y se apeó antes que éste fuera capturado, por lo que “Arroyito” llegó a creer que él fuera su delator.

“Sarampio” manifestó que él se enteró de la detención de “Arroyito” por sus compañeros de trabajo.

MARINA ARROYO

Marina Arroyo fué llamada por el fiscal, para hacerle unas preguntas, y las contestó. La participación que se le atribuye dice ella que se debe a que reiteradas veces familiares de Cañizo le propusieron que sirviera de intermediaria entre ellos y su hermano Ramón; pero que ella se negó siempre, manifestando que desconocía su paradero.

Pareció disgustada por el interrogatorio.

Cuando regresó al banquillo, a su puesto, que quedaba inmediatamente antes que el repórter, un hálito de perfume exquisito aromatizó el ambiente. Ella se sentó, miró a su hermano con ojos amorosos, y luego se rodó hasta pegarse bien a él, como queriéndolo acariciar.

LA PRUEBA TESTIFICAL

La prueba testifical se comenzó por el coronel Amiell, jefe del Cuarto Distrito Militar.

Se pidió al militar que refiriera los hechos, a lo cual este alegó que le permitieran solicitar que se diera lectura a sus escritos al Juzgado dando cuenta, en los que estaban contenidos todos los detalles e informes que tenía de los sucesos, con exactitud de horas, días, lugar, personas, etc.

El doctor Castellanos interrumpio, pidiendo que no se accediera. Con esto surgió un pequeño incidente, pues el señor Fiscal opuso que si no podía permitirse leer al testigo sus declaraciones la prueba estaba mal admitida. Sin embargo, todo fué solucionado y el coronel reseñó los hechos, los cuales por ser conocidos del lector no relatamos de nuevo.

Manifestó además, que tenía una confidencia del doctor Aguirre, por la cual supo que se pensaba dar un golpe en aquellos días en la carretera de Cidra, y que supuso, desde luego, que no podía ir dirigido contra más nadie que contra Cañizo. El señor Cañizo, por su parte, también sabía de unas amenazas contra su hacienda.

El coronel había dispuesto que siempre que fuera a salir Cañizo de la ciudad, lo hiciera acompañado de una pareja de soldados, y así so venía haciendo. Cuando el señor Cañizo entabló negociaciones con el ingenio Porvenir, le destacó una pareja en el ingenio, y dió órdenes al jefe del puesto de Cidra, que acompañara el hacendado, cada vez que éste fuera por tren a Cidra, desde el pueblo hasta el ingenio.

Según las confidencias, los que iban a hacer posible el secuestro, eran dos hombres que trabajaban en la finca Figueras, propiedad del señor Cañizo, y ambos estaban emparentados uno era sobrino del otro.

Ya se sabe por qué coincidencia no acompañaron soldados a Cañizo el día fatal, y como una pareja lo sorprendió; sorpresa que se debió a que cerca del lugar donde fué secuestrado, se había montado una posta que la cubría una pareja, pues el coronel quería tener, a pesar de todas sus prevenciones, bien guarnecida la carretera.

El rescate fué de veintiún mil pesos, con toda certeza, y los recogió un hombre vestido de carbonero, como aseguramos nosotros desde el primer momento. Las declaraciones del coronel, hasta ahora desconocidas, concuerdan en todas sus partes con las informaciones publicadas en el DIARIO a raíz de los sucesos.

Cuando la noticia del secuestro le fué dada al coronel en el teatro donde se encontraba con su familia, por el capitán ayudante, él salió y dispuso que el jefe de policía, cooperando a su labor, hiciera vigilar la casa Cuba 100, donde reside Marina, y al mismo tiempo indicó al inspector de la policía señor Lucrecio Marrero, que se encontraba a sus órdenes, que vigilara a su vez la casa de la calzada de Esteban, que habita Cecilio Toral, en esta ciudad, ¡cuando no está en su casa de campo.

El coronel estima a Marina como directora del golpe.

Dijo que hizo vigilar a Toral, porque sabía que estaba complicado, con muchos más que no estaban en el banquillo, porque se trata de una banda muy bien organizada, de bandidos de películas.

Terminada su declaración, el coronel Amiell fué interrogado por los doctores Trelles, Cárdenas y Giberga.

Al tocarle el turno al doctor Castellanos, éste lo inició con una pregunta tan arriesgada como esta: —¿Por qué intervino usted en este asunto, coronel? Y el coronel explicó que, en su carácter de jefe del Distrito, estaba obligado a mantener el orden más perfecto en su zona.

El doctor Castellanos hizo una nueva pregunta que se refería a si la intervención se concretaba al campo o también comprendía la ciudad y la sala la declaró impertinente.

Después a una pregunta el coronel dijo que había investigado los hechos en todas partes, en la ciudad y el campo, porque quería dar con el secuestrado, y prender a los bandidos; máxime cuando por haber sido asaltado un automóvil con americanos en el camino de las cuevas de Bellamar aquel mismo día, toda la costa estaba plagada de soldados que buscaban a los asaltantes, y que formaron un cerco, al darles él órdenes al conocerse el secuestro de Cañizo, y la dirección que habían tomado los bandoleros.

Fué después interrogado por el doctor Andreu, y por ser ya tarde quedó suspendido el juicio para continuarlo el próximo día 24, a la una y media de la tarde.

Carlos M. Gómez.

Subasta de una finca de Cañizo en Matanzas el 1412

El 14 (Febrero 1929) del presente se subastará en el Juzgado de Matanzas la finca de 65 caballerías “San Cayetano”, propiedad de los herederos del que fué rico hacendado Juan B. Cañizo. Esta finca se encuentra próxima a los ingenios de Hershey y Gómez Mena.

Bibliografía y notas

  1. “El secuestro del señor Juan B. Cañizo”. Diario de la Marina. Año XCI, núm. 85, 26 de marzo 1923, p. 20 ↩︎
  2. “No ha pedido el rescate por Cañizo”. Diario de la Marina. Año XCI, núm. 85, 26 de marzo 1923, p. 1 ↩︎
  3. “Detalles del Secuestro del comerciante de Matanzas Sr. Juan Bautista Cañizo”. Diario de la Marina. Año XCI, núm. 86, Ed. Matutina, 27 de marzo 1923, pp. 1, 16. ↩︎
  4. “Cañizo fue rescatado hoy por cincuenta mil pesos”. Diario de la Marina. Año XCI, núm. 68, Ed. Vespertina, 27 de marzo 1923, p. 1 ↩︎
  5. “Movimiento de viajeros y otras noticias. Llegó Fors”. Diario de la Marina. Año XCI, núm. 59, 28 de marzo 1923, p. 5 ↩︎
  6. “Se nombró Juez Especial en la causa por secuestro de Juan B. Cañizo”. Diario de la Marina. Año XCI, núm. 94, 4 de abril 1923, p. 1 ↩︎
  7. Gómez. “El driver lo acusa como uno de los asaltantes”. Diario de la Marina. Año XCI, núm. 94, 8 de abril 1923, p. 24 ↩︎
  8. Aramburu, J. N. “Baturrillo”. Diario de la Marina. Año XCI, núm. 190, 9 de julio 1923, p. 2 ↩︎
  9. Gómez, Carlos M. “Vida Matancera. La causa por secuestro del acaudalado comerciante señor Cañizo”. Diario de la Marina. Año XCII, núm. 56, 25 de febrero 1924, p. 6 ↩︎
  10. “Se suspendió el juicio por el secuestro de Cañizo”. Diario de la Marina. Año XCII, núm. 67, 7 de marzo 1924, p. 1 ↩︎
  11. Gómez, Carlos M. “Arroyito desfila por ultima vez ante sus jueces”. Diario de la Marina. Año XCII, núm. 81, 21 de marzo 1924, p. 9 ↩︎
  12. “Subasta de una finca de Cañizo en Matanzas el 14”. Diario de la Marina. Año XCVII, núm. 43, 12 de febrero 1929, p. 3 ↩︎
  • “Primera sesión del juicio por el secuestro del hacendado Cañizo”. La Lucha. Año XL, núm. 85, 25 de marzo 1924, p. 7

Publicado en: Matanzas Etiquetado como: Matanzas: Instituciones y Negocios, Matanzas: Personalidades

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