

La Competidora Gaditana fue una fábrica de tabacos, cigarros y paquetes de picadura situada en la Habana desde 1860. Quien, en Cuba o en el extranjero, conociera menos de nuestras empresas o compañías manufactureras de tabaco, conocería de seguro alguna casa elaboradora de cigarros y picadura.
Pues si conociese una sola casa, una sola, puede asegurarse, sin temor a error, que conocería el nombre de “La Competidora Gaditana”, cuyo título era tan conocido en España como lo era en nuestra República.
La Competidora Gaditana fué una vez elogiada de un modo que no admite mejoramiento en fuerza encomiástica. Fué cuando un cubano, un “indiano”, quiso saber quiénes eran en España los mejores conocedores de tabaco y por ende los mejores fumadores.
¿Saben ustedes cuál fué la unánime doble respuesta?
Pues éstas: para conocedores del tabaco, sin disputa, nadie en España como los carabineros. Y entre éstos, tampoco es cosa a dudar: todos fumaban, si podían, picadura de “La Competidora Gaditana.” Verídico.
Y esta fama, esta nombradía, este éxito de ser siempre la preferida lo tuvo esta marca por mucho tiempo.
En efecto: en el año de 1860 fué fundada la fábrica de tabacos, cigarros y paquetes de picadura que desde un principio sostuvo briosamente el mismo título: La Competidora Gaditana.


Don Manuel Camacho Ponce de León, conocido en la esfera comercial e industrial, fué el fundador de La Competidora Gaditana y el que instaló los primitivos talleres de elaboración y almacenes en la casa número 7 de la calle de Santa Clara, Habana.
Más tarde, al fenecer aquel Don Manuel que era prototipo de laboriosidad y un verdadero depósito de energía para animar y alentar a cuantos le rodeaban, no por eso vaciló el crédito ganado ya por La Competidora Gaditana, pues pasó a ser propiedad de la “Viuda e Hijos de Manuel Camacho”, que constantemente atendieron al continuo florecimiento de la casa, hasta que la sucesión cesó de dirigir lo tan acertadamente creado por aquel inolvidable genio comercial.
Los almacenistas de tabaco Digón y Dosal adquirieron el negocio y se constituyeron desde aproximadamente 1916 en “Digón, Dosal y Compañía”, planeando proceder a realizar en ella notables reformas aplazadas no obstante por causa de la Primera Guerra mundial.
Por este motivo, exclusivamente, los gerentes señores Benigno Digón y Daola, Santos Digón y Daola y Martín Dosal y Martínez, aplazaron la realización de su fundamental propósito al adquirir “La Competidora Gaditana”, consistente en reformar toda la fábrica, construyendo, en el mismo lugar, un soberbio edificio en el que se pudiera instalar maquinaria capaz de una mayor producción, almacenes, depósitos, oficinas y talleres.
Desearon los propietarios conservar de la fábrica su primitivo emplazamiento, en justo tributo a la tradición, que le valió en su primera época —por su especial situación— el apoyo de los marineros y emigrantes los primeros y más espontáneos consumidores y propagandistas del tabaco de la casa, que por razón de la proximidad acudían siempre allí para hacer sus compras.
De ese modo comenzó a acreditarse y su tabaco era solicitado, principalmente los paquetes de picadura, en España —para muchos peninsulares, casi exclusivamente— Francia, Italia, Liverpool, Marruecos, Estados Unidos, América del Sur y América Central, para cuyos lugares mantenía constante y considerable exportación.


Á este comercio, principalmente, se debía que las ventas de “La Competidora Gaditana” excediesen en la segunda parte de la década de 1910 los $300.000. En tan activo negocio se llevaban ya invertidos más de $100.000.
Por aquella época La Competidora Gaditana daba ocupación, entre obreros y empleados, a más de 60 personas, continuamente. Tenía, además de la casa central, en cuyo edificio estaban instalados los talleres de elaboración, despacho, escritorio y departamentos de envase, otro gran edificio, de 1.000 metros cuadrados de superficie, en la calle de Santa Clara 4, destinado exclusivamente a Almacenes de depósito.
La elaboración en “La Competidora Gaditana” era mecánica y de ello se encargaban seis máquinas, tres para los cigarrillos y otras tres prensas para los paquetes de picadura, la especialidad de la casa.
La Competidora Gaditana fue premiada en la Exposición de Matanzas de 1881 con Medalla de Oro; en Amberes, en 1885, con otra Medalla de Oro; en Bruselas en 1882 con Medalla de Oro y Diplomas.
Además de tan justas recompensas La Competidora Gaditana era Miembro de Honor de la Academia de Ciencias de Bruselas.
A fines de 1923 el señor Martín Dosal Martínez devino propietario exclusivo de “La Competidora Gaditana” hasta su fallecimiento en 31 de diciembre de 1938 pasando el negocio a su viuda Carolina Quijano Álvarez e hijos.1
El Boletín Oficial informaba en diciembre 1936 que por Decreto se autorizaba a Martín Dosal e Hijos, fabricantes de los cigarros “La Competidora Gaditana” y “Maravillas” establecidos en la calle habanera Padre Varela (Belascoaín) 808, a establecer un plan de regalos para los consumidores de sus cigarros.2
En el año de 1953 la “Martín Dosal y Cía.” renueva el certificado de propiedad para el lema comercial de la marca “La Competidora Gaditana” El cigarro inigualable.
Bibliografía y notas
- Jiménez Soler, Guillermo. “Martín Dosal y Compañía”. Las Empresas de Cuba 1958. 3.a ed. La Habana: Ciencias Sociales, 2014, pp. 430-431 ↩︎
- “Decreto No. 3087”. Boletín Oficial de la Secretaría de Hacienda. Tomo XLVI, núm. 12, diciembre 1936, p. 16 En línea: https://books.google.ca/books?id=f9ZUS-1j6bcC&newbks=1&newbks_redir=0&dq=La+Competidora+Gaditana&source=gbs_navlinks_s ↩︎
- De interés: Personalidades y negocios de la Habana
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