

La Estrella era un popular almacén de víveres y sobre todo una magnífica e insuperada panadería, que poseía todos los elementos necesarios para la elaboración de sus productos. Diariamente el negocio expendía 3,000 libras de pan de la más excelente calidad.
Hubo muchas panaderías pero pocas buenas y de exquisita calidad. Para producir un pan bueno al paladar y a la salud, es necesario una capacidad industrial, técnica y mecánica, que pocas casas lograron poseer, al menos tan perfecta como La Estrella, la gran panadería de San Ignacio 41 en la Habana.
Veinte y cinco hombres prestaban servicios en la panadería, bajo el gobierno celoso y hábil del apoderado general, señor Felipe Ozaba, siendo la acreditada casa propiedad de la firma José Fernández, Antonio Fernández, S. en C.


Al frente del departamento de elaboración se hallaba el señor Miguel Carbón, muy experto maestro, quien poseía aptitudes especiales para el desempeño de su labor.


Secundaban al gerente el señor Antonio Fernández y el señor Guillermo Fernández, los cuales eran inteligentes colaboradores del primero en las difíciles tareas de administrar esta casa.
Así se desenvolvía y progresaba esta casa, ejemplo viviente de lo que podía la cohesión, el espíritu colectivo, el afán de colmena. Una visita al interior de esta importante casa nos convenció de la admirable disciplina que allí reinaba. El orden la presidía toda. Todo el mundo estaba en su puesto y cada cual rendía la tarea que se le había encomendado.


Nos hizo el efecto de una gran máquina en que cada una de sus ruedas se movían automáticamente, produciendo todo un armonioso conjunto.
Bien puede decirse que de allí salía una buena parte del pan de cada día se comía en la Habana.
Bibliografía y notas
- “El pan de cada día: La panadería La Estrella”. El Fígaro. Año XXXVIII, núm. 24, 7 de agosto 1921, p. 344
- Personalidades y negocios de la Habana
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