
Luis Rafael Muñoz y Ca. compradores y exportadores de azúcar en Cuba. Pocos negocios ofrecieron compensación tan grande como el de la compra y venta de azúcar para exportar al extranjero.
Y pocos negocios ofrecieron tantas oscilaciones y cambios tan bruscos y diferencias tan notables, lo mismo en el precio a que se podía adquirir la mercancía como en el a que se podía vender, que el de compra y venta de azúcar para exportar.
Si la operación estuviese sujeta, como lo estaban en otros artículos, a una cotización fija que no pudiese alterar la naturaleza y que, en último caso alterase únicamente la mayor o menor demanda relacionada con la menor o mayor existencia hubiese sido un negocio seguro el de la compra y exportación de azúcar.
Pero éste, que a lo mejor se compraba mucho antes de ser cortada la caña para moler y se pagaba a un precio que se creía razonable y, como es lógico, dentro de lo razonable ventajoso para el comprador, resulta que, llegada la época de la molienda, sea por exceso en la producción se cotizaba una vez fabricado a un precio mucho más bajo que el en que fué adquirido…
O bien, por otras causas sufría depreciación también y en ésta ocasionaba fluctuaciones sensibles en la Bolsa de azúcar que, indefectiblemente podían ocasionar, y ocasionaron muchas veces, quiebras y hasta la desaparición de firmas en un tiempo cotizadas muy favorablemente en plaza.

La sociedad L. R. Muñoz y Co. (Luis Rafael Muñoz y Co.), cuyas oficinas se hallaban instaladas en la calle de Obrapía, 31, altos, fue fundada en esta capital de la Habana en el año de 1915, constituyéndose precisamente para dedicarse a la compra y venta de azúcar para exportar a los Estados Unidos y Europa.
Emprendió el arriesgado sí que fructífero negocio en el que tantos se estrellaron y, pese a que tuvo que sortear situaciones de gran anormalidad en el mercado azucarero, salió avante y logró escalar el primer puesto entre las compañías similares.

Ello demuestra de manera rotunda la eficacia de los grandes conocimientos que en la materia poseían los señores Luis Rafael Muñoz y Noroña, socio gerente que fué de la casa Francke Hijos y Co., y Federico Sonderhof Mann, ex-vicepresidente del Banco Español y ex-director del Banco Nacional de Cuba.

Ambos señores constituyeron la sociedad “L. R. Muñoz y Co.”, y a la misma aplicaron con eficacia suma el caudal de sus conocimientos y energías y el de sus cajas, logrando, como no podía ocurrir de otra manera tratándose de tan competentes personalidades éxito tras éxito hasta colocarse, como decimos antes, en el primer puesto en primera fila.
La casa se dedicaba a hacer anticipos a los Ingenios en tiempo muerto y todo el azúcar que adquiría lo vendía anticipadamente y lo exportaba por distintos puertos de la República.
Las operaciones que realizaba eran de tanta importancia que la venta de sacos arrojaba en 1918 un total de 2.600.000. Con cantidades así, y con los años que llevaba actuando la firma social L. R. Muñoz y Co., son inútiles comentarios y elogios. Los hechos hablan con elocuencia suma.
De interés: Personalidades y negocios de la Habana
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