

Llerandi y Compañía antes Nonell Hermanos en la Habana. En la calle San Rafael, número 1½ hallábase establecida una casa realmente popular que se dedicaba a los negocios de banca y a la venta en grandes cantidades y al detalle de billetes de la Lotería.
La casa es antigua: fomentáronla, si bien en su época no existía la Lotería, los hermanos señores Nonell quienes la acreditaron realizando en ella operaciones que cimentaron el crédito de la misma.
En el año de 1910 la casa fué comprada a los señores Nonell Hermanos1 y, después de breve temporada de girar bajo la razón social de “Llerandi y Vilaret” quedó disuelta el 12 de marzo 1913 con efectos retroactivos al 24 de diciembre 1912.
Para continuar sus negocios se formó con la denominación de “Llerandi y Compañía” una nueva, que se hizo cargo de todos los créditos activos y pasivos de su predecesora, siendo socios de la misma, los señores don Manuel Llerandi Tomé, con carácter de gerente, don José M. Barquino y don Inocencio Blanco, con el de industriales.2
El señor Manuel Llerandi y Tomé, natural de Cangas de Onís, Oviedo, España e hijo de Teodoro y María, se naturalizó en Cuba por carta expedida en noviembre de 1908.3 Persona sumamente conocida en las esferas mercantiles y dedicado de lleno a grandes negocios y empresas consiguió que su nombre fuese respetado por la solvencia que le acompañaba y por la acometividad que significaba en las operaciones.
Era pues el señor Llerandi doblemente apreciado por propietario y comerciante opulento y como gerente de una casa importante y, como hemos dicho antes, verdaderamente popular, cuyas operaciones dirigía con sumo acierto y grandes conocimientos en la materia.


Las operaciones de la casa eran las bancarias, como depósitos, cuentas corrientes, compra y venta de valores, giros, etc. Otra fase de los negocios que contribuyó a darle la gran popularidad de que disfrutaba: la que con la Lotería Nacional se relaciona.
Para darse cuenta del movimiento que este renglón representaba para la casa Llerandi y Compañía, bastará que digamos que compraba a la Hacienda un mínimo de 20.000 billetes por sorteo.
Esta cantidad respetable de la que tantas personas vivían y en la que tantas cifraban decenalmente sus más doradas esperanzas, hacía que el nombre de la casa se pronunciase miles de veces porque ¡Cuántas personas al adquirir los billetes en ella fiaban en la fortuna de la misma! Y, de ver colmados sus anhelos con un premio siempre ansiado ¡Con cuánta gratitud pronunciaban el nombre aquel!


Y a fe que a los que a la suerte fiaban su bienestar, o en la suerte esperaban hallar la piedra fundamental de un porvenir, tenían motivos para acordarse de la casa Llerandi y Cía.
Y la razón es muy sencilla: baste decir que vendió el premio mayor, el ansiado gordo, más de ciento cuarenta veces. Con la particularidad de que en algunos sorteos, no habiéndose vendido por completo un número le quedaban a la casa fracciones del favorecido con el premio mayor.
De ahí la enorme venta de billetes que tenía la casa; de ahí que las ventas diarias ascendiesen a ¡Cuarenta mil pesos, cantidad que resultaba extraordinaria teniendo en cuenta que en la Habana eran bastantes las casas fuertes que se ocupaban del mismo negocio, y eran muchas las de menor cuantía que hacían lo propio.
La casa Llerandi y Compañía tenía invertidos en el negocio un millón quinientos mil pesos.
Contaba con veinte y nueve empleados, y todos los departamentos, lo mismo los destinados al público, que las oficinas diversas correspondientes a la parte bancaria que a la de los billetes, estaban instaladas con severo lujo y comodidades.
Las fotografías que acompañan a estos ligeros apuntes dan clara idea de la importancia y del movimiento de la casa, cuya gerencia desempeñaba con tanta actividad y contracción Don Manuel Llerandi.


El edificio de dos pisos, y de una superficie de setecientos metros cuadrados, tenía elegante y modernista fachada que hacía olvidar la antigua, la que desde el año 1885, fecha de la fundación de la casa, conocía el público, en verdad no tan numeroso como el que después con su presencia e interés demostró lo que inspiraba la casa Llerandi y Compañía.
No solo se dedicó Manuel Llerandi al negocio de la banca y billetes de lotería, también aparece su nombre en la junta de administración de la Compañía Tabacalera Petronio junto a Francisco Nonell y Emilio Marimón.4
La sociedad de “Llerandi y Compañía” era en 1913 representante en la isla de Cuba de la Institución de “Turismo Hispano Americano” radicada en Madrid, España. Todos los meses esta asociación otorgaba premios de propaganda acompañados de viajes gratuitos a sus partidarios y propagandistas, eligiéndose a los que conseguían inscribir mayor número de socios. La promoción decía: No te mueras sin ir a España.
Manuel Llerandi Tomé resultó en 1912 electo como vicetesorero para el año siguiente de la sociedad asturiana Club Covadonga5 y en diciembre de 1914 se presentó en las elecciones del Centro Asturiano para disputar el cargo de segundo vicepresidente frente a Faustino Angones. Resultó ganador este ultimo con 5,176 votos frente a los 1,840 de don Llerandi.


—¿Qué dijo Angones cuando supo su triunfo colosal? —¡Viva Llerandi! —¿Qué dijo Llerandi, cuando se le participó la derrota que él tenía por segura antes de la elección? —¡Viva Faustino Angones! —¿Qué hicieron cuando se encontraron en el Centro? Darse un abrazo sincero, entrañable, asturiano, en medio de una ovación delirante que les tributaban cinco mil socios.6
Don Manuel Llerandi y Tomé y don José María Villaverde y Orro —dos comerciantes emprendedores, activos y despiertos— constituyen hoy la nueva razón social que viene a substituir a la que bajo la popular divisa “Llerandi y Compañía”, ha sido desde hace tiempo símbolo de prosperidad y garantía de crédito y solvencia, a la vez que augurio de bienandanzas para los legítimos anhelos del pueblo.
Llerandi y Compañía deviene Llerandi y Villaverde en 1915


El 20 de enero 1915 publicaba el Diario de La Marina una interesante carta de los señores Llerandi y Villaverde anunciando que “Llerandi y Cía.” se constituía en “Llerandi y Villaverde”:7
Tenemos mucho gusto en comunicar a usted que, por escritura pública de esta fecha, por ante el Notario Dr. Fernando M. Vidal, hemos constituido la Sociedad mercantil colectiva Llerandi y Villaverde, para dedicarnos a los mismos negocios que la extinguida Llerandi y Compañía, y de cuyas pertenencias y créditos activos, nos hemos hecho cargo, según la circular que precede.
Integran la sociedad, don Manuel Llerandi y Tomé y don José María Villaverde y Orro, con carácter de Gerentes y uso de la firma social, y don José María Barquín y don Inocencio Blanco, como Industriales.
Rogamos a usted se sirva tomar nota de nuestras firmas estampadas al pie de esta circular, y, aspirando merecer su confianza, nos es muy grato ofrecernos a la disposición de usted muy atentos y S. S., Llerandi y Villaverde.
Bibliografía y notas
De interés: Personalidades y negocios de la Habana
- Por circular fechada en ésta el 5 del actual, nos participan los señores Nonell Hermanos, que han traspasado su negocio de casa de cambios y anexos, á la nueva razón social Llerandi y Vilaret, quienes lo continuarán, habiendo los citados señores Nonell Hermanos, establecido su oficina para atender á sus demás negocios de carácter propio, en los altos de la misma casa, San Rafael 11. Integran la nueva sociedad, como gerentes, los señores don Manuel Llerandi Tomé y don Alfredo Vilaret Comas. “Sociedades y Empresas”. Diario de La Marina. 12 de julio 1910, p. 1. ↩︎
- “Sociedades y Empresas”. Diario de La Marina. Año LXXIV, núm. 66, 18 de marzo 1913, p. 2. ↩︎
- Boletín oficial del Departamento de Estado. Año V, núm. 56, Diciembre 1908, p. 470. En línea: https://www.google.ca/books/edition/Boletin_oficial/s75AAQAAMAAJ?hl=en&gbpv=1 ↩︎
- United States Tobacco Journal. Núm. 9, vol. 79, 1 de Marzo 1913, p. 22 En línea: https://books.google.ca/books?id=BVtJAQAAMAAJ&q ↩︎
- “Club Covadonga”. Diario de La Marina. Año LXXIII, núm. 309, 29 de diciembre 1912, p. 14. ↩︎
- “En honor de Manuel Llerandi. El banquete de anoche”. Diario de La Marina. Año LXXXII, núm. 352, 21 de diciembre 1914, p. 6. ↩︎
- “Llerandi y Villaverde”. Diario de La Marina. Año LXXXIII, núm. 20, 20 de enero 1915, p. 2. ↩︎
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