
Vidaurrazaga y Rodríguez S. en C. fábrica de camas y bastidores metálicos en la Habana. Esta importante Fábrica de Camas y Bastidores, que ostenta el título de Taller Vidaurrazaga, el nombre de su Fundador, el señor D. Víctor Vidaurrázaga y Manene, data desde el año de 1880, en que fué establecida anexa a la entonces principal Manufactura de tan activo e Inteligente industrial, la fabricación de envases para tabacos y dulces.
Vivo estará siempre en el recuerdo de cuantos cultivaron el trato y la amistad de hombre tan laborioso; constante y afanoso en el bregar, consagrado al desarrollo de su nueva industria, para engrandecerla y afirmarla.

Y urge consignar que en su magna empresa, fué secundado y le continuó con el más feliz éxito, su hijo político, y socio, el señor Don Pedro Rodríguez Pérez, actualmente único gerente de la firma propietaria de la Industria, que gira bajo la razón de “Vidaurrazaga y Rodríguez, S. en C.,” y que comanditan los “Herederos de Vidaurrazaga”, de aquél cuya falta se llora desde el 10 de Junio de 1914, y que enalteció a este país, tierra de sus hijos, de todos sus afectos, dotándola de esta gran industria y de otras de tanta o más importancia aún.

Como homenaje a su memoria se nos va a permitir, aunque sea de una manera superficial, que tratemos del proceso y evolución de un mueble como la cama, y, dejando los verdaderos comienzos desde la época-primitiva, y los tiempos de los griegos y los persas, veamos la cama romana y sigamos la evolución de la misma.
La cama de los romanos era a semejanza de la griega, y en la época del mayor lujo, iban provistas de cobertores de ricos bordados y vivos colores llevados de Alejandría, Cartago, Mileto, Sidón, Tiro y Corinto. De estas camas no se conserva más que un ejemplar, sin que en Herculano y Pompeya, se encontraran otras que las de mampostería adosadas a la pared.
El lujo de las camas romanas, era tan suntuoso, que Aulo Gelio decía que se daba a los hombres camas de mayor riqueza que a los dioses. A fines del siglo XII empezó a desaparecer este lujo, en la Europa occidental, sin que por esto dejara de considerarse la cama como mueble de gran importancia, al extremo que había oficiales al servicio de los príncipes francos que tenían el encargo de hacer y cuidarse del lecho real.
Entre los que desempeñaron este cargo figuran Eberon, al servicio de Chidelberto; Faraulp, al de Childerico I, y Regilfredo, al de Carlomagno. Desde el siglo XIII empezaron a usarse camas de madera con artísticos trabajos de escultura y pinturas, y por entonces también se estilaron una especie de camas portátiles, que además servían de sofás. En el siglo XIV se elevó la cabecera hasta tocar el pabellón, adquiriendo éste singular importancia en el arte gótico.

El gran lujo de los siglos XV y XVI consistía principalmente en el dosel, sostenido por cuatro columnas prolongadas que durante el Renacimiento fueron lisas o esculpidas y después salomónicas. Las cortinas que adornaban las camas eran de brocado, terciopelo o raso, y esta moda siguió hasta el siglo XVIII en que apareció procedente de Italia la cama imperial, llamada así porque su techo o templete tenía forma de corona imperial.
Prolijo sería citar todas las variaciones y modificaciones, puramente decorativas, que aparecen en las camas de los siglos XVI, XVII y XVIII, pues su forma y disposición no han variado de las usadas hoy, repitiéndose los estilos arquitectónicos. A las camas del tiempo de Luis XIV de Francia, sirviéronles de adorno las más ricas telas, siguiendo las del estilo a que dió nombre su sucesor, y más tarde las que aparecieron durante el Imperio de Napoleón I.
Podíamos aún ser más extensos, porque no se circunscribe sólo a lo reseñado la historia de la cama; en América, por ejemplo, se han visto casos notables; y sin olvidar la existencia de otros elementos de descanso, como el coy, la hamaca, el catre, etc., estimamos que lo bosquejado, como una mera investigación de origen científico, es suficiente para dar una idea de la importancia de este mueble y de lo justificado de la ofrenda que hacemos a un industrial, cuyo nombre quedará unido a la historia de este país, por el bien que al mismo ha reportado y que sus sucesores mantienen con los mayores prestigios, poniendo de relieve, su fe, laboriosidad y constancia.
De sus iniciativas y actividades ha dependido el auge y desarrollo de su manufactura montada con los mayores adelantos pues posee maquinaria que la permite rendir una producción diaria de quinientas camas y bastidores.

Allí se contempla con admiración la labor a que se somete la madera pasando por las diversas sierras que requieren, cepilladoras y molduradoras, barrenadoras y espigadoras, hasta dejar lista la cama o el bastidor; los tornos automáticos son de un efecto sorprendente y el departamento de tejidos metálicos, lo mismo: resulta sumamente curioso el trabajo que realizan las veintidós máquinas de tejer que tienen instaladas; su rapidez y su invariable precisión, demuestran las ventajas de estos aparatos, hoy lo más adelantado que se conoce.
Para darle mayor expansión a este ramo de fabricación, separaron la de envases, iniciando para la continuación de esta industria la unión de casi la totalidad de los manufactureros de este artículo y la mayoría de los fabricantes de tabacos, con tan gran éxito, que agrupados hoy en Compañía Anónima, con el título de La Nacional, marcha esta entidad admirablemente.
Esta segregación, contribuyó de manera eficaz al aumento de la fabricación y por ende a su abaratamiento; allí, desde dos pesos en adelante se encuentran camas perfectamente acondicionadas y de gran apariencia para el consumo. Aprovechando los estilos clásicos, procuran despojarlos de lo incómodo y lo superfluo, armonizándolos con la comodidad y la higiene, ofreciendo, estas camas a precios más que equitativos.
Otro de los adelantos dignos de mención, es el que se refiere a las cunas tan baratas que construyen; gracias a ello, hasta la familia más pobre la puede adquirir, evitando el triste espectáculo que antes se daba de ver niños recién nacidos acomodados en canastas o en sillones, con gran peligro para aquellos, peligro que ya no existe, pues las cunas de referencia están hechas en tal forma que la madre puede hallarse en sus quehaceres en la seguridad de que el niño que deje en la cuna “Vidaurrazaga” está tan resguardado de una caída, cual si estuviera en sus propios brazos.

Antes de terminar debemos de manifestar que además de las industrias mencionadas, los señores Vidaurrázaga y Rodríguez, S. en C., son propulsores de la manufactura alpargatera “La Cubana” que radica en Regla, formando además su gestor, parte de la Compañía Azucarera del Central Céspedes, de Camagüey, y de otras de gran importancia.
Completando nuestra información, publicamos diversas fotografías, que corroboran todo cuanto dejamos expuesto, dando la más exacta y clara idea de lo que constituye la más grande e importante Fábrica de Camas y Bastidores metálicos para las mismas, de la República de Cuba.
La sociedad de Vidaurrázaga y Rodríguez, S. en C. se constituyó al disolverse la de Vidaurrázaga Menchaca y Compañía S. en C. en 23 de abril 1907 y así informaba la prensa:1
Disuelta con fecha 23 del pasado y efectos retroactivos al 28 de Febrero, la sociedad que giraba en esta plaza bajo la razón de Vidaurrázaga Menchaca y Compañía, S. en C., se ha constituido una nueva con la denominación de Vidaurrázaga y Rodríguez, S. en C., que se hace cargo de los créditos activos y pasivos así como de la continuación de los negocios de la extinguida, siendo gerente de la nueva sociedad el señor don Pedro Rodríguez Pérez, y comanditarios los señores don Víctor Vidaurrázaga Manene y don Félix Menchaca Zalduondo, habiendo conferido poder general á don Miguel Careaga Hernaíz.

Bibliografía y notas
- “La Cubana. Fábrica de Alpargatas”. Revista El Fígaro. Año XLII, núm. 20, 2 de agosto 1925.
- “Esquela fúnebre de Víctor Vidaurrazaga y Manene”. Diario de La Marina. Año LXXXII, núm. 161, 11 dejunio 1914, p. 9
- Personalidades y negocios de la Habana
- “Sociedades y Empresas”. Diario de La Marina. Año LXVIII, núm. 106, 6 de mayo 1907. p. 7 ↩︎
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