El muy estimado don Nicanor del Campo, cuyo retrato es gala de nuestra crónica, en unión de su respetable y querida señora esposa, es uno de los hombres dignos de figurar en las “Vidas paralelas”, de Plutarco.
Vino a Cuba muy joven. No como un inmigrante más, sino ya hecho su carácter, iniciada su cultura, definidas sus orientaciones.
Había ganado brillantemente el título de Abogado en Oviedo (Asturias) y sus conocimientos y experiencia le abrieron las puertas de nuestros Juzgados, siendo escribano en uno de ellos durante quince años. Al cesar la dominación española se sintió Nicanor del Campo tan identificado con el país cubano, que optó por la nacionalidad de la naciente república.
Fué un cubano más. Se arraigó en la tierra en donde había fundado un hogar dignísimo al unirse en matrimonio con la muy estimada cubana que es hoy su ejemplar compañera.
No hubo de pesarle al señor del Campo el haberse nacionalizado cubano, porque su gran prosperidad coincidió con su nueva carta de ciudadanía.
Dedicado al comercio, su inteligente e infatigable labor le permitió independizarse de la miseria. Hizo dinero el señor del Campo y supo guardar lo ganado y aumentarlo.
Inició el sistema de la subdivisión de las tierras en los llamados “repartos” de los alrededores
de la capital. Dividió en pequeñas parcelas o solares una extensión de terrenos de su propiedad, entre la Habana y Marianao, que pasaba de ochocientos mil metros, y ese afortunado intento fué la base de la desahogada posición de que hoy disfruta.
Ha intervenido en la política cubana con gran prestigio. Desde la tribuna pública ha dejado oír su palabra elocuente y persuasiva, mereciendo el honor de que se le eligiera concejal del Ayuntamiento de Marianao, en el que se ha distinguido por iniciativas muy provechosas para aquel Municipio.
Como se ve, fue Nicanor del Campo un hombre útil a la sociedad, un ciudadano dignísimo. Cuarenta y cuatro años de residencia en su patria de adopción lo convirtieron como hemos dicho antes, en “un cubano más”.
Bibliografía y notas
- “Nicanor del Campo”. El Fígaro. Año XLIV, núm. 7, Agosto 1927, pp. 253-254.
- Personalidades y negocios de la Habana.
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