
La primera comunión en el colegio de las Dominicas Francesas, 13 y G. Dijo con gran acierto el eminente cubano José de la Luz: “Educar, es templar el alma para la vida”.
Nunca con más placer tomamos la pluma, que cuando tenemos que dar a conocer algo en el orden pedagógico, algo que viene a engrandecer los templos cuyo credo no es otro que la cultura y la instrucción, base en que descansan las naciones que marchan a la cabeza de la civilización.
La cultura de una nación no depende del número de planteles que alberga en su seno, sino en la calidad de los mismos: profesorado idóneo y enseñanza perfecta. Para que la enseñanza sea perfecta debe dirigir el corazón hacia el fin debido que es la justicia…
Este debe ser el programa de toda escuela. La educación que forma el alma, la instrucción provee al espíritu.
Uno de los planteles que sigue la sabia senda de formar el alma por la educación, haciendo mujeres, y proveyendo al espíritu, por la instrucción, haciéndolas doctas, es el que lleva por título las líneas que encabezan esta crónica.
Se verificó en este colegio el 17 del actual, el acto solemne y a la vez conmovedor de recibir por vez primera la sagrada Comunión, un numeroso grupo de niñas, después de una perfecta preparación por sus virtuosas e ilustradas profesoras, por los Padres Dominicos y el Capellán del plantel para este acto.
Llegó el día 17 y a las 7 a. m., gran número de niñas y familias acudieron al colegio a presenciar tan sublime lección de sana moral pedagógica.

En el altar mayor de la capilla primorosamente adornado con flores y luces, se destacaba la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, ante la cual celebró el Santo Sacrificio de la Misa el Delegado Apostólico. Monseñor Tito Trocchi, de cuyas manos fueron recibiendo el Pan de los Ángeles, las alumnas del plantel y sus familiares.
El representante de Su Santidad pronunció bellísima plática. Un nutridísimo coro formado por profesoras y algunas entonó preciosos motetes a Jesús Sacramentado. Agradó sobremanera el canto, siendo unánimemente felicitadas.
Ayudaron a Monseñor Tito Trocchi, su Secretario, Monseñor Lunardi; el popular P. Paco, celoso Prior de los Dominicos, y el Capellán del Colegio. Dirigió los fervorines de preparación y acción de gracias, la R. M. Directora del plantel.
Las niñas que recibieron por primera vez, fueron:
Hortensia Moeller, M. L. Hevia, Lolita Galbán, M. Antonia Díaz, M. Antonia Pérez, Gladys y Georgina Hernández, Josefina Lombillo, Jeannette Groujón, M. Carlota Alzugaray, Esperanza Trémols, María Gutiérrez, Eulalia y Enriqueta Schwarez, Lolita Pérez, Olga Menéndez, Caridad Blanco, Ofelia de la Torre, Trinidad Parajón, América Sevilla, Celina Rodríguez, Anita Gutiérrez, Gladys Muguerza, Luisa Romagosa, Adela Dardet, Josefina Dardet, Berta Dardet, Carmen Kokly.
Hermosísimas estaban con sus albos trajes, y corona de azahares. Sea nuestra felicitación para las dichosas niñas, a las que deseamos el vivir y morir unidas a Jesús. Morir con El es poseer la vida eterna.
“Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida”, ha dicho de sí Jesucristo.
El cariño y la gratitud, me obligan a dedicar una nota aparte, a la niña Caridad Blanco Villar, que figura en la relación de primera Comunión, y como alumna del colegio.
Tu padre te felicita cordialmente en el día de tu primera Comunión. Día grande por que has recibido al Criador en tu corazón. Agradécele tan insigne merced. Págale con amor, el amor que te profesa, recibiéndole frecuentemente en tu alma.
A las buenas profesoras mi agradecimiento, pues a falta de madre cariñosa que en este día gozase en la felicidad de su hija, ellas hicieron con maternal cariño las veces de aquella que las bendecirá desde el cielo, pues no solo se interesaron en la parte espiritual, sino en la corporal confeccionándole un precioso vestido de primera comunión.
Concluida la fiesta de primera Comunión, se sirvió un exquisito desayuno.
Tras un breve descanso dió comienzo la administración del Sacramento de la Confirmación.
Profunda impresión causó lo augusto de la ceremonia, presenciada por lo más selecto de la sociedad del Vedado. Fueron confirmadas cerca de un centenar de niñas.
Terminada la Confirmación, hubo una brillante recepción en honor al Representante de Su Santidad. Monseñor Tito Trocchi, concluyendo con un sapientísimo discurso, del homenajeado. Sublimes consejos dió a todos, pero de un modo especial a las alumnas de primera Comunión.
Reciban nuestra felicitación las Reverendas Madres Dominicas Francesas, por la grandiosa fiesta eucarística, y la excelente educación que suministran a sus alumnas: Educación que ilumina la inteligencia y fortalece el corazón.
L. Blanco.

Bibliografía y notas
- Blanco, L. “Primera comunión en el colegio de las Dominicas Francesas, 13 y G”. Diario de la Marina. Año LXXXVI, núm. 108, 17 de abril 1918, p. 14.
- “Colegio Nuestra Señora del Rosario”. Diario de la Marina. Año LXXXIII, núm. 190, 9 de julio 1915, p. 10.
- Personalidades y negocios de la Habana
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