Las Palmas del Yumurí, poema de Gabriel de la Concepción Valdés dedicado a la Srta. Ursula Deville.
Ninfa del Yumurí, virgen hermosa
Cual la del alba matinal sonrisa
Cuando en el cáliz de un clavel se posa
Llevada por el céfiro y la brisa,
Y en quien ostenta Cuba venturosa
La pompa y gala de su rico suelo,
El eco de sus gratos ruiseñores,
La brillantez de su encantado cielo
Y el balsámico aliento de sus flores.
Salve mil veces, cándida Ursulina,
Cuya voz dulce, musical, descuella
En la patria de Heredia peregrina,
Como en las ruinas de la Alhambra bella
El canto de la alondra matutina.
¡Qué esperas, dí...! ¿Legar á la memoria
Vagos recuerdos? páginas confusas
Quieres dejar á la cubana historia
Subir debiendo al carro de las musas
Y lanzarte en la senda de la gloria?
¿No ves, rosa de Idalia,
Angel preciado de la rubia zona,
Que las artistas célebres de Italia
A las que solo su renombre abona,
Si á ti las une su feliz destino
Contigo acuerdan su expresar divino,
Parten contigo su genial corona...?
¿Quién podrá marchitarte las sagradas
Diademas que te adornan, casta Hurí,
Puras, como las conchas nacaradas
Que el mar regala al sesgo Yumurí?
Nadie, por Dios, á disputar se atreve
Ese don que disfrutas celestial:
Nadie, por Dios, marchita en lo más leve
Tu artística guirnalda tropical.
Y si es del cielo tu inspirada gracia,
Dí á los potentes que en tu torno están:
«Ola, ricos de la alta aristocracia
Ved en mí la Cubana Malibran.»
Y es así la verdad: ¿Pues por ventura Cuando mil almas de tu voz pendían, Y diademas y aplausos te llovían, ¿No eras la reina, tú, de la hermosura? De tu mérito y gracia admiradores ¡Cuántos quedaron por tu amor muriendo. Y cuántos te colmaron de loores Y bendiciones al partir, cubriendo Tu sien de lauros y tus piés de flores... Cuando tu acento divinal sonaba, El lejano Canímar que entreoía, Su cristal en la arena reclinaba, Y la onda tersa que á morir corría Sobre las duras peñas se rompía; Mas por no interrumpirte, no sonaba. El San Juan apacible, su sonora Linfa detuvo: en nube transparente Veló su faz la Luna brilladora, Y el Pan quebró seis palmas de su frente Para ceñir á su inmortal cantora. Bibliografía y notas.
- Valdés, Gabriel de la Concepción. (1886). Las Palmas del Yumurí. En Poesías Completas con doscientas diez composiciones inéditas, su retrato y un prologo biográfico (pp. 227-229). Habana: La Primera de Papel.
- Gabriel de la Concepción Valdés, Plácido.
Lázaro dice
Publicaciones cómo estás llenan de regocijo a las personas amantes de lo bello, más allá de lo técnico literario. Gracias