La Compañía de los Ferrocarriles Unidos de la Habana tenía hacia 1925 unos dos mil kilómetros de línea abiertos al servicio público y su red cubría por completo la parte Occidental de la Isla de Cuba, desde Guane hasta Santa Clara.
Fue formada esta Empresa por la adquisición de un número considerable de Compañías más pequeñas, cuyos primitivos sistemas de vías férreas arrancaban de diversos puertos de Cuba, dirigiéndose al interior de la Isla.
La Historia de los Ferrocarriles Unidos de la Habana es, por consiguiente, la historia de todas y cada una de estas distintas Compañías primitivas, según podrá observarse por los datos que aparecen a continuación.
El 12 de octubre de 1834, nueve años después de construido en Inglaterra el primer’ Ferrocarril, por el eminente Ingeniero Jorge Stephenson, inventor de la primera locomotora que mereció el nombre de tal, era concedida, por el Rey Fernando VII, autorización a la Junta de Fomento, para contraer en Inglaterra un empréstito de $2.000.000.00, los cuales se invertirían en la construcción de un Ferrocarril que, partiendo de la Habana, llegara a Güines, con un recorrido de 73 kilómetros de longitud.
La Junta de Fomento estaba integrada por los siguientes miembros:
- Presidente, Conde de Villanueva;
- Consejeros, M. Herrera, A. M. Escobero, y W. de Villaurrutia;
- Ingeniero Director, Alfredo Kruger.
El 19 de noviembre de 1837 fue inaugurado el primer tramo de la Habana a Bejucal, con 29 kilómetros de recorrido, en medio de un concurso inmenso de espectadores. Un año más tarde, el 19 de noviembre de 1838, al terminarse el tramo de Bejucal a Güines, se corrió el primer tren hasta dicha villa; habiéndose logrado, por tanto, ver realizado la feliz iniciativa de la Junta de Fomento. Gracias a los esfuerzos de ésta, contaba Güines con un medio de transporte, que aún no estaba establecido en las principales naciones de América y Europa.
La Compañía de Caminos de Hierro de la Habana, Sociedad Anónima, organizada por los acaudalados hacendados, Miguel Aldama y Juan Poey, se adjudicó, mediante subasta, el 11 de enero de 1842, el Ferrocarril de la Habana a Güines, por la suma de $3.500.000.00, además de $169,127.00, valor del solar ocupado por el Jardín Botánico, donde se hallaba situada la Estación de Villanueva; siendo una de las cláusulas de la subasta, la obligación en que se hallaba, ésta Compañía, de construir un ramal de Rincón a San Antonio, otro de San Felipe a Batabanó, y otro de Güines a Unión.
El primer ramal terminado fue el de Batabanó, inaugurándose el 8 de diciembre de 1843; el de San Antonio le siguió en turno, un año después, el de Güines a Palos, en 1847; llegando, por último, a Unión, el 26 de noviembre de 1848.
La citada Compañía de Caminos de Hierro de la Habana había cumplido con las condiciones exigidas, al adjudicarse el Ferrocarril de la Habana a Güines; pero no obstante, solicitó permiso para la construcción de un ramal de Güines a Matanzas, el cual le fue concedido, y el 4 de octubre de 1859 abría el servicio el primer tramo de línea terminado, que llegó a Catalina.
Dos años después, el 15 de octubre de 1861, entraba en la Estación de San Luis, en Matanzas el primer tren de vapor.
A la Compañía de Caminos de Hierro de la Habana siguió la Compañía del Ferrocarril de la Bahía de la Habana, con una concesión para construir un Ferrocarril desde Regla hasta Matanzas; y poco tiempo después, el primero de noviembre de 1857, le fue concedida autorización para la construcción del Ferrocarril de Regla a Guanabacoa.
El primer tramo de línea de Regla a Matanzas fue inaugurado, hasta Minas, el 4 de abril de 1859; le siguieron los de Minas a Campo Florido, el mismo año; de aquí a Jaruco, Bainoa y Aguacate, en 1860; a principios de 1861, llegó a Mocha; y fue en mayo de 1863 cuando pudo entrar el primer tren en Matanzas. El servicio del ferrocarril de Regla a Guanabacoa se había inaugurado desde el 26 de julio de 1858.
Las ventajas que se desprendían del nuevo sistema eran reclamadas por las principales poblaciones del interior, y así fue tirado un nuevo tramo de línea, de Matanzas a Jovellanos, el cual se construyó en secciones, por distintas Compañías, inaugurándose el primer tramo, de Coliseo a Ranchuelo (también apeadero Mádan) el 23 de mayo de 1858; y de aquí a Jovellanos, el 4 de septiembre de 1859.
Con el tramo de línea de Coliseo a Guanábana, inaugurado desde el 3 de febrero de 1847, y el de Guanábana a Matanzas, terminado el 26 de febrero de 1861, por el Ferrocarril de Bahía, quedó establecido el servicio por ferrocarril hasta Jovellanos.
Aún no había terminado el año 1843, cuando en el litoral de la Bahía de la Habana eran construidos los Almacenes de Regla, por Don Eduardo Fesser; y en 1852, establecido el Banco del Comercio, se constituyó con los Almacenes de Regla, la Compañía denominada Almacenes de Regla y Banco del Comercio.
El título de esta Compañía desapareció cuando se fusionó con la Compañía de Caminos de Hierro de la Habana y con la Compañía del Ferrocarril de la Bahía de la Habana, bajo el nombre de Banco del Comercio; Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla, tomando el acuerdo de construir el ramal de Ciénaga a Regla, el cual fue inaugurado el primero de abril de 1890.
Poco tiempo duró esta Compañía, pués ocho años después, al reorganizarse, fue separado el Banco del Comercio; y en 1898 se constituyó en Compañía Inglesa, bajo el nombre de The United Railways of the Havana & Regla Warehouse Limited, con un capital de $16.823.195.00.
En la ciudad de Cárdenas se constituyó la Compañía del Ferrocarril de Cárdenas, a la que en 23 de mayo de 1837 se había concedido el derecho a perpetuidad para la construcción de un Ferrocarril de Cárdenas a Bemba (Jovellanos). El primer tramo de esta línea llegó a Contreras, siendo inaugurado en junio de 1840; y llegando después a Bemba en diciembre del propio año, hasta que en enero de 1844 y mediante una nueva concesión, se prolongó hasta Montalvo, lugar que hoy es conocido con el nombre de Navajas.
La propia Compañía del Ferrocarril de Cárdenas solicitó y obtuvo del Gobernador General, una nueva concesión para la construcción de una línea que, partiendo de Bemba llegara hasta Agüica. Dicha concesión fue confirmada el 24 de mayo de 1849 llegando el primer tren a Perico en diciembre del siguiente año, y a Nueva Bermeja (hoy Colón) en febrero de 1851. Antes de terminarse este año, quedaba totalmente construida, y abierta al servicio público, la línea de Agüica, hasta llegar, en diciembre de 1871, a Santo Domingo, y quedar establecido el servicio entre este pueblo y el de Esperanza.
La constitución de otra Compañía de Ferrocarriles denominada Ferrocarril de Júcaro, señaló una nueva era de progreso en la provincia de Matanzas, y el 19 de noviembre de 1841, el Gobernador General otorgaba a esta nueva Compañía el derecho de construcción de una línea de la Ensenada de Siguagua (en la bahía de Cárdenas) a San Antón de la Anegada (hoy San Antón), y otra de Sabanilla de la Palma (hoy Palma) a Pijuán; inaugurándose el servicio desde Júcaro hasta Recreo (Máximo Gómez) en septiembre de 1842. Un año más tarde llegaba el tren hasta Pijuán, y en mayo de 1844, a Sabanilla (Juan Gualberto Gómez).
Por otra parte, desde Pijuán habíanse comenzado los trabajos para la construcción de un ramal hasta Banaguises, el cual quedó felizmente terminado en Noviembre del propio año 1844. Esta Empresa se fusionó en 5 de agosto de 1853, con la Compañía del Ferrocarril de Cárdenas, naciendo así la Empresa denominada Ferrocarril de Cárdenas y Júcaro, cuyas líneas fueron conectadas por un ramal que se tiró de Cárdenas a Júcaro en Agosto de 1854. La línea por Sabanilla fue prolongada hasta Hato Nuevo, llegando, en 22 de diciembre de 1867, hasta Itabo.
También por la parte de Banagüises se extendió la línea hasta San José, en Marzo de 1855; y muchos años después, en 1884, se prolongó hasta Macagua.
De Retamal avanzaron las líneas, por el Sur, hasta Calimete, quedando terminado este tramo el 20 de octubre de 1871. En 1874, se construyó el tramo de Pijuán a Retamal; y un año después se prolongó desde Calimete hasta Amarillas; de aquí se extendió, en 1885, hasta Aguada de Pasajeros, llegando, por último, a Yaguaramas, el año 1888.
En los primeros años del siglo XX, el primero de enero de 1906, la Empresa de los Ferrocarriles de Cárdenas y Júcaro se fusionó con la de los Ferrocarriles Unidos de la Habana, que desde este momento consolidó el primer puesto como la Compañía de Ferrocarriles más poderosa de Cuba, y como una de las más importantes de la América Latina.
Desde el año de 1839 habíase formado, en la ciudad de Matanzas, la Compañía Ferrocarrilera de Matanzas, con una concesión a perpetuidad, para la construcción de una línea de Matanzas, capital de la Provincia de su nombre, a la Hacienda “Las Piedras”, cuya línea debía atravesar la hacienda denominada “La Sabanilla del Encomendador”. El primer tramo abierto al servicio público se inauguró el primero de Noviembre de 1843.
De Sabanilla del Encomendador se prolongó la línea hasta Unión, en primero de octubre de 1848, la que, algún tiempo después, hubo de llegar por esta parte hasta Guareiras y Colón. El tramo de Unión a Bolondrón fué inaugurado en 1848; el de Bolondrón a Güines y de aquí a Navajas e Isabel, en 1849; de Isabel a Caobillas, y de aquí a Baró, en 1865; llegando a Guareiras el 17 de Mayo de 1870, e inaugurándose el servicio con Colón el 17 de Noviembre de 1872.
Aún se conserva en su estado primitivo, la locomotora “La Junta”, que arrastró el primer convoy en esta línea. Dicha locomotora se exhibía en la Estación Central, de la Habana, montada sobre dos polines y carriles originales.
Algunos años después se tiró de la línea de Unión a Alfonso XII (hoy Alacranes), y en 1891, el ramal de Unión a Cabezas.
La concesión otorgada a la Compañía del Ferrocarril de Matanzas, el 22 de diciembre de 1837, para la construcción de una línea de Navajas a Jagüey, no se inauguró hasta el 1O de julio de 1878 habiendo sido extendida hasta Murga en octubre de 1893; pero desde febrero de 1859 funcionaba la línea desde Navajas hasta Tramojo, lugar conocido hoy por Pedroso.
En el mes de agosto de 1887 fué terminado el tramo de línea de Guareiras a Gumanayagua (hoy Pedemonte), extendiéndose en 1893 hasta Esles de Venero.
El primero de julio de 1906 el Ferrocarril de Matanzas se fusionó con los Ferrocarriles Unidos de la Habana.
En octubre de 1857, el Gobernador General otorgó concesión para construcción de un Ferrocarril que partiendo desde la Habana llegara a Pinar del Río. Esta concesión se adjudicó a la Compañía del Ferrocarril del Oeste, siendo confirmada por Real Orden de 5 de octubre de 1858. De Cristina, Estación que este Ferrocarril poseía en la Habana, salió el primer tren, que llegó a Calabazar el 23 de junio de 1861; hasta que, tramo a tramo, fue abriéndose el servicio, y el 15 de abril de 1894 quedó establecido definitivamente hasta Pinar del Río.
El último acto del Gobierno de España en Cuba, en lo que a Ferrocarriles se refiere, fue la autorización del Gobernador General, el 24 de noviembre de 1898, para la prolongación de esta línea hasta Guane; la cual fué abriéndose parcialmente, hasta llegar a Guane, el primero de febrero de 1908.
La Compañía The Western Railways of Havana Limited adquirió este Ferrocarril en 1892, conservándolo hasta que, en 1912, los Ferrocarriles Unidos de la Habana obtuvieron el control de dicha Empresa.
En la ciudad de Cienfuegos constituyose la Compañía del Ferrocarril de Cienfuegos a Villa Clara, la cual obtuvo, en 8 de octubre de 1847, la concesión para la construcción de la línea que dió nombre a dicha Compañía; inaugurándose el primer tramo de Cienfuegos a Palmira, el 21 de octubre de 1851, a Cruces, el 15 de noviembre de 1853; y por último, el 19 de noviembre de 1860, se abría al servicio público el tramo hasta Villa Clara (hoy Santa Clara).
Al mismo tiempo que se constituía la Compañía de Cienfuegos a Villa Clara, el Gobernador General concedía autorización, el 18 de Octubre de 1847, para la construcción de un Ferrocarril de Caibarién a Remedios, adjudicándose a la Compañía de este nombre; la cual, el 14 de abril de 1851, establecía el servicio de comunicación entre Caibarién y Re medios. Esta Compañía siguió extendiendo sus paralelas hasta Camajuaní, a donde llegó su primer tren el 15 de Abril de 1866; y 14 años después, lo prolongaba hasta Placetas.
El 25 de agosto de 1876, el Gobernador General de la Isla de Cuba autorizaba la construcción de la Vía Estrecha de Caibarién a Placetas, la cual fue inaugurada en 1878. La Compañía de Caibarién a Remedios, y la vía Estrecha de Caibarién a Placetas, en 1894, se constituyeron en una sola Empresa, bajo el nombre de “Empresa Unida de los Ferrocarriles de Caibarién”.
Por esta época se constituyó la Empresa del Ferrocarril de Sagua, que extendió sus líneas de Concha a Mata, y constituyó un ramal de Sitiecito a Cruces. El primer tramo construido fue el de Concha a Sitio Grande, siendo abierto al servicio público el 23 de Febrero de 1858; de aquí a Cifuentes, el 19 de noviembre del mismo año, llegando a Mata el 15 de abril de 1861. La línea de Sitiecito a Cruces fue inaugurada el 15 de marzo de 1860.
La falta de comunicación entre Mata y Camajuaní, que aislaba a poblaciones intermedias de alguna importancia, dió origen a que, en 1890, se abriera este tramo de línea; uniéndose por este medio a Caibarién con Sagua y Concha.
Aun no había terminado el año 1899 cuando se constituyó la Empresa denominada The Cuban Central Railway Limited, producto de la fusión de los Ferrocarriles de Cienfuegos a Villa Clara, Empresas Unidas de Caibarién y Ferrocarril de Sagua. Esta Compañía (The Cuban Central Railway) finalmente se fusionó con los Ferrocarriles Unidos de la Habana el día primero de marzo de 1921, o sea, en la misma fecha en que se fusionó con The Western Railway of Havana.
El 6 de febrero de 1858 se había concedido autorización provisional al Ferrocarril de Marianao para la construcción de una línea de Concha (Habana) a Marianao, autorización que fue confirmada por Real Decreto, el 10 de junio del mismo año, siendo inaugurada esta nueva línea el 19 de julio de 1863.
Pero los compromisos contraídos por el Ferrocarril de Marianao fueron muy grandes; y, no pudiendo levantar la hipoteca que sobre este Ferrocarril pesaba, pasó a mano de sus acreedores, constituyéndose en Compañía Inglesa, bajo la denominación de The Marianao and Havana Railway Company Limited, la cual en 1884 prolongó sus líneas hasta la Playa. En 1925 este Ferrocarril formaba la división de Marianao de los Ferrocarriles Unidos.
El progreso alcanzado por Cuba, en cuanto a los Ferrocarriles Unidos, desde su inauguración hasta el primer cuarto del siglo XX, puede apreciarse por la longitud total de sus Caminos de Hierro; los cuales alcanzaban la cifra de 2,039 kilómetros abiertos al servicio público, a más de 1,576 kilómetros abiertos al servicio particular.
Poseían los Ferrocarriles Unidos 196 Estaciones, 199 Apeaderos, y 722 Desviaderos.
Referencias bibliográficas y notas
- Ferrocarriles Unidos de la Habana en El Libro de Cuba. Habana: Talleres del Sindicato de Artes Gráficas, 1925. pp. 693-697
- Ferrocarriles Unidos de la Habana y Almacenes de Regla Limitada en Libro de Oro Hispano-Americano. Sociedad Editorial Hispano Americana, 1917.
- El Ferrocarril de Cuba en Libro de Oro Hispano-Americano. Sociedad Editorial Hispano Americana, 1917. pp. 238-241
- Personalidades y Negocios de la Habana
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