

Astudillo y Compañía S. en C. fue en la Habana una empresa dedicada a la construcción y reparación de barcos que tuvo como gerente a Oscar Astudillo Rojas. El astillero estaba en el río Almendares.
Hace tres meses ha surgido en Cuba (1918), una empresa llamada a constituir la gloriosa base de una industria nacional, de una industria, que en breves años, será en Cuba un legítimo motivo de orgullo; una empresa, que desde hoy, atisbando con supremo acierto el porvenir, se dispone a rodear el nombre de Cuba de una aureola de fuerza, de trabajo, de justísimo y maravilloso renombre.
Tal es la firma de Astudillo y Compañía S. en C., que se dedica a la construcción y reparación de barcos.
Es decir, para concretar esta noble empresa y esta magnífica idea, en una palabra que llegará rectamente a todas las inteligencias y que penetrará, como un dardo triunfal en todas las mentes, imponiendo su formidable significación, como industria: ¡Un astillero!
Como gerente, figura una simpática personalidad cubana: el señor Oscar Astudillo.
Son comanditarios: los señores Francisco de P. Astudillo, Fernando Aguado Moreira y Manuel Blanco.
Hace tres meses que se constituyó la sociedad, con un capital de ochenta y cinco mil pesos, para dedicarse a la construcción y reparación de barcos de madera.
En uno de los grabados que figuran en esta página podrán ver los lectores, cómo esta Compañía acomete bravamente los encargos y los pedidos, sin dilaciones de ninguna clase. Nos referimos en este caso a la goleta en construcción que tienen en sus astilleros.


Es una goleta de 350 toneladas, con 115 pies de eslora, 26 de manga y 12 de puntal, con motor auxiliar de petróleo de 80 caballos de fuerza.
La goleta está presupuestada en cuarenta y cinco mil pesos, lista para navegar, y el plazo de entrega de la misma desde el día de formalizarse el contrato es de 45 días hábiles.
¡Así, pues, esta Compañía, bate un magnífico “récord” de velocidad y de gran rapidez en el trabajo!
Y tiene también ya acordada la construcción de un espléndido pailebot. El pailebot encargado se entregará a los 125 días hábiles de recibida la orden, listo y preparado para navegar.
Cuenta la Compañía con un numeroso y escogido personal técnico, procedente de las mejores escuelas, y tanto este personal técnico, como los obreros de la Compañía, que hacen un total de 200 hombres, son todos, absolutamente cubanos.
Tiene, además, la Compañía, un taller completo, para aserrar las maderas, contando con admirables “sierras sinfín”, circulares, máquinas de cepillar, etc. Todos los trabajos de clavar, remachar, calafatear, etc., son hechos mediante el empleo de aire comprimido.
Las oficinas estaban instaladas en el Paseo de Martí (Prado), número 901 y los astilleros se posicionaban en las márgenes del rio Almendares junto al formidable puente de cemento del mismo nombres, en terrenos muy bien preparados que ocupaban una extensión de cuarenta mil metros.


En 1921 el señor Oscar Astudillo consignatario de barcos y reparador de los mismos trasladó sus oficinas al edificio de la Manzana de Gómez, Departamento 415.2
La Compañía Astudillo y Co. tiene el propósito de construir seis grandes edificios, para destinarlos a talleres, ferrocarriles interiores y un magnífico varadero que reunirá condiciones inmejorables.
Digamos también algo, en plena demostración, de lo que significa, como astillero, esta compañía.
La casa, la empresa de Astudillo y Co. está a punto de cerrar las negociaciones con una casa de esta Capital, para construir un buque de vapor, poniendo dicha casa toda la maquinaria y la de Astudillo la embarcación.
Esta empresa se consagra actualmente a resolver un asunto que seguramente coronará con el éxito, y cuya realización, pondría de golpe a los astilleros de Astudillo y Co. a la altura de los mejores de los Estados Unidos. Se trata, para decirlo en muy breves palabras: la construcción de barcos de cemento.
Así, pues, ¿Cómo no loar con palabras vibrantes de admiración, de cordialidad devota, a esta compañía, que realiza y lleva a cabo una labor tan alta, tan noble, cubanísima?


Por eso, esta Compañía, ya es actualmente, una de las más grandes y poderosas de Cuba.
Astudillo y Co.3
Ante el notario de esta ciudad, licenciado Ramón Ruiz, se ha constituido una compañía mercantil bajo la denominación de Astudillo y Ca., S. en C., para dedicarse a la construcción y composición de buques.
Es socio gerente, con el uso de la firma social, don Oscar Astudillo y Rojas, y comanditarios don Francisco de P. Astudillo y Ozote y don Fernando Aguado y Moreira, e industrial don Manuel Blanco y Rodríguez.
En el mes de noviembre de 1919 aparece Oscar Astudillo como el propietario de la Goleta Sumbean con puerto en la Habana. En esta ocasión la Aduana de la República le asigna el numeral H. J. G. B. 4
La boda de Oscar Astudillo y Gloria Canales5
Las bodas de anoche (18 de noviembre 1919). De las tres que se celebraron, la más interesante, la de mayor lucimiento, fué la que tuvo lugar en la iglesia de Belén. Es la boda de una señorita de belleza inspiradora, alada como un ensueño y que parece responder con su nombre, el nombre de Gloria, á la augusta expresión de sus encantes.
¿Necesitaré decirlo? No ven todos, trasluciéndose en las líneas precedentes, la ideal figura de Gloria Canales? Linda más que nunca anoche con su toilette de novia, tan rica, tan elegante, unía para siempre los destinos de su vida al que puede vanagloriarse de ser el elegido de sus amores, joven tan simpático y tan distinguido como Oscar Astudillo, hijo del buen amigo y caballero muy conocido doctor Francisco de Paula Astudillo.
El templo de Belén aparecía revestido, para la ceremonia de anoche, de sus mejores galas. ¡Qué precioso altar! Decorado con gusto primoroso resplandecía como un sol entre la conjunción de candelabros y bombillitos eléctricos que concentraban en torno suyo un torrente de luz.
Plantas, flores y airosas palmitas entrelazábanse como complemento de tan artístico adorno. Nada más bello, más deslumbrador! Eran las nueve, hora señalada en las invitaciones, cuando hizo su aparición en la iglesia el séquito nupcial.
La novia, al frente, cautivando á su paso á todo el concurso por la magia de su gracia, su belleza y su elegancia. Después, una Corte de Honor que formaban, en simpáticas parejitas: Herminia Dolz y Gonzalo Alvarado, Elisa F. Colmenares y Ernesto Cuervo, Mercedes Mascort y Emilio Freire, América F. Colmenares y Ricardo A. Campa, Isabel Velo y Ramón García.
Una gran orquesta de cuerdas, formada toda por profesores bajo la dirección del maestro Chané saludó con una Marcha la presencia de la brillante comitiva nupcial. Fué un momento solemne, indescriptible…
Padrinos de la boda fueron la respetable madre del novio, la señora Francisca Rojas de Astudillo y el padre de la linda desposadita, el muy estimado caballero don Marcos Canales.
Testigos: Por Gloria Canales: El Marqués de Esteban, el doctor Francisco Cabrera Saavedra, el señor Emeterio Zorrilla. Por Oscar Astudillo: El señor Jesús María Barraqué, el señor Severino Galán, el señor Ricardo N. de Zalba. Numerosa era la concurrencia.
Astudillo y un americano fusionan en 19206
Fusión de compañías. El señor Oscar Astudillo y el dueño de un astillero americano han hecho fusión en vista de las frecuentes huelgas de carpinteros de rivera y calafates de la Habana, para construir en los Estados Unidos las embarcaciones que contrate la firma cubana de referencia.
Bibliografía y notas
- Paseo de Martí, antiguamente conocido como Paseo del Prado. En la foto que muestra las oficinas se menciona Prado 91. ↩︎
- “Traslado”. Diario de La Marina. Año LXXXIX, núm. 100, 2 de mayo 1921, p. 7. ↩︎
- “Sección Mercantil”. Diario de La Marina. Año LXXXVI, núm. 137, 17 de mayo 1918, p. 12. ↩︎
- Boletín oficial de la Secretaría de Hacienda. Tomo XXI, núm. 12, 15 de diciembre 1919, p. 421. En Boletín oficial de la Secretaría de Hacienda – Cuba ↩︎
- Fontanills, Enrique. “Habaneras”. Diario de La Marina. Año LXXII, núm. 273, 19 de noviembre 1910, p. 6. ↩︎
- “Las frecuentes huelgas de carpinteros de ribera y calafates hacen imposible la construcción de barcos”. Diario de La Marina. Año LXXXVIII, núm. 157, 7 de julio 1920, p. 1. ↩︎
De interés: Personalidades y negocios de la Habana
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