Cárdenas fundación y primera mitad del siglo XIX. San Juan de Dios de Cárdenas: Período 1828 – 1849. La “Perla del Norte” como por antonomasia se llama la bella y riente ciudad de Cárdenas fue fundada el día ocho de marzo de 1828 bajo la advocación de San Juan de Dios.
Cárdenas orgullosa de sus blasones y laureles conquistados a golpe de infortunio y tesón se levanta gallarda y atrayente en la costa norte de la Isla de Cuba. Enclavada en la provincia de Matanzas es arrullada por el beso de amor y bendición que por entre las aguas apacibles de su ensenada hermosa le envía el Canal de la Florida.
Ubicada en una comarca de clima saludable, suelo fecundo y con una posición geográfica envidiable que le hace disfrutar de un abrigado puerto en una ensenada amplia y protegida atrajo hacia sí la atención de inversionistas y de hombres de trabajo, elementos cuya colaboración armónica produjo la prosperidad de toda la región y el consecuente progreso del villorrio convertido mas tarde en esclarecida ciudad y emporio de riqueza.
Otorgada por el Cabildo de la Habana el catorce de julio de 1709 fue firmada el Acta de Cesión de una vastísima extensión de terreno en favor de Don Diego de Sotolongo. Andando el tiempo y a través de diversas mutaciones cayó aquella hacienda en manos de Don Bernardo Carrillo de Albornoz por compra que este hiciera a sus propietarios Esteban Aguirre y José Otermine.
Desde su adquisición por Diego Sotolongo fue la hacienda nombrada “San Juan de las Ciegas y Cárdenas” en gratitud a Don Mateo de Cárdenas Guevara, Procurador General quien puso en juego su valiosísima influencia en el Cabildo de la Habana para que la petición de Don Diego Sotolongo fuera favorecida.
Desde que se instaló en la hacienda Bernardo Carrillo de Albornoz afluyeron allí en provechosa romería hombres diligentes y aptos en busca del mejoramiento que ofrece la tierra al que trabaja. Don Bernardo no se limitó a explotar para su solo provecho las tierras adquiridas.
Hombre progresista y de amplia visión repartió tierras para que fuesen mejor aprovechadas y aumentase el número de los establecimientos de la finca. En aquellas tierras favorecidas por su singular posición geográfica habría de levantarse con el paso de los años una floreciente ciudad.
El día ocho de marzo de 1828 estando a cargo de la Capitanía General de la Isla Don Francisco Dionisio Vives fue fundado el pueblo de Cárdenas con el nombre de “San Juan de Dios de Cárdenas”. El Gobierno de la colonia había dispuesto el diecinueve de enero de 1827 a instancias del Conde de Villanueva la fundación de la nueva población en los terrenos de la costa donde estaba la Casa del Erario.
Juan José Aranguren administrador de rentas fiscales de Matanzas fue comisionado por el Conde de Villanueva con plenos poderes para que se trasladara a la región de Cárdenas, gestionara y dispusiese cuanto fuese necesario para la fundación de la nueva población.
Aranguren compró a los herederos de Albornoz una extensa faja en los terrenos de la costa la cual fue deslindada y parcelada por el agrimensor Andrés José de la Portilla quien hizo el trazado de la nueva población. La parcelación fue hecha en manzanas de ocho solares de 120 varas por 80 trazadas con tan perfecta rectitud que sirvieron luego de obligada referencia para el ensanchamiento que el tiempo y el progreso habían de darle a la ciudad.
La Casa del Erario era la oficina de recaudaciones e impuestos que se vió obligado a crear el gobierno en el año de 1819 ante la prosperidad de la comarca.
El florecimiento de la agricultura con el cultivo del café, la caña de azúcar y otros frutos, la explotación de las salinas de Punta Hicaco, la explotación de bosques para la fabricación de carbón y el creciente aumento del ganado vacuno conllevaron a un aumento en el movimiento de exportación de la bahía lo que propicio la creación de la referida Oficina de Recaudaciones e Impuestos.
La oficina de recaudación dependía de Matanzas y comenzó su funcionamiento bajo la autoridad de Justo Villavicencio a quien podríamos llamar el primer residente de Cárdenas.
Nueve años antes de la fundación del poblado se había levantado allí un almacén que construyó Juan Guerra Navarro para almacenar la sal producida por las salinas de Punta Hicaco el cual fue convertido en la Casa del Erario.
La parcela comprada por Aranguren a los herederos de Albornoz se extendía desde la esquina de la Avenida de Céspedes y calle Sagua hasta Céspedes y calle ocho. Por donación de Don Juan Jerez se dedico una pequeña parcela para el trazado de una Plaza de Armas la que fue denominada Fernando VII el mismo día de la fundación de Cárdenas en honor al soberano reinante en la península.
Sin ser rápido el progreso urbano de la nueva población al expirar el segundo lustro de su fundación ya Cárdenas contaba con una población de 1190 habitantes y 243 casas construidas.
Atendiendo a las exigencias del intercambio comercial con las prósperas regiones vecinas se constituyó el 26 de abril de 1837 la Empresa del Ferrocarril de Cárdenas. Presidía esta empresa el brigadier Juan Montalvo y O’Farrill estando los trabajos a cargo del ingeniero José Manuel Carrera. El 24 de junio de 1840 se abren al público las primeras 18 millas inglesas del camino de hierro, factor determinante para el desarrollo de la agricultura, comercio e industrias en la región.
Con el desarrollo económico se acrecentó el comercio marítimo convirtiéndose el puerto de Cárdenas en punto de salida y exportación para los productos que afluían desde el interior de la Isla. Los productos de 103 fincas incluidos 26 cafetales y de 56 ingenios eran levantados por el brazo humano y por la grúa en el puerto camino de los mercados extranjeros.
La antigua Oficina de Recaudaciones e Impuestos se convirtió entonces en el Departamento de Rentas Fiscales dirigido por el señor Tomás Fernández de Cossío nombrado Administrador Tesorero del nuevo e importante departamento.
El primer teniente pedáneo siendo Cárdenas tenencia de partido fue Don Joaquín Seide. La importancia y desarrollo que ya había adquirido hizo fijar la atención del gobierno central cuya jefatura desempeñaba a la sazón Joaquín de Espeleta. La capitanía de partido que tenía su asiento en Lagunillas pasó a Cárdenas convirtiéndose esta en cabecera de partido. El capitán pedáneo Angel Gerez trasladó su residencia a la nueva capitanía.
Convertida Cárdenas en cabecera de partido y gozando de floreciente prosperidad su numerosa grey católica demandó a la curia el establecimiento de un asiento parroquial. Para llegar al templo existente era necesario hacer una larga jornada como la que mediaba entre Cárdenas y Guamacaro, a cuya jurisdicción parroquial pertenecía.
Los ritos de la consagración del templo de Cárdenas fueron suntuosa ceremonia. Se crea primeramente una capilla en la casa de Alejandro Capote situada entonces en el espacio que ocupaba el hotel “La Dominica”.
Se procedió a la bendición y colocación de la primera piedra el 6 de junio del año 1844 de lo que sería la Iglesia Parroquial de la Purísima Concepción de Cárdenas, inaugurándose oficialmente el 12 de abril de 1846. El Arzobispo de la Habana designó para oficiar allí al Rvdo. presbítero José Matías Navarro.
En 1841 se constituye la Empresa del Ferrocarril de Júcaro con un capital que ascendía a $436.000. La empresa estaba dirigida por influyentes personalidades como el marqués de Villalba, conde de Peñalver, Joaquín Arrieta y Pedro Diago entre otros. Comienzan los trabajos bajo la dirección técnica del ingeniero Alfredo Krueger pero fallecido este en 1845 los termina Julio Sagebien.
En 1854 se concluye el ramal que une Júcaro con Cárdenas y la red se extiende por San Antón, Recreo, Altamisal, Pijuán y Banagüises marcando la ruta del progreso que andando los días habría de adquirir toda la comarca. Mientras tanto la Empresa del Ferrocarril de Cárdenas llevaba sus líneas hasta Jovellanos.
Convertida la localidad en Tenencia de Gobierno en 1843 se producen cambios fundamentales en las instituciones de orden jurídico-político. El coronel Francisco Javier Quintayros es designado Teniente Gobernador. Militar disciplinado, recto, caballeroso y progresista llega animado de los mejores propósitos para su ejercicio que dura hasta el 31 de diciembre de 1848.
En este período se constituye la primera Junta Municipal que integran con carácter de consejeros los señores José Pallimongo, Francisco Barrinat, Lucas y Muro, se levanta un nuevo templo de construcción greco-romana por el maestro de obras José Pineda bajo la dirección del arquitecto Carreras en los terrenos cedidos por Angel Gerez, se funda el primer cuerpo de bomberos, se abre la primera escuela por el profesor Mateo Hernández a la cual siguió otra fundada por Francisco de León, se construye un matadero y se inicia la pavimentación de algunas calles comenzando en la cuadra de la cuarta avenida entre las calles 7 y 8.
Habilita el coronel Quintayros el puerto de Cárdenas como de primera clase en acto que tuvo efecto el día 9 de mayo de 1843 cumpliendo así la real orden del primero de enero del mismo año. El teniente de navío Ramón de Oyagüe fue designado para ocupar la Capitanía. La habilitación abre el puerto hasta ese entonces de cabotaje al comercio internacional y aumenta las rivalidades ya existentes con la ciudad de Matanzas.
El gobierno de Quintayros fue en 1844 testigo de la conspiración conocida como de La Escalera. En la zona de Cárdenas y Bemba lideraba el pardo libre Luis Seguí secundado por Vicente Morejón. Perseguía la sublevación levantar en armas las dotaciones de varios ingenios pero descubierto el plan fueron los cabecillas fusilados el primero de octubre de ese mismo año.
Infinidad de esclavos fueron azotados y como sangrienta y macabra amenaza el cadáver de uno de los ajusticiados fue profanado cercenándosele la cabeza, la cual fue fijada en una pica y clavada en un monte en el camino a Lagunillas para que sirviera de escarmiento. Aún ese monte conserva el nombre de «Cabeza del Negro» como se le denominó en aquellos días por los vecinos del lugar.
La Junta Municipal de Cárdenas como reconocimiento a Quintayros por el progreso de que disfrutó el poblado durante su ejercicio de gobierno dio su nombre a la Plaza de Armas Fernando VII.
En 1849 tuvo efecto en Unión de Reyes el empalme de las líneas ferroviarias de Cárdenas, Sabanilla y Matanzas con las de la Habana. Esta intercomunicación ferroviaria entre Cárdenas y la capital benefició a Cárdenas con incontables avances en el orden social, cultural y económico.
A Quintayros sucedió en el mando Florencio Ceruti quien a los diez y seis meses de ejercicio tuvo que hacer frente con muy poca suerte a las huestes expedicionarias de Narciso López, breve lucha en la cual cayó prisionero de los patriotas.
Narciso López quien fuera general del Ejército Español y hasta 1843 teniente gobernador de Trinidad, lastimado en su dignidad y en su orgullo militar por el injusto tratamiento de Leopoldo O’Donnell al destituirlo, aunque venezolano de nacionalidad hace causa común con los patriotas cubanos que laboran por la independencia.
Después de huir a los Estados Unidos cuando fue descubierta en 1849 la conspiración de la “Mina de la Rosa Cubana” concierta propósitos, acopia fondos y a principios de mayo 1850 zarpa del puerto de Nueva Orleans en el vapor “Creole”, viene a bordo un bien organizado contingente expedicionario de aproximadamente 610 hombres.
El 19 de mayo de 1850 desembarca Narciso López haciendo flotar en los aires por primera vez en la Bahía de Cárdenas la bandera de la estrella solitaria.
Su brillante éxito no lo entusiasma pues ha tenido una fría acogida en la población. Ante las fuerzas regulares que son enviadas a su encuentro y temeroso de que el “Creole” sea interceptado por la escuadra española evacúa la plaza y reembarca evadiendo la persecución del crucero “Pizarro” que lo hostiliza de cerca.
Vivió ese momento histórico María Emilia Casanova. Supo la adolescente cardenense al contemplar el paso de los expedicionarios con la bandera en ristre que el pabellón tricolor sería el símbolo de la libertad del pueblo cubano. Unirá su suerte María Emilia con Cirilo Villaverde autor de “Cecilia Valdés” formando un binomio de luz, ella esclarecida patriota cubana y él insigne e ilustrísimo en las letras.
Enlaces:
- Cárdenas: Primera mitad del siglo XIX
- Cárdenas: Segunda mitad del siglo XIX
- Cárdenas: Primera mitad del siglo XX
- Cárdenas: Segunda mitad del siglo XX
- Personalidades y negocios de Cárdenas.
Referencias bibliográficas y notas
- Matanzas Contemporánea, Guía Provincial, Editorial Panamericano S.A., 1942.
- Magazine La Lucha, 1923.
- Jurisprudencia Criminal, Sentencias dictadas por el tribunal supremo en los recursos de casación y competencias desde la instalación de sus salas segunda y tercera en 1870. Tomo 40. Imprenta de la revista de legislación a cargo de J. M. Sardá, 1889.
- Humberto Ballesteros Rodríguez. Carlos Agüero: Un General Mambí.
- Elgrancapitan.org. (2013). Las otras acciones navales de la guerra hispanoamericana,, 1898: Acción de Cárdenas. [online] Available at: https://elgrancapitan.org/portal/index.php/articulos3/historia-militar/954-las-otras-acciones-navales-de-la-guerra-hispanoamericana-1898-accion-de-cardenas [Accessed 27 Dec. 2019].
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