

Como hemos enunciado con anterioridad el Centro Asturiano de la Habana, después de, la Asistencia sanitaria, á lo que mas atención presta es á la enseñanza. A ella nos referimos ya, limitándonos hasta 1896. Agreguemos que á partir de aquella fecha no ha disminuido el cuidado ni desmayado el entusiasmo.
El número de alumnos fué en aumento como lo demuestra la matrícula del curso escolar de 1902 á 1903 en que se inscribieron 2 410 varones y 622 señoritas. Los primeros en lectura y escritura; Aritmética (dos cursos); Gramática (dos cursos), Dibujo lineal, natural y de adorno; Teneduría de libros y aritmética mercantil; Francés é inglés (dos cursos); Geografía é historia; Estenografía y mecanografía y Solfeo y piano.
Las señoritas están matriculadas en inglés (primero y segundo curso); en solfeo y piano y en corte, confección y labores.


Los profesores que desempeñan estas clases son: doña Petra García de García, don Mariano J. Vieta, don Rafael B. Santa Coloma, don Isidro Pérez, don César Estrada, don Matías Riera, don Lorenzo B. Doval, don José Pulido, don Buenaventura Muñoz, don Carlos García Sánchez, don Luis R. Mendoza, don José Areces, don Manuel Cubas, don Angel Planas y D. Fernando Hiráldez.
La delicada inspección de las escuelas la ejerce la Sección de Instrucción, que es una de las más nutridas, de la que es Presidente el entusiasta y perito pedagogo don Manuel Alvarez del Rosal, Vicepresidente don José López Fierros, Secretario y Vice los señores don Juan A. García y don Fabriciano Martínez, siendo el Bibliotecario don Manuel Pérez, asistidos por veinticinco vocales.
El número de los alumnos exigió de la directiva dedicar mayor local para las clases y por ese motivo al renovarse el contrato de arrendamiento con el Café y Restaurant “El Casino”, se reservó el Centro para escuelas la mayor parte del local que da á la calle de la Obrapía.


De las dieciséis asignaturas que se enseñan en el Centro hay una en la que se matricularon doscientas treinta señoritas en el último curso y que merece mención especialísima. Es la de Corte, Confección y Labores: se instituyó en primero de octubre del año 1900, sacándose á oposición la plaza de Maestra, la que ganó en buena lid la señora doña Petra García de García.
Nadie pensó en un principio la acogida que había de tener dicha enseñanza, pues se matricularon el primer año veinte y tres alumnas. Ya en 1901 ascendieron las matriculadas á ciento sesenta y hemos manifestado el número del presente curso, lo que demuestra el interés que la asignatura ha despertado.
El curso se abre en primero de octubre y termina en julio, en que tienen lugar los exámenes otorgándose un premio á la alumna más aplicada é inteligente. Las clases son alternas; un día de labores, siendo estas elementales y superiores otro día de corte, comprendiendo éste toda clase de prendas de vestir, tanto de señoras como de caballeros y niños y además la confección de sombreros para señoras.
Las horas de clases son de 7 á 9 de la mañana y es un espectáculo halagüeño que eleva el espíritu ver los salones del Centro Asturiano en esos momentos favorecidos por aquella muchedumbre de señoritas que van ansiosas de adquirir conocimientos y de aprender labores para aprovecharlos en el curso de su vida y acaso para que les sirvan de escudo contra las adversidades de la suerte.
En el éxito que se logra hay que admitir que tiene una gran participación la pericia, experiencia y condiciones de carácter de la profesora señora García que sabe conducir suavemente á las alumnas por el camino del estudio, yendo de lo fácil á lo complicado é inspirándoles amor al trabajo y confianza en el éxito.
El Centro Asturiano al iniciar y sostener una clase de esta naturaleza, puede vanagloriarse de que presta un verdadero servicio á la mujer cubana y un bien al país. Resultan útiles también para la mujer las clases de solfeo y piano y para que haya mayor estímulo se han reanudado los ejercicios públicos trimestrales que resultaron muy provechosos en otro tiempo.
Con respecto á los varones las clases de taquigrafía y mecanografía, así como las de idiomas, teneduría de libros y aritmética mercantil, lo pone en condiciones aptas para la vida comercial, con arreglo á las necesidades de estos tiempos.


La sección de Recreo y Adorno, á cuyo frente se hallan como Presidente y Vice los diligentes y entusiastas señores D. José María Vidal y D. José González Covián, secundados por cuarenta vocales, ha emulado con las demás secciones en el lleno de sus deberes. No carece de importancia dicha sección ni deja de ser delicado su cometido, tratándose de un centro cuyo número de socios es tan extenso.
La organización de las fiestas, á las que naturalmente hay que dar variedad, el adorno de los salones y demás dependencias, la acogida que hay que prestar á los asistentes, la distribución de las comisiones para que todo marche ordenadamente, eso requiere un cuidado, un estudio y una experiencia como como los que tienen los señores que se hallan al frente de esta sección, cualidades que han demostrado en las numerosas fiestas ofrecidas por el Centro ya en los salones de su casa, como fuera de ellos, ya en la Quinta en los días de inauguraciones, en que la sección ha tenido que multiplicarse para atender á todos y conservar el orden.
Además de las Secciones existen Comisiones especiales, de las que, la llamada de Intereses Materiales, es la de más trascendencia. Tiene una misión amplia, pues vigila la recaudación, la marcha de la Administración y la Secretaría, el cumplimiento de los empleados, confecciona y ejecuta los contratos, hace ó dispone las compras, y en una palabra, es la delegada de la Directiva para tomar los acuerdos urgentes y llevar la sociedad por buen camino.
Por lo expuesto se deduce que al frente de esa Comisión ha de haber personas que conozcan la historia del Centro, que estén perfectamente impuestos de su mecanismo, que no ignoren detalles de ninguna clase, que tengan hábitos de economía, y en una palabra, que tomen los asuntos del Centro con la dedicación y el interés de los asuntos propios.


Esas cualidades las reune el Presidente D. Casimiro Heres, hermano de la señora viuda de Valle, uno de los socios más antiguos, que ha desempeñado cargos delicados en la Sociedad y que está interesado en la prosperidad y auge del Centro. Le secunda como Vicepresidente el Sr. D. Francisco García Castro, persona de rectitud y claro juicio, y cinco vocales más, escogidos, para llenar el cometido de confianza de esta Comisión, á la que se deben muchas iniciativas y medidas de provecho.
Por acuerdo de la Junta Directiva se formó hace tiempo una Comisión de Altas y Bajas de socios para vigilar el movimiento de los mismos. El objeto de ella es más útil de lo que parece, pues no debe dejarse abandonado al azar el contingente de los socios, los cuales suben y bajan con relativa facilidad.
Las diferentes crisis por que ha travesado el país desde el año 1895 á la fecha, el movimiento de obreros hacia Cayo Hueso, Tampa y otras ciudades americanas, el regreso á la Península de algunos individuos después del cese de la soberanía española, el trasiego de trabajadores para el interior de la Isla, la natural concurrencia de otras asociaciones de índole igual á la del Centro Asturiano, produjeron un movimiento constante en la lista de los socios que exigía una vigilancia para contener ó modificar el perjuicio que pudiera ocasionar.


Al frente de esa Comisión de Altas y Bajas se encuentra una persona de la sagacidad del Sr. D. Rafael Fernández Marinas, á quien secundan don Celestino Suárez Alonso y tres vocales más.
Siempre en la brecha hacen propaganda á favor del Centro y se proponen reorganizar los comités de barrio que tan buen resultado dieron en otro tiempo. Débese sin duda á las gestiones de esta Comisión el incremento que tuvieron los socios en el año último y cuyo número fluctúa actualmente entre 13 500 y 14 000.
El poder público ha venido á favorecer al Centro Asturiano, pues obligando el Departamento de inmigración á que se inscriban los recién llegados en las Casas de Salud, para evitar de ese modo la propagación de las enfermedades, hace aumentar el número de los socios.
La Secretaría del Centro Asturiano es un departamento que merece cita, porque allí radica la contaduría y teneduría de libros, y se reflejan los acuerdos de la Directiva y de las diversas Secciones y Comisiones.


Con motivo del fallecimiento del señor don Fructuoso Rionda, fué designado por la Directiva para ocupar el cargo de Secretario Contador el Sr. D. Juan G. Pumariega, persona prestigiosa, habilísimo en contabilidad y que ha desempeñado puestos importantes de otro orden.
Con el Sr. Pumariega ha hecho el Centro Asturiano una valiosa adquisición, y si no hubiese otras muchas razones bastaría el último informe redactado por él y publicado, del segundo trimestre del año social de 1902, para demostrar su competencia é idoneidad. El Vice Secretario es el antiguo empleado D. Francisco F. Lavandera.
La mayor parte de las personas que lean estas líneas ignorarán probablemente que el radio de acción del Centro Asturiano no se limita á esta capital, pues se extiende á Marianao, Regla, Guanabacoa, Santiago de las Vegas, San Antonio de los Baños, Pinar del Río y otras; así como, en el extranjero á Tampa. Dichas Delegaciones tienen sus Directivas locales y disfrutan de la necesaria autonomía aunque supeditadas á la dirección y Reglamento general del Centro; pero los socios á ellas pertenecientes, disfrutan de los beneficios de la asistencia de la casa de salud Covadonga.
La delegación de Tampa cuenta solo ocho meses de fundada y está llamada á adquirir un buen desarrollo, dada la facilidades de las comunicaciones que hay entre aquel puerto y la Habana.


Aunque independiente de la Asociación existe un periódico semanal El Heraldo de Asturias que es órgano oficial del centro. Es su propietario y lo dirije don Manuel Santa Eulalia.
La marcha de la Sociedad se ha reflejado siempre en dicho periódico; en él se publican sus informes trimestrales, los acuerdos de la Directiva y de las secciones; impone á los asociados de cuanto concierne al Centro y hace una propaganda activa en su beneficio. El día que se quisiese escribir la historia del Centro Asturiano habría que acudir á sus columnas como la mejor fuente de información.
Distingue al Centro Asturiano un buen espíritu de cordialidad hacia las otras sociedades que existen en la Habana y ha procurado siempre hacerse útil y simpático para con las corporaciones y fuerzas vivas del país.
Las Directivas han estado siempre propicias para facilitar sus salones, cuando han sido solicitados para objetos científicos, literarios ó benéficos. Los elementos cultos de la ciudad de la Habana son deudores del Centro Asturiano por su hospitalidad y desinterés.


Conocidos el presente y pasado del Centro Asturiano ¿Cuál será su porvenir? Lógicamente se deduce que ha de seguir avanzando por la buena senda que lleva. No hay sociedad cuya cuota de pago sea menor y que mayores ventajas ofrezca bajo todos conceptos; por eso el número de sus socios aumenta constantemente, no limitándose á los asturianos sino que comprende los naturales de otras provincias, siendo ya muchos los cubanos y extranjeros que figuran en sus listas.
El espíritu de asociación produce sus naturales efectos, convirtiendo á las sociedades de la índole de la que nos ocupa en verdaderos sindicatos, con la esencial diferencia de que el beneficio se reparte entre muchos en lugar de ser el patrimonio de unos pocos.
El incremento de los socios acrece naturalmente el ingreso por el concepto de cuotas mensuales y como además sufragan sus gastos los pensionistas que concurren á la Casa de Salud y dan también producto los alquileres de las propiedades del Centro, de los terrenos de la finca, los billares, los juegos de naipes, la cantina, etc., resulta una producción mensual constante de muchos miles de pesos que permite al Centro cubrir con desahogo sus atenciones corrientes, saldar el capital é intereses que hubo de tomar en calidad de préstamo y emprender nuevas obras de provecho y utilidad.
En los salones del Centro se hallan á la expectación de los socios numerosos planos que acaban de llegar de Francia, ejecutados por el hábil ingeniero Mr. André y en ellos pueden contemplarse las importantísimas obras que están en proyecto en la Casa de Salud y que ha de convertirla en breve tiempo en una Policlínica y en uno de los sanatorios más grandes y mejor montados del mundo.
Vénse allí los dibujos de los pabellones para tuberculosos, para infecciosos, el manicomio y sobre todo, lo que más llama la atención es el colosal proyecto de hospital de mujeres y niños, que cuando se realice vendrá á llenar un verdadero vacío muy sentido en esta capital, donde la mujer y el niño están en el desamparo.
Hemos querido hablar del futuro del Centro, porque claramente se vislumbra un brillante porvenir para esa asociación que cada un día ha de prestar mayores servicios á esta capital con el mejoramiento de su Quinta de Salud.
Por lo que se refiere á la casa del Centro, el semicírculo que hoy la forma, se completará en el andar del tiempo, adquiriendo la Sociedad el resto de las propiedades hasta ocupar toda la manzana. Han de obligar á ello el aumento de los socios, las exigencias de la enseñanza y otros nuevos servicios que probablemente han de surgir.
¡Loor á los fundadores del Centro Asturiano y á los que supieron con sus capitales cooperar al levantamiento de una sociedad que realiza tan buenos servicios! ¡Loor á los que dirigen hoy la Sociedad y contribuyen á su sostenimiento con desinterés y abnegación! Como las instituciones quedan y los hombres pasan bueno es que la historia recoja los hombres de aquellos que practicaron el bien!
Junta Directiva de 1902 á 1903
- Presidente: D. Ramón Pérez Rodríguez.
- Primer Vicepresidente: Saturnino Martínez.
- Segundo Vicepresidente: Antonio Fernández González.
- Tesorero: José María Vidal.
- Vocales: Sergio González García, Serafín Fernández García, Juan Rodríguez Suárez, Rafael García Marqués, José Fernández López, Celestino Fernández Gómez, Simón Solares Riaño, Rafael Fernández Marinas, Manuel Argüelles García, José Carrió Suárez, Manuel Alvarez del Rosal, José González Covián, Francisco García Castro, Fulgencio Díaz Díaz, Casimiro Heres Palacio, Juan Menéndez Martínez, Manuel Llames Pérez, Luis Muñiz Díaz, Antonio Pérez Fernández, Emilio Rivas Arenas, Antonio Rodríguez Alvarez, Manuel López Busto, Manuel Ardavín Díaz, José López Fierros, Luis Cofiño Mones, José Solís García, Celestino Suárez Alonso, José Valdés Flores, Francisco González Rodríguez, Cándido Sierra Porrúa, Gabino Alvarez Menéndez, Saturnino Miguel Toribio, Balbino Balbín Santos, Manuel González Menéndez, Segundo Hevia Cañedo, Ramón Díaz Prieto, Marcelino Suárez García y Segundo Rodríguez Menéndez.
Lea también:
- El Centro Asturiano de la Habana.
- La Casa de Salud Covadonga del Centro Asturiano de la Habana.
- Presente y Porvenir del Centro Asturiano en 1903. [Se encuentra en este artículo]
Bibliografía y notas.
- González Curquejo, A. “El Centro Asturiano, VI, La Casa de Salud Covadonga .” Revista Ilustrada Cuba y América, vol. XI, no. 1, May 1903, pp. 14–20.
- Baragaño, Ramón. “Francisco Fernández Santa Eulalia.” El Comercio, 20 Feb. 2010, https://www.elcomercio.es/
- Personalidades y Negocios de la Habana.
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