Diócesis y Obispos de Matanzas — Mons. Carlos Warren Currier. Desde el día 12 de octubre de 1693, en que fué fundada la ciudad de Matanzas, y puso la primera piedra de la primitiva Iglesia de San Carlos, el Ilmo. Sr. Don Diego Evelino de Compostela, Obispo de la Ciudad de la Habana e Isla de Cuba, Jamaica y la Florida, (pues la actual Iglesia de San Carlos fué edificada a principios del siglo XIX siendo Obispo Don Juan José Díaz de Espada y Landa), hasta la erección de esta misma Iglesia en Catedral y la Provincia con sus límites civiles con Obispado, su historia eclesiástica…
…está vinculada a la Diócesis de la Habana, a donde pertenecía S. S. Pío X, de feliz memoria por la Bula “Quae catholicae religioni”, de fecha 10 de diciembre de 1912, separó de la Habana y erigió en Diócesis la de Matanzas, fijándole los límites de la jurisdicción civil de la Provincia, siendo ejecutada dicha Bula en la Catedral de la Habana el día 8 de mayo1 de 1913 y en la Iglesia de San Carlos de Matanzas, Catedral del futuro Obispo de la nueva Diócesis, el día 15 del mismo mes y año por el Excmo. señor Obispo de la Habana Pedro González y Estrada.
Se puede decir que desde esta fecha comienza la preponderancia de la Iglesia de Matanzas y desde luego su historia.
Su primer obispo lo fué el Reverendísimo Monseñor Carlos Warren Currier, de la Diócesis de Baltimore (E.U.A.) residente en Washington, nombrado por S. S. el Papa Pío en 26 de abril de 1913.
Recibida la consagración episcopal el día 6 de julio del propio año, en Roma y en la Capilla del Colegio Pío Latino Americano, de manos del Excmo. Sr. Cardenal Diomede Falconio, asistido por los Exmos Sres. Arzobispo Monseñor Domenico Serafini Auditor de la S. Congregación del Santo Oficio, y Monseñor Donato Sbarretti, Secretario de la S. Congregación de Religiosos, se trasladó a la Isla de Cuba, haciendo el día 3 de noviembre de 1913 la entrada en su nueva Diócesis con toda pompa y solemnidad, tomando inmediatamente posesión, a la que asistieron los Ilustrísimos Señores Obispo de la Habana y de Cienfuegos, todo el Clero de la Diócesis, las autoridades civiles y gran concurso de fieles, ávidos de conocer y saludar a su nuevo Pastor.
Grandes hubieran sido —sin duda— los beneficios que hubiera podido reportar a la nueva Diócesis de Matanzas la designación de Prelado tan distinguido como Monseñor Currier, pues en el corto espacio de tiempo que estuvo a su frente visitó no pocas parroquias, en las que administró el Santo Sacramento de la Confirmación y celebró el primer Sínodo diocesano.
Sin embargo, desde casi su llegada a la Diócesis hasta el 11 de febrero de 1915 en que le fué admitida su renuncia por S. S. Benedicto XV, estuvo delicado de salud, lo que motivó la dimisión de su alto cargo, para trasladarse a un país de clima más favorable, sin haber podido poner en práctica ninguno de los varios planes que su celo, al tomar posesión, le sugirieran.
El mismo día 11 de febrero fué electo el nuevo Obispo de Matanzas, Monseñor Severiano Saínz y Bencomo, encargándose hasta su consagración del gobierno de la Diócesis con el carácter de Administrador Apostólico, hábil diplomático, eminente en ciencia y virtud y de grandes dotes de gobierno.
El Obispo de Matanzas Mons. Currier visita a la hermana del poeta José Jacinto Milanés.2
Leemos en “El Republicano” de Matanzas: Un rasgo bellísimo, uno de esos actos que por sí solos conquístanse la voluntad de un pueblo, si ya Monseñor Currier no se hubiera ganado las simpatías y consideraciones de los matanceros, es el realizado ayer por su Ilustrísima, el Rvdo. Obispo de esta Diócesis.
Como a las cuatro de la tarde de ayer, detúvose ante la modesta y más que modesta pobrísima morada de la señorita Cleofa Milanés, hermana del ilustre bardo que tanta gloria diera a esta ciudad, José Jacinto Milanés, un carruaje, del que descendieron dos sacerdotes.
El Rvdo. Charles W . Currier, uno, el padre Joaquín de Fana su Secretario el otro.
¿A qué vendrán, a esta miserable casa, decíanse los vecinos, tan altos dignatarios de la Iglesia?
Pronto lo supieron todos. El señor Obispo de Matanzas, hombre de gran cultura, literato insigne, apasionado, admirador de las letras y las artes, conocía perfectamente a José Jacinto Milanés, aunque sin haberlo tratado nunca. Las producciones del poeta, por él leídas y por él saboreadas, con deleite, lo hicieron uno de los admiradores del bardo cubano.
Y sabedor Monseñor Currier de que aún vivía y que aquí residía una hermana de Milanés, quiso conocerla, quiso visitarla, quiso estrechar su mano, y con ella departir un rato. Y allá fué. Sin anunciarse, sin decir palabra, sin previo aviso.
Y aquella casa tan abandonada, por los llamados a venerar en ella la memoria del poeta fallecido (las autoridades cubanas), fué honrada por el Ilustre Príncipe de la Iglesia, que permaneció en ella durante largo rato, consolando y fortaleciendo a la infeliz anciana, que tan sola termina los últimos días de su vida. ¡Con qué cariño hablóle el Obispo a Cleofé!
¡Y con qué infinita alegría escuchaba la hermana de Milanés, las palabras del bondadoso Prelado!
¡Bendita sea la Religión Cristiana, donde solo se ven rasgos como el realizado ayer por Monseñor Currier!
El Republicano, como matancero y como católico, se enorgullece de tener al frente de la Iglesia en esta Diócesis, a hombre tan ilustre, tan bondadoso, tan caritativo, tan altruista, y tan santo.
Obispo de Matanzas Monseñor Severiano Saínz y Bencomo.
Es la rectitud de carácter unida a un corazón bondadoso, entre las muchas y excelentes cualidades, una de las que más brillaban en el Obispo de Matanzas. Amable en su trato, generoso y desprendido, no vacilaba en sacrificarse siempre que redundara en bien de la Religión y en beneficio de los necesitados.
Era extraordinariamente activo y atendía personalmente todos los asuntos de su Diócesis, la que se encontraba en período de organización. Bastaba simplemente hablar con él para descubrir al hombre organizador de grandes iniciativas, revelando sobre todo una gran voluntad y no común energía para llevarlos a la práctica.
Nacido en el pueblo de San Juan y Martínez, región Vueltabajera, en la provincia de Pinar del Río, Cuba, en el año de 1871, hizo sus estudios de Bachiller en Letras y Ciencias en uno de los Colegios más importantes que los P. P. de la Compañía de Jesús tenían en las Provincias vascongadas, España, en donde se graduó.
Allí dió va a conocer nuestro biografiado las hermosas cualidades que le adornaban, mereciendo la más alta condecoración que se otorgaba al colegial que se distinguía por su aplicación y virtud, siendo proclamado Brigadier del Colegio.
De regreso a su país en el año de 1891 ingresó en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio de la Habana, en donde cursó con notable aprovechamiento la Filosofía y parte de la Sagrada Teología hasta el año 1896 en que por haberse cerrado el Seminario de la Habana, a consecuencia de la última guerra separatista y por haber sido desterrados a España por motivos políticos dos de sus hermanos menores, volvió a España para concluir sus estudios y atender a sus hermanos.
Era en el mes de Diciembre de 1898 cuando terminada la guerra con la independencia del país volvió a Cuba, recibiendo una vez terminados sus estudios de Filosofía, Teología y Derecho Canónico, el Sagrado Orden del Presbiterado, año 1899, de manos del Excmo. Sr. Obispo Santander y Frutos, último de los Obispos del tiempo de la Colonia, pasando en el año de 1900 a ocupar la Tenencia de Cura en la Parroquia de San Luis de Pinar del Río, de donde fué poco tiempo Párroco por muerte de su propietario.
En esta parroquia empezó el nuevo sacerdote a darse a conocer por su actividad, celo y por su carácter emprendedor, habiendo restaurado el edificio de la Iglesia, abierto una escuela parroquial y cuando estaba construyendo el Cementerio Católico de dicho pueblo fué llamado en 1903 a la Habana, para ocupar el cargo de Secretario General de dicha Diócesis.
Sería hacer muy larga esta biografía, si hubiéramos de detallar su acción en el Obispado de la Habana, baste solamente decir que su gestión como Secretario le capacitó para que en el año 1907 el actual Sr. Obispo de la Habana, Monseñor González y Estrada, necesitando un Provisor competente, fijara sus ojos en él honrándole con ese cargo y distinción.
Al tomar posesión de Provisor y Vicario General, renunció a la Cátedra de Matemáticas y de Ciencias Físicas y Naturales del Seminario, que hasta entonces había desempeñado con gran lucimiento para de esa manera dedicar todas sus energías al desempeño de tan espinoso cargo en el que una vez más demostró su capacidad y rectitud. En el año 1910 fué nombrado Dignidad de Arcediano de la Santa Iglesia Catedral de la Habana.
En 1911 fué honrado con la comisión de representar al Excmo. Sr. Obispo de la Habana en el Congreso Eucarístico celebrado en Madrid, España.
En 1914 y por Breve de S. S. Pío X, con los términos, más laudatorios, fué nombrado Prelado Doméstico de Su Santidad.
Finalmente en tres de mayo de 1915 recibió la consagración episcopal en la Ciudad de Matanzas, haciendo de consagrante el Excmo. Sr. Delegado Apostólico Monseñor Adolfo A. Nouel y de asistentes el Excmo. Sr. Obispo de la Habana y el Ilmo. y Rvdmo. señor Obispo de Pinar del Río, encontrándose además presentes el Excmo. Sr. Arzobispo de Yucatán, México. Los Ilmos. y Rvdmos. Sres. Obispos de Cienfuegos y Camagüey y el Rvdmo. Sr. Obispo Titular de Cina.
Fué una verdadera demostración de la simpatía de que gozaba el nuevo Prelado, el extraordinario número de sacerdotes de las distintas diócesis de la Isla, que asistieron al acto de su consagración, así como igualmente de caballeros y señoras llegados desde la Habana.
Por todos los cargos donde pasó el Ilmo. Obispo de Matanzas dejó una estela luminosa siendo su gestión como Obispo en el poco tiempo que llevó al frente de su Diócesis altamente provechosa para la Iglesia y apreciada por todos sus diocesanos, además de las acertadas disposiciones en el gobierno de la misma se construyeron durante el corto espacio de su pontificado las iglesias de Los Arabos, San José de los Ramos y Agramonte.
Se reedificaron las iglesias de San Juan Bautista de Pueblo Nuevo en la ciudad y de Sabanilla del Encomendador y se fundaron tres colegios dirigidos por comunidades religiosas en Jagüey Grande, Sabanilla del Encomendador y Jovellanos; se abrieron tres escuelas parroquiales en Versalles, Unión de Reyes y Jovellanos y una escuela de parvulitos bajo la dirección de las Religiosas de Sabanilla del Encomendador.
Se dotó la Santa Iglesia Catedral de lujosos bancos de caoba así como de un hermoso órgano de dos teclados, un espléndido trono episcopal y tres magníficos pontificales, blanco, verde y negro para las grandes solemnidades además de muchas otras obras las que enumerar sería demasiado extenso.
En el barrio de Versalles en Matanzas y anexa a la parroquia de S. Pedro Apóstol podían encontrarse hacia 1919 dos aulas de instrucción primaria para el segundo y tercer grados. En ella educaban el maestro laico Francisco Trujillo y el P. E. Martínez, a unos treinta niños bajo la supervisión del párroco de esa Iglesia P. Manuel Aguilar.
La pequeña escuela perseguía el objetivo de formar buenos ciudadanos sirviéndose del ejemplo de grandes cubanos estando allí los retratos de José de la Luz y Caballero y de Saco. La iniciativa y la creación de estas aulas se debió a S.S. Ilma. Monseñor Saínz. La Diócesis de Matanzas debió de estar complacida de la acción apostólica de su obispo.
El Obispo de Matanzas Monseñor Severiano Saínz y Bencomo falleció en 14 de marzo 1937. A su deceso ocupó la administración de la Diócesis un Vicario Capitular. En 14 de mayo 1938 fue nombrado tercer obispo de Matanzas Mons. Alberto Martín Villaverde quien fue consagrado y tomó posesión en tres de julio 1938.
Obispado de Matanzas desde el Directorio Social de Matanzas 1957
Patrono: San Carlos Borromeo
Obispo: Excmo. y Rvdmo. Dr. Alberto Martín Villaverde
La Diócesis de San Carlos Borromeo de Matanzas, fué creada por la Bula “QUAE CATHOLICAE” del año 1912, la cual fué ejecutada y publicada en La Habana el día 8 de Mayo de 1913 y en Matanzas el 15 de Mayo de 1913.
Quedó de Administrador Apostólico de la misma el Excmo. Sr. Pedro González y Estrada hasta la toma de posesión del nuevo primer obispo nombrado, que lo fué Warren Charles Currier, que tomó posesión de la misma en 3 de Noviembre de 1913 y la gobernó hasta el 11 de febrero de 1915 en que fué aceptada la renuncia de la Diócesis.
Se nombró a Mons. Severino Sainz y Bencomo, que fué consagrado y tomó posesión de la misma en 3 de Mayo de 1915, quien la gobernó hasta su muerte, ocurrida en 14 de Marzo de 1937; el espacio de tiempo entre el 14 de Marzo de 1937 hasta el 3 de Julio de 1938 fué administrada la Diócesis por un Vicario Capitular.
El 14 de Mayo de 1938 fué nombrado tercer obispo de Matanzas, Mons. Dr. Alberto Martín y Villaverde, quien fué consagrado y tomó posesión de la misma en 3 de Julio de 1938. Esta Diócesis era Tribunal de apelación en primera instancia de la de La Habana.
Secretario del Obispado: Mons. Manuel Trabadelo Muiño
Seminario San Alberto el Magno
Rector: R.P. Gastón Pageau, p.m.e.
Director Espiritual: R.P. Carlos Quellet, p.m.e.
Administrador: R.P. Hernán Marchand, p.m.e.
Profesores Religiosos: Gastón Pageau, p.m.e.; R.P. Hernán Marchand, p.m.e.; R.P. Claudio Laquerre, p.m.e.; Conrado Coté, p.m.e.
Provisor de la Diócesis: Mons. Dr. Jenaro Suárez y Muñiz.
Jueces Pro-Sinodales: Mons. Dr. Venancio Novo; Mons. Dr. Belarmino García; Mons. Dr. Alfredo Llaguno; M.I. Sr. Dr. Ismael Testé.
Defensor del Vínculo: R.P. Daniel López Otero.
Notario: Mons. Manuel Trabadelo.
Consultores Diocesanos: Mons. Dr. Jenaro Suárez; R.P. Daniel López; R.P. Orlando Espinosa y Monseñor Manuel Trabadelo.
Consultores Parochorum: Mons. Dr. Jenaro Suárez; R.P. Daniel López; R.P. José Cabana y R.P. Orlando Epinosa.
Consejo de Administración
- Mons. Dr. Jenaro Suárez; Dr. Ignacio de Rojas; Ingeniero Oscar Pardiñas, Sr. Evaristo Cotilla y Secretario del Consejo, Mons. Manuel Trabadelo.
- Censores Eclesiásticos: Mons. Dr. Jenaro Suárez y R.P. Daniel López
- Consejo de Vigilancia: Mons. Dr. Jenaro Suárez; R.P. Daniel López y Mons. Manuel Trabadelo.
- Delegado de las Misiones Parroquiales y de la Obra de las Cárceles: R.P. Hilario Chaurrondo, C.M., y Auxiliar Mons. Manuel Trabadelo.
- Consejo Diocesano de las Obras Pontificias y de la Propagación de la Fe: Mons. Dr. Jenaro Suárez y R.P. Juan Riera.
- Delegado Diocesano de la Acción Católica: Lcdo. Zenón Merino y Redondo.
- Unión Misional del Clero: Mons. Manuel Trabadelo.
Junta Diocesana de Acción Católica:
- Delegado Diocesano: Rvdo. P. Zenón Merino.
- Rama “A”, Caballeros Católicos. Presidente: Dr. Sixto Ramos, Medio 137, Matanzas.
- Rama “B” (Juventud Masculina). Presidente: Ing. Diego Echemendía, Contreras 34, Matanzas.
- Rama “C” Mujeres de Acción Católica Presidenta: Sra. Ofelia R. de Ramos, Independencia 137, Matanzas.
- Rama “D” (Juventud Femenina). Presidenta: Srta. María Antonio Maydagán, Byrne 154, Matanzas.
- Caballeros de Colón (K. of C.). Gran Caballero: José García Mayo, Santa Teresa y Río, Matanzas.
Bibliografía y notas
- Dollero, Adolfo. Cultura Cubana (La provincia de Matanzas y su evolución). Habana: Imp. Seoane y Fernández, 1919), 188.
- El Libro Azul de Cuba (The Blue Book of Cuba). Habana: Imp. Solana y Cía., 1917), 273-277.
- Magazine La Lucha. (Matanzas, 1924) 104.
- Revista Bohemia. Marzo 21, 1937. p. 39.
- Villaverde, Mons. Alberto Martín. “La Reforma Agraria Cubana y la Iglesia Católica”. Revista Bohemia. 5 julio 1959.
- “Obispado de Matanzas”. Directorio Social de Matanzas 1957. Empresa Editora de Publicaciones S. A., 1957, p. 10.
- Personalidades y Negocios de Matanzas.
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