Con el propósito de estrechar lazos de unión y vínculos de compañerismo entre los naturales de la provincia de Asturias y sus descendientes; proporcionar á los asociados asistencia en sus enfermedades y ofrecerles además lícito recreo é instrucción, se constituyó en la ciudad de la Habana en los primeros meses del año 1886 una sociedad que se denominó Centro Asturiano.
La divisa es Avanzar Mejorando.
Centro Asturiano
Basta una ojeada al Reglamento General para comprender que esa institución no solamente llena hoy los objetos para que fué creada sino que se extiende á mayores beneficios, pues facilita el embarque para España de aquellos que puedan allí recuperar su salud, á los cuales se les facilita durante seis meses la cantidad de quince pesos plata mensuales para que puedan subvenir á sus más perentorias necesidades.
Aun cuando el Centro se llama Asturiano no tiene carácter exclusivista, pues no sólo acoge con gusto como socios á los nacidos en la provincia de Asturias y á sus descendientes, sino también á los demás españoles, cubanos y extranjeros que quieran formar parte de la sociedad y observen las prescripciones de su Reglamento.
La sola diferencia que existe entre los socios provinciales y los que no lo son, es que los primeros tienen voz y voto en ]as Juntas Generales y el carácter de electores y elegibles para los cargos de la Directiva; mientras que los segundos tienen solamente voz en las expresadas Juntas, á las que pueden ilustrar con sus consejos y observaciones, pudiendo además formar parte de las Secciones, en las que pueden prestar su valioso concurso.
Esta diferencia tenía necesariamente que existir para que la Sociedad no perdiera nunca su primitivo carácter de provincial ni fuese víctima de alguna combinación que resultase perjudicial para sus intereses y existencia.
El Centro Asturiano, que en diecisiete años de vida ha alcanzado un desarrollo extraordinario y que cuenta actualmente cerca de catorce mil socios, se halla dirigido y administrado por una Junta Directiva que la forman un Presidente, dos Vicepresidentes y cuarenta Vocales. De ella dependen el personal de la Secretaría y el cuerpo facultativo y administrativo de sus diversas dependencias.
La referida Junta se renueva anualmente, teniendo lugar las elecciones por mayoría absoluta de votos.
Para corresponder á los fines de esta institución existen tres secciones que se denominan de Asistencia Sanitaria, de Instrucción y de Recreo y el orden en que han sido enunciadas demuestra la prelación que se da á los distintos servicios del Centro; es decir, que ocupa el primer lugar la Asistencia sanitaria, que se verifica por medio de consultas médicas que dan los diferentes profesores á los asociados que no requieren guardar cama y á los que se les provee de cuantos medicamentos tienen necesidad.
Aquellos enfermos que exigen mayores cuidados son asistidos en la Casa de Salud, propiedad del Centro, titulada Covadonga y que se halla situada en la Calzada del Cerro número 659: tienen allí toda la asistencia médica y quirúrgica que han menester.
Todos los asociados tienen derecho á esa asistencia con excepción de los que al tiempo de ingresar hubiesen cumplido cincuenta años. Esa restricción tiene su razón de ser, pues de otro modo pudiera convertirse la Casa de Salud en Asilo de ancianos.
Sin embargo, la Directiva tiene en estudio un medio de proporcionar a los que hayan cumplido la edad expresada al tiempo de inscribirse, la asistencia en condiciones muy módicas.
Se comprende perfectamente que siendo la mayor parte de los socios inmigrantes, sin familia y de escasos recursos, sean los cuidados y la asistencia médica en caso de enfermedades la primera de todas las atenciones de esta institución.
Ocupa el segundo lugar la Instrucción y natural es que después de la salud del cuerpo se haya pensado en proporcionar enseñanza é ilustración á los adultos que no pudieron adquirirla en los primeros años de su vida y á los hijos de los socios.
En tercer lugar se encuentra el Recreo que consiste en juegos lícitos, en fiestas lírico-dramáticas, conciertos, bailes etc., etc. Todos estos beneficios de que disfrutan los socios es á condición del pago de la módica cuota mensual de uno cincuenta plata y el cumplimiento de los Reglamentos.
Además de estas Secciones existe una Comisión de Intereses Materiales, que viene a ser una delegada de la Junta para intervenir de una manera directa en cuanto se relaciona con la inspección y administración de los fondos y otra Comisión de Altas y Bajas para vigilar el movimiento de los socios.
Para juzgar las distintas etapas porque ha pasado el Centro Asturiano desde su fundación hasta la fecha, puede dividirse su historia en tres partes ó épocas que comprenden:
- la primera desde su fundación en 1886 hasta su instalación en 1892 en el edificio de su propiedad, calle de San Rafael número 1;
- la segunda desde la última fecha mencionada hasta Marzo de 1897 en que se inauguró la Casa de Salud;
- la tercera desde última fecha hasta la época actual (XXX que es cuando se escribe el artículo N.d.E.)
A cada una de esas épocas dedicaremos un breve capítulo, para que el lector pueda formarse una idea del pasmoso desenvolvimiento de esta institución.
Fundación del centro Asturiano de la Habana.
Habiendo resultado infructuosas las primeras tentativas que se hicieron para establecer en la Habana una Sociedad de asturianos, cábele la gloria al Sr. D. Lucio S. Solís de haber escrito en el periódico El Heraldo de Asturias, de que era Director accidentalmente, pues su fundador y propietario lo era D. Francisco Santa Eulalia, ausente en España, unos artículos estimulando á sus paisanos á realizar el propósito de fundar un Centro, que al igual de los que existían ya de otras provincias, tendiese á unir á los numerosos individuos de una misma procedencia y á proporcionarles alivio en sus enfermedades, enseñanza y distracción.
La semilla arrojada por el Sr. Solís en marzo de 1886, cayó en terreno abonado y un número de asturianos que no pasaron de cincuenta, la mayor parte de ellos obreros, se reunieron el día dos de mayo de 1886 y acordaron la fundación definitiva del Centro, nombrando una Comisión gestora que estuvo compuesta de:
Comisión Gestora del Centro Asturiano
- Antonio González Prado, como Presidente,
- Vicente Fernández Plaza, como Secretario,
- Lucio Suárez Solís, Vocal,
- José Mendivi Longoria, Vocal,
- Vicente Fernández Folgueras, Vocal.
Sin recursos disponibles de ningún género, con limitada influencia; pero con una fe y entusiasmo grandes, empezó esta Comisión á trabajar sin descanso, haciendo por un lado propaganda activa entre los naturales de Asturias y solicitando por otro un lugar apropiado para celebrar la primera Junta General.
Los salones del entonces Casino Español le fueron negados, porque la mencionada sociedad pretendía monopolizar con el patriotismo español, el derecho de gobernar a las masas y no veía con buenos ojos que se pensara en formar sociedades provinciales que pudiesen hacerle sombra en su día.
Pero la acogida que allí faltó á la Comisión, la tuvo en el Centro Catalán que brindó albergue á la naciente sociedad de modo cordial y afectuoso.
La primer Junta General tuvo efecto el 16 de Mayo de 1886 en la que se nombró la Comisión de Reglamento, siendo ponentes de ella los Sres. Fernández Plaza y Solís los que en breve tiempo presentaron el proyecto que fué discutido y aprobado en las sesiones del 6 y 13 del mes siguiente.
Primera Directiva del Centro Asturiano de la Habana nombrada en 20 de julio de 1886.
- Presidente Diego González del Valle, por no estar en la Habana el Sr. D. Manuel Valle Fernández en quien se pensó desde el principio.
- Vicepresidente: Alvarez Prida;
- Tesorero: Manuel Argudín;
- Secretario: Vicente Fernández Plaza;
- Presidente de la Sección de Beneficencia: Rafael Cortina;
- Presidente de la Sección de Instrucción: Saturnino Martínez;
- Presidente de la Sección de Recreo: Manuel Rodríguez Maribona;
- Rafael García Marqués, Vocal;
- Benito Celorio, Vocal;
- Rafael Joglar, Vocal;
- Juan Valle, Vocal;
- Prudencio Noriega , Vocal;
…y otros que prestaron muy buenos servicios al Centro desde un principio y de los que todavía algunos de ellos son sus constantes sostenedores.
En las primeras sesiones de la Directiva se trató de la organización de una buena sección de asistencia médica, que era la única que por entonces podía funcionar, toda vez que la sociedad carecía de un local apropiado, y para médicos del Centro fueron nombrados los doctores don Claudio Delgado y don Faustino Prendes.
También se estipularon las condiciones en que las casas de salud entonces existentes, habían de prestar sus servicios á la sociedad y por último que se pusieran al cobro los recibos correspondientes al mes de Julio, siendo el número de los cobrados el de mil quinientos treinta y cuatro.
Con ese escaso número de socios empezó el Centro Asturiano á funcionar; ya en el mes de Agosto se cobraron mil novecientos cincuenta y seis recibos y en Septiembre dos mil ciento setenta y siete. La cuota que se cobraba era de tres pesos billetes, la misma que se pagaba en otras asociaciones que podían ofrecer por aquel entonces mayores alicientes.
Pero los asturianos empezaron desde un principio á demostrar el espíritu de asociación que ha producido tan provechosos resultados, haciendo elevar la institución al grado de esplendor en que hoy se encuentra. Verdad es que el servicio sanitario se prestaba de la mejor manera que lo permitían las circunstancias y á eso se debió que el número de socios fuese progresivamente aumentando.
Habiendo presentado en diciembre de ese primer año de vida de la sociedad, la renuncia de su cargo el Presidente, fué electo para reemplazarlo, por una inmensa mayoría de votos, un asturiano de bondadoso carácter y de elevada posición social como lo fué don Manuel Valle y Fernández, el cual fué sucesivamente reelecto presidente hasta su muerte.
Comenzaron desde entonces las gestiones en distintas formas, siendo una de ellas la de obtener un espacio en los terrenos llamados de las murallas, proyecto que hubo que abandonar por dificultades serias en su realización.
Llama verdaderamente la atención que careciendo la sociedad de recursos, pues los ahorros que había en caja, cuando apenas había transcurrido el primer año de existencia, eran verdaderamente insignificantes, se pensara sin embargo en engrandecerse, en tener casa y eso se explica sólo por el entusiasmo que anidaba á los vocales de la primer Directiva que se sentían empujados por impulsos secretos.
En estas circunstancias llegó á su noticia que el espléndido edificio con portales de columnas, de alto, bajo y entresuelo, marcado con el número uno de la calle de San Rafael, y que además de ese frente tiene todo el costado de la calle de Monserrate, todo el fondo de la calle de Obrapía y otro frente á la Zulueta, se hallaba en venta. Surgió el atrevido pensamiento de adquirirlo, sin saberse con qué había de pagarse ni en qué forma.
El vocal de la Directiva, don Prudencio Noriega, formuló en el seno de la misma la idea de crear un empréstito de vales al portador, que fué aceptada, aunque no produjo todo el efecto que se esperaba. El hecho cierto fué que se ofreció al propietario de la finca don Martín Valle, que estaba en Oviedo, la cantidad de $85 000 oro español, pagaderos en la Habana.
La proposición fué aceptada con la variante de que el importe había de ser colocado en Europa, y aunque esta modificación aumentaba el precio en cerca de $8000, fue aceptada por el Centro Asturiano, quedando definitivamente
acordada la compra de un edificio que por su porte y proporciones alcanza los de un palacio.
Ahora bien ¿cómo satisfacerlo? Para facilitar la operación, entusiastas provincianos como don Manuel Valle, don Prudencio Noriega, don Mateo González, don Manuel González y don Faustino Bermúdez, adelantaron sin interés sumas de consideración, á pesar de lo cual fué necesaria una buena cantidad con hipoteca de la finca al 10 por 100 de interés, que suplió el señor don Manuel Argudín.
Acaso sirvió de estímulo para la pronta realización del negocio, las gestiones del Casino Español que trató de impedir la venta á todo trance, ofreciendo al propietario mayor suma de la en que estaba estipulada la venta.
Una vez en posesión de la gran casa, la prudencia aconsejaba al Centro dejarla en alquiler en sus distintos departamentos para ir acumulando fondos y ensanchando la órbita de la sociedad con nuevos socios, á fin de ponerse en condiciones de acometer la obra de reedificación y adaptación del edificio para el objeto que fué comprado.
A ese pensamiento obedeció el contrato de inquilinato que hizo con el Casino Español por dos años, a partir del primero de septiembre de 1887, contrato que produjo no pocos disgustos y pleitos, por la resistencia que puso el Casino á desalojar la casa. Esto no se consiguió hasta el día 16 de diciembre de 1890 en que tomó posesión el Centro Asturiano del edificio que adquiriera por compra.
A partir de la última fecha se empezó la obra de la simple reforma del local; pero pronto se comprendió que no era eso lo que procedía, pues el inmenso edificio se encontraba en muy mal estado, resentidos sus cimientos, abiertas y desniveladas sus paredes, con techos bajos, con tabiques y columnas gruesas en el interior, que impedían la libre circulación del aire, se imponía la necesidad de dar al edificio ante todo las condiciones de solidez, de seguridad y de belleza de que carecía.
En Marzo de 1891 se emprendieron las obras según los planos del señor Ozón, y que ejecutó en su mayor parte el maestro de obras don Gregorio García. No cabe en los límites de este escrito un detalle de los trabajos que se realizaron y que duraron más de año y medio, en cuya inspección y vigilancia tomaron parte tan activa las Comisiones especiales, á cuyo frente estuvieron los señores don Rafael García Marqués, don Jacinto Suárez y don Ramón Fernández Valdés.
A las obras de reedificación y consolidación del edificio fueron inmediatamente unidas el adorno y ornamentación de los dos inmensos salones, en cuyo ángulo se encuentra el escenario, así como del Salón de sesiones, biblioteca, departamento de señoras, Secretaría, escaleras, etc.
Solamente viéndolo puede formarse una idea del buen gusto y lujo empleados en el decorado de los cielos rasos, paredes, columnas, mámparas, puertas, etcétera. Basta decir que los artistas más inteligentes de la ciudad cada uno en su especialidad, tomaron todos parte y rivalizaron en el propósito de que los salones del Centro Asturiano fuesen la obra más acabada de arte y buen gusto que hasta, entonces se había hecho en la Habana.
La mayor parte del mobiliario vino de las fábricas más acreditadas de Barcelona, las lamparas de los mejores fabricantes de Paris, y por ese estilo no se escatimó gasto ni diligencia alguna para que el edificio del Centro Asturiano fuese el más sólido y el más selecto de la ciudad.
Es de estricta justicia mencionar en este lugar al señor don Rosendo Fernández, que con gran abnegación dedicó todo su tiempo á cuanto se refiere al decorado de los salones, y que dejó impreso el sello del buen gusto en todas las obras.
Para la completa terminación de las mismas fué necesario acudir en más de una ocasión, como antes á la de don manuel Valle, á la caja del señor don Ramón Argüelles, que en distintas épocas hubo de suplir cantidades que unidas pasaron de cien mil pesos, que dió con la garantía conveniente y con un interés relativamente módico.
Bien es verdad que la cantidad que aproximadamente se destinó durante los dos últimos años á las obras y decorado del edificio fué, según una de las memorias que tenemos á la, vista, de $154 862.48.
Con motivo de la próxima inauguración del edificio y á la vista de tanto esplendor, se aumentó considerablemente el número de socios, pues siendo de 4 872, al terminar el año social de 1891 al 92, se elevó al terminar el año social siguiente á 7 270, habiendo muchos de los que ingresaron satisfecho seis meses adelantados de cuota.
Antes de terminar esta primera parte debemos citar á don Francisco Santa Eulalia, que nombrado Secretario del Centro en el periodo más difícil de su existencia, cuando se estaban realizando las obras del edificio y luchándose con toda clase de estrecheces y dificultades, supo comunicar á todos sus compañeros y amigos, entusiasta aliento y fe inquebrantable para perseverar en la obra, logrando suavizar asperezas y vencer obstáculos en beneficio de la institución.
Inauguración de la casa del Centro Asturiano.
La inauguración de la casa del Centro Asturiano tuvo lugar el 8 de Diciembre de 1892, y se eligió esa fecha por ser el santo y como merecida deferencia hacia la señora doña Concepción Heres, digna esposa del señor don Manuel Valle, y entusiasta asturiana que estaba identificada con su marido en el auge y prosperidad del Centro.
Aquella fiesta revistió él mayor esplendor, pues dispuesta y preparada con la participación debida, tomaron en ella parte distinguidos oradores como don Rafael Montoro y don Joaquín Ruiz escritores y poetas, entre ellos don José E. Triay y don Saturnino Martínez. Músicos como don Modesto Julián, La Rubia y otros, y además artistas diversos y coros que contribuyeron á dar realce al acto.
Lo más granado de la sociedad habanera, sin distinción de opiniones políticas; autoridades, corporaciones, personajes, todos tomaron parte en la ceremonia, de la que se conserva grato recuerdo por los que á ella tuvieron el gusto de asistir.
La Directiva nombrada para el año social de 1892 á 1893, contando ya con local apropiado, dedicó su preferente cuidado, por medio de la Sección de Instrucción, al arreglo de algunos salones de la planta baja del edificio, que se habían destinado á la enseñanza, dotándolos del mobiliario más conveniente para el objeto, que fue expresamente traído de los Estados Unidos.
La instalación de las escuelas fué conmemorada con una matinée literaria que tuvo lugar el 6 de enero de 1893. Trescientos cuarenta y ocho alumnos se matricularon de primera intención en las clases de Lectura, Escritura, Gramática, Aritmética elemental y mercantil, Geografía é Historia, idiomas Inglés y Francés y Dibujo.
Para proveer las plazas de profesores se abrió un concurso, eligiéndose aquellos que á juicio del Tribunal nombrado, reunieron las mejores condiciones.
Las Juntas Directivas que sucesivamente fueron dirigiendo el Centro, vigilaron siempre la marcha de la enseñanza, nombrando para la Sección de Instrucción las personas que por sus conocimientos especiales pudieran proponer y realizar las mejoras más convenientes.
A ese pensamiento obedeció la redacción de un nuevo Reglamento de la Sección y el establecimiento de algunas clases pedidas por los socios, como son las de solfeo y piano. Más adelante habían de establecerse otras, de las que daremos cuenta en el lugar oportuno.
Los alumnos han venido sujetándose á examen de prueba de cursos, en los que han logrado las calificaciones que han merecido y para estimular su aplicación se instituyeron premios desde un principio, que obtenían los que demostraban más suficiencia en los ejercicios. Aunque sabido, bueno es repetir que los socios y sus familiares disfrutan de la enseñanza gratuitamente, y que sólo es de su cuenta la compra de los libros.
El número de los matriculados fué progresivamente en aumento y en el año último del período á que nos referimos en este lugar ó sea de 1895 á 1896 fueron inscritos 819 alumnos de los que se presentaron á examen 208.
Otra, de las mejoras instituídas por la sección de Instrucción fué el establecimiento de la Biblioteca, que hoy consta de un buen número de obras de enseñanza y recreativas; muchas de las cuales fueron donadas al Centro y que pueden ser consultadas por los socios en horas hábiles.
Allí está el gabinete de lectura donde se encuentra, el mayor número de periódicos que se publican en la Isla y muchos de España y de los países en que se habla inglés y francés. Como se sabe la lectura es uno de los medios de ilustración y las bibliotecas en todos los países cultos contribuyen á la difusión de las luces.
La sección de Recreo y Adorno tuvo en el período que nos ocupa campo más amplio de acción y mayores facilidades para ofrecer fiestas á los socios de índole diversa, habiendo cumplido con eficacia su cometido; pero en cuyo detalle no vamos á entrar para simplificar este trabajo.
Casa de Salud del Centro Asturiano: Idea y compra de la Quinta de los herederos de Doña Leonor Herrera.
La sección de Asistencia Sanitaria continuó su marcha normal; pero cada vez palpando más la deficiencia por parte de las casas de salud que prestaban el servicio de la asistencia de los enfermos y así como en un tiempo se notaba la falta de un edificio propio, ahora se sentía el aguijón de la necesidad de una Quinta, propia también, donde el tratamiento, la curación y la asistencia de los enfermos pudieran hacerse en condiciones completamente satisfactorias, lo cual no se conseguía en establecimientos puramente mercantiles, á pesar de la constante vigilancia que Comisiones especiales del Centro ejercían sobre ellos.
Como en otra ocasión, y aun cuando no se había salido de deudas, se agitaba, con fuerza, día tras día, el pensamiento de adquirir una Casa de Salud y á ese propósito obedeció el nombramiento de una Comisión que presidía el Sr. D. Rafael García Marqués y que por fortuna no tardó mucho tiempo en encontrar una hermosa finca que por su situación en punto céntrico, por su gran extensión y por lo que se prestaba para ulteriores reformas, venía á llenar precisamente la necesidad del Centro.
Como vulgarmente se dice, ni mandada a fabricar se hubiese hallado una posesión como la Quinta de los herederos de Doña Leonor Herrera, que reuniera las condiciones para una casa de salud modelo, que á eso aspiraba el Centro Asturiano.
En el año 1895 fué comprada la propiedad en $62 500 oro y, como la vez anterior, tan pronto se tomó posesión de ella se empezaron á proyectar las obras de su reforma y acomodación para el objeto para que fué comprada.
Así tenía que suceder, porque al comprarse la finca no había en ella nada aprovechable más que la hermosa casa de vivienda de la antigua propietaria y que se destinó á Dirección, Administración y Botica, cuartos de consultas, etc., y otro edificio de alto y bajo que desde luego se destinó á pabellón ele enfermos, denominándolo “Buenos Aires”, después que en él se introdujeron modificaciones de importancia; no mereciendo mención la casa del mayoral, la cocina y otros de menor cuantía.
Fallecimiento del Presidente del Centro Asturiano don Manuel Valle.
Un acontecimiento desagradable vino á impresionar á la Directiva del Centro Asturiano y á todos sus socios y fué la noticia de la muerte de su digno Presidente el Sr. D. Manuel Valle que ocurrió en París en 21 de noviembre de 1896.
El Centro Asturiano que le era deudor de tantos beneficios cumplió como bueno, expresando su más profundo sentimiento á la viuda, dedicándole coronas, clausurando por tres días los salones en señal de duelo y haciendo todo género de demostraciones en relación con la pérdida sufrida.
Obras en la Casa de Salud: Antonio Castro y Eusebio Fernández.
Sin pérdida de tiempo se procedió á construir el primer pabellón nuevo para enfermos y como no podía ser suficiente para el número de ellos se procedió á la construcción de otros dos, con arreglo á los planos y contratos que se realizaron.
Túvose en cuenta el consejo del Dr. D. Santiago Fernández Boada, que durante nueve y medio años desempeñó el cargo de médico inspector del Centro, para el tamaño, la orientación y otros requisitos técnicos que debían tener aquellos pabellones.
Por el celo que desplegaron en la inspección y realización de las obras merecen citarse los vocales de la Comisión de Intereses Materiales señores Castro (D. Antonio) y Fernández, (D. Eusebio).
Dr. Manuel Valdés Bango y León director de la Casa de Salud.
Acercándose la época de la inauguración de la casa de salud, fué motivo de consideración deliberada de la Directiva la personalidad que debía ocupar el puesto de Director facultativo de la misma y después de meditado el punto fué el Dr. Manuel Valdés Bango y León el que reunió mayor número de votos.
Le abonaban ser hijo de asturiano y tener una reputación de experto clínico y buen cirujano, siendo acordado definitivamente su nombramiento en la sesión de 31 de diciembre de 1896.
Elección del nuevo presidente del Centro Asturiano Ramón Argüelles y Alonso.
Para ocupar la vacante del Sr. Valle fué elegido en 2 de enero de 1897 Presidente del Centro el Sr. D. Ramón Argüelles y Alonso. Para darle posesión de su elevado cargo se congregó la Junta Directiva en sesión solemne el día 10 de enero de 1897 en la Quinta del Cerro.
En aquel acto tuvo ocasión el elegido de manifestar los buenos deseos que le animaban en pró de la sociedad, lo que fué escuchado con aplauso por todos sus compañeros.
En dicha Junta se tomaron los acuerdos de bautizar á la Quinta con la denominación de Covadonga y á los tres pabellones construidos con los nombres de “Valle” el primero como recuerdo al Presidente desaparecido: “Marqués” al segundo por justa deferencia al Vice-Presidente que había hecho de presidente en ausencia del propietario y prestado grandes servicios y “Argüelles” el tercer pabellón para perpetuar con ese nombre el del nuevo Presidente.
La Directiva, siempre agradecida, también acordó en ese día nombrar Presidenta de honor del Centro á la señora viuda de Valle.
Continuó su vida la sociedad y se compró en 1914 a la Viuda de Azcue por $290 000 dólares americanos el antiguo Teatro Albisu que se encontraba en el edificio social de la asociación, en octubre se decidió la construcción de uno nuevo y el antiguo se demolió.
El diecisiete de noviembre se inauguró el nuevo teatro nombrado Campoamor en honor del poeta asturiano Ramón María de las Mercedes (Pérez) de Campoamor y fue arrendado a Armenio La Villa para su explotación. Después de unos meses cerrado por reformas pasó en alquiler a manos Alexander W. Kent en 1916 y el veintiséis de julio de 1917 se aceptó la introducción de un almacén y depósito de la “Universal Film Manufacturing Company” en un local anexo a este.
En este local donde se almacenaban películas y celuloide se originó el fuego del veinte y cuatro de octubre de 1918 que conllevó a la destrucción del edificio del Centro Asturiano quedando en pie por ironía del destino y casi sin daños el mencionado Teatro Campoamor. Antes de que finalice el año se reúne una Comisión para deliberar sobre la construcción de un nuevo edificio. Nueva comisión al año siguiente y acuerdo de construcción para un nuevo edificio de siete pisos en septiembre de 1919.
Pasan algunos años sin que se concrete la idea y finalmente en 1924 un jurado otorga el primer premio al Proyecto “Pomarada” de Manuel del Busto. Estuvieron las bases de este concurso establecidas por el arquitecto del Centro, don José Gómez Salas. Las obras se adjudican por subasta a a los contratistas “Purdy and Henderson Company” en la suma de $1 698 950.00. Unos meses antes, o sea el nueve de Septiembre de mil novecientos veintitrés se había colocado la primera piedra del edificio social del Centro, traída desde las canteras de Covadonga en Asturias tenía labrados escudo e inscripción.
Finalmente el hermoso palacio rematado de cuatro torres se inauguró el veinte de noviembre de 1927. El edificio tenía cuatro pisos y sótano, le circundaban portales y a cada medio punto de éstos correspondía una artística farola de bronce. Exhumaba belleza el estilo Renacimiento español de la construcción, el mobiliario, sus mármoles, los zócalos, la monumental escalera y la vidriera, creando un conjunto que posteriormente será parte del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba y lugar donde se exponen sus colecciones.
Con la instauración en Cuba del nuevo gobierno en el año de 1959 fue la asociación del Centro Asturiano disuelta y nacionalizados sus haberes y edificios. Bajo la égida gubernamental el edificio se convirtió en la sede de la Asociación de Amistad Cubano-Española. En seis de enero de 1962 se re-inauguró como Palacio de Pioneros y fue también local del Tribunal Supremo. Desde el 2001 alberga las colecciones de arte universal del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba (MNBA).
Lea también:
- El Centro Asturiano de la Habana. [Se encuentra en este artículo]
- La Casa de Salud Covadonga del Centro Asturiano de la Habana.
- Presente y Porvenir del Centro Asturiano en 1903.
Bibliografía y notas:
- González Curquejo, A. “El Centro Asturiano.” Revista Ilustrada Cuba y América, vol. XI, no. 1, May 1903, pp. 3–27.
- Aguirre, José G. El Libro Del Centro Asturiano de La Habana, 1886-1927. Imprenta de Fernández y Cía., 1928.
- Barros, Manuel. “Celebran en La Habana el 133o aniversario del Centro Asturiano.” ASTURIAS EXTERIOR EL PERIÓDICO DE LAS COMUNIDADES ASTURIANAS EN EL MUNDO, 10 May 2019, https://www.espanaexterior.com/conmemoran-el-133o-aniversario-del-centro-asturiano-de-la-habana-espana-exterior/.
- Gracia Noriega, José Ignacio. “Manuel Valle: medio siglo en Cuba.” La Nueva España, 7 Dec. 2009, https://www.lne.es/mas-domingo/2009/07/12/manuel-valle-medio-siglo-cuba-21501375.html.
- “Asturias Cuba: los que se quedaron.” Asturias Mundial, una ventana al paraíso, Triskar, 25 May 2011, https://www.asturiasmundial.com/blogs/triskar/25/asturiascuba-rlos-quedaronr/.
- Personalidades y negocios de la Habana.
Teresita García dice
Me ha encantado la historia contada del centro asturiano, mis abuelos José García González y Luisa Sánchez Castillo, eran Asturianos de Oviedo, estoy buscando datos sobre ellos, fechas de nacimiento, quizás eran asociados en este centro, quizás en la década de alrededor de 1920 participaban allí, si Uds. tuvieran registros de la época con algunos datos que me acercara a encontrarlos… por favor les estaría muy agradecida, saludos