El Hotel Florida en la Habana de José Dobaño antes casa de los condes de San Ignacio y de Moré. En la arteria principal de la Habana antigua, llamada por los cronistas el boulevard habanero, con lo cual he dicho bastante para que se comprenda que me refiero á la antigua calle del Obispo, levántase un soberbio edificio, severo y espléndido, que fué un tiempo mansión señorial de opulentos hombres de negocios, testigo mudo de la legendaria y fabulosa riqueza de Cuba.
Hace esquina el palacio en que me ocupo con la antigua y sinuosa calle de Cuba y en él vive hoy vida holgada, próspera y elegante el acreditado hotel Florida, aunque en tiempos remotos habitáronlo, primero, un cubano prominente, el conde de San Ignacio, nombre olvidado hoy y que fué en su época notorio por esplendideces no igualadas.
Ocupólo más tarde el señor José Eugenio Moré, el mismo que luego fué conde y grande de España y en quien compendiábase todo el criterio político colonial de su época.
¡Cuántos recuerdos guardan aquellos amplios corredores! ¡Cuántos corazones palpitaron de alegría, de dolor, de esperanza, de ira y de tristeza por aquellas amplias escaleras de mármol exquisito al bajar uno con su credencial de pingüe destino, otro con la noticia de una nueva cruel tiranía para Cuba, otro pensando en ser rico y feliz con el monopolio prometido y otro, en fin, convencido de que era inútil y estéril el pacífico pedir las libertades cubanas…
Cuando el conde de casa Moré abandonó su espléndido recinto y se trasladó para la calle de Prado (á la que quiso dársele su nombre) el palacio de Cuba y Obispo fué ocupado por el hotel Florida. Desde entonces, ó sea desde el año de 1885, se ha sostenido con prestigio alcanzando hoy un grado de prosperidad y auge que no había antes tenido.
Débese este éxito á su actual dueño, don José Dobaño, hombre emprendedor, activo y de competencia reconocida en este negocio. Desde que él se hizo cargo del hotel, en 1896, hiciéronse en el edificio notables mejoras, adaptando en él el confort americano y europeo, hasta hacer un establecimiento modelo.
Tiene Dobaño la moralidad más severa por divisa y en su hotel hospédanse familias muy honorables, cuyos nombres son garantía de la seriedad y prestigio que en él imperan. Hoy acuden allí prominentes personajes americanos, hombres de negocios, comisionistas de todos los ramos y turistas que van á buscar en el Florida el confort, elegancia y asistencia que con dificultad ofrecen los hoteles habaneros.
Cuenta cincuenta y cinco habitaciones y tiene apartamentos especiales para novios. El hermoso patio que tiene, decorado con un buen gusto extraordinario y del que ofrecemos una artística reproducción, hacen del hotel Florida el favorito de las damas americanas tan amigas de las flores y de la limpieza.
El propietario del edificio, el acaudalado señor Juan Pino, puede estar satisfecho de que ocupe su casa el hotel Florida, del que puede decirse que reúne todas las seducciones para el turista y todas las comodidades para el hombre de negocios.
Chroniqueur
Bibliografía y notas
- Chroniqueur. “El Hotel Florida”. Revista El Fígaro. Año XVIII, núm. 6, 9 de febrero 1902, p. 67.
- Personalidades y negocios de la Habana.
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