
Entre las más prestigiosas firmas de nuestra industria ocupó preferente puesto la Fábrica de Fósforos La Estrella dirigida por el señor Florencio Carrasco, cuyo prestigio y capacidad basados en su reconocida solvencia moral y económica llevaron a su negocio por el camino de la prosperidad y el renombre.
Fueron estos éxitos tanto más de admirar cuanto mayores fueron también las dificultades tenidas en los comienzos de su industria. Establecido en ella en el año de 1916 como arrendatario de la Fábrica «La Defensa» acometió el Sr. Carrasco la tarea y comenzó sus actividades con acierto y energía suficientes para sobreponerse al grado de abandono y decaimiento al que había llegado dicha marca por múltiples causas.
A pesar de la condición casi ruinosa de la fábrica dió comienzo a sus actividades y solventó cuantos inconvenientes existían: Ofreció al mercado su nueva marca La Estrella.
La guerra Europea ya no solo devoraba hombres y asolaba pueblos, imposibilitaba en el mundo entero el desarrollo eficaz de las actividades humanas, también en el campo de las industrias, y así por ello enorme fue la dificultad presentada para adquirir las materias primas que la suya reclamaban.
Elevadísimas fueron sus cotizaciones y silenciando otros inconvenientes no menores, la constante en su lema de Fé y Actividad triunfó llevando al éxito su Estrella para colocarla a la altura de las primeras de su clase.

Para 1925 su capacidad productora era tal que atendía las demandas de la república y hubiera podido exportar una considerable parte de su producción si acertadas leyes lo hubieran autorizado, el todo sin quebranto para el tesoro.
Innegable fue que estos avances y desarrollo adquiridos por la Fábrica de Fósforos La Estrella fue debido al espíritu emprendedor y las activas iniciativas del señor Carrasco en toda ocasión sostenidas y afianzadas por sus comanditarios los señores Digón Hermanos ventajosamente conocidos en la esfera de nuestros negocios.
Contaba el negocio con personal idóneo y competente para realizar sus actividades, de ellos laboraban y libraban sustento en sus talleres unos trescientos obreros. Contaban algunos del espíritu de franqueza y generosidad del señor Carrasco, ciudadano querido por cuantos le trataron y conocieron.
Referencias bibliográficas y notas
- Fábrica de Fósforos La Estrella en El Libro de Cuba. Habana: Talleres del Sindicato de Artes Gráficas, 1925. p.809
- Personalidades y Negocios de la Habana.
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