Una de las empresas principales de la Habana y que más influyeron en el progreso de la ciudad, fue, incuestionablemente, la “Havana Electric Railway, Light & Power Company”. Esta empresa se fundó en los Estados Unidos durante la intervención norteamericana en Cuba, para dotar a la capital de una red moderna de tranvías, emprendiendo los trabajos con tal actividad, que en 22 de Mayo de 1902 ya pudo circular el primer coche.
Aquella línea iba únicamente de la Habana al Vedado. Pero poco tardaron en tenderse otras, dotando a la ciudad y a sus arrabales de una red tan completa y tan bien atendida como en las principales capitales del mundo. El nombre de la empresa que era entonces el de “Havana Railway Company” cambió en 1912 por el de “Havana Electric Railway, Light & Power Company” al unirse a ella la “Havana Electric & Gas Company”.
La Compañía administró desde entonces los tranvías eléctricos de la Habana, la luz producida por el mismo fluido y por gas y el suministro de fuerza eléctrica a diferentes industrias. Era una empresa poderosísima que cuenta con un personal directivo del mayor prestigio y la más reconocida competencia.
Durante el año 1916 ejercieron el cargo de directores de la Compañía los señores Dionisio Velasco, de la Habana; Pedro Landeras, de la misma ciudad, y Herman Kraemer, de East Orange N. J. Para el año de 1917 fueron designados los señores Antonio San Miguel y Emeterio Zorrilla, de la Habana y David T. Davis, de Nueva York.
Casi todos estos señoreé ejercieron en la Compañía cargos permanentes. El señor David T. Davis fue primer vicepresidente y abogado consultor general. Don Emeterio Zorrilla segundo vicepresidente, y tercero el señor San Miguel. Míster Herman Kraemer ocupó los cargos de secretario y tesorero.
Completaban el cuadro de oficiales los señores Frank Steinhart, presidente y administrador general con residencia en la Habana, y a cuyo talento se debieron en gran parte los éxitos de la empresa; don F. Porro Orfila., primer tesorero auxiliar, y don Rogelio Odoardo y Mr. T. C. Ulbricht, interventores auxiliares. Ingeniero consultor de la Compañía fue el señor Wanen Bicknell.
Los ingresos de la empresa en el año de 1915 ascendieron a la cifra de 5.541.302,72 pesos. Los gastos de explotación y contribuciones sumaron 2.337.506,05 reduciendo a los primeros en esta cantidad. El sobrante, deducidos otros gastos, era de 2.236.257,63. Pero como había en primero de enero de ese año un sobrante de 1.475.397,48 el sobrante total a fines de año era de 3.711.655,11.
De esta cantidad se dispuso de la manera siguiente: dividendos del seis por ciento pagados durante el año sobre las acciones preferidas y del cinco y medio por ciento sobre las comunes, 1.722.162,68 pesos; ganancias transferidas al fondo de reserva para amortización. 101.585,83; ganancias empleadas en redimir bonos consolidados hipotecarios de la “Havana Electric Railway Company”, 178.000; ganancias y pérdidas, saldo transferido a 1916, 1.709.956,60. Total, 3.711.655,11 pesos.
La Compañía realizó en los años que precedieron 1917 muchas e importantes obras, entre ellas la nueva planta motriz que ocupaba 35.000 metros cuadrados, con un frente de 600 pies sobre la bahía de la Habana, donde estaban construyéndose los muelles de la empresa.
Esta planta comenzó a funcionar con tres generadores de turbinas a vapor servidas por 24 calderas y capaces de producir 50.000 caballos de fuerza eléctrica, siendo ya entonces la más perfecta y completa de toda la América tropical.
Durante el mes de julio de 1914 se reunieron las oficinas de la Compañía en el espléndido edificio de su propiedad, donde estuvieron instaladas desde entonces, constituyendo, sin duda alguna, las mejores dependencias de todas las empresas industriales de la Habana.
El edificio era verdaderamente suntuoso, regias las instalaciones y de la mayor riqueza y gusto el mobiliario. La planta de fuerza motriz, que ya al terminar el 1916 era una de las mejores de la América latina, progresaba considerablemente, pudiendo comparársela con las más importantes de los Estados Unidos.
Esta planta, entre otras ventajas, permitía una gran economía de combustible. Durante el año de 1914 se necesitaron 74.797 toneladas de carbón para generar 39.668.427 K. W. H., en tanto que en 1915 sólo se emplearon 47.104 toneladas de carbón para producir 42.186.102 K. W. H. Esto es; en 1914 se necesitaron para cada K. W. H. 4,26 libras de carbón, y en 1915, 2,04 libras.
Durante 1916 la Compañía continuó y concluyó muchas obras proyectadas anteriormente, empleando en esto la suma de 1.258.091,08 pesos. A estos esfuerzos correspondieron satisfactoriamente las realidades, aumentando en más de un doce por ciento la producción de energía eléctrica y en quince los ingresos por este concepto, mientras los gastos de explotación disminuían en 11,55 por ciento Los ingresos netos suponían el 26,08 por ciento.
Se añadieron más de dos millas de tubería maestra, elevando la longitud total a 169,89. Se tendieron también durante 1915 más de seis millas de vía nueva de tranvías y se adquirieron dos coches nuevos para pasajeros y dos locomotoras construidas en los talleres de la Compañía.
Durante el año de 1915 fueron transportados 54.304.079 pasajeros, ingresando por este concepto 2.715.203,95 pesos, lo cual supuso un aumento del 32,4 por 100 sobre el año anterior. La Compañía poseía el siguiente material rodante: carros cerrados de pasajeros, 379 y uno abierto; dos carros-salón; uno para turistas; trece locomotoras de carga; dos carros de carga con motor; un carro-torre con motor, y dos grúas locomotoras, todos en magnífico estado y pertenecientes a los mejores modelos.
Gran parte de todo este brillante estado de la Compañía se debía principalmente al talento y a la competencia extraordinarios del presidente y administrador general, señor Frank Steinhart, quien dedicaba a la empresa todo su tiempo, sin otorgarse siquiera el descanso de los días festivos. De esta personalidad, de enorme significación por muchos conceptos en la vida cubana, hemos de ocuparnos especialmente en otro lugar de la presente obra.
En 1917 tenía la Habana fama de ser una de las ciudades de todo el mundo con más rápido, más completo y más eficaz servicio de tranvías y pasaba también por ser una de las mejor alumbradas. He ahí la obra de la empresa a que acabamos de referirnos.
Referencias bibliográficas y notas
- Havana Electric Railway, Light & Power Company en Libro de Oro Hispano-Americano. Sociedad Editorial Hispano Americana, 1917. pp. 262-265
- Personalidades y Negocios de la Habana.
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