Hotel Varadero, los Truffin y la playa de moda por Fontanills. De Varadero (28 de mayo 1914).1 Algo muy interesante, relacionado con la linda playa, que me propongo escribir. Hablaré de Su Hotel Varadero.
Construcción magnífica que honra sobremanera al distinguido ingeniero Jorge Larrieu, de Cárdenas, y entre cuyos propietarios figura, además de un antiguo amigo, don Ernesto Castro, el caballero inglés Mr. J . W. Caldwell, administrador del ingenio Tinguaro y muy estimado de los directores de la Chaparra Sugar Company.
El señor Pastor Mora, diligente y muy amable manager del Hotel del Varadero, ha estado en la Habana breves días. Vino para los últimos preparativos de la temporada en tan bello lugar. Que será espléndida.
Enrique Fontanills
El Hotel Varadero su próxima inauguración en 1915.2
El magnífico edificio, que el año pasado con motivo de las regatas de Varadero sirvió de albergue en la inconmensurable playa al “Vedado Tennis Club” y “Habana Yacht Club” convertido en la actualidad en soberbio hotel abrirá sus puertas hoy, inaugurándose la temporada mañana con la solemnidad y el boato acostumbrados en esta clase de fiestas.
Según se nos comunica, el “Hotel Varadero” que está montado con todos los adelantos modernos será solemnemente bautizado apadrinándolo el prestigioso abogado y conocido cardenense señor Ernesto Castro Lajonchere y su distinguida esposa la señora Bernardina Asunsolo.
Al acto asistirán numerosas familias de esta capital y un notable contingente de personas de Cárdenas que han sido previamente invitados así como una nutrida representación de la prensa habanera y local. La famosa playa de Varadero cuenta ya con lo que desde tanto tiempo era necesario.
El hotel construido por el ingeniero señor Larrieu reúne a su situación admirable las mayores comodidades proponiéndose su dueño el competente y amable señor Pastor Mora, hacer grata la estancia en su nuevo establecimiento, a todas las personas que en busca de solaz, acudan a la reina de las playas de Cuba.
Hemos sido invitados a la fiesta inaugural del gran “Hotel Varadero” y por esa atención no podemos menos que mostrarnos muy agradecidos.
Varadero la playa de moda por Enrique Fontanills en 1917
Es un tema… Se habla a diario de Varadero. Ayer, en expedición simpática, visitó la linda playa cardenense un grupo elegante de nuestra sociedad.3
Grupo que formaban dos distinguidos matrimonios, Regino Truffin y Mina Pérez Chaumont y Marcel Le Mat y Marie Dufau, con la señora Rosa Castro Viuda de Zaldo, el presidente del Yacht Club, señor Víctor G. Mendoza, y el señor Eloy Martínez acompañado de su hijo, al que no sé si podremos seguir llamando, como antes, el petit Eloy.
Salieron a las nueve de la mañana de la Estación Terminal en el elegante carro de la Cuba Cane Sugar Corporation, la poderosa empresa de la que es Vicepresidente el señor Truffin, llegando a Cárdenas para dirigirse al restaurant Europa, donde se les tenía preparado un gran almuerzo.
El trayecto de Cárdenas a Varadero lo recorrieron en automóviles. Allí, en la Playa Azul, entabló proposiciones el señor Víctor G. Mendoza para la casa que ha de destinarse al Yacht Club durante el período de las regatas.
Casa a la que probablemente irá la distinguida familia de Truffin a pasar todo el mes de Julio.
A las once y media de la noche y después de comer en el mismo carro, dotado éste de cocina y servidumbre propias. llegaba el grupo excursionista a nuestra ciudad. Ponderaban todos las bellezas que encierra aquella privilegiada playa.
La temporada está próxima. Precursora de la misma será la apertura del Hotel Varadero en la mañana del domingo inmediato. Está reformado.
Sus nuevos dueños, velando porque reúna el mayor confort posible, han hecho grandes innovaciones en todo aquel airoso, fresco y bonito edifico. Cuenta ya con teléfono. Y también con nuevos baños.
Ya, antes de inaugurarse el Hotel Varadero, están tomadas todas sus habitaciones. No queda ninguna disponible.
Por ningún precio podría, a estas horas, adquirirse hospedaje para los meses de Julio y Agosto.
Huéspedes del bello hotel, entre los temporadistas que van a Varadero desde la capital, serán el Secretario de Sanidad, doctor Raimundo Menocal, el señor Oscar Fonts y los distinguidos esposos Agapito Cagigas y María Luisa Gómez Mena y Federico Galbán y Eloina Hernández.
Las casas de aquella playa, por las que se piden altos precios, están todas alquiladas. Empiezan ya a ser ocupadas.
A una de ellas van a pasar la estación el conocido abogado Miguel Carreras, y su distinguida esposa, Cusita Ledón, con la gentil y bellísima señorita Magdalena García Beltrán. Salen esta semana.
La animación en Varadero promete superar este verano a la de anteriores años. Ya lo digo. Es la playa de moda.
De Villa Mina a Varadero y Nueva York los Truffin.4
Para todas las amistades de la señora Mina P. Chaumont de Truffin será grato saber la noticia de se restablecimiento. Enferma pasó la ultima semana. Tuvo que suspender, por hallarse con fiebre alta ese día, su recibo del viernes pasado.
Ya repuesta, y como despedida, recibirá el viernes próximo por la tarde y así también las señoritas Truffin, las interesantes y muy graciosas hermanas Regina y Matilde, galas encantadoras de la sociedad habanera.
Recibo de despedida he dicho. Será el último en Villa-Mina durante la actual estación.
El lunes próximo saldrá para Varadero la numerosa y distinguida familia de Truffin, proponiéndose permanecer en aquella linda playa hasta el 20 de Julio con objeto de embarcar, rumbo a Nueva York, días después. En el hotel de Varadero, donde se reunirá este verano un grupo very select, se les tiene separadas varias habitaciones de lujo con un gran salón para recibo.
A su vez, en el suntuoso Ritz de Nueva York, se les reservará apartamento. No van al Plaza este año. El rigor de la estación irá a pasarlo, según acostumbra esta familia, pagada de todos los esplendores y todos los refinamientos, en aquel hotel único de Mont Washington que es centro todos los veranos de la aristocracia neoyorkina.
Y allá para Noviembre estarán de vuelta en aquella espléndida mansión de Buena Vista que está unida al recuerdo de una de las fiestas más suntuosas que registra la historia de la sociedad presente. Allí, en Villa Mina, es esperado hoy el primogénito de la bella y elegante dama y del caballero excelente y cumplidísimo Regino Truffin, presidente muy querido del Unión Club y una de las figuras de más alto relieve de nuestro mundo financiero.
Viene el simpático e inteligente Reginito Truffin en el correo de la Florida para pasar al lado de los suyos las vacaciones de verano. Que le deseo muy felices.
Temporadistas5
Se anima Varadero. Empiezan a acudir desde Cárdenas los que tienen su residencia veraniega en la linda playa. En el hotel, a pesar de las obras de ampliación realizadas, no quedan habitaciones disponibles para la temporada. Hoy van los primeros huéspedes.
En el lujoso carro de la Cuba Cane Sugar Corporation sale el señor Regino Truffin con sus familiares para encaminarse desde la ciudad cardenense hacia el poético Varadero.
El joven representante Vázquez Bello, prometido de la gentil Regina Truffin, tiene separada habitación en el hotel. Pero no podrá ir por ahora. Sus deberes de congresista lo retienen en la Habana hasta que tenga término el actual período legislativo.
En la Playa se encuentra de temporada desde hace algunos días el doctor Carlos de la Torre con su numerosa familia.
En la playa azul María Dechapelle y Ernesto Zaldo y Ponce de León6
Confirmado el rumor. No es otro que el de unos amores que tuvieron por marco el panorama de Varadero. Nacieron en la poética playa. Y allí van a recibir, muy en breve, su sanción oficial.
Lo dije ayer: Se citan los nombres de una señorita cardenense, bellísima cuñadita de un reputado especialista de nuestro mundo médico y un Joven que pertenece a una de las principales familias de la sociedad habanera a quien hemos visto con el uniforme de miliciano durante la pasada revuelta.
Despejaré la Incógnita. Tratase de María Dechapelle, señorita muy bella, graciosísima, que es hermana de la interesante esposa del doctor Rodríguez Molina.
¿Quién su elegido? Un joven de nuestra buena sociedad, Ernesto Zaldo y Ponce de León, más conocido, familiarmente, por el boy Zaldo.
En el día de mañana, y en el propio Varadero, se formalizará el compromiso. A este objeto saldrán para la poética playa los padres del afortunado joven, los distinguidos esposos Ernesto Zaldo y Carlota Ponce, celebrándose el simpático suceso con un almuerzo en el Hotel Varadero7 donde se reunirá un grupo numeroso de temporadistas.
Del jardín El Clavel irán las corbeilles para el adorno de la mesa. Y se llevarán rosas en profusión. Todas blancas.
Truffin8
Se le espera hoy. Vuelve de Varadero en unión de su elegante esposa, la señora Mina P. Chaumont de Truffin, para instalarse nuevamente en su espléndida quinta de Buena Vista.
En el hotel de la linda playa han pasado una temporada llena de gratas emociones. Han sido muy festejados.
Un periódico cardenense, La Unión, refiere con todos sus pormenores el almuerzo de la finca Florido en las inmediaciones de aquella ciudad. Esa posesión, dedicada al cultivo del henequén, es una de las varias que posee la Compañía de Jarcia Cubana de que es presidente el señor Truffin.
En obsequio de este opulento caballero fué ofrecido el almuerzo por el Administrador General de las fincas de la empresa, señor Enrique Triay Pacetti, formando los comensales un grupo numeroso de temporadistas de Varadero entre el que se contaban las señoras Mina P. Chaumont de Truffin, Dulce María Junco de Fonts, Marie Dufau de Le Mat, Merceditas de Armas de Lawton, Rosa Castro Viuda de Zaldo, Elisa Perez Viuda de Gutiérrez, Eloína Hernández de Galbán, Juanita Cano de Fonts y Serafina Diago de Cano.
Asistieron las señoritas Gutiérrez, Zenaida y Bertha, Matilde Truffin, Henriette Le Mat, Cuquita Alfonso, Matilde Diago y Magdalena García Beltrán.
Y además del señor Truffin y su hijo Reginito concurrieron los señores Marcel Le Mat, Oscar Fonts y Sterling, Federico Galbán, Leonardo Cano, Carlitos Fonts, Garlitos Aguirre y Willy Lawton, padre e hijo.
El hotel cardenense El Louvre, encargado de servir el almuerzo, se condujo a maravilla.
El testimonio de La Unión basta.
Con el señor Regino Truffin y su distinguida esposa sólo vuelven hoy de Varadero sus hijos Reginito y Marcial. Regina y Matilde, las dos Interesantes hermanas Truffin, están desde la tarde del jueves en Buena Vista.
La primera, como todos saben, contraerá matrimonio con el joven y popular representante villareño Clemente Vázquez Bello, celebrándose la nupcial ceremonia la noche del martes 24 del corriente en la misma quinta Villa Mina que es residencia de la distinguida familia del Cónsul de Rusia.
Ceremonia que por el luto de la señora de Truffin há de reducirse a la intimidad. No se harán invitaciones.
El Hotel Varadero de la playa azul9
La animación aumenta. Y llegará a su apogeo cuando se avecine la fecha de las regatas anuales. El día grande de Varadero. Ya para entonces, estarán en los chalets de la linda playa sus temporadistas habituales y no quedará en el hotel una sola habitación disponible. Priva hoy Varadero. Sitio veraniego por excelencia.
A los encantos del lugar solo faltaba la ventaja del hospedaje. El hotel, bajo la regencia del señor Pastor Mora, brindó comodidades que eran antes desconocidas. Justo es reconocerlo, pero al grado de esplendor adquirido por aquella playa correspondía otro hotel de mayor rango.
Ya lo tiene. Y en condiciones insuperables. En la nueva etapa del Hotel Varadero ha sido su huésped de varios días el señor Regino Truffin con su distinguida familia. Ningún testimonio podría citarse como más autorizado en su favor.
De labios del opulento caballero he recogido los elogios más halagüeños para todo lo que se relaciona con el confort, la comida y el servicio, en general, del hotel. Ha sido restaurado. Cuenta con nuevas habitaciones.
Y entre las mejoras de que ha sido dotado las hay tan inapreciables para el huésped como la del teléfono a larga distancia. Con todo esto, disponiendo la casa de un gran salón de baile, de un bar magnífico y de baños inmejorables, podría pensarse en que rigen los más elevados precios. Nada de eso.
He querido averiguarlo. Contra todo lo que pudiera decirse, por malévola o por equivocada información, pláceme consignar que se encuentran allí habitaciones por precios que varían desde tres hasta diez pesos. Las hay de cuatro pesos, también las hay de seis, de ocho, etc.
¿Y la comida? Todas, lo mismo a la carta que de table d’hôte son objeto de un servicio esmeradísimo. La poética playa cardenense asocia en estos momentos a las ventajas del hotel otra de tan vital importancia como la del estado magnífico de la calzada.
No hay un solo trayecto malo. Y es esto, como todos comprenderán, uno de los factores principales en el éxito de la temporada que empieza con señales de creciente entusiasmo. Como ningún otro año.
Varadero10
Varadero! Todo tiende en su favor. La linda playa parece llamada a salir del olvido en que vivió sumida injustamente.
Su prosperidad esta delineada. El primer paso, después de la restauración del hotel, es el alumbrado eléctrico de las calles del lugar. Está ya instalado. Pero lo más decisivo para la vida de Varadero, como para todo sitio de temporada, es la facilidad de comunicación.
El escollo siempre de aquella playa quedará ya suprimido totalmente. Muy largo el trayecto. No se podía emprender la jomada directamente desde la capital más que al alto costo de un automóvil o sufriendo, tras las molestias del ferrocarril, otras incomodidades más con el viaje a lo largo de una carretera de veinte kilómetros en máquinas que había que pagar a siete pesos generalmente.
Todo eso viene a evitarlo el servicio de auto-ómnibus que quedará establecido entre Cárdenas y Varadero desde la primera semana de Agosto (1917). Servicio que ya está regulado.
A las dos y veinte de la tarde y a las ocho y cuarenta y cinco de la noche, hora en que llegan los dos trenes que salen de la Terminal para la ciudad cardenense, arrancarán de la Estación, rumbo a Varadero, los ómnibus de la nueva empresa cobrando la exigua suma de cincuenta centavos por pasaje.
Señala esto para Cárdenas un progreso evidente en el aspecto automovilista.
Manifestación segura del mismo era ya la casa de C. y M. Villa, en la calle 10 y Segunda Avenida, montada en condiciones de prestar el mejor servicio con un amplio y bien atendido garaje, completo surtido de accesorios y taller de reparaciones dotado de todos los adelantos bajo la dirección de expertos mecánicos.
No en vano el Automóvil Club Cuba acaba de otorgar el título de Centro Oficial a la referida casa de C. y M. Villa. Razón social que tiene en su abono el prestigio de los distinguidos jóvenes cardenenses que la constituyen.
Varadero, en el momento actual, ofrece las primeras señales de una gran animación. Va ésta en progresión creciente. En el hotel vienen recibiéndose de día en día solicitudes de habitaciones para la temporada. Ya, para las regatas, no queda una sola disponible.
Allí está separado el lujoso appartement donde irán, bajo los encantos de su luna de miel, unos novios muy simpáticos y muy distinguidos que alojados en el Country Club desde sus bodas disfrutan, en santa y amorosa paz, de las alegrías y satisfacciones de su feliz estado.
Todos habrán vislumbrado en las líneas precedentes los nombres de Regina Truffin y Clemente Vázquez y Bello.
El Hotel Varadero, en el rango en que han sabido colocarlo sus nuevos propietarios, será el centro elegante de la temporada. Sus primeros huéspedes en la presente estación, familias tan distinguidas, entre otras, como las de Truffin y Fonts Sterling, lo dejaron consagrado.
No hay en playa alguna de Cuba un hotel montado a su altura. Nada le falta. Un confort excelente asociado al orden más completo y a la elegancia más exquisita. El huésped cuenta allí con la ventaja inapreciable del teléfono a larga distancia. Servicio novísimo.
Hay salón de baile, un bar magnífico y la cocina con un chef francés que ha sido, para el auge del hotel, una verdadera adquisición.
El más exigente gourmet puede saborear platos deliciosos desde aquella dilatada, fresca y diáfana terraza que domina en todos sus contornos el panorama de la playa azul. Hay días de almuerzos especiales. Así el de mañana, como todos los domingos, para el que ha sido combinado el siguiente:
MENU
Huevos Malagueña
Pescado Vinagreta
Arroz con Pollo
Ensalada de la Estación
Postre
Crema Imperial
Café.
Todo por dos pesos el cubierto. Precio que, si podría sorprender, por módico, bueno es advertir, contra lo que malévolamente pretende propalarse, que responde a la base económica de la casa. Así en todo.
Nadie podría imaginarse que en un hotel montado con el lujo del único existente en Varadero se encuentren habitaciones, en plena temporada, a precios que varían entre tres, cuatro, seis, ocho y diez pesos. Habitaciones que aún las más modestas están dotadas de todos los servicios.
La poética playa, tan ensalzada por cuantos la visitan, tiene ya conseguidos los dos factores necesarios para su prosperidad. Un hotel, un gran hotel, como el que ya cuenta. Y una comunicación fácil. Cosa esta última que como ya dejo expuesto comenzará a disfrutar Varadero dentro de muy breve plazo.
Quedan dos cosas solucionadas. La comodidad del temporadista, por una parte y, por otra, el problema de la distancia. Lo que dije un día de Varadero el tiempo ha querido venir a confirmarlo. La playa del porvenir.
Enrique FONTANILLS.
Bibliografía y notas
- “El Hotel Varadero. Su próxima inauguración”. Diario de La Marina. Año LXXXIII, núm. 121, 1 de mayo 1915, p. 8 ↩︎
- “De Varadero”. Diario de La Marina. Año LXXXIII, núm. 123, 28 de mayo 1914, p. 5 ↩︎
- Fontanills, Enrique. “Varadero la playa de moda”. Diario de La Marina. Año LXXXV, núm. 125, 5 de junio 1917, p. 4 ↩︎
- Fontanills, Enrique. “De Villa Mina”. Diario de La Marina. Año LXXXV, núm. 136, 19 de junio 1917, p. 4 ↩︎
- Fontanills, Enrique. “Temporadistas”. Diario de La Marina. Año LXXXV, núm. 141, 25 de junio 1917, p. 4 ↩︎
- “En la playa azul”. Diario de La Marina. Año LXXXV, núm. 188, 7 de julio 1917, p. 5 ↩︎
- José González conocido como Gonzalito era el dueño del Hotel Varadero. ↩︎
- “Truffin”. Diario de La Marina. Año LXXXV, núm. 195, 14 de julio 1917, p. 5 ↩︎
- “Varadero. La Playa Azul”. Diario de La Marina. Año LXXXV, núm. 163, 20 de julio 1917, p. 5 ↩︎
- “Varadero. En la Playa Azul”. Diario de La Marina. Año LXXXV, núm. 209, 28 de julio 1917, p. 5 ↩︎
De interés: Varadero la Playa Azul Paraíso del Turismo.
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