
La Estrella Blanca fue una fábrica de jugos de frutas que perteneció a la sociedad de J. Merlín y Compañía y se estableció en Punta Brava a finales de la década de 1920.
El señor Merlín, experto químico de la industria azucarera, logró, por procedimientos especiales, purificar el zumo de nuestras exquisitas frutas, preparando jugos y extractos de una pureza y limpidez absolutas, sin pérdida de características y propiedades.
El jugo de piña para la fabricación de refrescos, puesto en el mercado, recibió la más entusiasta acogida de los consumidores y sucesivamente se planeaba ir presentando el sírope de piña, el de caña, limpios como ámbar y otros varios.

“La Estrella Blanca”, igualmente planificaba negociar la exportación de grandes cantidades, a Estados Unidos e Inglaterra de su sirope de piña, con lo que se lograría fomentar una de las más genuinas industrias de exportación de productos de la tierra cubana.

La razón social J. Merlín y Compañía presentaba en 1914 una instancia en el Ayuntamiento, solicitando exención de contribución por cuatro años para su fábrica de jugo de frutas, por ser una industria nueva en el país.1 En 1916 vendía una máquina casi nueva para moler y prensar piña, yuca, etc. Daban como dirección Aguacate, número 124.2

— La boda de ayer tarde.— Antonia Calderón Carballo y Julio Merlín y Sell.3
Ayer tarde (19 de agosto de 1935), en la Iglesia de Nuestra Señora de la Caridad, contrajeron nupcias, la encantadora señorita Antonia Calderón Carballo y el joven Julio Merlín y Sell. Solemne y brillante ceremonia que congregó en el antiguo templo de La Salud una concurrencia numerosísima.
Para aquel acto tan lucido vistió la iglesia sus mejores galas. Precioso se veía el altar regiamente decorado con plantas y flores por los artistas exquisitos de “El Clavel”, el afamado jardín de los hermanos Armand.
Desaparecía el retablo bajo un verdadero tapiz de pétalos tejido con nardos y dalias pompón, las mismas flores que decoraban el resto de la iglesia en búcaros, cestos y Jardineras combinados con arte y con maestría. Desde El Clavel, el gran jardín de las novias, llegó a manos de la gentil desposada el ramo nupcial. Era un artístico modelo de gardenias con caídas de las mismas flores.
La enamorada pareja fué apadrinada por la señora María Sell, viuda de Merlín, madre del novio, y el señor Florencio Calderón y Calderón, padre de la novia.
Los testigos. Por ella, el Secretario de Gobernación, doctor Maximiliano Smith; los doctores Ángel Vieta y Marcelino García Paredes, y el señor Carlos Merlín. Y por él, los señores Joaquín Michelena, Marcelino Santamaría, doctor Miguel Guerrero y Germán Santamaría.
La ceremonia civil se verificó ante el Notario doctor Bernardo Caramés, y fueron testigos, por la novia, los doctores José R. Plasencia y Antonio María Rubio y los señores Saturnino Cartaya y Alejandro Martínez, y por el novio los señores Angelín Michelena, Florencio Calderón, Marcelino García Lens y Juan Leguina.
¡Felicidades!
Bibliografía y notas
- “Municipio”. Diario de la Marina. Año LXXXII, núm. 126, 3 de junio de 1914, p. 3 ↩︎
- “Maquinaria”. Diario de la Marina. Año LXXXIV, núm. 39, 8 de febrero de 1916, p. 15 ↩︎
- “La boda de ayer tarde”. Diario de la Marina. Año CIII, núm. 197, 20 de agosto de 1935, p. 5 ↩︎
- “Extracto doble de jugo de piña”. Diario de la Marina. Año LXXXII, núm. 249, 26 de octubre de 1914, p. 3
- Personalidades y negocios de la Habana
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