La Gema (Manzanillo) de Oriente por Pedro Alejandro López
Allá, en mi imaginación, en lo íntimo del espíritu, veo a mi ciudad natal, a esta larga distancia, adormida a los ritmos tiernos de dulce y lánguida canción que, día a día, entona el mar sureño, el cual, además, le rinde el homenaje diario de deshacerse a sus pies en frágiles copos de espuma. Yo sueño a Manzanillo entre flores y músicas, perfumes y besos de ilusión.
Urbe joven, laboriosa y emprendedora, ella es un rico florón oriental. Posee vida propia, lozana y perdurable. En torno vibran nueve centrales azucareros que convierten aquella zona en un emporio de riquezas.
Comercio importador, fuerte y de iniciativas propias. Las industrias florecen como bellos aguinaldos pascuales. Las profesiones, las artes y oficios le rinden culto fervoroso al trabajo y su diaria faena es algo importante y trascendental.
Manzanillo es de las poblaciones cubanas en que los hijos del país demuestran sus aptitudes para la industria, el comercio, la banca y toda clase de especulaciones, como se demuestra a lo largo de estas páginas de El Fígaro.
Allí está muy repartido el comercio y la industria. Manos cubanas manejan la mayor parte de las actividades mercantiles. Esto es una honra nacional: el nativo demuestra ahí, no sólo su proficuo amor al trabajo, sino que puede vivir de algo más digno que de la política morbosa, personalista y trepadora.
Con efecto, muchos manzanilleros, numerosos cubanos han levantado allí grandes capitales con su esfuerzo personal, con su labor tesonera, luchando a brazo partido con la vida y a veces con la adversidad.
La población manzanillense es muy honrada y laboriosa: ella se levanta muy temprano a rendir la diaria jornada; gusta de saludar a la aurora con alegría inmensa que crea en la mañana, llena de rocío, el encanto de la luz dorada…
Todo lo que es Manzanillo como potencia económica y valor espiritual, todo su progreso urbano, su ornato público, lo debe al esfuerzo de sus hijos, a la iniciativa particular, ya que el Consejo, la Provincia, el Municipio ni menos el Estado, han hecho ni hacen casi nada por ese noble pueblo que tributa y paga con creces los servicios de la urbe.
Tiempo ha que Manzanillo suspira por el asfalto de sus principales calles, rectas y amplias: que anhela le resuelvan su sistema de alcantarillado; ansía le arreglen sus carreteras, puentes y caminos, le abran nuevas vías de comunicación, lo que le daría otra vida, más luz y belleza; la ciudad entonces convertiríase en la gema de Oriente.
¿Qué hacen los poderes públicos en beneficio de ese pueblo de vida independiente? Poco, muy poco, tan poco que podríamos decir con la flema de un inglés: nothing at all.
Tiene Manzanillo una juventud intelectual culta y de mirajes propios; ella es nervio y entusiasmo generoso; lo mismo en el magisterio, que en las profesiones, como en el periodismo y la literatura, ha demostrado talento y amor a las instituciones patrias.
Pero este pueblo tiene un aspecto más interesante y sugestivo desde el punto de vista moral: su patriciado.
Manzanillo ha sido siempre el primero en las cuestiones ideales, en las faenas de patria, en las forjas republicanas. Manzanillo fué el primero en la revolución del 68 y el primero en la del 95. La Demajagua con Carlos Manuel y Bayate con Masó demostraron de manera eficaz su amor a la independencia cubana.
Una coincidencia fatal le ha quitado a mi pueblo la gloria de haber dado el primero su grito de independencia o muerte. Esa coincidencia es la de que en Baire haya otra finca denominada Bayate. Ello ha traído la confusión histórica del Grito de Baire en vez del de Bayate o de Manzanillo.
Aparte de que está probado que en Baire el pregón que se dió fué pidiendo la autonomía, veamos si a la región manzanillera correspondía ese galardón patriótico de ser la primera en lanzarse a la cruenta lucha libertadora.
Corrían los años, y sobre la isla esmeralda flotaba como un cendal de agonía. Los cubanos de aquellos tiempos, ya casi legendarios, sentían el alma opresa por una angustia infinita; se consideraban parías en su propia tierra; les faltaba aire a sus pulmones para respirar plenamente ese aire suave, primaveral, que era de donde esta vez vendría la luz, el apoyo y la defensa, —preparaba la contienda épica el espíritu infatigable de Martí.
En el interior, en la aldea llena de incertidumbre o en los bosques lujuriosos, perennemente verdes como la esperanza creadora de nuestros soñadores y patriotas, Bartolomé Masó era el jefe del movimiento que en breve se rebelaría contra el torpe gobierno español.
Era el 22 de febrero de 1895. Los jefes cubanos que en Manzanillo, centro de la conspiración oriental, estaban preparados al primer aviso, recibieron un pliego que entregara a Masó el joven estudiante Juan Tranquilino Latapier.
El pliego lo mandaba el agitador Juan Gualberto Gómez, quien estaba en comunicación con el alma de la revolución: José Martí.
En la noche del propio día 22 de febrero salieron de Manzanillo para la manigua, por distintos lugares, el Gral. Masó, José Celedonio Rodríguez, Vicente Pérez Zúñiga, Pascual Mendoza, Lorenzo Vega, Dimas Zamora y otros hasta completar el número de catorce.
Estos catorce ilusos, como los llamara el gobierno español, constituyeron el cuartel General en una finca de Masó (Bayate), donde, en la aurora del 24, dieron el grito mágico que se convirtiera más tarde en vibración nacional, en poderoso incendio.
Y Masó, que además de un gran patriota era un buen escritor, lanzó a todos los vientos la siguiente proclama a los españoles:
“Tanto como nosotros tendréis que convenir en la justicia de nuestra causa; mas no debemos llamaros a que nos ayudéis a defenderla: eso queda a nuestro juicio y a nuestra voluntad.
Sí, debéis saber que mientras no nos seáis hostiles os consideraremos y trataremos como a cubanos, respetando igualmente vuestros intereses. Y sabed, por último, que al hablaros así obedezco tanto como a mis naturales sentimientos, al programa de nuestra revolución.
Queremos la independencia para todos.”
B. Masó,
Cuartel General, en Bayate, a 24 de Febrero de 1895.
Esta es la verdad histórica. Natural que el pregón fué y debió ser secundado en otros lugares de la provincia y de la isla, pues esa era la consigna libertadora; pero el jefe de mayor graduación militar en aquellos instantes febriles era el Gral. Masó, al extremo que días más tarde los españoles enviánronle al Solitario de la Jagüita una comisión presidida por Spotorno para atraerlo a la legalidad, cuya comisión recibió la más viril repulsa.
¿Se demuestra o no que Manzanillo siempre ha sido el primero en nuestras luchas libertadoras?
Sí. Él tiene en los anales patrióticos los pregones de Yara y Bayate que lo capacita como el primero en la guerra y el primero en la paz. Por ello Manzanillo debía ser más atendida por nuestros gobernantes.
Ese pueblo es un buen contribuyente al erario público, es laborioso y sabe hacer uso de la libertad, pues como diría Payot, nadie es libre si no merece serlo, ya que la libertad no es un hecho ni un derecho, sino una compensación y, por cierto, la más hermana en satisfacciones.
Pedro Alejandro López.
Habana, 1920.
Bibliografía y Notas
- Parte 2 — López, Pedro Alejandro. “La Gema de Oriente”. El Fígaro Periódico Artístico y Literario, Año XXXVII, núm. 1, 2 y 3, 1920, pp. 18-19.
- Parte 1 — Pareja Lamas, Ricardo. “Al llegar a Manzanillo y después…”. El Fígaro Periódico Artístico y Literario, Año XXXVII, núm. 1, 2 y 3, 1920, pp. 17-18.
- Parte 3 — “Manzanillo Cultural: La Prensa Periódica, Los Intelectuales, La Revista Orto…”. El Fígaro Periódico Artístico y Literario, Año XXXVII, núm. 1, 2 y 3, 1920, pp. 20-21.
- Municipio de Manzanillo
- Provincia de Oriente.
- Personalidades y Negocios de Oriente.
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