Al llegar a Manzanillo y después… (Para nuestro querido amigo Carlos Bertot Masó, afectuosamente).
Cuando llegamos a Manzanillo, después de treinta largas horas de incómodo viaje, sólo compensado en parte por la belleza exuberante de los paisajes orientales, experimentó nuestro espíritu una desagradable sensación: llovía torrencialmente; la perspectiva de las calles que parten de la estación ferroviaria no era nada halagüeña debido a su mal estado, y para colmo de contrariedades nos encontramos sin hospedaje decente, a pesar de haberlo pedido telegráficamente la víspera.
Cruzó por nuestra mente la idea de abandonar la ciudad en el tren que partía a las doce de la noche… ¡Cuán grande hubiera sido nuestro pesar, si, guiándonos del primer impulso, nos ausentamos de la ciudad culta; hospitalaria y generosa, sin haberla conocido por dentro…!
Al día siguiente de nuestro arribo, nos fué presentado un joven literato, periodista, y bien intencionado político: el señor Francisco Rodríguez Mojena, quien, con tanta cordialidad nos trató, que a las pocas horas de conocerlo, lo consideramos nuestro amigo.
Conocimos a Manzanillo por dentro, caro lector, y disipóse en el acto la desagradable impresión de la llegada, para dar cabida a una franca sensación de bienestar.
Sin ser una ciudad moderna, sin que brinde confort al forastero, se hace agradable por múltiples motivos. Posee la ciudad diversos Centros de cultura y esparcimiento, entre los que descuellan las prestigiosas sociedades “El Liceo”, “El Casino Español”, “Círculo Manzanillo” y “El Centro Gallego”.
Dos elegantes y modernos parques embellecen la ciudad, y unos alrededores pintorescos dan magnífico realce a sus encantos naturales. Plétora de Bancos y casas comerciales de sólida solvencia atestiguan el gran desarrollo de los negocios en esa riquísima comarca.
Centros docentes privados para alumnos de ambos sexos a la altura de los de la capital dirigidos por pedagogos conscientes de su alto ministerio, además de la Escuela Pública que llena también fielmente su cometido, dan una nota consoladora para el futuro, del amor a la cultura en esa sociedad.
Sostiene Manzanillo prensa diaria numerosa y selecta: “La Montaña”, de nuestro fraternal compañero Rodríguez Mojena —el más leído en la provincia— “La Defensa”, “El Debate” y revistas literarias tan exquisitas como “Orto”, confirman nuestro aserto sobre la devoción de Manzanillo a las bellas letras.
Mujeres encantadoras, sociables y elegantes, que mantienen a gran altura la tradición de la clásica belleza de nuestras mujeres, intelectuales, de sólidos conocimientos, ejerciendo el Magisterio, unas, el periodismo, otras, y amantes todas del saber.
Muy pronto nos sentimos confraternizados con un grupo selecto de distinguidos manzanilleros; tal fué la franca sinceridad con que nos trataron: Carlos Bertot, César Saiz, Rodríguez Mojena, Ricardo Céspedes, Domenech, Borbolla, Rogelio Bertot, Ramírez, Roca… a todos los recordamos con cariño, por que de todos recibimos efusivas muestras de afecto.
El Alcalde Municipal, popularísimo y bien querido, con cuya fotografía honramos la portada de esta edición, tiene toda nuestra gratitud, porque a su amable esfuerzo en nuestro obsequio, se debe una gran parte del éxito que obtuvimos.
Conocíamos a Bertot de nombre desde hace muchos años, por militar en el mismo campo político, pero lo tratamos en días dolorosamente memorables para nuestra patria, se oían los últimos disparos de la discordia de hermanos del mes de febrero, cuando arribábamos una mañana de mediados del mes de junio al puerto de Santiago de Cuba, en el vapor de ese nombre.
Veníamos del extranjero; llegábamos del destierro, porque nosotros también tuvimos el honor de ser perseguidos. Allí tomó pasaje el Comandante Bertot; nosotros veníamos del extranjero, y él salía de la Cárcel después de habérsele destituido.
Pronto intimamos, pues es sabido, que nada acerca tan presto á los hombres como la adversidad, y adversos y muy dolorosos eran para nosotros esos instantes, en que por influencias extrañas circunstanciales acababa de extinguirse la llama de un ideal.
Y esa amistad nacida durante la travesía de Oriente á Occidente se consolidó convirtiéndose en cariñosa y sincera en los días de nuestra estancia en su querida ciudad. Bien es cierto que resultaría difícil no sentirse amigo de Carlos Bertot después de haberlo tratado: leal franco y buen amigo, servicial sin condiciones cuando brinda su afecto llega hasta el sacrificio por sus amigos sí fuere preciso.
Político popularísimo, tal vez el más popular en la provincia, actual Presidente de la Asamblea provincial del Partido Liberal, terminará el primero de Diciembre su segundo período de Alcalde de Manzanillo, pero en Noviembre nadie duda que saldrá electo Gobernador de su provincia por el voto unánime de las numerosísimas huestes liberales del indómito Oriente, que ven en Bertot además del amigo leal, el consecuente jefe de Partido, liberal de todos los tiempos, y hombre de excepcionales condiciones como gobernante demócrata y justiciero.
Su probada influencia con la representación Congresional de Oriente, es motivo suficiente para que auguremos grandes ventajas y progresos para la provincia que dignamente gobernará Bertot en la futura situación política.
R. Pareja Lamas.
Manzanillo
Proyectase con júbilo la linterna de El Fígaro hacia la costa sureña de la región oriental, donde fulge, con esplendor, la gentil ciudad de Manzanillo, dos veces la primera en vol. con el cofre de sus riquezas: en 1868 con Céspedes, y con Masó en 1895 para iniciar la cruzada libertadora.
Así, consagrando esta edición a Manzanillo, continuamos la serie de números especiales que dedicamos a la vida, noble e intensa, de las provincias cubanas, con el propósito levantado y patriótico de ofrecer, en una síntesis, el prodigioso desenvolvimiento de la república, orientada, de modo definitivo, por sendas de progreso.
Es para nosotros un placer intenso rendir un homenaje sincero de respeto y consideración a los valiosísimos elementos que radican en el interior de Cuba, constituyendo, con sus actividades, el nervio vital de la nación, los paladines esforzados de su progreso y los creadores fecundos de su riqueza.
Manzanillo, con justos títulos, figura con brillantez entre nuestras poblaciones principales, por su posición, su historia y su labor.
Fragua un día glorioso de los grandes ideales, supo con denuedo colocarse en la guerra a la vanguardia de los épicos redentores de Cuba y en la paz es transformación en templo de cultura y taller del trabajo, manantial caudaloso de la prosperidad de la República.
Así lo apreciarán los lectores al recorrer estas páginas donde arden para Manzanillo nuestros sahumerios votivos, encendidos por la admiración y el cariño para rendir a este pueblo gentil y meritísimo el homenaje de “El Fígaro”
Bibliografía y Notas
- Parte 1 — Pareja Lamas, Ricardo. “Al llegar a Manzanillo y después…”. El Fígaro Periódico Artístico y Literario, Año XXXVII, núm. 1, 2 y 3, 1920, pp. 17-18.
- Parte 2 — López, Pedro Alejandro. “La Gema de Oriente”. El Fígaro Periódico Artístico y Literario, Año XXXVII, núm. 1, 2 y 3, 1920, pp. 18-19.
- Parte 3 — “Manzanillo Cultural: La Prensa Periódica, Los Intelectuales, La Revista Orto…”. El Fígaro Periódico Artístico y Literario, Año XXXVII, núm. 1, 2 y 3, 1920, pp. 20-21.
- Municipio de Manzanillo
- Provincia de Oriente.
- Personalidades y Negocios de Oriente.
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