La librería más popular de la ciudad fue la Librería Internacional Wilson de la Habana, la misma que llevó un nombre que fue tradición en la casa: el de Wilson, su fundador y dueño en el transcurso de largos años. Era cuestión de respeto y de justicia mantener el nombre, aunque la casa pasase á otras manos y así lo ha hecho su propietario actual (1899) D. Severino Solloso.
El impulso dado al establecimiento en estos últimos años es harto notorio. Luchando con añejas preocupaciones y sorteando innúmeras dificultades, que unas y otras se oponían de antiguo á imprimir mayores proporciones al giro, ha sabido el Sr. Solloso dotar á esta sociedad de una casa digna bajo todos conceptos de su cultura y su prestigio.
Hoy la librería de Wilson no es otra cosa que un gran mercado intelectual.
Todas las ideas que pasan á la página del libro ó a la hoja del periódico, nazcan en Europa ó broten en los Estados Unidos, salvan las distancias del océano y vienen á tomar puesto entre las novedades literarias, políticas, artísticas y científicas con que sorprende á cada paso la gran librería de la calle de Obispo números 41 y 43 al pueblo de la Habana.
Era casi innecesario fijar la dirección ¿Quién no la conoce? ¿Podrá haber alguien entre nosotros que no haya estado alguna vez á visitarla? Y á la nombradía de la casa parece que debiera corresponder la dimensión del local. Pero no es así.
La gran librería internacional solo ocupa un saloncito elegante, abierto y diáfano donde parece todo estar medido, con rigor, aprovechado cada ápice del lugar á modo de la cámara de un barco, donde cada palmo tiene una utilidad y no hay trecho que se olvide ni hueco que se abandone.
Y así se explica, presidiendo orden tan admirable, que entre aquellos estantes, vidrieras y mostradores se encuentre distribuido a maravilla todo lo que abarca el giro del establecimiento: libros, revistas, periódicos, efectos de escritorio, quincallas, perfumería, etc.
Libros y periódicos. Hé ahí la base de la popularidad de la casa.
En relación directa el Sr. Solloso con los primeros editores de París, Inglaterra, España y los Estados Unidos, es siempre el primero en recibir por las diversas líneas de vapores, toda obra que por la importancia del asunto ó la celebridad de su autor ha logrado interesar la opinión del mundo civilizado.
Los éxitos de Solloso en este sentido son inacabables. Llenarían una larga relación que, por otra parte, es ociosa tratándose de establecimiento que tan arraigado tiene su crédito y tan bien sentada su reputación. El servicio de periódicos de esta casa no ha sido posible sobrepujarlo por cuantos colegas, movidos del espíritu de emulación, han intentado la competencia.
Es uno de los fuertes prestigios de la casa. A ella vienen con puntualidad exquisita todas las publicaciones, desde la docta Revue des deux Mondes hasta la traviesa Saeta y junto con el severo Times la coqueta Estación.
¡Cuanto agradecen las damas habaneras a Solloso que sólo mediante él llegue á la Habana revista tan selecta como La Estación! Es el periódico de modas que con más gusto, solicitud é interés leen y consultan todas las señoras.
No falta en el boudoir de la más encopetada dama, ni en el taller de la mas exigente modista. Su elogio queda hecho con una frase: es el verbo de la elegancia femenina.
En época como la actual, en que el conocimiento de la lengua inglesa ha venido á ser mas que útil, indispensable, es de aplaudir el hermoso esfuerzo realizado por Severino Solloso para haber tenido surtida constantemente su casa de una fabulosa variedad ele textos, diccionarios, métodos y claves que permiten la enseñanza y difusión del idioma de Washington.
Ha sido reconocida esta poderosa actividad por casa de tan alto rango como la de Appleton —los famosos editores americanos— que han confiado a Severino Solloso la representación exclusiva en la Isla de Cuba.
Timbre de honor que puede ostentar ufano el simpático é inteligente sucesor de Wilson, que se ha labrado entre nosotros un nombre honrado y envidiable á tal extremo que periodistas, estudiantes, médicos, gente de letras, todos en cifra, cuantos se agitan en nuestra esfera intelectual, están de perfecta conformidad en discernir al centro de publicaciones de Obispo 41 y 43, un título que por nuestra parte estimamos irreemplazable: La Librería de Moda.
Una carta del señor Solloso al Fígaro en 1903.
Hemos recibido una carta que nuestro estimado amigo, el Sr. Solloso, dueño de la antigua librería de Wilson, dirige al Dr, González Lanuza, rectificando el artículo de este nuestro querido é ilustre colaborador, publicado en el número anterior de El Fígaro, en la parte que se refiere á dicho acreditado establecimiento.
Nos perdonará el Sr. Solloso que no insertemos su carta, porque sus términos responden á la ofuscación del que se cree lastimado; y como lo que á él le importa, es el fondo del asunto, tenemos gusto en complacerle recogiendo las frases rectificadoras de aquélla.
Niega el Sr. Solloso que cambiara tantas veces de rotulo la librería de Wilson la que no ha tenido desde su fundación otro rótulo que los siguientes: “Wilson” y “Wilson’s Internacional Book Store”.
Y añade el Sr. Solloso:
El año noventa y siete, pasó la librería de Wilson á mi poder, y puedo decirle que tan no pudo entonces ni después preocuparme el sentimiento español “irritado contra los ingleses ó contra los yankees”, que ni siquiera me preocupaba ese sentimiento cuando en más de una ocasión traté, (por no decir que evité) que (su conocido) el traidor Beato y sus secuaces, tardaran en proporcionar á Vd. el buen día á que hace referencia en su artículo de El Fígaro.
Y es que ya, desde el año 95, como puedo probárselo á Vd. si así lo desea, sabía yo perfectamente á qué “carta quedarme”, sin que al hacerlo tuviese que pensar para mi establecimiento “un título que no comprometiera”, aún cuando ese título fuese “altamente diplomático”.
Esperamos que quede complacido el Sr. Solloso, a quien no ha querido molestar el Sr. Lanuza.
Rótulos Trascendentales (extracto del artículo en El Fígaro al que responde Severino Solloso).
Pero todo lo anterior es tortas y pan pintado, al lado del ejemplo dado entre nosotros por un establecimiento muy antiguo y conocido de esta capital.
La librería de Wilson ostentaba, desde su fundación, un rótulo en inglés, que decía American book’ store; y jamás semejante denominación se había cambiado.
Pero sobrevino la Revolución, empezóse á decir que los Estados Unidos prestaban un apoyo solapado á los revolucionarios, surgió el incidente del Alliance con motivo del desembarco de Maceo, creció la ojeriza contra los americanos; y un día, al pasar por la conocida librería, advertí con sorpresa que el antiguo letrero se había cambiado: decía entonces English book’ store!…
Los meses transcurrieron, los tristes sucesos de la guerra iban desarrollándose, y un buen día, ¡digo!, un mal día (de los peores) yo mismo fui preso y deportado; y vino, después de habérseme puesto en libertad, mi tiempo de emigrado en New York y mi rough camping por el Camagüey, al que me trajo mi amigo Domingo Méndez Capote, y los meses de la Asamblea de Santa Cruz del Sur.
Nombróse en ésta la comisión que había de ir á Washington, á gestionar la paga del ejército cubano, bajo la presidencia del General Calixto García, de cuya comisión formé yo parte.
Volví á la Habana, en octubre de 1898, después de dos años de tormentosa ausencia; y en uno de los cuatro días que en la Habana estuve, de paso para New York, pasé una vez por la librería de Wilson.
¡Oh sorpresa! El rótulo en cuestión nuevamente se había transformado.
La guerra entre España y los Estados Unidos había llevado consigo la creencia de que Inglaterra había prestado á los americanos no sé qué auxilios misteriosos, ó qué apoyo secreto; y el sentimiento español estaba tan irritado contra los ingleses como contra los yankees. El English book’ store era tan arriesgado como el antiguo American book’ store.
¿Qué hacer? —se habría dicho el propietario. Era cosa de no saber á qué carta quedarse. Era preciso adoptar un título que no comprometiera, seguro, definitivo, anodino y tranquilizador. Y en virtud de todo esto, la antigua y conocida librería había llegado á ostentar este letrero, altamente diplomático: ¡International book’ store!!! “All is over!” se debió haber dicho el propietario.
Más en este mundo ya no puede creerse ni en la paz de los sepulcros y el ingenioso rotulo cosmopolita estuvo también a punto de desaparecer.
¿Qué cosa mejor, durante el Gobierno Militar de la Intervención, que restablecer el antiguo letrero American book’ store? Y este primitivo rótulo volvería así á ostentarse; sobre todo, si al fin resultaba que “los americanos no se iban de Cuba”.
El dueño debió pasar por muchas cavilaciones, debió experimentar grandes dudas. Temporada hubo, corta, en verdad. en que todo letrero desapareció; pero al fin, prevaleció la sugestión de la diplomacia y la librería continúa hoy llamándose “Internacional”.
Y ciertamente lo es, porque no sólo se encuentran en ella libros en inglés, libros americanos, sino libros en todas lenguas. El nombre ha hecho la cosa, en esta vez, por excepción.
Veremos los destinos que le reserva el porvenir; pero confesemos que ella ha sido el mejor de todos los indicadores de los accidentes distintos de nuestra política en el más próximo pasado de nuestro pueblo.
¡La historia de sus denominaciones diversas está entretejida, íntimamente conectada con la historia de Cuba!
Todo esto tiene, naturalmente, más miga que lo que á primera vista parece. Sirve para determinar la especial psicología del comerciante y la posición que ocupa en la sociedad contemporánea. El comerciante, por lo general, es conservador y amigo del gobierno. De acuerdo con éste se halla casi siempre su interés; y su más natural tendencia le lleva a procurar que el Gobierno le tenga siempre por amigo…
J. A. González Lanuza. Abril, 1903.
El Sr. Severino Trinquete Solloso falleció en Cerdido (A Coruña), España, su tierra natal el veinte y seis de abril de 1916.
Bibliografía y notas:
- Librería Internacional Wilson. El Fígaro (Febrero, 1899).
- “Una carta del Sr. Solloso.” El Fígaro, Periódico Artístico y Literario. Año XIX, no. 19, Mayo 10, 1903, p. 229.
- “Severino Trinquete Solloso, Periodista, comerciante y activista social.” Xunta de Galicia, Secretaría Xeral da Emigración. Diciembre 3, 2021. En línea.
- Personalidades y Negocios de la Habana.
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