Con motivo de la visita oficial que recientemente (1915) le fué girada por orden del señor Secretario de Agricultura a la fábrica de licores de los señores M. Gomez y Cía., de esta capital, la opinión pública ha tenido oportunidad de apreciar lo que representan y significan los esfuerzos de una buena voluntad puestos al servicio del trabajo y la dedicación al fomento de la industria nacional.
Cuando esa visita fué girada, los que tuvimos el placer de inspeccionar los amplios almacenes, fábrica y dependencias todas de la casa de Manolo Gómez, comprendimos como un deber hacer pública constancia de la admiración que nos producía esa pujante industria…
Levantada al calor de fecundas iniciativas, a través, de cuya organización y cuyos resultados vibra un poderoso sentimiento nacionalista, pues que Manolo Gomez, principal y casi exclusivamente, procura aprovechar los frutos especiales del país en la elaboración, de sus exquisitos licores.
La fábrica de Manuel Gomez y Cía. se encontraba instalada en un magnífico edificio situado en la Calzada de Infanta números 20 y 22, modernos, construido en su totalidad de cantería, hierro y cemento. Este ofrecía un bello aspecto, conforme puede apreciarse en el grabado que insertamos.
El interior de la fábrica estaba dividido en seis amplios departamentos, los que se ocupaban con arreglo al orden siguiente:
Oficinas, escritorio del gerente señor Gómez, solerajes para el envejecimiento de los distintos productos en los que se destacan cinco grandes foudres y cuatro hermosos tanques cilíndricos dedicados exclusivamente para los diversos tipos del ron y coñac, filtros dobles para la fabricación de ron, fabricación general de múltiples productos, aparatos para la destufacción de alcoholes y aguardientes y elaboración de extractos y alcoholatos.
Todos los alcoholes y aguardientes que se empleaban en las distintas manipulaciones de licores eran destufados de un modo perfecto en un aparato francés de la marca de “Deroy Fils Ainé”, de París, así como los extractos y alcoholatos que precisamente eran elaborados en otro de idéntica construcción.
Además tenía la fábrica establecida en la calle de Basarrate números 5 y 7 un magnífico rectificador de construcción nacional, de donde se obtiene la materia prima que se emplea en la confección de sus licores, así como la venta a otras industrias autorizadas para la adquisición libre de la misma.
En la calle de San Miguel y Basarrate se encontraba el almacén de los productos de la citada compañía, todo de construcción moderna y hecha bajo la inmediata inspección de la Secretaria de Sanidad, lo que se puede apreciar por las fotografías que publicamos.
Los productos especiales de esta gran casa modelo eran los siguientes:
El famoso “Anís del Diablo”, Ron extra fino y muy viejo, el popularísimo ron marca “Lorito”, “Triple Seco Ideal”, “Crema Biscuit” a base de cacao, Crema de coñac, de vainilla, de menta blanca y verde y de café, licor “Caña Santa”, a base de aguardiente puro y hierbas aromáticas; “Cañita”, licor exquisito a base también de plantas aromáticas; Anís extra fino marca “Pavo Real” y el no menos excelente marca “Pato”; ron y anís escarchados, ambos de calidad muy superior. Además se fabrican diversos tipos de ron, coñac, ginebras y otros de tipo corriente.
Esa fue, a grandes rasgos, la fábrica de licores sin rival de los señores M. Gómez y Compañía, y el mérito principal de ella, lo que le otorgó títulos más, indiscutibles a la estima y al favor de todos, fue la circunstancia de que aún tratándose de una industria de muy pocos años de establecida, y que, gracias a la laboriosidad, competencia y entusiasmo de su gerente, el señor Gómez, logró conquistar los grandes prestigios y el sólido crédito que distinguen a las manufacturas que durante largos años cimentaron con una buena actuación el respeto y la consideración de ricos y pobres, de grandes y pequeños, de propios y extraños.
Bibliografía y notas
- “Las Grandes Industrias de Cuba: La Fábrica de Licores de los Sres. M. Gomez y Compañía”. La Lucha. Año 31, núm. 185, Julio 1915.
- Personalidades y negocios de la Habana.
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