
Un nuevo hecho vandálico, realizado por el tristemente célebre Manuel García, ha venido á sembrar la alarma y el terror entre los pacíficos vecinos, en su mayoría labradores, del término municipal de San Nicolás, donde nuevamente ven amenazadas sus vidas por la partida que capitanea dicho bandido.
Ayer, mañana (Diciembre 27, 1893), cuando más tranquilos se hallaban entregados á sus faenas los trabajadores del Barbudo, apareció de improviso Manuel García, y de la manera más alevosa y con un ensañamiento propio de una fiera, asesinó al pardo Blás Torres, en los instantes en que estaba ocupado en el cultivo de las tierras de su finca.
La noticia de este nuevo crimen ha causado en San Nicolás profunda sensación, por la audacia que ha mostrado el bandido, y hallarse reciente la memoria de los asesinatos que por igual motivo que el de ayer, cometió Manuel García en los esposos Hernández y D. Dionisio Llanes en Quivicán.
Cuando llegamos á San Nicolás nos fué enteramente imposible conseguir noticia alguna que ampliase el despacho telefónico que se recibió en el Gobierno Regional, y que publicamos en nuestra edicion de ayer tarde, porque tanto el Sr. Pizarro, Alcalde Municipal, como los Sres. Fernández, Juez Municipal, Armenteros, Celador de Policía, y Romero, Teniente de la Guardia Civil, estaban ausentes del poblado y constituidos en el lugar de los sucesos; así que despues de grandes dificultades, pudimos trasladarnos al barrio de Barbudo, donde adquirimos las siguientes noticias:
En La Aguadita.
A dos leguas y cuarto al Sur de San Nicolás, se halla el barrio de Barbudo, en cuya demarcación está enclavada la finca La Aguadita, propiedad del pardo Roque Torres.
La extensión de terreno con que cuenta esta finca es de poca consideración, estando dedicado al cultivo de la caña, papas y cebollas. Por medio del terreno pasa una zanja que sirve de regadío a las siembras.
Dedicábanse á los trabajos agrícolas de esta finca, además del propietario, su hijo Blas, dos mujeres blancas que vivían en compañía de este, y dos individuos blancos, ocupados en el enristrado de cebollas.
Las casas de vivienda con que cuenta la finca son dos pobres chozas de guano y tabla de palma, hallándose una distante de la otra como á 300 metros separados por una cerca de piña de ratón.
La finca La Aguadita se halla próxima al camino real que se dirige desde la costa á Guines, y linda con los terrenos del ingenio Emilia y potrero Mercedes, conocido por el Colector.
La casa del pardo Blas tiene sembrada á su frente papas y cebollas, y en uno de los costados se hallan algunos cañaverales. La casa en que reside su padre tiene asimismo iguales sembrados: de los cañaverales parte un trillo que termina en la casa de Blas.
Los Bandidos
Serían próximamente las siete de la mañana de ayer, cuando en ocasión de hallarse Blas Torres anegando las papas, se presentaron por detrás de su casa cuatro hombres montados y armados, quienes llamaron á la puerta, y como no le respondieran, se encaminaron á los sembrados, donde lo encontraron y le intimaron.

Blas, al sentir el ruido de los caballos y las voces que le daban, se volvió hacia su casa y al notar que dichos hombres eran Manuel García y su partida, emprendió la carrera hacia la casa de su padre, con objeto de refugiarse y hacerles frente seguramente con una escopeta que tenía allí, pero los bandidos lo cortaron el paso, haciéndoles varios disparos con los rifles, hasta que cayó próximo á la cerca de piña.
Blas, ya en el suelo y casi acribillado á balazos, trató de defenderse de la agresión, desenvainando el machete, cuando aquellos se aproximaban hacia el lugar en que le vieron caer.
Manuel García y sus acompañantes se acercaron al sitio donde se hallaba moribundo Blas, y desde los caballos en que cabalgaban le hicieron gran número de disparos, mezclados con desaforados gritos y blasfemias.
A los disparos acudió el padre de Blas, quien gritó á los bandidos, que no dieran muerte á su hijo; pero aquellos no le hicieron caso alguno, y al contrario le dirigieron insultos y amenazas.
Después de haberse ensañado los bandidos con su víctima, haciéndole multitud de disparos, emprendieron la fuga, marchando por detrás de la casa de esta, hasta tomar un portillo que da á unos cañaverales, siguiendo desde allí por los terrenos de la finca Colector, con objeto de salir, según luego se verá, al Camino Real que conduce hacia la costa.
Cuando los bandidos llegaron, se encontraba junto con Blás su concubina Juana Ulloa, la cual trató de seguir á aquél; pero uno de la partida la hizo regresar á su casa y la amenazó de muerte, diciéndole que ella también se la pagaría, para que volviera á hacer vida maridable con negros.
Según tengo entendido, el nombre de Juana Ulloa, consta en casi todas las causas instruidas por bandoleros prestando declaraciones en virtud de haber estado residiendo largo tiempo por la costa, además, está tildada de haber vivido en concubinato con uno de los Montelongos, cuando estos estuvieron con Manuel García, y de ahí parece viene su conocimiento con los bandidos.
Los individuos que han ayudado á Manuel García en la realización de este nuevo crimen, se dice que son Gayo Sosa, Vicente García y Sensión Muerte, joven de unos 19 años de edad. Todos ellos iban armados de rifles, revólveres y machetes.
Amenazas del bandido.
Cuando Manuel García y sus acompañantes salieron de la finca La Aguadita, se dirigieron por el Camino Real hacia el puente de hierro conocido por Colector, donde se encontró á varios campesinos que se hallaban dedicados á su faena, y encarándose con el más próximo á él, llamado Nicolás Izquierdo Peralta, lo insultó con palabras groseras, diciéndole que él y los suyos fuesen á avisar á Pizarro que acababa de matarle á un espía, y que se preparasen, porque iba á cortar la cabeza y la lengua á unos catorce que tenía en lista.
Nicolás Izquierdo, que fué sorprendido por la brusca aparición del bandido y por las amenazas de este, se sobrecogió de tal modo, que cuando llegó á la morada del pardo Roque Torres, apenas podía articular palabra alguna.
Muchos de los campesinos próximos al lugar del suceso, oyeron las amenazas del bandido.
La víctima.
Los primeros que llegaron al lugar del suceso quedaron horrorizados ante el espectáculo del cadáver del desgraciado Blas Torres, todo ensangrentado y completamente desfigurado por el destrozo que los proyectiles habían hecho en su rostro, pues en el espacio comprendido entre el cuello y la frente, se veían más de diez heridas causadas por los disparos.
Al pardo Blas Torres, se le conocía como trabajador y valiente, considerándosele además como uno de los mejores cazadores de venados.
No tenía antecedentes penales, sin embargo de que recientemente se trató de su traslación á Isla de Pinos, por sospechas de que encubriese á los bandidos; pero merced á las gestiones del Sr. Bizarro, logró el indulto, obteniendo igualmente otros campesinos de este término municipal, y de este hecho parece que arranca la sospecha de Manuel García de que Blas tratara de venderlo proporcionando confidencias á los agentes de la Autoridad.
Blas era alto, como de 24 años, y había nacido en San Nicolás: tenía á su abrigo á dos mujeres blancas llamadas Juana Ulloa, de 20 años y Carmen Velazquez de 40 años, ambas con hijos.
Los campesinos que lo trataban han sentido su muerte, lo prueba el cortejo que acompañó su cadáver desde la finca á San Nicolás.
Según el reconocimiento facultativo hecho por el médico municipal Sr. Hernandez, el cadáver del desgraciado Torres, presentaba catorce heridas de proyectil de arma de fuego, en la forma siguiente:
una en la cara lado izquierdo de la región malar, otra seccionando el tabique nasal en su parte anterior, otra en la ventana nasal, lado derecho, otra sobre la parte media del labio superior y unida á la anterior, otra en la parte media de la rama horizontal del maxilar inferior del propio lado, seis en la parte del cuello, otra en la parte superior del hombro lado derecho, dos en el pecho, una sobre la región pectoral del lado derecho y otra en el lado izquierdo y en la parte media de la región de la ingle lado izquierdo.
La traslación del cadáver.
Como á las seis y media de la tarde llegó al pueblo el cadáver, siendo depositado en un modesto sarcófago, costeado por la Sociedad de Socorros Mutuos La Caridad del Cobre, á la que pertenece su padre.
Más de treinta campesinos, entre blancos y de color, seguían el cadáver. Todos alternaron en la humanitaria obra de cargar el sarcófago, que descansaba en unas andas.
El cortejo fúnebre llegó hasta un establecimiento de carpintería que existe en la calle Real de San Nicolás, donde fué depositado el cadáver, que en la mañana de hoy, recibirá cristiana sepultura, después que se le haga la autopsia, que presenciará el Juez instructor, capitán Sr. Cañas.
Un Nuevo Aliado.
La partida de Manuel García, desde hace tiempo se compone sólo de cuatro hombres, y esto se demuestra con el hecho de que habiéndose separado de ella el Mulato Plasencia, fué sustituido por Deque Deque, y á la muerte de éste ingresó otro de apellido Muerte.
A este nuevo aliado no se le conocían antecedentes penales; siempre vivió en el punto conocido por los Colorados y la costa, dedicándose á hacer carbón, el cual solía vender en Güines.
Parece que su resolución de unirse á la partida, obedece á un encuentro que tuvo la Guardia Civil con los bandidos cerca de Omoa, donde se descubrió que él era quien les llevaba la comida.
Temeroso seguramente de verse descubierto y deportado á Isla de Pinos, se unió á Manuel García.
El primer hecho conocido en que tomó parte, es el asesinato de Blas Torres, contra quien, igual que sus compañeros, disparó su rifle a boca de jarro.
Audacia del bandido.
La audacia que en este suceso ha demostrado Manuel García, viene á demostrar la seguridad que tiene de poder realizar sus crímenes sin que sea molestado por la fuerza pública, sucediendo esta vez, lo mismo que cuando el secuestro de D. Ignacio Herrera, en Durán, que hallándose tres destacamentos de fuerza de la Guardia Civil y del ejército, próximos á la finca de Herrera, realizó tan escandaloso hecho
sin la menor novedad.
Esta vez casi ha sucedido lo mismo próximo á la finca “La Aguadita”; es decir medio kilómetro, residen el teniente Alcalde D. Eduardo Barroso y el Alcalde de barrio D. Manuel Franco Cabrera, y en el ingenio “Emilia” hay un destacamento de la Guardia Civil.
La fuerza de este destacamento oyó los tiros, pero cuando llegaron al lugar del suceso, ya los bandidos habían desaparecido.
La persecución.
Los Sres. Bizarro y Romero, desde que salieron de San Nicolás, no han descansado un momento en hacer una activa persecución á los bandidos.
También el Sr. Tors, Jefe de la zona de la Guardia Civil de Güines, salió para el lugar del suceso, y según nuestras noticias, anoche celebró una larga conferencia con el Sr. Pizarro, en el ingenio “Emilia”.
La fuerza de la Guardia Civil de San Nicolás y Güines se hallan en operaciones; pero sin resultado favorable alguno que sepamos, hasta ahora que son las tres de la madrugada.
El juez instructor.
Está actuando como Juez en esta causa el capitán de Caballería Sr. Cañas, quien ha estado toda la tarde y noche de ayer, tomando declaraciones á más de treinta individuos.
Hoy, después que presencie la autopsia del cadáver de Torres, se constituirá nuevamente en la finca La Aguadita, para la continuación del proceso.
El mulato Plasencia.
Según voz pública, desde que el mulato Plasencia se separó de Manuel García, ha tomado por campo de sus fechorías el término Municipal de Los Palos, pues se asegura que hace pocos días escribió una carta á cierto vecino de aquella localidad, pidiéndole dinero y el cual fué á buscar personalmente, poro no logró su objeto porque la guardia civil tuvo noticias de ello, y le preparó una emboscada, de la que desgraciadamente escapó con fortuna.
Aunque esta noticia no es de centros oficiales, puede considerarse como verídica.
San Nicolás, 28 de diciembre de 1893.
Mendoza.

En el Diario de la Marina, edición de la tarde del miércoles 27 de diciembre de 1893 se publicó el sigiente artículo:
Bandolerismo, muerte de un confidente.
El Jefe de la zona de la Guardia Civil de Güines participó por teléfono hoy al Gobierno Regional, que la partida de bandidos que merodea por aquella zona, dió muerte esta madrugada al pardo Blas Tomé (Torres), confidente del Alcalde Municipal de San Nicolás señor Pizarro.
El asesinato se perpetró en el barrio Barbudo, de dicho término Municipal. Han salido en persecución de los bandidos, fuerzas de la Guardia Civil y guerrillas.
Bibliografía y notas.
- Mendoza. 1893. “Bandolerismo.” Diario de la Marina 54, no. 309 (Diciembre 28): 1-2.
- 1893. “Bandolerismo: Muerte de un confidente” Diario de la Marina 54, no. 308 (Diciembre 27): 1.
- Historias y Leyendas de Cuba.
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