Santa Ana fue fundada en dos caballerías de terreno del corral de San Pedro por el Marqués de Jústiz en 1794. La ermita erigida en el centro del caserío se declaró en 1814 tenencia auxiliar de Matanzas. En 1820 se construyó una nueva iglesia siendo reconstruida en 1843.
En 1827 existían en el pueblo 40 casas, 131 en 1841 y, en 1846 sólo le quedaban 28 de las cuales 2 eran de mampostería, 4 de madera y tejas, 22 de guano. Fue quemado este pueblo en abril de 1896 por las fuerzas del Ejército Libertador al mando del Teniente Coronel Pedro Acevedo.
Al ser quemado por las fuerzas del Ejército Libertador el pueblo y cabecera de partido Santa Ana se traslada a Cidra el ayuntamiento. Desde el 26 de enero de 1845 la compañía de ferrocarril de Matanzas a Sabanilla había establecido una estación en el lugar. Con la quema de Santa Ana y gozando de un enlace ferroviario se convierte Cidra en cabecera. En 1919 tenía una población de 1,781 personas; el censo de 1943 registra 1,342 habitantes.
Por orden del Gobierno Interventor Americano número 494 del 7 de diciembre de 1900 se suprime como municipio Santa Ana de Cidra hasta que por ley del Congreso en 20 de julio de 1910 se restablece como Ayuntamiento.
En 1941 el municipio tiene un área de 108 ½ kilómetros cuadrados y una población de 7,413 habitantes. Pertenece en lo judicial al Partido de Matanzas y está compuesto por cinco barrios que son Cidra (cabecera), San Cayetano (rural), Santa Ana (antigua cabecera), San Ignacio y Bermejales (rurales).
Lindaba el Ayuntamiento por el norte con el término municipal de Matanzas, por el sur con el de Sabanilla del Encomendador (Juan Gualberto Gómez), del que lo separaba el río Canímar, por el este con los términos municipales de Juan Gualberto Gómez y Guamacaro y por el oeste con los términos de Cabezas y Matanzas.
Tributarias al Ayuntamiento comenzando la década de 1940 existían en la municipalidad 118 fincas rústicas. Se dedicaban estas al cultivo de la caña de azúcar, ganado y arroz. De este último grano se sembraban unas treinta caballerías en los terrenos de este municipio que son llanos y en general muy fértiles, adecuados para toda clase de cultivos y explotaciones agrícolas.1
Vías de comunicación
El municipio de Santa Ana de Cidra contaba con varios medios de comunicación como la carretera que lo une a la Central, Matanzas y a los pueblos de Juan Gualberto Gómez y Unión de Reyes. Su vía de los Ferrocarriles Unidos lo enlazaba con la Habana y el resto de la república, además de contar en aquel entonces con dos empresas de ómnibus denominadas “Ómnibus de Cidra” y “Especiales de Cárdenas”, las cuales con varios carros cerrados prestaban servicio entre Matanzas y Bolondrón.
Vida Económica
Por ser este el municipio más pequeño de la república puede deducirse que en el radicaban solamente comercios de pequeña importancia, lo que era causa directa de una lánguida vida en la municipalidad.
Existían colonias de caña pero sin ingenios ni industrias de importancia y algunos comercios reducidos a varias tiendas mixtas, una farmacia, tres carnicerías, etc.
Sin embargo contaba el pueblo con seis establecimientos para descascarar arroz, los cuales proporcionaban salarios a un número reducido de familias de la localidad.
Vida Social y Cultural
No obstante su pequeña importancia como término municipal en Santa Ana de Cidra existieron importantes centros sociales y de difusión cultural como La Sociedad de Instrucción y Recreo Liceo de Cidra presidida por el Dr. y Jefe Local de Sanidad Luis Benavides Sánchez, la sociedad “Alfa” dirigida por el señor Esteban Fernández Pino, la Iglesia Católica y la Presbiteriana.
La Administración Municipal
En la fotografía aparecen:
De izquierda a derecha: Julio Ojeda, Encargado del Cementerio; sentada, señora Gloria Sosa; de pie, Emilio Alfonso, Conserje; sentado José Antonio Ramírez Araña, Secretario-contador del municipio. Sentado en el centro, Pablo Hernández Montes de Oca, Alcalde Municipal; de pie, Ismael Rodríguez, Encargado del Registro Pecuario. Sentado, Dr. Luis Benavides, Jefe Local de Sanidad y encargado de la asistencia médica Municipal. Sentado, Rodolfo Pérez, Tesorero Municipal.
La Administración Municipal de Santa Ana de Cidra en 1941 estaba regida por Pablo Hernández Montes de Oca, acompañado en su constructiva labor gobernativa por los señores:
Nombre y Apellidos | Cargo |
---|---|
José Antonio Ramírez Araña | Secretario de la Administración Municipal |
Rodolfo Pérez Bacallao | Tesorero Municipal |
Ismael Rodríguez Díaz | Agente de Apremios |
Gloria Sosa Pérez | Secretario de la Junta de Amillaramiento |
Florencio Fernández Rodríguez | Encargado de Mataderos |
Gerardo Ojeda Suárez | Encargado del Cementerio de Cidra |
Esteban Alfonso Sosa | Encargado del Cementerio de Santa Ana |
Rigoberto Martínez Rodríguez | Inspector de Espectáculos |
Juana Angélica del Pino | Comadrona Municipal |
Emilio Alfonso | Conserje Ordenanza |
Dr. Vicente Miró | Veterinario Municipal |
El Consistorio Municipal estaba presidido por Armando Martínez Cabrera, actuando como secretario Guillermo Silveira Leiseca, colaboraban también con entusiasmo en la obra del Alcalde los siguientes señores, de los cuales indicamos su filiación política:
Liberales: El Presidente, el Secretario y los Concejales Celestino López Hernández y Gumersindo Quintana Álvarez.
Nacionalistas: Salvador Quintana Aguiar y José María Santiago Peñate.
Demócratas Republicanos: Vicente Rego Ramírez y Gregorio Muñoz Oliva.
Siendo el municipio más pequeño de la república por su número de electores, por sus habitantes y por su presupuesto, disponía de un edificio propio en el que residía el Ejecutivo Municipal, construido en 1929 bajo la Administración del entonces Alcalde Fladio García y Pedro.
Contaba también con casa propia para la Junta Municipal Electoral y tenía dos cementerios municipales, uno en Cidra y el otro en Santa Ana, dos Mataderos Municipales, uno en cada una de las localidades mencionadas y un Acueducto del que era concesionario el señor José Luis del Rosario.
La Escuela de Santa Ana2
En 7 de Febrero de 1864 se inauguró la Escuela gratuita de instrucción primaria. Cuando se estableció en el partido de Santa Ana la Escuela, fué en una casa pequeña y mal situada.
La comisión local de instrucción primaria, se ocupó desde entonces en buscar una que llenase las condiciones apropiadas á esa clase de establecimientos, al efecto el Sr. D. Francisco Soler arregló una casa con este fin de tabla y teja, con un gran salón y regulares habitaciones, situada en el mejor punto del pueblo.
La expresada comisión acordó que la traslación de la Escuela á la nueva casa, debía hacerse con la mayor solemnidad, ya que cuando se abrió la escuela se hizo sin ceremonia alguna, y se fijó este día para el acto nombrándose al Sr. D. Antonio Almendro y su Señora como padrinos de la nueva casa, los cuales aceptaron gustosos la invitación, porque se trataba de la educación de los niños.
Los vecinos del pueblo de Sta. Ana, se esmeraron en adornar sus casas y la calle principal, presentado un aspecto muy alegre todo el pueblo, ya por los arcos de pencas de guano que tenían todas las casas, y por los formados en las calles con ramas de bambú, ya por la multitud de faroles de color y banderas nacionales, y ya por la animación que se advertía en todos los vecinos.
Y más grato era este aspecto, cuando se sabía que el móvil de todo aquello era la instrucción: allí no iba á verificarse más diversión que la bendición de la casa escuela, la instalación de esta en ella y un baile que completase la alegría:
Allí no se esperaban ni peleas de gallo, ni ninguna clase de juegos, sin embargo, á las nueve de la mañana estaba el pueblo invadido por los vecinos inmediatos, á esa hora, se tocó el último repique para la misa y tuvimos el gusto y un verdadero placer, al encontrarse el templo completamente lleno de fieles que con la mayor compostura, esperábase oír la misa, esta, fué cantada con acompañamiento de música.
En el centro de la iglesia se hallaba de pié el profesor de la escuela gratuita el Sr. D. José María Ordoñez, á la cabeza de una fila de niños sus alumnos. Cuando se concluyó la misa pasamos todos á la casa escuela, que aunque bastante capaz, era insignificante para dar cabida á tanta concurrencia:
Presentóse al poco rato nuestro respetable cura Presbítero D. José María Aguirre y revestido convenientemente, procedió á la bendición de la casa verificándose este acto con toda pompa tanto por la procesión que se formó para dar vuelta á todo el rededor del edificio, cuanto por que las oraciones del sacerdote salían de entre los acordes de la música.
Concluida esta ceremonia, tomaron sus lugares respectivos el Sr. Capitán del partido D. Manuel Rangel como Presidente: los Sres. de la Comisión local, los Sres. padrinos y otras personas. El Sr. Presidente manifestó enseguida, que quedaba instalada la Escuela gratuita de San Vicente de Pául en aquel local, dirigiéndose a los padres de familia para que pusieran de su parte cuanto les fuera dable, á fin de que las benéficas miras del Ilustre Municipio: los esfuerzos del Director y de la Comisión, surtiesen todo el bien que se deseaba en provecho de la infancia y de las familias todas del vecindario.
Pidió la palabra el Sr. Cura párroco y en extenso y bellísimo discurso, hizo la historia de la Escuela gratuita desde que se fundó hasta el día, expuso numerosísimos ejemplos para estimular á recibir la educación, exhortó a los padres de familia para que llenasen esos deberes con sus hijos, y conmovió al numeroso auditorio con sus sentidas frases persuasivas. En seguida pidió el que esto escribe, é hizo cuanto estuvo de su parte y á su alcance, para ratificar la peroración del ilustrado sacerdote que acababa de hablar.
El Sr. D. Antonio de Almendro, pronunció un bellísimo discurso dirigido á los vecinos, muy claro, muy inteligible y que causó mucha sensación en la concurrencia. El Sr. Almendro ha sabido hablar á nuestros vecinos, para encaminarlos por la senda del bien.
El profesor de la Escuela pronunció un discurso, que fué oído con mucha atención y gusto, por las buenas ideas que exponía.
Se concluyó el acto y resonó alegremente la música pasando la concurrencia a dos mesas cubiertas de dulces y bebidas, sirviéndose á las Señoras por los caballeros que allí había. A las 12 dadas, terminó la ceremonia, habiendo quedado todos muy satisfechos de la fiesta, que no ha tenido otro objeto, que solemnizar la traslación de la Escuela, esperando que esta solemnidad influya en el ánimo de los vecinos que tienen niños de edad propia para aprender.
El salón que va á servir de escuela, estaba muy bien adornado con diversos mapas y demás utiles para la enseñanza. —Francisco P. Grima.
Discurso del Sr. D. Antonio Almendro
Señores: Lleno de verdadero placer y entusiasmo: con la honra de haber sido invitado con union de mi esposa para apadrinar este acto, cumple á mi deber expresar á la digna comisión local, nuestro profundo agradecimiento, por su bondadosa distinción.
Permitidme, señores, que aproveche tan buena oportunidad, para dirigir á los padres y madres de familia que se hallan presentes, algunas palabras encaminadas á su mayor bien.
Hace muy pocos días que en este mismo partido, en el cuartón de la Cidra, hubo lugar una solemnidad semejante á ésta con motivo de abrirse allí otra escuela, debida á la munificencia de una familia piadosa.
Los que hayan concurrido á aquella inauguración habéis podido oír de labios autorizados, las mas cumplidas exhortaciones y consejos para vuestra felicidad y la de vuestros hijos, y nada pueda ni sepa yo añadir á las explicaciones de aquellos hombres ilustrados, sin embargo, cuanto se practique con este objeto, todo me parecerá poco mientras los hechos no demuestren que los padres ni madres han comprendido perfectamente la obligación en que están de mandar aquí á sus hijos, y los grandes bienes que ha de traerles cualquier sacrificio que para ellos hicieren…
Bibliografía y notas
- Matanzas Contemporánea. Guía Provincial 1942. Editorial Panamericano S. A., s. f.
↩︎ - Grima, Francisco P. “Escuela de Santa Ana.” En Apuntes para la historia de la Isla de Cuba con relación a la ciudad de Matanzas desde el año de 1693 hasta el de 1877, 451-53. Matanzas: Imprenta El Ferrocarril, 1878.
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Sonia dice
Hola me crie en Cidra, mis padres eran epd Dr Antonio Quesada y Olga Rodríguez Milian De Quesada.
Si alguien sabe alguna información de quien pudiera tener algún objeto personal de mis padres me ansía saber.
Vivo en Miami, mi padre falleció en Cidra y mi madre en Miami.
También si conocían a Ana Brito, epd, me gustaría mucho saber sobre su vida.
Taymi Rodriguez dice
Hola! Yo nací en Santa Ana y tengo familia en Cidra. Mi bisabuelo era Pedro Fiallo (mas conocido como cullo) el era el dueño de la carnicería de la calle real, la bodega, molino de arroz, panadería, tienda de ropa y placiste de Santa Ana. Si buscas en Facebook hay un grupo que se llama Santa Ana presentes y ausentes. Hay muchas personas de Santa Ana y Cidra que tal vez te puedan dar información. Espero te ayude mi comentario. Un abrazo
Octavio Lorenzo dice
no me conoces como Octavio pero quizás te acuerdas de Lalito, mi papa era Lalo Lorenzo y mi mama Aida Permuy que EPD los dos yo si me acuerdo de tu padre y madre. Tienes mi correo electrónico me puedes contactar por ese.