Domingo Lorenzo Mádan Bebeagua (5 septiembre 1856 – 24 julio 1898). He aquí un cubano que merece un lugar preferente entre los filántropos. Nació en Matanzas en 5 de Septiembre de 1856. El Dr. Mádan ha sido, ante todo, un hombre bueno; su alma valía mucho más que su cultura científica.
Y sin embargo, ha sido también un médico notable; pero, como dijo Gastón Mora, ejerció la medicina cual un apostolado. Poseyendo una gran clientela, la primera de Matanzas, vivió y murió pobre. Hacía y repartía el bien como lo hacen y reparten los hombres de espíritu verdaderamente filantrópico: con modestia y en el silencio…!
La muerte del Dr. Mádan, el día 24 de Julio de 1898, en la Habana, fué un duelo general de toda la provincia de Matanzas.
En Matanzas creó el Dispensario de niños pobres, que llevaba su nombre; el Asilo de Ancianos y el de niños huérfanos.
A sus protegidos dedicó el buen doctor sus mayores afanes y sostuvo esas instituciones contra viento y marea. Si su bondad y su altruismo no hubiesen opacado sus cualidades científicas, Mádan disfrutaría de mayor fama como médico.
Pero siendo más raros los hombres buenos en la más estricta acepción de la palabra, que los médicos distinguidos, llamaron acaso más la atención sus cualidades morales. Sin embargo, su producción científica ha sido notable y ha sido muy elogiada.
Colaboró, siendo aún muy joven, en la Crónica Médico-Quirúrgica de la Habana, tan ligada con el desarrollo de la ciencia en Cuba, y permaneció varios años al lado del Dr. Juan Santos Fernández en la Clínica de enfermedades de los ojos.
El nombre de Domingo Lorenzo Mádan está también unido a la fundación del Laboratorio Histo-Bacteriológico de la Habana, habiéndose trasladado dos veces a París para el arreglo relativo a la instalación de un gabinete antirrábico en la Capital.
Hombre erudito, sin ser un verdadero sabio, hizo mucho en pro de la medicina en Cuba, publicando sus observaciones sobre las enfermedades de los ojos y la patología infantil.
Muchísimos trabajos del Dr. Mádan fueron publicados por la Crónica Médico-Quirúrgica: entre ellos hubo también varios sobre difteria, sobre diarreas infantiles, sobre tifoidea, paludismo, fiebre amarilla, etc. Algunos fueron escritos en colaboración con el Dr. F. de Vera, con el Dr. Díaz y con el Dr. T. V. Coronado.
La Academia de Ciencias de la Habana le nombró Académico corresponsal. Lo premió en 1896 con Mención honorífica, y en el Concurso de 1897 con 400 pesos oro.
En los Anales de la Academia de Ciencias se publicaron varios importantes trabajos del Dr. Mádan, y en la Revista Científica El Progreso Médico de la Habana vio la luz, en 1893, un estudio sobre las formas clínicas de las fiebres palúdicas en Cuba, premiado con mención honorífica en el Certamen de la Prensa Médica del mismo año (con el Dr. Coronado).
De lo expuesto resulta que, si el Dr. Mádan no hubiese sucumbido tan joven y no hubiese dedicado tanta parte de su vida a labores altruísticas, su bibliografía hubiérase enriquecido mucho más, con positiva ventaja para la ciencia médica cubana.
El Dr. Santos Fernández en el elogio que leyó del Dr. Mádan el 14 de Agosto de 1898 en la Academia de ¡Ciencias de la Habana, declaraba que el modesto médico de Matanzas era un eminente oftalmólogo, cuyos diagnósticos estaban siempre en perfecta coincidencia con los suyos.
En el Laboratorio Bacteriológico, el Dr. Mádan prestó también grandes servicios a Cuba con el estudio de dos epizootias que hacían entonces estragos en el ganado vacuno y en el de cerda (año de 1887), y más tarde, en Diciembre de 1888, estudiando los gérmenes del paludismo.
Sus trabajos hematológicos fueron muchos y muy importantes.
Varias Sociedades Médicas del extranjero, hicieron al Dr. Mádan objeto de distinciones, lo mismo que su ciudad natal y su provincia; pero ¿a qué mencionar tantos detalles cuya importancia desmerece ante la grandeza de alma del Doctor Mádan?
Domingo Mádan en su fallecimiento desde La Lucha1
Este ilustre hijo de Matanzas falleció ayer en la Habana, donde se hallaba accidentalmente en casa de su cuñado nuestro estimado y distinguido amigo el Dr. Coronado.
Hacía algún tiempo que los íntimos del Dr. Mádan veíamos con profunda inquietud como se iba depauperando la la constitución vigorosa del hombre bueno y sabio cuya muerte prematura lloraremos los que fuimos sus amigos y admiradores y el pueblo entero de Matanzas que lo contaba en el número de sus hijos predilectos.
A la temprana edad de cuarenta y un años ha muerto Domingo Mádan después de una vida ejemplar consagrada a la ciencia y a la practica de las más altas virtudes cívicas. Era una inteligencia de primer orden aumentada con estudios incesantes que lo dotaron de una cultura extraordinaria.
En poco tiempo adquirió en Matanzas una reputación envidiable y una gran popularidad que conquistó más que con sus talentos médicos, que eran muy vastos, con su raro desinterés, con su perfecta bondad, con su exquisito trato, con sus amables y simpáticas cualidades . Su carácter se parecía mucho al de nuestro llorado é inolvidable Arturo Mora.
Domingo Mádan ejerció su carrera como un apóstol. Fué médico y a la vez filántropo. Su profesión le sirvió a maravilla para hacer y difundir el bien entre sus clientes y convecinos. Cuando la fortuna se le aproximaba para recompensar su labor inteligente y concienzuda, la repartía en obras de profunda piedad. Fué un ciudadano de perfecta excelencia moral.
Su muerte es una perdida muy sensible para Matanzas que tantos beneficios debe a este hijo esclarecido suyo. Creó en esta ciudad el “Dispensario de niños pobres”, el “Asilo de niños huérfanos” y el “Asilo de Ancianos”. Al frente de estas piadosas instituciones se le vió desarrollar la mayor energía para sostenerlas en medio de las circunstancias excepcionales que les rodeaban.
Esos niños desamparados, esos ancianos desvalidos eran la preocupación dominante del buen doctor. Cuando él entraba en esos santos asilos, un coro de bendiciones envolvía al que era su alma y su sostén. En esas casas protectoras se espaciaba el espíritu bondadoso de nuestro amigo.
Vivo está en el espíritu agradecido de todos aquellos a quienes favoreció y que siempre lo recordarán con cariño. Para los hombres buenos la muerte no es conclusión sino transfiguración.
El duelo que aflige a la familia del Dr. Mádan lo comparte su ciudad de natal, a donde esta mañana, en tren expreso, ha sido trasladado el cadáver de este hombre de bien. Matanzas quiere que repose en su seno el hijo que tanto la amó y al que quiere tributar el ultimo homenaje de afecto y admiración.
Lápida2 —El Ayuntamiento de Matanzas ha acordado conmemorar el nombre del Doctor Domingo L. Madan, colocando una lápida de mármol en el frontispicio de la casa en que nació, con la expresión de la fecha de su nacimiento y muerte.
Comité Pro Monumento Domingo L. Madan. In Memorian. Matanzas, 1926.3
Figura del más elevado desinterés fué la del médico matancero Domingo L. Madan, fundador en la ciudad de San Carlos y San Severino de Matanzas del Dispensario de Niños Pobres, institución a la que consagró en días luctuosos para la patria todos sus afanes, todas sus energías que agotó totalmente en el generoso empeño.
Matanzas ha querido satisfacer de algún modo la deuda de gratitud que tenía contraída con el benefactor, y el día 4 de Abril del presente año, frente al Dispensario que lleva su nombre, erigió un monumento de mármol, obra del notable escultor español Moisés de Huerta.
Este folleto contiene cuanto fué realizado y honor será para cuantos coadyuvaron a la ejecución del enaltecimiento del Dr. Madan.
Domingo Lecuona Madan en la Historia de la Casa de Beneficencia de Matanzas4
El 24 de Julio de 1898 falleció en la Habana el ilustre benefactor matancero Dr. Domingo L. Madan quien desde el día 10 de Mayo de 1892 figuraba como médico oculista de la Casa, y que por fallecimiento del facultativo principal de la misma Dr. José Elías Jiménez fué nombrado para sustituirlo por el Gobierno General en 17 de Diciembre de 1894; cuyos ambos cargos desempeñó siempre gratuitamente y con la competencia y celo propios de su carácter.
El Dr. Madan nació en esta ciudad el 5 de Septiembre de 1856. Su familia, cuyo apellido honró dignamente, ha figurado de una manera brillante en la Historia de Matanzas; y unida a la de Lecuona, ha dado miembros ilustres a esa notable pléyade de médicos matanceros, que como Aballí, Casuso, Coronado, Díaz, Grande Rossi, Guiteras, Hernández, Lebredo, Lluria, Plasencia, Rodríguez, Santos Fernández, Sousa, Tomás, Ulmo, Valdés Anciano, Vera y Zayas eran no solo médicos eminentes sino bondadosos filántropos, que por su saber y virtudes han mantenido siempre en un lugar prominente el nombre de Matanzas.
Siendo muy joven el Dr. Domingo Madan colaboró en la Crónica Médico Quirúrgica de la Habana, y fué compañero de clínica de Don Juan Santos Fernández; la Academia de Ciencias de la Habana le nombró académico corresponsal, premiándolo en 1896 con mención honorífica y en el concurso de 1897 con $400.00 en oro.
Colaboró en los Anales de la misma y en la Revista Científica “El Progreso Médico de la Habana”; en el Laboratorio Bacteriológico prestó también grandes servicios; hizo dos viajes a París para estudiar sobre el terreno todo lo relativo a la instalación de un Gabinete Antirrábico en la Capital;
Y en esta ciudad creó y sostuvo el Dispensario de Niños Pobres que lleva su nombre y es la más preciosa flor de la corona de sus virtudes: el Asilo de Ancianos y el de Niños Huérfanos; y por lo que respecta a la Casa de Beneficencia que nos ocupa, a ella dedicó también su constante celo y desinterés por cuanto significaba “socorrer al desvalido”.
Es de oportunidad terminar este modesto pero justísimo elogio en honor del ilustre desaparecido, con las frases que le dedicara el brillante escritor Sr. Gastón Mora, en un artículo necrológico sobre el mismo:
….Ejerció la medicina cual un apostolado. Poseyendo una gran clientela, la primera de Matanzas, vivió y murió pobre. Hacía y repartía el bien como lo hacen y reparten los hombres de espíritu verdaderamente filantrópico: Con modestia y en silencio.
En sustitución del Dr. Madan fué nombrado para desempeñar la plaza de Facultativo de la Casa el Dr. D. Jacinto F. Carrera, también modesto, también laborioso; y de cuya gestión nos ocuparemos oportunamente.
Bibliografía y notas
- “Domingo Mádan. Diario La Lucha. Año XIV, núm. 176, 25 de julio 1898, p. 3. ↩︎
- Revista Crónica Médico- Quirúrgica de la Habana. Año XXVIII, núm. 4, febrero 1902, p. 380. ↩︎
- Revista Bimestre Cubana. Vol. XXI, núm. 5, Sep. Oct. 1926, p. 794. ↩︎
- Historia de la Casa de Beneficencia de Matanzas, hasta el año 1926. Imprenta y papelería El Dos de Mayo, Cárdenas, 1928. ↩︎
- Dollero, Adolfo. “Mádan (Domingo L.)”. Cultura Cubana La Provincia de Matanzas y su Evolución. Habana: Imp. Seoane y Fernández, 1919, pp. 55, 56.
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