
Era en la gran fábrica de la firma de Álvarez y Díaz S. en C. en Cienfuegos que se elaboraba el ron San Carlos. Fue esta una de las industrias licoreras cubanas que podía competir, sin desdoro, con sus similares nacionales y extranjeras de mayor renombre.
Teniendo por materia prima el jugo de la caña, de cuya pureza y valor nutritivo en calorías, nadie puede dudar, el ron San Carlos aunaba a la bondad básica del producto, una elaboración perfecta, resultado de la combinación de dos elementos:
La pericia de los directores técnicos que vigilaban su fabricación, y lo moderno y eficiente de la instalación de sus alambiques y demás departamentos de maquinaria.
El ron San Carlos no sólo era una inmejorable bebida destilada, sino que ella podía parangonearse, en igualdad o mejoría de calidad, con las mejores marcas de cognac del extranjero.

Fundada en 1919, esta fábrica, que en 1929 se encontraba en pleno apogeo y planeaba abrir una importante oficina sucursal en esta capital, debía su auge a dos cosas: primero, al esfuerzo tesonero de sus gerentes señores José Díaz y José Álvarez Suárez, y, después, al empeño decidido de su comanditario don José García quien deseaba que la fábrica del ron San Carlos fuese montada con la eficacia necesaria para poder producir un tipo de ron cubano de la más alta calidad.

Premiadas en distintas exposiciones nacionales y extranjeras las diversas marcas del ron “San Carlos”, invadieron los mercados cubanos, con importancia creciente cada día llegando su fama a extenderse de tal modo que no fué sólo un producto de consumo nacional, sino de exportación al extranjero.
La utilización de la caña en este renglón contribuía a resolver el problema de la saturación del mercado azucarero y abría nuevos horizontes en la industria nacional demostrando la capacidad productora de la República.
Una visita al Ron San Carlos.1
Se nos llevó a visitar la destilería y depósitos que en Cienfuegos tiene el ron “San Carlos”. Inmensas pipas puestas en batería ofrecen un aspecto atractivo y original, conteniendo en sus vientres amplios el rico licor que tanto consume la Perla del Sur, teniendo la virtud de no emborrachar, a no ser que se tome con exceso.

Nos fué servido un rico ponche de ese ron, que todos paladeamos. Los dueños de esa industria, españoles y cubanos son viejos amigos del Diario de la Marina, del que todos ellos son suscriptores, habiéndome dado la amable misión de saludar en su nombre al Director y cuerpo de Redacción del mismo, encargo que gustoso he cumplido.
José Álvarez, uno de los dueños del ron “San Carlos”, es un español con familia cubana, hombre joven y emprendedor, que mucho se preocupa de la suerte del país. Este industrial me habló de la grave crisis que se deja sentir en aquella localidad, de la falta que hace lanzar a la circulación, en las obras públicas proyectadas, el dinero almacenado en las arcas del Gobierno.

La imagen anterior es la del quiosco presentado por la Fábrica del Ron San Carlos en la Feria Exposición de Muestras en Cienfuegos, donde desfilaron unas 16.000 personas en 1927. La fábrica se encontraba en Santa Clara No. 173 y los almacenes en San Fernando Nos. 99 y 101.
En 1924 la Gran Fábrica de Ron San Carlos de Álvarez y Díaz en Cienfuegos fue premiada con medalla de oro y diploma en la Feria Exposición Internacional de Italia y en la Nacionales de Cienfuegos con igual premio en los años 1925, 1926 y 1927.2
Bibliografía y notas
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