
El Bon Marché fue una tienda de tejidos situada en la calle de Reina número 33 de la ciudad de la Habana. En noviembre de 1893 abrió sus puertas al público y se publicitaba tempranamente:
Acontecimiento traperil. Apertura de “Al Bon Marché”. Grandes almacenes de tejidos y novedades. Este grandioso establecimiento de ropas, en cuyos espaciosos salones pueden comprar cómodamente quinientas personas á la vez, abrió sus puertas el sábado último, á las siete y media de la noche.1
Ha sido visitado por numerosísima y selecta concurrencia que demostró las grandes simpatías de que disfrutan sus propietarios en esta sociedad, los que invitan al público visiten AL BON MARCHE, donde será galantemente atendido por el escogido personal con que cuenta.
Omitimos los anuncios pomposos por tener la seguridad de que toda persona que compre una sola vez en esta casa, volverá siempre á ella, porque además de encontrar artículos nuevos y de última novedad, encontrará también precios sumamente baratos por ser nuestro lema: Moineau pris vaux mieux que celui qui vole2, esto es, que preferimos vender mucho ganando solo el cinco por ciento, cuyo ínfimo beneficio sentamos como base en nuestras operaciones.
No olvidarse, pues, que en esta casa encontrará el público telas desde 2, 4, y 6 centavos hasta la más rica seda que se desee. NOTA. Lencería especial fabricada expresamente para esta casa.
Al Bon Marché, Reina 33 frente a Galiano. La casa pintada a listas de azul y blanco.
Otros detalles serán publicados aquel mismo año de su apertura:3
Abrigos contra el frío. — La nueva, tienda de ropas Al Bon Marché —Reina 33, —ha tenido la suerte desde el primer día de su apertura, de caer en gracia á las numerosas familias que viven por aquella extensa barriada, al extremo de que todas las noches se ve el amplio salón de la casa favorecido por encantadoras mujeres.
Acuden allí atraídas por la bondad de los géneros y los bajos precios á que se venden, ya que los Sres. Prado y Arias, fundadores de Al Bon Marché, se conforman con un razonable tanto por ciento y rehúsan exprimir al prójimo, cosa más censurable aún en estos días de crisis porque atraviesa el país.
Y hay que decir la verdad monda y lironda: el clou del mencionado establecimiento no es los brochados de seda, ni las granadinas (y eso que ambos artículos son espléndidos), sino unos abrigos de paño, última moda parisiense, que aunque valen tres centenes, se venden allí por la insignificante suma de $3.50 cts. en plata.
Ningún abrigo—sienta tan bien, —ni tan sabrosa —pone la piel, —ni da el calórico —que busca usted —cual los abrigos—de Al Bon Marché.

El negocio Al Bon Marché era hacia 1929 propiedad del Sr. Francisco Bartrolí, y estaba en el número 153 de la Avenida de Simón Bolívar (antes Reina) siendo uno de los establecimientos más surtidos y más competentemente atendidos de los de su género en la Capital de la República.
Una de sus especialidades lo era la confección de banderas y gallardetes de todas clases, a precios que no admitían competencia. En este momento sus principales funciones eran el comercio de la juguetería, almacén de novedades y artículos para regalos, deportivos y efectos religiosos.
El establecimiento, sito al lado de la Iglesia del Sagrado Corazón, casi esquina a Belascoaín, era, además, representante de las ortofónicas “Columbia” y “Brunswick”.
Bibliografía y notas
- “Acontecimiento traperil. Apertura de “Al Bon Marché”. Grandes almacenes de tejidos y novedades”. Diario de la Marina. Año LIV, núm. 270, 11 de noviembre 1893, p. 2 ↩︎
- Equivaldría a: Pájaro en mano vale más que cien volando. ↩︎
- “Abrigos contra el frío”. Diario de la Marina. Año LIV, núm. 275, 19 de noviembre 1893, p. 3 ↩︎
- “Al Bon Marché”. Diario de la Marina. Año LX, núm. 300, 19 de diciembre 1899.
- Personalidades y negocios de la Habana
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