Vicente Blanco Estera casi puede decirse que fue uno de los iniciadores del negocio cinematográfico en Cuba, porque a él se debe el primer espectáculo de cine que se instaló al aire libre en el por ello histórico número cuatro de la calle de Infanta. Tal fué el punto de partida de su brillante carrera en este campo tan interesante y fecundo del Arte mudo, al que dedicó desde entonces sus actividades, dejando en segundo término su anterior condición de empresario teatral, aunque sin abandonarlo por completo.
Así lo vemos establecerse en 1910 en el Teatro Esmeralda que estuvo bajo su control desde aquella fecha, después de haber recorrido varias veces la Provincia de Pinar del Río donde fundara el teatro “Cinta” de Guanajay y el teatro “Llanera” del Mariel. Recorría además en infatigable impulso otras provincias y se hizo cargo del Teatro Municipal de Sancti Spíritus y del “Principal” de Camagüey con renovados éxitos y, más tarde en 1916, hizo sociedad con el señor Ramón Martínez López consolidando con esta alianza las perspectivas halagüeñas que ambos se propusieron con tesón y firmeza insuperable.
La sociedad Blanco y Martínez, desde su fundación gozaba del mismo altísimo concepto. Blanco controlaba la parte exterior por decirlo así del negocio, tomaba iniciativas que siempre eran bien secundadas por el señor Martínez, hacía contratos, dirigía propagandas, actuaba, en una palabra, con la multiplicidad que requería el vasto negocio.
Martínez, a su vez, dirigía con habilidad extrema la parte interna del mecanismo, el correo, siempre complicado, en el tráfago de películas, la revisión de las mismas, el personal subalterno del taller, etc. Y ambos actuaban tan de acuerdo en todo, que era ejemplo digno de imitarse lo que estos dos esforzados del trabajo ofrecían en su negocio.
Así organizados, Blanco y Martínez, ambos se lanzaron a la conquista de nuevos horizontes. Después de construir en 1919 el “Teatro Roosevelt” en Monte y Fernandina, Blanco fue a Nueva York, donde al principio su juventud misma y su carácter jovial fueron un factor decisivo para el éxito que alcanzó en pocos días consiguiendo la exclusiva de la famosa casa “Vitagraph” que vió en él el hombre que necesitaba para Cuba.
No tardó en conseguir después el contrato para las producciones “F.B.O.“ que controlaba en el mismo país la casa “Shipman”.
Esto le permitió dar a conocer en Cuba las obras más famosas de arte cinegráfico, tales como “Mesalina”, “El Secreto de Koenigsmark” y “La Garzona” que tuvo el privilegio de revolucionar al público y salir después triunfante de la prueba, y tantas otras más.
Se puede decir que Blanco y Martínez tenían siempre en cartera una obra sensacional y que no llegaron a equivocarse en sus selecciones ni fue fácil, por lo tanto se diera el caso. Tal es en resumen somero la historia de esta firma poderosa que honró en la República, tanto al comercio, como a la propia industria cinematográfica.
No se detuvieron en esto las actividades de los dos socios y para 1925 habían comenzado la construcción de un nuevo teatro pequeño, pero moderno en Infanta 27, y adquirieron además los terrenos donde estaba la antigua sociedad “El Progreso” de Jesús del Monte para construir otro Teatro más que enriqueciera poderosamente aquella extensa barriada.
Vicente Blanco Estera contrajo matrimonio con Rosario Fernández de Orejudo naciendo de esta unión cinco hijos nombrados Ignacio (Oct. 25, 1914 – Dic. 5, 1945), Santiago (Oct. 30 1915 – Mar. 27, 1986), Rosario, Clara y Vicente (Dic. 21, 1910 – Nov. 30, 1960).
Debe de ser mencionado que Vicente y su hermano Rafael Blanco Estera crearon también la empresa de películas Vicente Blanco y Cía. En esta con el diseño de producción de Victoriano Martínez y Luis Seel como animador se realizó el primer filme cubano de dibujo animado llamado Conga y Chambelona.
Blanco y Martínez, pues, debe considerarse como una fuerte firma que supo triunfar en sus propósitos. Es un mérito grande y tiene nuestro aplauso entusiasta.
Referencias bibliográficas y notas
- Blanco y Martínez en El Libro de Cuba, Historia, Letras, Artes, Ciencias, Agricultura, Industria, Comercio y Bellezas Naturales. Obra de Propaganda Nacional.Habana: Talleres del Sindicato de Artes Gráficas, 1925. p. 868
- Personalidades y negocios en la Habana.
Deja una respuesta