Fue el Diario La Lucha un periódico con historia, nacido a la vida pública el 25 de agosto de 1885 ya para 1925 contaba unos cuarenta años de existencia, cuarenta años de una vida tumultuaria y reconstructiva, porque en esos cuarenta años se desarrollaron en Cuba los más transcendentales acontecimientos y las alternativas más disímiles. La Lucha, el viejo diario, vivió con toda intensidad todos esos sucesos, y fue actor principalísimo en el desenvolvimiento de la nacionalidad cubana.
Don Anton Sanmiquel Segalá1 o si se prefiere Antonio San Miguel Segalá fue el fundador de La Lucha. No la fundó como una tribuna al servicio incondicional de la causa que abrazaban los revolucionarios cubanos que soñaban con la independencia nacional, libres en la formación de un nuevo pueblo de bríos y de arrestos.
La fundó para cooperar con España, la patria en que naciera Don Antonio San Miguel y por la que siempre sintiera devoción y cariño y admiración extraordinaria, a que se le concediera a los cubanos los derechos y las libertades a que aspiraban y a que tenían derecho, combatiendo de paso, con la virilidad de su pluma cáustica e intencionada, a los funcionarios venales que España enviaba a Cuba y que resultaban los primeros encargados de demostrar con sus actos y con sus hechos, el error en que se encontraban los gobernantes españoles respecto al problema de Cuba, que tanto tiempo preocupó a España.
Don Antonio San Miguel, español de sentimientos, combatía ruda e intensamente desde las columnas de “La Lucha” porque los cubanos lograran las nobles conquistas que sus aspiraciones predicaban.
Pero sincero en sus apreciaciones, fué “La Lucha”, además, tribuna propicia a los grandes caudillos de las pretensiones de Cuba, acogiéndose los trabajos magníficos de las mejores plumas de Cuba y realizando así una obra de intenso acercamiento entre españoles y cubanos, que debió haber dado otro resultado si los gobernantes españoles no hubieran vivido apegados a tradiciones ridículas y sujetos a intereses creados, que desangraban y debilitaban a España en el concepto de los cubanos.
Ya Cuba libre, encontró en La Lucha el más formidable baluarte de la defensa de sus libertades y de la constitución de la patria y siempre en sus columnas se predicó el amor entre españoles y cubanos realizándose obras de verdadera compenetración entre unos y otros elementos, esos que formaron una patria común, digna y grande en el concepto internacional dando a a la civilización moderna notas gallardas de su solidaridad.
La Lucha puede decirse que en realidad fué la continuación de otros diarios fundados por Don Antonio San Miguel y que la mano férrea de los gobernantes españoles, descontentos con la levantada y sincera y ruidosa campaña de rectificación que pedía el ilustre periodista, iba suprimiendo, sin que por ello se amilanara esa voluntad de hierro, forjada al calor de todos los contratiempos, y que al siguiente día daba vida a su periódico con otro título para evadir las responsabilidades judiciales, que amparaba una ley de imprenta caótica y dictatorial.
Así el año 1878, a raíz de la paz del Zanjón, fué fundado el periódico “La Libertad”, dirigido por el ilustre jurisconsulto Don Adolfo Márquez Sterling.
A “La Libertad” siguió “La Discusión” que comenzó a publicarse el primero de febrero de 1879, también dirigido por Márquez Sterling. Estos dos diarios se imprimieron en el establecimiento del señor Elías Fernández Casona.
Posteriormente, y ya en Obrapía 24, imprenta de “La Correspondencia”, hicieron su aparición los siguientes diarios, continuadores de “La Libertad”, todos ellos dirigidos por Don Antonio San Miguel y Administrados por Don Antonio González Arrastía:
- El Combate, número 8, mayo 31 de 1883
- El Tonto, número 7, agosto 3 de 1883
- El Palenque, número seis, agosto 10 de 1883
- El Tonto, (otra vez), número uno, mayo 8 de 1884
- El Tonto, número uno, junio 11 de 1884
- La Protesta, número uno, Junio 23 de 1884
- La Palanca, número siete, septiembre 5 de 1884
- La Libertad, número 46, julio primero de 1885
- La Reforma, número 27, agosto 13 de 1885
Y yá definitivamente, La Lucha, el 25 de Agosto de 1885.
El año 1894 inició “La Lucha” una verdadera revolución en, el progreso del periodismo en Cuba, pudiendo decirse que fue Don Antonio San Miguel el precursor del actual periodismo lleno de interés, de novedad, de amplitud informativo y de combatividad.
Estableció el sistema de la estereotipia e instaló una gran rotativa, formidable en aquella época, del fabricante francés Derrier. Y no contento el propietario de “La Lucha” con esas reformas trascendentales en tales momentos adquirió en 1904 una nueva rotativa del fabricante Walter Scott y diversas máquinas de linotipo, mejorando a la vez el taller de estereotipia.
En todo momento “La Lucha” fué el diario en que colaboraron, como redactores unos, como simples colaboradores otros, las mejores, más valiosas y más prestigiosas firmas.
Han figurado en esa casa los hombres más sobresalientes de Cuba como Enrique José Varona, Rafael Montoro, Manuel Sanguily, Félix Osea, Manuel Linares, Felipe López de Briñas, Francisco Giralt, Alfredo Martín Morales, Matías Padilla, Maidagán, Gastón y Arturo Mora, Antonio Rivero, Alzamora, Santos Villa, Céspedes, Pichardo, Nestor Carbonell, Manuel V arela Zequeira, Tejedor, Juan Gualberto Gómez, Aniceto Valdivia, Modesto Morales Diaz, Antonio Escobar, Cándido Diaz, Francisco J. Daniel, Pedro González Muñoz y Miguel de Carrión, en 1925 subdirector, primer novelista, miembro de la Academia de Artes y Letras.
En marzo de 1909 fue nombrado Administrador General de La Lucha el señor José Hernández Guzmán, quien quiso ser, como el decía, el continuador de la obra iniciada por el señor San Miguel, conservando siempre el respeto y la admiración de la labor hecha en aquellos días de prueba y de heroísmo por ese hombre que supo hacer más grande la obra que le dejó comenzada Adolfo Márquez Sterling.
Durante la Administración del señor Hernández Guzmán se adquirió una rotativa nueva, más ligera y más moderna que la que antes se había comprado, del mismo fabricante, los linotipos mejores y los grandes edificios situados en Amistad 82, 84 y 86, donde se editaba La Lucha.
Doce páginas de excelente información ofrecía La Lucha culminando el primer cuarto del siglo XX. En ellas encontraba el lector la amenidad insuperable que el más exigente pudiera desear.
Desde el servicio cablegráfico propio, con el que constantemente se anotaba triunfos resonantes al extremo de que siempre adelantó las noticias más trascendentales del mundo, hasta los sports, tratados con pericia y competencia; los problemas económicos, dedicando a ellos una plana entera; las informaciones de provincias para lo que contaba con un cuerpo de corresponsales tan antiguo como excelente;
con información de todas partes del mundo; teniendo un redactor Corresponsal en New York, otro en Madrid y otro en París; secciones fijas, amenidad e interés, sin descuidar la crónica social, la crónica teatral y la información general amplia, documentada, oportuna, puede decirse que La Lucha era uno de los más importantes rotativos de Cuba y uno de los más serios de la América Latina, apreciado y conocido en toda Europa.
Para terminar digamos que La Lucha era una verdadera empresa editora, y que en sus talleres, modernos, con todos los adelantos del día, se editaban, además, los importantes diarios populares “La Noche” y “El Imparcial”, y en el curso del tiempo se editaron también otros diarios, de esos como La Opinión, que fue la tribuna política del Partido Popular Cubano que llevó a la Presidencia de la República al doctor Alfredo Zayas y Alfonso.
Antonio San Miguel, ya en la paz, recibió como distinción y como valiosa demostración de afecto y de cariño, un acta de Representante por la provincia de Pinar del Río, y esta vez, como siempre, supo quedar a la altura de su talento y respondió a los sentimientos que su altruismo le indicaban, pues renunció a percibir sus haberes para que con esa cantidad lograran educación varios hijos de Pinar del Río.
Don Antonio San Miguel fue un gran amigo de Maceo y de otros muchos patriotas cubanos que se fiaban de él más que de muchos cubanos conocidos y supo constantemente demostrar sus sentimientos, sin hacer alarde de ellos y sin abdicar de sus ideales por las causas nobles y grandes, ni de sus principios patrióticos de amor al suelo que le vió nacer.
Don Anton Sanmiquel Segalá
Sobre Antonio San Miguel Segalá existen algunos datos como el de una agresión que sufrió en la Habana y de la que se transcribe un extracto:
En la villa y Corte de Madrid, á 19 de Junio de 1888, en el recurso de casación por infracción de ley, que ante Nos pende, interpuesto por Antonio San Miguel Segalá contra sentencia de la Sala de lo criminal de la Audiencia de la Habana, en causa seguida al mismo y otro en el Juzgado de primera instancia del distrito de la Catedral de dicha ciudad por disparo de arma de fuego y lesiones:
Resultando probado por declaraciones testificales que en la calle de Obrapía, entre San Ignacio y Mercedes, de la ciudad de la Habana, y como á las cinco de la tarde del 16 de Mayo de 1884, Martin Moraleda Martínez, sin que conste el motivo de la agresión, pero si que ésta fué gratuita, dió fuertes golpes con un bastón muy grueso, de uso prohibido, á Antonio San Miguel Segalá, (que antes fué condenado ejecutoriamente por estafa frustrada), y éste, al verse agredido, hizo sobre aquél dos disparos con un revólver, también de uso prohibido, de cuyas resultas sufrieron ambos lesiones, curando las del primero á los veinticinco días, de los cuales los quince primeros necesitó de asistencia médica, y los veinte estuvo impedido de trabajar, sin quedarle impedimento ni deformidad alguna; y el segundo tardó en obtener la curación un período de doce á quince días, con asistencia facultativa, sin que le incapacitaran ni le quedara impedimento ni deformidad…
Y concluye el Tribunal Supremo fallando en favor del Sr. San Miguel:
…debemos declarar y declaramos haber lugar al recurso interpuesto por Antonio San Miguel Segalá contra la sentencia pronunciada por la Sala de lo criminal de la Audiencia de la Habana, la cual casamos y anulamos.
El Secuestro de Antonio San Miguel en junio de 19352
Secuestrado anoche en Arroyo Apolo D. Antonio San Miguel. Dos menores que presenciaron el asalto, dieron cuenta enseguida del hecho a la familia. Los secuestradores interpusieron su auto al del rico hombre de negocios y acto seguido esgrimiendo pistolas y revólveres le conminaron para que se entregara.
Los secuestradores partieron después velozmente por la avenida de Acosta, por donde desaparecieron. Una carretilla de mangos que llevaban y que dejaron abandonada en la huida puede ofrecer pistas para localizarlos. La policía busca a los secuestradores.
El señor Antonio San Miguel, acaudalado hombre de negocios que fuera famoso periodista y representante a la Cámara, retirado de la vida pública, fué secuestrado anoche por varios individuos hasta ahora desconocidos, cuando en su automóvil se dirigía hacia su finca “El Conuco del Inglés”, ubicada en la calzada de San Miguel, barriada de Arroyo Apolo, próxima al Naranjito.
Con el sr. San Miguel fueron también secuestrados el sr. Simón Marquisa, persona de toda su confianza; Modesto Iglesias, agente que fué de la extinguida Policía Secreta y su chofer Constantino prieto.
Cómo fué el Secuestro
Próximamente a las siete y veinte minutos de la noche de ayer (miércoles seis de junio 1935), el señor San Miguel acompañado de las personas ya citadas se dirigía a la finca en el automóvil de su propiedad, marca Lincoln, color oscuro, abierto, por la Calzada de San Miguel y al llegar a la esquina de Gelabert contigua a su propiedad, se interpuso otra maquina en la que viajaban varios sujetos que se unieron a otros cinco que en esos instantes, simulando ser vendedores de mangos, llevaban una carretilla de mano cargada de ese fruto.
El chófer Prieto, al advertir que tanto la carretilla como el automóvil en que viajaban los desconocidos interceptaban el paso al que él manejaba, a fin de evitar un accidente detuvo la marcha, momento que fué aprovechado por aquellos, quienes se arrojaron sobre San Miguel y sus acompañantes a los que amenazaron con los revólveres y pistolas que portaban.
Fué tan rápida la acometida de los secuestradores que los asaltados no tuvieron tiempo para defenderse, ya que tampoco poseían armas para repeler la agresión.
Una vez que los desconocidos se apoderaron del vehículo, uno de ellos, de raza blanca, alto, grueso, tomó el timón de la maquina dirigiéndolo por la Calzada de San Miguel hacia la calle de Gelabert, doblando a la Avenida de Acosta por donde desaparecieron.
Dos menores testigos
La primera noticia que se obtuvo del secuestro fue la facilitada por los menores Elvira Rivera Garazo y su primo Raúl Garazo López de doce años de edad ambos y vecinos de Juan Bruno Zayas entre Avenida de Acosta y O’Farrill, que presenciaron el hecho.
Los dos, por mandato de sus familiares llevaron a la finca del señor San Miguel, unas ropas que tienen por costumbre lavarle a Esteban del Rismo, sirviente del señor San Miguel. Cuando pasaban por la esquina del suceso llamó su atención cinco sujetos de raza blanca que con una carretilla de mano aparentaban vender mangos.
Pero continuaron el camino los niños y cuando regresaban a su domicilio, vieron con sorpresa que un automóvil y la carretilla se interponian a otra maquina, notando en ese momento, que esta estaba ocupada por el sr. San Miguel y sus acompañantes.
El repetido San Miguel era, en ese momento asido violentamente por el cuello por uno de los desconocidos mientras los demás hacían lo mismo con los que le acompañaban y el sujeto alto y grueso se apoderaba del timón del vehículo, tomando por los lugares antes dichos, seguido por el automóvil de los malhechores que tiene el número 416, sin que fuera posible precisar las letras.
Reconocida la víctima avisaron los niños a su familia y la señora María Luisa Garazo a su vez corrió a la finca de San Miguel dando cuenta a las sirvientas Ascensión Cueto y Mercedes Cueto de lo ocurrido. Inmediatamente llamaron a la Decima Tercera Estación de Policía.
En la casa del secuestrado
Apenas tuvieron conocimiento de lo sucedido acudieron al domicilio de San Miguel numerosas personalidades del mundo social y oficial, amigos suyos y jefes y agentes de los distintos cuerpos de policía, entre ellos Cayetano Fraga, Jefe de la policía técnica así como miembros del Servicio Secreto del Ejército y de la Sección de Investigaciones de la Policía Nacional, el segundo Jefe del Cuerpo teniente coronel Brito, capitán García Montero, supervisor del Cuarto Distrito y muchos otros.
La Lucha en El Libro de Oro Hispano-Americano (1917)
Diario independiente de información, con dos ediciones diarias. Es popularísimo y uno de los de mayor circulación de la Habana.
Instalado en edificio propio, sus talleres son completísimos y sus elementos de los más modernos. Tiene departamentos de linotipia con once máquinas, de grabado y de estereotipia, y dos hermosas rotativas “Scott” una de ellas para colores.
Lo dirige su fundador y propietario, don Antonio San Miguel, batallador periodista y personalidad de gran relieve en el mundo de los negocios.
La administración general se halla a cargo de don José Hernández Guzmán, cuya inteligente gestión ensalza por sí solo el floreciente estado de la empresa. Es subdirector de La Lucha, desde hace doce años, el culto y distinguido escritor Pedro González Muñoz. Y jefe de información uno de los periodistas más populares, inteligentes y queridos de Cuba, don José Benítez Rodríguez que además es el cronista social del periódico y director del semanario nacionalista Patria.
Tiene La Lucha un servicio exclusivo de cable que le proporciona una de las mejores informaciones mundiales y una sucursal en Nueva York, 93-99 de la Wassan Street.
Es el único periódico cubano escrito en español que publica diariamente una página en inglés, compendiando en ella lo más importante de la edición.
Fue fundado a raíz de la Paz del Zanjón y con el titulo de La Libertad por el notable jurisconsulto y literato Adolfo Márquez Sterling, cuyas campañas políticas acarreáronle muchas denuncias y por último la suspensión, volviendo a aparecer más tarde con otros títulos, hasta adoptar el que hoy lleva.
Su actual director propietario, el señor San Miguel, colaboró como auxiliar eficaz con el señor Márquez Sterling hasta la muerte de éste, haciéndose entonces cargo de la dirección.
Las enérgicas campañas políticas de La Lucha han valido a su director, en distintas épocas, hasta 95 procesos en los que tuvo que depositar cerca de cien mil pesos de fianzas en metálico y en fincas.
Bajo la dirección notable del señor San Miguel, el periódico ha ido aumentando incesantemente en popularidad y prestigio, hasta alcanzar su brillante situación actual.
Falleció (Q.E.P.D) Anton Sanmiquel Segalá el ocho de agosto de 1940 en la Habana.
Referencias bibliográficas y notas
- Anton Sanmiquel Segalá es su verdadero nombre y el que aparece en el artículo ha sido castellanizado. Nació el señor Sanmiquel Segalá el día 5 de febrero de 1859 en Solsona provincia de Lérida, Catalunya y así reza en su inscripción eclesiástica. Se agradece la gentil colaboración de la señora Emilia Caelles Riera y del sr. Josep Caelles. ↩︎
- “Secuestrado Anoche en Arroyo Apolo D. Antonio San Miguel”. Diario de La Marina. Año 103, núm. 134, 6 de junio 1935, p. 1. ↩︎
- El Diario La Lucha en El Libro de Cuba. Habana: Talleres del Sindicato de Artes Gráficas, 1925. pp.662-663
- La Lucha. Libro de Oro Hispano Americano. Sociedad Editorial Hispano Americana, 1917. p. 58-59
- Sentencias del Tribunal Supremo en Materia Criminal, Salas Segunda y tercera (Primer Semestre de 1888). Madrid: Imprenta del Ministerio de Gracia y Justicia, 1890. [En línea]
- Personalidades y Negocios de la Habana.
Josep Caelles dice
He de manifestar que los apellidos del señor Antonio San Miguel y Segalá no son exactos, ya que se han castellanizado del catalán. El nombre que consta en el archivo diocesano de Solsona es ANTON SANMIQUEL SEGALÀ, nacido el 04 de Febrero de 1854 en Solsona, provincia catalana de Lleida.
Leopoldo de Quesada Suarez dice
Antonio Iraizoz y del Villar fue periodista de la Lucha no se le menciona. El periódico patrocinaba eventos deportivos entre ellos de Boxeos. Unos de los vendedores de periódicos del mismo era Eligio Sardiña quien se dio a conocer en unos de estos eventos.