
El espectáculo del Bataclan en el Teatro Nacional de la Habana. Sucede aquí, a menudo, que la gente no quiere ir al teatro por temor a lo mucho, y después nada parece bastante…
La noche del estreno del Bataclán, acaso hubo personas que se sintieron defraudadas. Contaban de antemano con algo burdo y grosero, sin saber que en París, hasta lo grosero, es espiritual y fino. Además, quien pretenda encontrar el decantado, realismo parisién, en la forma material las cosas, se equivoca rotundamente. Acaso los cuerpos, los trajes y los decorados, sea lo menos real en todo lo francés.
Cuando existe el realismo de una obra francesa, este reside justamente en el espíritu de la frase, o sea, a donde resulta más difícil llegar, y viene la verdad tan envuelta en tules y encajes, tan escondida en la malla sutil de la Ironía, que precisa conocer muy a fondo la vida y el idioma de París, para llegar a comprenderlo y a sonrojarse.
infinidad de veces me ha ocurrido que, señoras recién llegadas a París, me pregunten: “Pero, ¿Dónde están las mujeres elegantes de París?” Y me figuro que a los señores les ocurra otro tanto con las escenas más o menos galantes que pensaron presenciar a cada paso.
Porque la elegancia parisién es cosa tan sutil, y la galantería lleva los guantes tan blancos, que la primera pasa inadvertida, y la segunda, por transparente y leve, se confunde con la corrección y la inocencia. Y esto, desde luego, puede que sea justamente lo más peligroso, pero nunca será lo más grosero.
Por eso, la noche del estreno, o sea de la iniciación entre nosotros, de algo genuinamente parisién, fresco aun y pleno de perfume de bulevares, había a mi juicio, algo infinitamente más interesante que la revista, y era el público mismo.
Yo hubiera querido pasearme por el cerebro de todo ese público febril y anhelante, que vino por una cosa y se fué con otra. Las lunetas, los pasillos, se llenaron de una plenitud sin precedentes, y la expectante esperanza de las emociones fuertes, de los gestos obscenos, de las crudas escenas, flotaba en el ambiente como una nube pesada y densa.
Más tarde, y a medida que las escenas llenas de suavidad y color se sucedían en el escenario, hubiese querido penetrar en las almas y presenciar la inconsciente metamorfosis que se operaba en ellas al conjuro de las medias tintas, de los vagos matices, de las verdades por adivinar…
Los otros, los que conocemos y amamos a París, nos creíamos contentos y estábamos tristes… No por defecto del cuadro, sino del marco. Imagino que todos pensarían como yo, que París es intraspasable, y que nada puede existir de más doloroso que un parisién bajo otros cielos…
Porque en todo lo que acontezca o se relacione con París, la mitad del espectáculo reside en la obra, y la otra mitad, acaso la más importante, reside en el espectador. Sólo de este maridaje invisible del concepto y de la comprensión , puede florecer la idea y existir el éxito. Alguien dijo que para ver al “Pájaro Azul”, había que tener de antemano los ojos azules…
De todos modos, el espectáculo del Bataclán ha producido una reacción espiritual de la que todos saldremos beneficiados. La presencia de estas mujeres múltiples, vibrantes de arte y de vida aptas y capaces de la perfección en tan diversos aspectos, como la Sra. Valente, debe demostrarnos que la vida es amplia y bella y llena de oportunidades, y que somos todos capaces de llegar hasta donde lleguen nuestros ideales, por vastos que ellos sean.

Es también de esperarse que cada cual forme, ahora, su juicio y tenga la sinceridad de expresarlo. La noche del estreno, apenas había persona que se atreviese a ser la primera en exteriorizar su opinión. Sólo se oían preguntas. “Y a usted, ¿Qué le parece?” “¿Qué tal lo ha encontrado usted?” Y esto implica que se le da demasiada importancia al espectáculo y muy poca a nuestro concepto personal.
Acaso, también, nosotros los cubanos, para gozar de espectáculos de esta clase, necesitemos estar en país extraño y rodeados de personas desconocidas. Que el señor de al lado no sepa de nuestra risa o de nuestra emoción y que la señora de la fila de atrás no nos lleve la cuenta de las peinetas…
Pero, nada he dicho de los trajes, que es lo único de que me proponía hablar. Creaciones de los grandes modistos, no sé hasta donde las haya. Llegué tarde y quizás salieron antes.
Gran lujo tampoco he visto, pero sí algo mucho más difícil de obtener, y es una enorme cantidad de arte y de buen gusto. Donde pudo haber lazos palpitantes de gracia, ramilletes inesperados, y el traje triunfa por derecho propio y no por virtud del adorno costoso y vulgar. Donde estamos habituados a ver ricos bordados, nos han dado flores pintadas, esas flores de imposibles colores, de pétalos que jamás han existido, y con las cuales Max Weldy y Brunelleschi han convertido en jardín de ensueño la escena de Follies Bergéres.
En conjunto, todo el vestuario es inesperado y emocionante. La vista no llega nunca a donde piensa, y encajes y terciopelos se escapan de improvisto, aparecen en largas colas, o nos sorprenden en zayitas inverosímiles…
El “Idilio de las crinolinas”, el acre lamento de “Gigolette” y tantas otras escenas, dan una perfecta sensación de lo que es París con sus matices imponderables y su alegría loca y triste, y nos obliga a traer al teatro, junto con el abrigo y los gemelos, un espíritu altamente comprensivo y amplio.
Ana María Borrero
El Bataclan y su revista Bon Soir en el Teatro Nacional de la Habana
En el Cartel de Teatros correspondiente al 23 de diciembre de 1924 aparece presentando la revista “Bon Soir” en el Teatro Nacional (Paseo de Martí esquina San Rafael) la Compañía del Bataclán de París a las ocho y tres cuartos.
Buenas noches, en castellano: Bon Soir, en francés. Así se titula la revista en dos actos y ¡Diez y nueve cuadros! de Roger Ferreol y Max Eddy, “en colaboración” con Madame Rasimi, estrenada anoche en el Teatro Nacional.
Esta colaboración de Madame Rasimi que, según imaginamos, debe referirse a los trajes y a la presentación, es de lo más importante. ¡Cómo que hasta podría decirse que es lo principal! En efecto, todo el que sabe lo que son los Bataclanes parisinos tiene que convenir que lo que más seduce de ellos son los vestidos, por su impresión o por su omisión.
De modo que, sentado esto, no es exagerado afirmar que la acción femenina de la directora del Bataclan, es de estimarse casi como esencial. Acaso, pues, resulto que Ferreol y Eddy sean en realidad los que secunden a Madame Rasimi.
La música y las escenas cómicas y los chistes bataclanescos, son parodias, rapsodias, imitaciones, arreglos o desarreglos de lo que está de moda, o de actualidad.
Tienen sólo el mérito que significa el encadenar más o menos bien lo recogido aquí o allá…
Encadenar decimos y debiéramos escribir, presentar, porque las revistas brillan por la inconexión. Bon Soir es una revista lujosa y brillante, aunque no tan animada como Voilà París. Los cuadros son de diversas clases. Unos revisteriles y otros de variedades.
Entre estos últimos hay algunos bufos que no encuadran bien en el marco de una revista elegante. Por ejemplo: Une Leçon de Danse1.
La revista debe orientarse hacia la presentación y exhibición de artistas y trajes, amenizadas con música grata, ligera y graciosa.
Los parlamentos jocosos, los chistes, en números aislados, no llegan al público, porque la mayor parte no conoce la lengua de Molière y Racine.
Muchos cuadros pasan inadvertidos, porque se fundan en frases y en rasgos ingeniosos que no se perciben.
Hay, sin embargo, cuadros de gran efecto y de lujo deslumbrador, donde se ve que el Ba-Ta-Clán tiene los recursos de una buena compañía de revistas.

Bon Soir, si no supera a Voilà Paris, está dentro de la forma Bataclanesca. Randall, Vtiry, Lambert, la Borritza, la Valente y la Rosay fueron aplaudidos.
Bon Soir el estreno del Bataclan
El inimitable talento de Madame Rasimi, la feérica animadora, de los espectáculos del Bataclán, ha triunfado nuevamente anoche con el estreno de “Bon Soir”.

“Bon Soir” es una revista sencillamente admirable, que supera aún a “Voilà París” en fastuosidad, en lujo, en elegancia y en “esprit”, lo cual no es poco decir. Sus cuadros —son cerca de treinta—desfilan ante nuestra vista como una maravillosa caravana de imágenes brillantes, pues cada uno posee su decoración apropiada y un vestuario absolutamente nuevo en el cual no aparece un solo traje visto en la revista anterior. La partitura es también enteramente nueva y está poblada de aires deliciosos.
Hay en “Bon Soir” escenas de esas que se borran difícilmente de la mente de un espectador por la dosis de arte que encierran. El cuadro de las rosas por ejemplo, en que las más bellas mujeres del Bataclán, vestidas de flores, evolucionan en el marco fantástico e impreciso de una decoración de ensueño: “El jardín de las elegancias” en que desfilan algunos de los más bellos y recientes modelos modísticos: el de los “soldados de madera” que anima la técnica admirable de las inglesitas…
Las principales figuras de la compañía aparecen en “Bon Soir” con un aspecto nuevo para nosotros, encarnando nuevos papeles. María Valente, la prodigiosa excéntrica musical se nos ha presentado con nuevas y sorprendentes interpretaciones. Y Randall, con su sonrisa de buen parisiense, nos ha iniciado en las bellezas de “fox” encantadores, como todos los que canta.
Sería largo enumerar la serie de éxitos más logrados anoche por Mlle. Rosay, Vitry, Boritza, Lambert y el admirable conjunto que los acompaña…
Se puede resumir todo eso diciendo que el estreno de “Bon Soir” ha sido un éxito rotundo y definitivo. Es el “plus ultra” de la revista de arte.
Hablando con Paulette Mauve
Lugar: El escenario del Nacional en un entreacto.
Personajes: Paulette, Mauve y yo, rodeados del elenco de la compañía, tramoyistas, utileros, visitantes, mirones, admiradores, etc., etc.
Objeto: Una entrevista con la linda francesita que deleita al público con sus encantos y su gracia… Esa rubia que ofrece un corazón electrizado, que si fuese de veras cualquiera lo apresaba aunque lo matase la corriente.
¿Qué es bella? No hay más que verla, Ver es creer.
¿Qué es simpática y graciosa? Si lo duda vaya a verla cuando ofrece ese corazón colgado de una caña, a semejanza del típico higo del bobo de los carnavales… Que parece estarse oyendo aquello de “Con la boca sí, con la mano no”, aunque con la diferencia de que en este caso el bobo no es el que ofrece sí no el que trata de coger… Y si no vaya a oírla cantando: en su especial castellano: “Virgen de Regla”.
Pero, al grano porque el tiempo pasa y el semblante de Poli me índica que me tardo más de la cuenta… ¿Quién yo…?
¿Mi verdadero nombre? Me llamo Paulette Mauve y por nada de este mundo trabajaría con otro, pues es mí nombre y creo que uno debe siempre de trabajar con su nombre propio y no con uno supuesto. ¿No lo cree usted así?
¿Pero por qué, se apena usted en preguntarme mí edad? ¿No es una cosa natural? Uno siempre debe de estar dispuesta a decir su edad siempre que… no sea muy avanzada. Tengo 21 años de edad y creo que ya me estoy poniendo viejita. ¿No lo cree usted?
¿Qué cuántos años llevo en las tablas? Usted ve eso si que es difícil recordar exactamente pero déjeme hacer memoria y antes de medio segundo se lo digo. Hace ya cinco años que empecé. He trabajado en diferentes lugares pero entre ellos recuerdo a el Olimpic y al Casino.
El público de la Habana es encantador es un público culto e inteligente que sabe juzgar las aptitudes de los artistas que tienen el gusto de trabajar para ellos.
No me diga nada de las mujeres cubanas, son muy lindas, las francesas no se pueden comparar con ellas, hay cada rubita y cada trigueña que no tienen que envidiarle nada a ninguna mujer del mundo.
Lo que menos me gusta de todo esto, es que hemos de estar muy poco tiempo en la Habana, pues el día 5 de febrero (1925) le decimos “Au Revoir” a la Habana y nos embarcamos a conocer a los simpáticos chamacos mejicanos.
Sí, pensamos volver, pues yo creo si no me equivoco, que la compañía después de Méjico vuelve a la Habana, cosa que le aseguro me alegro, pues el poco tiempo que he estado en la Habana le he cogido mucho cariño.
No le puedo decir el tiempo exacto que tardaremos en volver a la Habana de Méjico, pero ceo que no pasará de dos meses. De aquí a la vuelta de Méjico vamos a New Orleans y después seguimos por América en tournée y después de eso a a la Francia.
La Habana una ciudad muy linda llena de encantos y atracciones y el público que tiene la hace un paraíso.

Paulette Mauve con un guiño encantador me presenta una gran parte de la compañía y como ustedes comprenderán yo estaba… Encantado de la vida… Pero, todo lo bueno se acaba pronto y me tuve que ir con el lápiz a otra parte, acompañado de mi simpático amigo, el doctor Herminio Rodríguez, que durante toda la entrevista no podía contenerse y constantemente decía “¡Tres jolie enchanteueuse…”2 Y que hasta dicen que pensaba mudarse cerca del Nacional…
Ibor Jr.
Aquí tenéis engalanando éstas páginas a la encantadora muñequita francesa, Paulette Mauve, la cual ha ganado en Cuba millares de aplausos del público que la quiere y admira y que siente que muy pronto se nos va. Paulette, es quizá, la muñequita más bella con que, cuenta entre su constelación: de estrellas Madame Rasimi.
Yo y quien sabe la mayoría de los que van al Ba-Ta-Clan diré que hay muchas francesitas que hacen honor a su país en belleza y distinción pero también no dejarán de comprender que Paulette Mauve es una rubia que como dice Randall “Parte el alma y le zumba el mango”.
Le deseo a la linda Paulette que siga por el camino del triunfo, que se ha trazado y que nunca se olvide del público cubano pudiendo estar segura que los cubanos nunca nos olvidaremos del Ba-Ta-Clan y mucho menos de la gentil y bella muñequita Paulette Mauve.
El Adiós del Bataclan
A las tres habrá una matinée con “Cachez Ça”3, la revista joya. Apenas si restan ya horas de la presente temporada del Ba-Ta-Clan; dentro de muy poco, embarcará con rumbo al extranjero la compañía y no nos quedará de ella sino el recuerdo: el recuerdo, dulcemente perfumado, de estas noches inolvidables…
Contribuye intensamente a aumentar el dolor de su marcha la maravilla de su último estreno, la revista Cachez Ça, que ha conseguido agotar el papel en Contaduría durante tres noches consecutivas.
Se conoce que el público ha aprendido a admirar y por tanto amar —uno es lo otro— el conjunto visitante. No podía ser de otra manera, Ha prendido, tan briosa y gentilmente en nuestro espíritu la flor de la elegancia que ya, aunque, desaparezca de nuestro ángulo visual, no desaparecerá nunca de nuestro recuerdo… Ba-Ta-Clan será siempre sinónimo de suavidad, de dulzura, de belleza y de color.
Y cuando mas tarde en la prensa extranjera, veamos inscritas sus tres! sílabas de gallardo grafismo, sentiremos que un soplo de melancolía nos sobrecoge… Ba-Ta-Clan cuanto ha hecho por el buen gusto cubano en estos sus dos meses de actuación…
La función comenzará, como de costumbre, a las ocho y tres cuartos.
MATINEE HOY
Con motivo de haberse agotado las localidades para la noche de hoy despedida de la gran Compañía que dirige la célebre Empresaria francesa Madame Rasimi, la Empresa Poli atendiendo a infinidad de familias de la sociedad habanera ha dispuesto una matinée para las tres de la tarde con la magnífica y regia Revista Cachez Ça.
Los precios serán los mismos de la noche, a base de dos Pesos cincuenta centavos la luneta y quince los palcos con entradas.

Bibliografía y notas
- Borrero, Ana María. “El debut del Ba-Ta-Clan”. Diario de La Marina. Año XCII, núm. 250, 13 diciembre 1924, pp. 1, 5.
- “Bon Soir el estreno del Bataclán”. Diario de La Marina. Año XCII, núm. 356, 23 diciembre 1924, pp. 8, 9.
- “El Ba-Ta-Clan en la Habana”. Revista Social. Vol. 9, núm. 12, diciembre 1924.
- Ibor, Jr. “Hablando con Paulette”. La Lucha. Año XLI, núm. 32, 1 de febrero 1925.
- “El adiós del Bataclan”. La Lucha. Año XLI, núm. 35, 4 de febrero 1925, p. 9.
- López, Jesús J. “Charla Teatral. La vuelta del Ba-ta-clán”. Revista El Fígaro. Año XLII, núm. 9, 19 de abril 1925, p. 192.
- Personalidades y negocios de la Habana.
- Une leçon de danse del francés: Una clase de baile. ↩︎
- Esta frase debería decir —Tres jolie enchanteuse— (Muy bella encantadora) pero utiliza —Enchanteueuse— lo que sugiere varias posibilidades: falta del autor, error de impresión o premeditación en el lenguaje que describiría en boca de su amigo ¡Que se expresa en francés! una Encantadora hechicera y aún la Encantadora asesina. Finezas del lenguaje. ↩︎
- Cachez Ça del francés: Esconda eso. ↩︎
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