
El Paseo fue una famosa peletería en la Habana fundada por Pedro Ferrer y se surtía de la acreditada fábrica de Cortés. Toda la Habana la conocía. Toda la Habana “chic”, aristocrática, elegante, al menos, era de antiguo cliente fiel y entusiasta de esta gran casa, reina triunfal en el mercado.
Obispo y Aguiar, en esta esquina estratégica, se instaló hace muchos años El Paseo, la famosa peletería El Paseo, cuya razón social P. Cortés y Compañía, supo, desde el primer momento, imponerse, entre todos los establecimientos análogos, para hacer de su gran casa, la primera, la mejor, la favorita de la sociedad.
El Paseo llegó a ser clásica en la esquina; le dió en la práctica, nombre a la conjunción, y los habaneros todos han visto a la peletería de suntuosos anaqueles repletos, al de los más excelentes modelos de calzado, año tras año, siempre llena de personas, siempre atestada de mercancías y de público.
¿Qué secreto tiene esta tienda para esclavizar así al público, que es siempre fiel a esta peletería y que ahora, al dejar su local legendario, sigue tras El Paseo e invade también el nuevo, instalado en Obispo y Aguacate, el magnífico edificio erigido especialmente para ser asiento de la popular peletería?
Hay siempre en todo éxito muchos factores. Sobre todo el éxito mercantil es producto de muy complejas circunstancias, difíciles de sintetizar en breves fórmulas.

Pedro Torres era en 1922 el gerente de la importante manufactura de calzado “Pedro Cortés y C.” de Ciudadela y administrador general de la peletería “El Paseo”.
Pero si año tras año, una casa comercial vive, se acrece, domina, es de afirmarse que es porque ella satisface, plenaria, las necesidades y los gustos del público, para brindar a éste ventajas que otras no tienen, no pueden dar y si precisamente la parte más exigente de la sociedad, la que por su mayor fortuna puede satisfacer sus caprichos más lujosos y sus anhelos de elegancia más refinada, es la principal clientela de un establecimiento, debe y puede asegurarse que éste vende las más excelentes mercancías, y vende y se impone por la calidad de sus productos.
El Paseo, sin duda, tiene esta condición: sus zapatos, sus artículos, son los de los mejores del giro. Para ello tiene, ha tenido, una ventaja innegable, una sólida reputación en el mercado, que la ha hecho superior a todo establecimiento análogo.
Esta ventaja se la dan las representaciones que ostenta en Cuba, de las más grandes manufacturas de calzado del mundo: “Wetleton” y “Thompson” entre otras, cuyas agencias exclusivas posee y sobre todo la más acreditada fábrica mundial, la famosa y muy antigua fábrica de Cortés, tan conocida y popular por la calidad y elegancia de su calzado.
La fábrica Cortés es un centro fabril de calzado, que siempre ha sido considerado como uno de los primeros, por el esmero que se observa en sus productos. El viejo Don Pedro, famoso y querido industrial, fallecido hace años, tuvo siempre el empeño de hacer que su manufactura no tuviera rivales, Para ello, empleó las más costosas materias primas y confección, modelos de mayor gusto, de elegante corte, sin descuidar por ello el confort y la solidez.
Inteligente y perito en la industria del calzado, don Pedro Ferrer, el primer dueño de “El Paseo”, montó su casa a gran altura, la dirigió con celoso empeño y acierto insuperables y al fallecer, dejó a sus hijos, educados en su escuela, el establecimiento acreditado en toda la República, sucursal de la famosa firma “Cortés”, renombrada marca por la maravillosa calidad de sus modelos universalmente reconocidos.
Sus herederos, templados en la enseñanza del experto comerciante, siguen sus rutas. Con seguirlas tenían bastante. Lo suficiente para sostener la fama de la marca. Así lo han hecho, sin desdeñar, por ello, cualquier progreso fabril; al contrario, aceptando con gusto, toda indicación, haciendo las que fueran convenientes, adaptados a los magníficos moldes que supo fundir su laborioso padre.
La marca Cortés es hoy popular, universal, indiscutida, gracias a estos esfuerzos valiosos de los sucesores, deseosos de afianzar, y si cabe extender, el crédito inmenso, ganado por Don Pedro Ferrer.
Esta marca pertenece a El Paseo. Durante largo tiempo la popularizó en Cuba, desde su esquina de Obispo y Aguiar; ahora, en buena prueba de sus bríos y pujanza, la seguirá sosteniendo con éxito, en el nuevo edificio de Obispo 95, esquina a Aguacate, construido expresamente para satisfacer las necesidades de la casi, qué ahora, con amplitud, introduce grandes reformas, para servir mejor a sus numerosos clientes.
Hermes
Bibliografía y notas
- Hermes. “El mundo mercantil: La gran peletería El Paseo”. Revista El Fígaro. Año XXXIX, núm. 17, 23 de abril 1922, p. 276
- Personalidades y negocios de la Habana
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